Jimin despertó mientras su cintura era rodeada por Yoongi, diviso con dificultad la claridad de la habitación, notando que nuevamente se había quedado dormido de más, por lo que con cuidado quitó la mano de su esposo, observando con antelación la argolla dorada que era igual a la suya, esa que realmente no significaba nada para ambos, pero que era la unión ante los ojos de todos.
Luego de bañarse y vestirse bajó, encontrando a Seokjin, pálido, sentando en la isla de la cocina con un pacto de cereal en sus manos.
—Buenos días hyung —. Saludo, llamando la atención de aquel omega.
—Buenos días—. Respondió llenándose de asco inmediatamente.
—Hueles tanto a Yoongi—. Jimin se olfato, sintiendo el aroma, pero no era su culpa, El alfa solía ser muy cariñoso en las noches y eso quedaba al descubierto con su cuello y aroma en su cuerpo.
—Lo lamento—. Se disculpa, pues había sido informado por el mismo Jin que en su embarazo había desarrollado mucho más su olfato y que el aroma de cualquier alfa que no fuese Namjoon le desataba las náuseas.
—Descuida, no pasa nada—. Dice Jin. —¿Desayunaras? —. Pregunta Jin viendo a Jimin asentir con su cabeza. —Déjame llamó al cocinero—.
—No, descuida, a hyu.. Mi alfa no le gusta comer lo que otros preparan—.
Jimin se dirigió hacia la estufa, en donde pudo ver algunas empleadas, las cuales, aunque al principio encontraban molesto el que el hombre se apoderado del lugar, ahora mismo les daba igual.
—¿Comerás sólo eso? —. Le pregunta a Jin.
—No tengo nada de apetito —. Le revela. —Había oído lo difícil de estos embarazos, pero vivirlo sin mi alfa lo está haciendo insoportable—. Jimin baja su mirada sintiéndose mal, pues la causa de que Namjoon no esté allí es su culpa, bien eso él lo que el pequeño cree.
—¿Cómo estás bonito? —. La voz de Youngsoo aparece, Jimin gira para verlo saludando de manera afectiva a Jin, quien finge una mirada dulce para el hombre. Pues ya conoce la clase de basura que es.
—Tío Youngsoo—. Le dice Jin. —Pensé que no estabas en casa—.
—Iba a viajar a solucionar problemas en la frontera, pero Hoseok ha ido a solucionarlo—. Jimin se centra en preparar sus alimentos, le es extraño el no sentirse como presa ante los ojos de Youngsoo, pero el que le ignore es algo que le gusta.
Jin y Youngsoo se meten en una conversación que a Jimin ni le interesa, este se encarga de preparar el desayuno de Yoongi y él suyo, pues por la hora estaba consciente de que su hermano y Yugyeom habían desayunado ya para ir al colegio.
Fue cuando el medico que llevaba el embarazo de Jin apareció, que este tuvo que dejar la cocina, y fue en ese momento que Jimin sintió la sensación de vigilancia, volteo un poco su rostro encontrándose a Youngosoo, quien se levantó y fue hasta él, donde para su sorpresa le tomo el brazo, el cual estaba amoratado por lo que había sucedido la noche anterior.
—¿Otro golpe? —. Jimin se suelta mostrándose aterrado y no lo finge, le teme a ese hombre.
—Me caí—. Miente, pues ese moretón no está allí por algún doloroso golpe.
—Jimin, estas embarazado, si Yoongi no deja de golpearte lo perderás ¿Quieres perderlo? —. Jimin baja su mirada, pues no sabe que decir. —Jimin —. Youngsoo impulsivamente toma la quijada del chico en su mano, levantando la mirada de este encontrando unos ojos familiares, unos que le descompensan por completo y le hacen soltar palabras que no llegan antes a su cerebro. —Salgan—. Les pide a los pocos empleados, quienes obedecen inmediatamente. Jimin intenta irse, pero el beta se lo evita. —Déjalo y casate conmigo—. Jimin se aleja ante la propuesta, pero nuevamente su mano es tomada por el hombre, esta vez de manera dulce. —Te protegeré. Criare a ese niño como mío, no me interesa, de igual forma soy mejor opción que ese hombre—.
—Hyung es mi alfa—.
—¿Y qué con eso? —. Pregunta un tanto agresivo, asustando mucho más a Jimin. —Te maltrata, te menosprecia y trata mal. ¡Valiente alfa! —. El pequeño grito alerta a Jimin, quien calma su pecho al percibir el aroma de Yoongi en el lugar.
Aunque Yoongi se muestra relajado en el umbral de la puerta, la verdad no lo está, inclusive corrió al sentir el temor de Jimin, cosa que el causo golpearse y caer varias veces.
—Esto es vergonzoso por tu parte tío —. Youngsoo arrugó su ceño al oír la voz de Yoongi. Si bien este no conocía la cocina camino sin falla alguna hasta llegar a Jimin, quien como cordero manso corrió hasta el alfa.
—Jimin me pertenece—. La forma en la que Yoongi rodea la cintura de Jimin da el aire sexy y nada afectivo a la situación. —Es estimulante el que desees tenerlo. Me alegra también saber que eso no sucederá —.
—¿Estás seguro? —. Yoongi se sorprende de que el doble cara de su tío se defienda por primera vez, de frente claro está. —Eres una carga, quizás joven, pero carga al fin de cuentas. Tengo la experiencia, todos mis sentidos y la forma de lograr tener a ese chico —.
—Claro. todos tus sentidos—. Repite Yoongi con un tinte de gracia en su voz. —¿Y tú lobo? —. Le pregunta y aunque no puede verlo, está seguro de que el rostro de Youngsoo debe estar furioso ahora mismo. —Jimin—. Ahora se dirige al pequeño chico. —Te amo mucho cariño—. Lo dicho no es mentira, pero en ese momento Yoongi lo lanza como en burla.
Youngsoo puede ver el rostro de Jimin brillar mientras se abraza con fuerza a Yoongi, y cuando ambos se besan, aquel beta enfurece y desea irse, pero Yoongi vuelve hablar.
—Jimin es como mi perro, no importa que tan mal le trate, él va a preferirme a mí siempre, así que déjalo. Sacia tus deseos con alguien más, no con mi esposo—.
—No le deseo de manera carnal querido sobrino. Tu esposo significa más para mí de lo que crees. Jimin piénsalo, te daré el amor que merecer y necesitas —. Y sin más el hombre les deja, a Jimin nada afectado, pues está más enfrascado en ser una segunda piel para Yoongi que prestar atención aquel beta. Pero otra cosa es para el alfa, nunca había sentido a su tío tan sincero y los celos de ver cómo quiere a su esposo le pueden más.
—No puedes dejarme nunca —. Le susurra a Jimin quien ha comenzado a jugar con su nariz, olfateando todo el pecho de Yoongi, dichoso de que le deje abrazarle, pues esto sólo sucede en las noches, y últimamente su lobo está necesitado del hombre las 24 horas del día.
—Linda imagen—. Yoongi suspira al oír la otra voz aparecer para arruinarle su día.
—Padre—. Él no aparta a Jimin, pues daría la idea de que el que le viesen le ha frustrado. —Dile a Youngsoo qué donde intente comerse lo que me pertenece voy a matarle—. Y sin más se aparta de Jimin, tomándolo bruscamente de las manos y tirando de este, exigiéndole que le lleve al cuarto, acto que llena de orgullo a Daeho.
—Querido hermano ¿No sabes acaso que las grandes guerras iniciaron por un amor en medio? —. Pregunta al aire, tomando un vaso para buscar algún empelado y que este le sirva jugo.
...
Una vez en la habitación Yoongi soltó a Jimin, el agarre fuerte había secado desde que dejaron la cocina aun así la marca rojiza se hizo presente en Jimin.
—No me dejes nunca—. Cual niño pequeño asustado, Yoongi abrazo a Jimin por la espada. —Te amo ¿Lo sabes? —.
—Lo sé —. Le responde Jimin. —También te amo y nunca, de los nunca te dejaría —. Yoongi sonríe ante el tono agudo y dulce con el que Jimin pronuncia esas palabras, y aunque quiere besarle no hace falta que el haga el movimiento, pues es Jimin quien se suelta y gira para buscar los labios del alfa, iniciando besos ascendentes en necesidad, uno que les lleva acariciarse sobre las ropas. Es Jimin quien comienza a caminar para atrás, arrastrando así a Yoongi, pero es el alfa quien cae sentado en la cama por la mano de Jimin, quien rápidamente se sienta en su regazo, con las piernas abiertas y el trasero bien posicionado en la erección de Yoongi.
—Hyung—. La necesidad que se siente en aquellas palabras es algo que motiva al animal de Yoongi, quien adora proteger a su pequeño chico. —No quiero que ese hombre me haga daño —.
—No lo hará—. Responde Yoongi con la voz temblando ante la acción de Jimin, en la cual suelta los botones de su pantalón, un acto sensual, que día seguro que debe verse dulce en el sonrojado Jimin. —Youngsoo no es un tipo de obligar, manipula para logra la aceptación, estoy seguro que intentará de todo para ganar tu amor. Ya lo ves, desea que te trate mal para generar desprecio de ti por mí—.
—Hyung me trata muy bien—
Jimin muerde sus labios en un intento por no restregar su trasero en aquel bulto en la ropa interior de Yoongi, pues el pequeño no es así, pero su lobo parece que sí.
—Hyung te tratara bien siempre, sólo estamos actuando cuando salimos de nuestra habitación—. Jimin mueve su cabeza en un sí, sintiendo a Yoongi besarle el cuello. —Cariño, debo buscar algo—. Yoongi intenta levantarse, pero eso es algo que Jimin no desea, por lo que besando a Yoongi, le quita la camiseta, llevando sus manos para dar un recorrido por el pecho de Yoongi, bajando desde este hasta el abdomen. Yoongi comprende lo que quiere, y aún con Jimin en sus piernas logra sacar su pantalón y ropa interior un poco.
El resonar de las respiraciones acompaña el breve silencio que se ha instaurado, mientras Yoongi siente su piel quemar ante los roces de los dedos de Jimin en su erección. El alfa puede sentir como Jimin se levanta un poco y el sonido de la hebilla del pantalón le informa que este ha decidido quitar su pantalón.
—¡Oh, mierda! —. Claramente Yoongi no esperaba que fuera el mismo Jimin quien descendería en su pene delicadamente, empalmándose en este. —Cariño, levántate necesitamos un condón—.
—Jin hyung me ha dado pastillas—Yoongi sabe a qué se refiere con eso, pues han iniciado la planificación a escondidas, aun así, el tiempo de iniciación es muy poco.
—Cariño—. Intenta hablar, pero poco puede coordinar su voz y cerebro, los besos en su cuello le están matando, por lo mismo apoya ambas manos en el trasero de Jimin buscando con desesperación besarle, cosa que llega, con el sonido de un gemido ante el movimiento de vaivén que inicia en Jimin, siendo el alfa quien marca el ritmo del chico, que parece demasiado sensible en ese día.
—Hyung, quiero irme de aquí —. Le habla Jimin con la voz bañada en placer.
—Lo haremos —. Yoongi aumenta el ritmo, abrazándose ahora a Jimin, iniciando también el ritmo. —Voy a sacarte de aquí y darte una vida feliz—.
—Yo soy feliz, lo soy, pero quiero tener una historia común—.
—¿Común? —.
—No quiero actuar así, no quiero que me hables feo porque no tenemos otra alternativa, quiero ser completamente sincero y que lo seas conmigo. Por favor hyung piensa en cómo irnos de aquí—.
—Lo pensare—. Le responde Yoongi, quien al igual que Jimin está agitado por los movimientos. —Quiero serte sincero siempre —. Jimin puede sentirse llevado al clímax con rapidez, y luego a su esposo llegar al suyo, aunque esta vez es diferente, Jimin pudo sentir su herida siendo nuevamente abierta y su interior llenado en totalidad.
—Voy amarte libre, pero necesitare hacerlo en este encierro momentáneamente—. Jimin no lo comprende y no tienen mente para ellos, pues está centrado en no morir a causa de la hiperventilación que sufre por sus orgasmos. —También quiero que seas amable con Youngsoo—.
—¿Amable? —.
—Si cariño, a tus enemigos debes tenerle cerca, y Youngsoo es la cabeza, si esta no piensa con claridad podré destruir el cuerpo fácilmente—.
—No entiendo—.
—Quiero que seas amigo de Youngsoo, dale esperanzas, juega con su corazón cariño, dáñale como él te ha daño a ti—....
...
Jimin observaba aquel sujeto a la distancia, aún lo dicho por Yoongi resonaba en su mente. Él no quería cercanía alguna con ese tipo, y ahora debería de tenerla.
—Le hice café —. Habla Jimin dejando este en la mesa frente a Youngsoo, quien ni le determina. —Eso se ve difícil—. Jimin vuelve hablar intentando generar una conversación.
—Sólo es un crucigrama, es fácil—.
—Ah, ¿sí? ¿Y cómo se hacen los crucigramas? —. Youngsoo levanta su mirada viendo a Jimin tan cerca suyo, centrado en el periódico que sosteniendo en sus manos. — ¿Se buscan palabras? —. Pregunta, notando al fin la cercanía, la cual corta inmediatamente. —¿Quieres colores? Tengo muchos, se vería más lindo si las palabras se colorean, el lápiz es gris, los grises no son felices—. Youngsoo baja el periódico respirando con fuerza.
—Me gusta el gris, yo sería un tono gris.
—Yo sería rosa, o azul, o amarillo, o violeta... Yo sería muchos colores felices—.
—Definitivamente sería un color feliz—. Le responde a Jimin. —O tal vez serias el color Lusty-gallant—.
—¿Cuál es ese? —.
—Tú color, un color precioso, casi desconocido, pero que trasmite calma y serenidad. Si, definitivamente tú no sería un rosa común, mi querido Jimin, tú nunca podrías compararte con algo cotidiano, eres más de lo que el mundo merece ver, eres mas de lo que está familia merece poseer—.