Pov Holly.
Las semanas fueron pasando bastante rápido y Annika habia comenzado con la terapia de masajes, respire hondamente porque estos dolían como el mismo demonio, realmente no me gustaban, solo pegue un chillido por el dolor y cuando terminó me ayudó a levantarme, hace tres semana me había despertado del coma y mi recuperación era grandiosa.
Me sostuve en pie con ayuda de Annika y di unos pasos suaves, sonreí por el hecho de que pronto caminaría como antes porque el Dr. Newman me daba muchas esperanzas de una recuperación pronta.
—Holly estás caminando —chillo Annika sonriendo mientras aplaudía.
—Todo esto, es gracias a ti Annika —la miré con una leve sonrisa.
—Tu recuperación es asombrosa, si sigues así pronto caminaras como antes y gracias a mis buenos masajes —alardeo ella con una gran sonrisa.
Asentí y sonreí levemente, me ayudó a llegar a la cama para sentarme, Matthew había mandado a Charlie el chofer para que me recogiera el día que salí de alta del hospital, las enfermeras y los doctores aún no podían creer que salí de coma luego del trauma que recibí en la cabeza, al menos no había muerto.
Cuando llegue a la gran mansión conocí a Hellen, la nana de Matthew una gran mujer, aunque creo que guarda algo porque siempre trata de ser formal conmigo, solo me habla cuando la comida está lista o si necesito ayuda en algo.
—Sabes Annika, el Sr. Marshall es un gran sujeto, le debo mucho a él y creo que apenas recuerde algo de mi familia me iré de aquí, no me siento cómoda de estar de arrimada en su casa —comente y ella se encontraba sentada mirando su celular muy entretenida.
—Supongo que lo hace porque se apiadó de ti, debes tener fe de que pronto volverás a caminar para encontrar a tu familia, vamos paso a paso Holly —me miró con una leve sonrisa animándome.
—Por algo se empieza, ¿no? —cuestione mirando mis piernas bastante emocionada.
—Así es, todo es cuestión de tiempo —se levantó y entró al baño.
Tome una pequeña bocanada de aire, Matthew andaba de viaje hace 2 semanas exactamente, se marchó un día después de que me dieran de alta, después de que se fue no volví hablar con él, ni se despidió de mí, cosa que me parece inútil pensar, ¿por qué lo haría?, haber piensa tarada, eres solo una mujer desmemoriada que él está ayudando por lástima, ¿por qué se despediría de ti?, no seas patética Holly.
Annika dormía en la habitación de huéspedes al lado de la habitación donde dormía yo, mire el cielo oscuro y supe que había llegado la noche, mire el reloj sobre la pared y este marcaba las 7:30 de la noche, Annika salió del baño y me miró atenta, mientras yo acomodaba mi cama un poco.
—Saldré un rato al jardín Holly, si necesitas algo no dudes en llamarme, ¿está bien? —cuestiono Annika saliendo del baño y me miró.
—Vale, sal un rato a despejar tu mente —asentí levemente.
Ella solo me dio una sonrisa y salió de la habitación para irse, me acomode en la cama y mire un bulto bajo el colchón, no me había fijado y era un diario, en la pasta dura color blanca tenía escrito en letras marcadas con la palabra "Diario", estaban grabadas en cursiva, ¿de quién era este diario?, sé que es íntimo, pero lo abrí porque la curiosidad de saber de quién era me mato, pues si la curiosidad mato al gato y yo ya estoy bien muerta.
En la primera página había una pequeña dedicatoria, estaba en letra cursiva y sus hojas estaban muy viejas como para ser algo reciente, toque las hojas amarillentas y comencé a leer lo que había escrito allí.
''Para la mujer más hermosa de todas, la que me enseño amar, reír y soñar, eres todo lo que siempre quise y lo que ahora me mantiene vivo, la futura madre de mis hijos y de todo mi corazón por siempre.
Con amor, M.''
Era tierno saber que un hombre pensara así de una mujer, pero aún pensaba en quién era la dueña de este diario, di vuelta a la siguiente página y había varias palabras escritas, pero con otro tipo de letra, esta era un poco más severa que la letra de la dedicatoria.
"Aún no sé cómo decirle a mis padres que Carter me sigue buscando después de lo que pasamos, aún lo amo y siempre será el padre del aquel angelito que no nació y aunque la vida me enseño que no lo puedes tener todo en la vida, supongo que mi pasado es enterrar a Carter Adams y olvidarme de él."
No entendía aquellas palabras o quién las escribió, guardé aquel libro debajo del colchón y quité la sábana que me rodeaba, poco a poco me fui parando de la cama en los brazos de Morfeo.
Me sostuve de pie y di algunos pasos en pie, pensé que me caería, pero paso todo lo contrario, me sostuve de pie y aplaudí emocionada, tenía unas muletas así que las tome y fui al baño porque tenía ganas de una ducha, adoraba la tina que había en esta habitación.
Me adentré al baño y puse a llenar la tina, me deshice de la ropa de dormir que tenía puesta y como pude entre a la tina, invertí algo de jabón para espuma, era muy bueno estar relajada, el agua estaba tibia y tomé una de mis piernas para masajearla tal y como me enseñó Annika desde que iniciamos, era una terapia acuática y ya casi no dolían como antes.
—Holly, ¿dónde estás? —escuché a Hellen llamarme desde afuera.
—Me estoy bañando Hellen —grité acomodándose más en la tina.
Vi que abrieron la puerta y lo primero que vi fue a Hellen no muy contenta, sabía que no le agradaba que estuviera en el baño sola haciendo fuerza, menos sin la ayuda de mi enfermera.
—Por el amor de Dios Holly, el doctor Fred dijo que no debías hacer esto sola, ¿dónde está Annika? —cuestiono buscando a la morena; —ella es quien debe ayudarte con las terapias y cuando te quieras bañar o parar de la cama —culminó mirándome molesta.
—Lo siento Hellen —la miré apenada y me hundí en la tina.
—No pasa nada, solo recuerda las instrucciones del doctor, él dijo que no debías hacer fuerzas bruscas con tus piernas —me brindo una gran sonrisa.
Asentí y le devolví una sonrisa de agradecimiento, ella asintió y se marchó de la habitación, solté un suspiro leve y tome la toalla para salir de la tina, me levante un poco quejándome del dolor y sentí que tocaron a la puerta mientras me envolvía en esta.
—Holly, ¿te ayudo? —escuché a Annika del otro lado de la puerta.
—Claro, entra —me levanté para salir del baño.
Estaba envuelta en la toalla y levantada sobre las muletas, Annika abrió la puerta y al verme soltó un chillido.
—¿Cómo llegaste hasta aquí tú sola?, ¿te caíste? —cuestiono eufórica; —por Dios Holly si el Sr. Marshall se entera me corta la cabeza —culminó acercándose a mí para ayudarme a levantarme.
Me ayudó para salir del baño, me senté en la cama mientras Annika buscaba una pijama para mí, encontró una que consistía en un short corto y una camisa de tirantes color violeta.
—Vístete mientras voy por tu cena —me entregó la ropa con una pequeña sonrisa.
Salió de la habitación y me puse mi pijama, tome un cepillo y me dispuse a peinar mi cabello, este llegaba a mis caderas, deje el cepillo de madera a mi lado y mire a Annika llegar con la cena en una charola.
Pov Matthew.
Inglaterra era sorprendente, mis abuelos eran ingleses al igual que yo mientras que papá es Australiano y mamá es Rusa, lo se una gran combinación, cuando era solo un niño venía a Londres con mis padres, justo ahora estaba frente al Bing Bang y mañana saldrá mi vuelo temprano hacia Australia.
Llevo 15 días aquí pensando en que le voy a decir a mamá, aún no sé si deba decirle que Holly es una chica que atropelle o una amiga que estoy ayudando no sé que mentira inventarle, mi celular comenzó a sonar y era nana, tome la llamada y del otro lado de la línea se escuchaba un suspiro leve.
—Matt mi niño, tengo buenas noticias —habló nana del otro lado de la línea.
—¿Qué sucede nana? —mire hacia el bin bang frunciendo el ceño.
—Holly ya está caminando por si sola—chillo nana del otro lado.
—Es una gran noticia nana, pero aún no sé que le diré a mamá —mencione agarrando mi cabello.
—La verdad mi niño, sabes que tu madre odia las mentiras y al final siempre se entera de todo. —Suspiro del otro lado de la línea; —es mejor que le digas todo y sé que entenderá por todo lo que estás pasando así como lo hice yo al enterarme de la existencia de Holly —culminó ella.
—No lo sé nana, apenas llegue a Australia hablaré con ella, tengo que dejarte, iré a comer algo antes de ir a dormir, mi vuelo sale mañana temprano, te quiero mucho —comencé a caminar hasta llegar a un restaurante cerca al hotel.
—Está bien cariño, te esperamos aquí con los brazos abiertos —se despidió colgando.
¿Te esperamos?, ¿quiénes?, ¿Nana y Holly?, vale, estoy sorprendido, no imagine que Holly esperará a que llegara de nuevo a Australia.
Sonreí levemente de imaginar que ella me esperaba, me reprendí mentalmente en que no debía pensar nada relacionado con esa chica, entre al restaurante, varias mujeres voltearon a verme y sonreían coquetas mientras otras me comían con los ojos, las ignoré y me senté en una mesa con vista a las calles solitarias la cual dejaba ver a las personas que iban y venían, una mesera castaña se acercó a mí y tomó mi orden.
—¿Qué desea ordenar? —cuestiono mirándome con una sonrisa.
—Por favor tráigame solo una ensalada con pollo y una limonada —ordené con tono frío.
La chica anotó y se fue, tomé mi celular y le marque a Sam el cual quería hablar conmigo o eso me dijo dicho en un mensaje, busque su contacto y lo marque. Aunque en Australia eran las 3:30 de la madrugada él contestaría, igual era sábado en la noche.
—¿Qué sucede Marshall? —cuestiono del otro lado y se escuchaba música leve.
—Me dijiste que te llamara idiota —rodee los ojos.
—Ah sí, quería decirte que iré mañana a tu casa para entregarle la invitación de la boda a Hellen, además quiero invitar a Holly, Nath no tiene muchas amigas y creo que le sería bien a ambas salir y ya sabes, que sean amigas pues ambas son muy solitarias —agregó él soltando una risilla.
Quede perplejo, ¿Sam estaba loco?, si lo sé, estoy exagerando, pero aún no entiendo, ¿para qué invitar a Holly a la boda? No creo que sea necesario que ella asista.
—Está bien, si es lo que quieres —fingí desinterés chasqueando la lengua.
—Solo te iba a decir eso hermano, espero que no te moleste, es solo que pienso que le vendría bien a Holly distraerse un poco —se escuchaba aún la música.
—No, no me molesta para nada, Holly puede hacer con su vida lo que quiera, ahora ella está bien y también creo que le vendría bien tener una amiga —asentí para mí.
—Está bien, ahora te dejo Matt, estoy en una reunión y ya debo colgar —se despidió.
—Adiós Sam —colgué.
La chica había llegado con la cena y agradecí seriamente, me dispuse a comer y al terminar solo pagué y salí del restaurante, me subí a un taxi y pedí que me llevara al hotel. Al llegar entré, estaba haciendo mucho frió, pues la noche estaba bastante oscura, subí a la habitación y entré para cubrirme del frió, me puse una chaqueta en cuero para salir a ver un rato la ciudad desde el balcón.
Londres es una ciudad hermosa, con grandes calles y avenidas, es muy transitada a estas horas de la noche, el frío se colaba en mis huesos y me hacía tiritar un poco, esta ciudad me recuerda a Danielle y cuando la conocí en un hotel que tenemos aquí cuando acompañe a mi padre en una junta para las modelos que venían a hospedarse desde Estados Unidos.