Ojos de gato Tentador [La ver...

By mhazunaca

5.9M 275K 76.8K

Él es salvaje, pero no sabe ni lo que es un beso. Marien va a quedar fascinada por su naturaleza y va a quere... More

Sinopsis
Prefacio
Capítulo 1: Ojos verdes
Capítulo 2: Investigaciones
Capítulo 3: Fuera de la realidad
Capítulo 4: Ellos quieren la toxina
Capítulo 5: Leyendas y sospechas
Capítulo 6: Lo que realmente era
Capítulo 7: Conociéndote otra vez
Capítulo 8: Hacia la capital
Capítulo 9: Lecciones
Capitulo 10: Aventuras en la ciudad
Capítulo 11: Un lugar perdido
Capítulo 12: Debo ser fuerte
Capítulo 13: Cediendo a los impulsos
Capítulo 14: Confío en ti
Capítulo 15: Desolación
Capítulo 16: La luz
Capítulo 17: Confesiones
Capítulo 18: Compañía no grata
Capítulo 19: Lo que somos
Capítulo 20: Para siempre
Capítulo 21: Situaciones frágiles
Capítulo 22: Juego sucio
Capítulo 23: Rigor en la capital
Capítulo 24: Acoplándonos
Capítulo 25: Algo oculto
Capítulo 26: Nueva compañía
Capítulo 27: Sueños y promesas
Capítulo 28: Desafortunada intervención
Capítulo 29: Cita oficial
Capítulo 30: Amor ardiente
Capítulo 31: Mensaje encargado
Capítulo 32: La noche apenas empieza
Capítulo 33: Más problemas
Capítulo 34: Plan en marcha
Capítulo 35: Sirio mío...
Capítulo 36: Muerte interna
Capítulo 37: A entrenar
Capítulo 38: En su búsqueda
Capítulo 39: Fin del viaje
Capítulo 40: Los milagros existen
Capítulo 41: Revivir
Capítulo 42: Asuntos pendientes
Capítulo 43: Regreso
Capítulo 44: La batalla y la verdad
Capítulo 45: Nueva era
Epílogo
Capítulo especial 1: Un raro beso
Capítulo especial 2: Una noche única
Capítulo especial 3: Bienvenido
Mini extra: Un encuentro inesperado
Ojos de gato Saga
Especial Enif, madre de Sirio: Parte 1
Especial Enif: Parte 2
Especial Enif: Parte 4 Final
Fan Arts
Ilustraciones
Videos
Ojos de gato en inglés

Especial Enif: Parte 3

78.1K 3.8K 491
By mhazunaca

Si bien mi consciencia me había recriminado por haber "traicionado" a mi familia, a Orión, no me arrepentía. Al menos no todavía. Incluso tuve la desfachatez de ir en otra oportunidad con Arturo y, aunque no lo había planeado, terminamos haciéndolo de nuevo. Con más libertad, con más confianza, por más tiempo... Era como viajar lejos, olvidar todo, y volver de golpe.

Gocé sobre él en una tercera ocasión, sus manos y su boca recorriéndome. Me decía hermosas palabras, que ya nunca iba a separarse de mí, que era mío para siempre. Me decía que yo era hermosa, que le fascinaba. Iba a pelear por mí.

Era demasiado bueno todo como para que no hubiera repercusiones. Y era demasiado rico como para dejar de hacerlo. Quería todo, pero solo con él.

Sin embargo, como dije, no me había arrepentido... todavía...


La primera señal de que algo no andaba bien, fue que no vino mi periodo en la fecha que debía. No me había preocupado mucho, pues a veces pasaba que demoraba un par de días extra o incluso a veces llegaba antes, pero empecé a tener una especie de mini angustia luego de una semana.

—Enif —llamó mamá. Volteé a verla, estábamos alistándonos para ir a cazar algo—. No ha venido tu periodo.

Era normal que supiera cuándo venía, aunque no sabía hasta qué punto ella llevaba la cuenta.

—N-no.

Alzó la vista, estudiándome con sus intensos ojos felinos.

—¿Sabes a qué puede deberse?

Me encogí de hombros con algo de nerviosismo. Papá nos miró a ambas y luego a ella.

—Es normal que a veces no llegue, ¿o me equivoco? —trató de calmarla.

Mamá suspiró.

—Sí, a veces pasa. —Terminó de alistar sus cosas—. Bueno, te has de haber desbalanceado. Vamos.

¿Desbalanceado? ... Sí, quizá mi cuerpo se había desbalanceado por alguna razón, por hacer algo que no debía, tal vez.

Apreté los labios. No me sentía muy bien, y no era malestar físico, sentía que quizá mi mentira, el ocultar cosas, había desbalanceado todo con mi cuerpo incluido.


Pasó otra semana y mi preocupación iba en crecimiento. Cada día que despertaba y no había llegado, era una punzada más de angustia. Luego, era cada hora, o cada momento en el que me acordaba.


—Enif —Arturo venía, así que aceleré mi paso—. Enif, háblame. ¿Hice algo mal? Lo siento...

—No. Todo está bien, solo estoy muy ocupada estos días. Por favor, déjame. —Y corrí, ya que algunos que pasaban caminando probablemente habían escuchado.

No quería verlo además, estaba muy angustiada y pensativa y no quería que creyera que algo me pasaba por causa suya. Pensé que, aunque me doliera, quizá si no lo veía y dejaba de traicionar a Orión y a mi familia, mi desbalance se iría y todo volvería a la normalidad...

Pero no... No entendía. ¿Acaso era por lo que había hecho? No sabía qué tenía que ver, pero mi cerebro empezaba a conectar cables. Orión había dicho que te daban un hijo así. No había escuchado toda la charla y ahora me arrepentía.

¿Qué pasaba si así era como se tenían los hijos? Aunque era absurdo, pero nunca había visto alguna señal sobre eso.


Terminé, por consejo de mi amiga Carina, en la oficina de una anciana que podía ver si estabas enfermo. Nosotros rara vez nos enfermábamos, pero quizá yo tenía algo así.

La anciana me miró con sospecha al decirle lo que me pasaba, y me hizo recostar en una cama.

Me olfateó por el cuello. Me sentía nerviosa, mirando el techo y escuchando mi respiración. La mujer empezó a palpar por mi vientre, y tragué saliva con dificultad. La vi mirar al frente, como meditando un par de segundos, y volvió a palpar en mi vientre.

—Niña... De casualidad, ¿has hecho algo con algún joven? —Sentí cómo se me enfriaba la sangre al escuchar esa pregunta—. ¿Se han quedado solos? ¿Han tenido intimidad?

—¿I-intimidad? —Me preocupé—. N-no... Bueno... Sí, algo así —terminé hablando con voz diminuta al sentir como mi garganta se contraía de la preocupación.

Se alejó tras soltar aire con cansancio y dijo que ya podía levantarme de la cama.

—Debería hablar con tu madre —agregó.

—¿Es algo malo lo que tengo? Si sabe que estuve con él... s-se va a molestar mucho... ¿Me lo puede decir a mí?

Me miró con algo de molestia y entendí que no.

—Me temo que no es posible. Se tiene que hacer algo con esto, y es que has hecho algo prohibido. No debiste romper las reglas y quedarte a solas con un muchacho teniendo ya la edad que tienes. Se les ha repetido muchas veces en sus clases.

Apreté los puños.

—Si tan solo nos dijeran qué es lo malo que puede pasar, quizá no lo hubiera hecho.

—No tienes derecho a reclamar, los jóvenes sólo deben obedecer y punto. No tienen por qué preguntar las razones por las que los mayores les aconsejan ciertas cosas.

Resoplé.

—Por favor... dígame...

—Primero dime qué fue lo que hiciste con él exactamente. Solo para estar segura de que es lo que creo.

Apreté los labios y bajé la vista. Tuve que explicarle que nos habíamos desnudado y lo demás, a lo que ella asintió.


***

Caminé por la calle que iba de subida en bajada, absorta en mis pensamientos. Todavía no podía creer lo que me había dicho la vieja. Lo peor era que ahora lo sabía e iba a ir con el cuento a las demás ancianas probablemente. Estaba muy preocupada.

Me arrepentía de lo que había hecho, sin embargo, no al mismo tiempo. Tan solo la idea de lo que estaba pasando era aterradora y mágica a la vez.

En parte, esto me daba motivos para alejarme de Orión. Aunque también sentía que iban a desterrarme...

—Te estaba buscando —llamó él, como si lo hubiera invocado.

Me giré con molestia, ya que tenía el tono autoritario que usaba cuando quería darme algún sermón.

Respiré hondo. No me encontraba en mi mejor momento.

—¿Sucede algo? —pregunté con renuencia—. Y yo también te buscaba. Debo decirte...

—Deja de andar tanto con ese amigo tuyo —increpó, interrumpiéndome—. Estoy cansado de escuchar lo que murmura la familia, deberías andar conmigo, conocernos más.

Los rumores se esparcían, y estaba segura de que pronto mi secreto iba a saberse. Me empezaba a sentir sola...

—Te conozco lo suficiente. Deja de intentar darme órdenes.

—Te voy a dar todas las órdenes que quiera. Eres mía, y no tolero que otros digan que te han visto reír con él y que pasas mucho tiempo con él. ¿Qué es todo eso? Qué vergüenza. Sabes bien que no puedes verte a solas con un hombre ahora que tenemos la edad.

Otra vez esa frase. "No te quedes a solas". ¿Por qué? Siempre había estado con él, él nunca me hizo daño, era natural que quisiera estar siempre con él, a solas o no.

—Y tú sabes bien que es mi amigo desde mi infancia. Todos lo saben. Además, mienten. Últimamente he estado evitándole, pero ya que molestas iré a buscarle de nuevo —reté.

—Toda tu atención debería estar ahora en mí porque voy a ser tu compañero el resto de tu vida. Y no te creo que lo estés evitando, últimamente hueles como si siempre trajeras algo de él contigo.

Me enfrié al recordar y bajé la vista. Me sentía mal, y esta vez sí era un cierto malestar físico, además del mental. Puse mis manos sobre mi vientre en un gesto instintivo mientras una gota fría de sudor bajó por el costado de mi mejilla, y escuché a Orión dar un respiro de sorpresa.

—Qué... ¿Qué has hecho...?

Miré a los costados dando un paso atrás y volví a encararlo. Sus ojos tenían sorpresa, pero una no buena.

—Está demás que tengamos esta discusión —murmuré apenas—. Te busqué porque quería decirte que se acabó. Ya no pienso unirme a ti.

—¡No puedo creer que hayas hecho eso con él! —reclamó de pronto al darse cuenta, y sentí molestia—. ¡Nunca debimos escabullirnos para escuchar! —Se llevó las manos a la cabeza.

—¡No importa, yo quise hacerlo!

—¡¿Pero no conmigo?!

Abrí la boca, ofendida.

—¡¿Con que esas eran tus intenciones al llevarme ahí?!

—¡Porque eres mi futura unión! ¡O mejor dicho eras!

—¡Pues te salió mal tu intento de atarme a ti! ¡Debiste ser sincero!

—¡No! —Me amenazó con el dedo—. ¡No te excuses! ¡Tú eres la única sucia aquí por traicionarme! ¡¿Cómo es posible que sabiendo que era solo para parejas, te hayas ido con él?! ¡Cómo puedes ya no querer unirte a mí!

Un par de personas voltearon a lo lejos. Teníamos buen oído, así que me preocupé.

—¡Debiste decirme qué iba a pasar si hacíamos eso! ¡Tú lo sabías!

—¡No era necesario, si íbamos a unirnos!

—¡Yo también tenía que saber si era algo que compromete mi cuerpo! ¡Y sobre todo saber el resultado!

Yo no había pensado en tener un hijo después de unirme a él, iba a esperar. Me sentía engañada, sin embargo, también cayó en mi consciencia que me dijera sucia. Un nudo se formó en mi garganta.

No quería llorar, no iba a hacerlo, pero si seguía ahí nada iba a mejorar, así que corrí.

—¡Largo, ya no te quiero ver! —le escuché renegar.

Jadeé para contener el llanto y respiré hondo. Quería ver a Arturo, pero esta vez no iba a poder, porque lo había ensuciado también, lo había arruinado. Había manchado su honor al enredarlo conmigo. Ninguna familia iba a aceptarlo ahora al saber que estuvo conmigo de esa forma.

Peor aún, iba a odiarme. Mi Arturo iba a odiarme.


***

Mis padres fueron citados por los ancianos, y supe que todo había acabado. Me encontraba de pie, abrazándome a mí misma, notando cómo Arturo volteaba a verme con intriga y sorpresa, luego de escuchar lo que la anciana le decía a nuestros padres.

—Ella probablemente sea desterrada —logré oír que decía.

Los ancianos se retiraron.

—Enif —murmuró Arturo. Me daba incluso vergüenza mirarle a los ojos.

—Espero puedas perdonarme un día —susurré.

—¿Qué? No... —Fue interrumpido por su padre que venía hacia nosotros.

De todas formas ese "no" bastó para que mi mundo empezara a querer derrumbarse.

Arturo recibió una bofetada y solo cerró los ojos unos segundos, apretando los labios.

—No —reclamé con un hilo de voz, pero el hombre dio un paso hacia mí, levantando la mano y solo jadeé de sorpresa al ver que Arturo le contuvo el brazo, gruñendo.

El señor también le gruñó y se zafó de su agarre.

—Esta sucia muchacha ha manchado tu honor. ¡Así vas a quedar solo!

—¡No es cierto, padre, y no la toque! —retó él.

Yo respiraba agitada. Mi madre me tomó de los hombros con algo de brusquedad.

—Ya que te crees tan mujer como para ir a hacer cosas de adultos, únete a Orión ya mismo y haz tu trabajo para que esto no sea notado por los demás.

—Mamá...

—No. —Mi papá le puso la mano en el hombro—. Ella no quiere estar con ese joven.

—¡Pues ahora va a ser desterrada! —recriminó ella.

—Mi hijo no tiene que verse afectado por esto —dijo la madre de Arturo—. No me importa si destierran a esa muchacha, no diremos nada, esto no va a salir de aquí, así mi hijo va a poder seguir con su vida.

—¡Madre...! —reclamó Arturo.

—¡Silencio! —Se le acercó mostrando angustia en los ojos—. ¿Acaso no ves lo grave de tu situación? ¡Podrían desterrarte también! Convenceré a los ancianos de dejarte aquí con tal de que no digamos nada.

—¡Usted quiere librarse de esto cuando es asunto de ambos! —interpuso papá.

—¡Su hija va a ser desterrada con esa criatura, ese error, y va a morir en el bosque! ¡Nadie en ningún otro pueblo la va aceptar en ese estado! ¡Van a saber de inmediato lo que ha pasado!

Volví a abrazarme a mí misma, o más bien a mi vientre, al bebé, al pensar en que nadie le quería, y que nadie lo iba a querer.

Apreté los labios y un par de lágrimas rodaron por mis mejillas. Los demás discutían, pero nada bueno acerca de mi pequeño bebé. No quería que se sintiera odiado, era parte de mí y también del chico al que siempre había querido conmigo desde joven. Yo quería al bebé.

Si nadie iba a quererlo y ver por su bien, yo sí iba a hacerlo. Yo sola era más que suficiente para protegerlo.


********

Continue Reading

You'll Also Like

540K 41.9K 42
"Con solo un paso, él sabrá tu destino. No le dicen Killer por nada." Portada perfecta: @GDanyelle Historia Registrada en Safe Creative. © All rights...
21.9K 1.4K 13
━━━━ ⋆⋅☆⋅⋆ ━━┑ ♡ ┍━━ ⋆⋅☆⋅⋆ ━━━━ 𝚄𝚗 𝚁𝚞𝚋𝚒ó 𝚍𝚎 𝚊𝚙𝚎𝚕𝚕𝚒𝚍𝚘 𝙰𝚐𝚊𝚝𝚜𝚞𝚖𝚊 𝚜𝚎 𝚍𝚒𝚘 𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚛𝚊𝚝𝚘 𝚍𝚎...
110K 11.7K 26
Primera historia de la saga: 👑Reinos Sobrenaturales 🍃 Una bienvenida al pueblo enigmático de Ohio, Green Gold. El cuál esconde secretos que Aly Mar...
8.9K 419 6
El rey usurpador Aegon II Targaryen es menos monstruo que todos creen que es. La prisionera de guerra Lucerys Velaryon es menos un cordero manso que...