Jimin caminaba por los pasillos con una sonrisa que parecía iluminarlo todo. Saludaba a cada chico y chica que se encontraba, sin importar a qué clase pertenecieran, y sentía que su ánimo se encontraba en su punto más alto. Últimamente, parecía que la felicidad lo perseguía a donde fuera.
Esa felicidad tenía nombre: Hellparadise.
Desde que había empezado a trabajar con la banda, su vida había cambiado. Los días eran largos, agotadores incluso, pero cada momento valía la pena. Ahora entendía por qué Jungkook siempre estaba cansado y cómo podía quedarse dormido en cualquier lugar. Él mismo había comenzado a acompañarlo en esas pequeñas siestas, porque entre las clases, los ensayos, la producción del álbum, y los ajustes finales en las nuevas canciones, su tiempo estaba lleno.
Pero, a pesar del cansancio físico, Jimin estaba emocionado como nunca antes. Los chicos de la banda le daban una libertad creativa que jamás había experimentado. Sus ideas, por más pequeñas que fueran, eran escuchadas y valoradas. Incluso lo habían animado a componer su propia canción, algo que nunca había pensado que sería capaz de hacer. Aunque estaba nervioso por cómo saldría, el simple hecho de que confiaran en él lo llenaba de ilusión.
No podía evitar comparar esta con lo que había vivía con Baek, recordar le provocaba un leve malestar en el pecho, pero ya no lo atormentaba como antes, las reprimendas constantes, la obsesión por la perfección y la falta de espacio para cometer errores habían hecho que la música, se sintiera como una prisión.
Ahora, con Hellparadise, podía respirar. Podía experimentar. Y, por primera vez, podía sentirse auténtico.
Se dio cuenta de que había faltado a casi todos los ensayos de la orquesta clásica, asistiendo solo a los obligatorios. Quizá debería sentirse culpable, pero la verdad era que no lo hacía.
Este nuevo ritmo de vida le gustaba más. Sentirse libre y tocar lo que quisiera en el momento que quisiera era liberador. Claro, Hellparadise tenía disciplina, pero allí la libertad de expresión era igual de importante.
Cuando entró al salón, encontró a Tae y Yoongi conversando. Ambos lo miraron con sonrisas al verlo entrar.
—Te ves radiante, Jimin —comentó Yoongi con una leve sonrisa.
—¿Con qué te está alimentando Jungkook, felicidad enlatada? —bromeó Tae guiñándole un ojo.
Jimin se rio mientras dejaba su violín, Antes de que pudiera responder, la voz de Namjoon resonó desde el otro lado del salón.
—¡Jimin, ven! Escucha esto—
Jimin asintió con entusiasmo y se acercó a Namjoon, quien le colocó unos audífonos. En cuanto la música comenzó, su rostro se iluminó. Era una nueva canción, con un ritmo vibrante que se sentía fresco y emocionante.
—¿Dónde crees que podría encajar mejor tu violín? —preguntó Namjoon, observándolo atentamente.
Jimin pensó un momento, dejando que la melodía se asentara en su mente. Después de un rato, levantó la mirada y respondió con una mezcla de emoción y seriedad.
—Creo que podría entrar con un pizzicato en la introducción, algo que le dé textura y contraste al riff inicial. Luego, en el estribillo, podríamos usar un arco más largo, tal vez un legato, para crear un crescendo que haga que el estribillo destaque más. Y para el final, me imagino un vibrato profundo que se mezcle con la guitarra de Jungkook… algo que le dé un cierre más melancólico y emotivo—
Namjoon sonrió ampliamente, impresionado—¡Eso suena perfecto. Lo probaremos en el ensayo¡ —
Jimin sintió cómo su pecho se llenaba de orgullo. Cada vez más, sentía que pertenecía a este mundo. Había algo que lo mantenía firme: la certeza de que, por primera vez en mucho tiempo, estaba tomando un camino que realmente lo hacía feliz.
En ese momento, Jungkook apareció y, con un gesto aparentemente casual, rodeó los hombros de Jimin con su brazo. Aunque intentaban mantener las apariencias, eran terriblemente malos para disimular.
—¿Qué hacen? —preguntó Jungkook alegremente, con una sonrisa que iluminaba el ambiente.
—Le estaba enseñando la nueva canción a Jimin —respondió Namjoon mientras ajustaba los niveles en su portátil— Creo que estará lista para la grabación—
—Jackson dijo que tenía grandes ideas para la publicidad y el marketing, y que ya estaba organizando todo —intervino Hoseok, refiriéndose al manager que les había conseguido su madre.
Jackson era joven, pero su experiencia era innegable. Desde el inicio había conectado con ellos, proponiendo ideas frescas y estratégicas. Ahora, el equipo había comenzado a dejar pequeñas pistas en las redes sociales de la banda, y los fans no tardaron en lanzarse con especulaciones y teorías.
—Parece que algunos ya están sospechando sobre lo que vamos a revelar. Leí comentarios diciendo que podría haber un quinto miembro —comentó Seokjin en voz baja, asegurándose de que solo ellos lo escucharan.
Jimin sintió un leve calor subirle al rostro. Se sonrojó mientras su corazón comenzaba a latir más rápido. ¿Ya había rumores sobre eso? Apenas habían publicado unas cuantas pistas en las redes sociales junto al anuncio del lanzamiento de su primer álbum lleno de sorpresas, y los fans ya estaban haciendo teorías.
Era sorprendente lo rápido que podían conectar los puntos, incluso con tan poca información.
La mezcla de nervios y emoción se apoderó de Jimin, pero no pudo evitar sentirse halagado al imaginarse como parte del misterio que todos estaban esperando.
En ese instante llegó el maestro y todos tomaron asiento. Jimin regresó a su lugar junto a Taehyung y Yoongi, y la clase dio inicio. Al finalizar, los estudiantes comenzaron a salir del salón.
Jungkook miró a Jimin desde la puerta, sus ojos comunicándole sin palabras lo que quería: "Encuéntrame en nuestra sala de ensayos." Jimin asintió con complicidad, sintiendo una leve emoción revolotear en su pecho.
Sin embargo, antes de que pudiera salir, Taehyung lo detuvo. El salón ya estaba vacío, y el ambiente se volvió más íntimo.
—Jimin, Yoongi tenía razón —comenzó Taehyung, mirándolo con sinceridad —De verdad te ves radiante. Nunca pensé verte así, tan lleno de vida. Me alegra mucho—
Jimin se ruborizó ligeramente, mordiendo su labio inferior—Yo… gracias —murmuró con algo de timidez—Y lo siento, sé que he faltado a muchos ensayos estos últimos meses—
Taehyung se encogió de hombros con una sonrisa comprensiva—No tienes que disculparte. Tienes mucho por hacer ahora, y sabemos cómo es Baek... siempre queriendo controlar todo. Pero, Jimin, siento que ya ha pasado bastante tiempo y deberías decidir qué quieres hacer —dijo con suavidad, aunque sus palabras llevaban un peso evidente.
Jimin lo miró directamente, un leve nerviosismo reflejado en sus ojos.
—No quiero que te sientas presionado, pero creo que te estás desgastando al tratar de mantener ambos mundos. Te estás involucrando seriamente con los chicos de Hellparadise, pero también sigues atado a la orquesta y a la música clásica. Estar aquí y allá va a ser agotador para ti, física y mentalmente, sobre todo con Baek y tu abuelo siempre presionando—
Jimin suspiró profundamente. Sabía que Taehyung tenía razón. Además, estaba el hecho de que los chicos de Hellparadise ya lo consideraban un quinto miembro, y él aún no les había mencionado lo de Berlín.
—Lo sé —admitió en voz baja— Aún no sé cómo manejarlo. Ahora soy feliz, pero… todavía no le he hablado a mi abuelo de lo que estoy haciendo con Hellparadise. Tampoco les he contado a los chicos sobre la audición que tengo para la Filarmónica de Berlín. Ni siquiera Jungkook lo sabe—
Taehyung lo miró con sorpresa, sus ojos agrandándose—¿Audición para Berlín? ¿Cuándo es eso? —
Jimin tragó grueso, sintiendo la presión aumentar en su pecho—Dentro de dos meses—
—¿Dos meses? —repitió Taehyung, procesando la información— Justo después de nuestra presentación conjunta con los chicos de música moderna y antes de la fecha de lanzamiento del álbum de Hellparadise. ¡Ocho semanas, Jimin! ¿Y qué vas a hacer? —
Jimin asintió lentamente, tratando de calmarse —Hablaré con Jungkook y los chicos, y también con mi abuelo —respondió, intentando sonar decidido— Espero poder tomar la decisión correcta—
Taehyung lo miró con ternura, poniendo una mano en su hombro —Piensa en ti, ¿vale? La decisión que tomes, eres tú quien vivirá con ella el resto de tu vida. Yo amo el chelo y la música clásica, y si le preguntas a Yoongi, te dirá que el piano es el mejor instrumento. Ambos sabemos lo que queremos y lo que nos hace felices. Ahora, Jimin, pregúntate a ti mismo: ¿te ves siendo un músico clásico toda tu vida, o te ves explorando otros géneros? Tal vez con Hellparadise, o incluso como violinista independiente—
Jimin tomó una profunda bocanada de aire, sintiendo el peso de las palabras de su amigo. Sabía que Taehyung tenía razón. No podía seguir nadando en dos aguas, aferrándose a ambas posibilidades. La decisión era difícil, pero tenía que tomarla pronto.
Sin embargo, lo que ninguno de los dos sabía era que su conversación estaba siendo escuchada. Desde la puerta, alguien había estado atento a cada palabra.
🎻
Jimin salió del salón y se alejó de Taehyung con un suspiro. Esta noche hablaría con Jungkook en su casa, con calma. Por fin le contaría sobre la audición para Berlín, le compartiría sus dudas, sus miedos y todo lo que había cargado en silencio durante tanto tiempo.
Al caminar por los pasillos, una sensación incómoda lo invadió. Miró por encima de su hombro, sintiendo como si alguien estuviera siguiéndolo, pero no había nadie.
—Estoy paranoico —murmuró para sí mismo, sacudiendo la cabeza.
Con un suspiro y la decisión firme en su mente, se encaminó hacia la sala de ensayos. Sabía que no tenía mucho tiempo, ya que Jungkook tenía otra clase pronto. Al abrir la puerta, lo primero que recibió fue un beso cálido y un apretado abrazo que lo hizo sentir en casa.
—Te extrañé tanto —murmuró Jungkook contra su cabello.
Jimin soltó una risita, ligeramente avergonzado—Tonto, nos acabamos de ver—
—En clase no puedo abrazarte —respondió Jungkook, con un deje de frustración— Se supone que nadie debe saber lo nuestro, pero quiero comerte a besos en todo momento—
Jimin se rió, dándole un ligero golpe en el hombro —Deja de decir esas cosas, me pones nervioso —murmuró, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas.
Aunque adoraba la forma directa de Jungkook, también lo hacía sentir vulnerable.
—¿Puedes venir a mi casa esta noche? —preguntó Jimin con cierta timidez, desviando la mirada.
Jungkook arqueó una ceja, una sonrisa traviesa asomándose en sus labios—¿Me estás invitando a dormir juntos esta noche, mi principito travieso? Porque yo encantado—
—¡Tonto! —exclamó Jimin, golpeándolo suavemente en el pecho. —Solo piensas en eso. Pervertido—
—No puedo evitarlo, es tu culpa por ser tan irresistible —replicó Jungkook con picardía, apretándolo aún más contra sí.
—Estoy hablando en serio, quiero hablar contigo sobre algo importante —dijo Jimin, intentando mantener la calma.
Jungkook suavizó su expresión, acariciando la mejilla de Jimin—Tus deseos son órdenes, mi principito. Nos vemos esta noche—
Antes de separarse, Jungkook le dio otro beso. Jimin rió suavemente contra sus labios.
—Vas a llegar tarde a tu clase —susurró, todavía sonrojado.
—Y tú estás tentándome a quedarme —respondió Jungkook, fingiendo indignación.
—No es cierto, además, mañana tenemos reunión en el estudio de grabación. Solo faltan los ajustes de las canciones, así que no podemos hacer nada esta noche —añadió Jimin, alejándose un poco para recuperar la compostura.
—¿Y si posponemos esa reunión? —preguntó Jungkook, levantando una ceja con fingida inocencia.
—¡Ya vete a clases! —exclamó Jimin, empujándolo suavemente hacia la puerta mientras reía, sus mejillas aún teñidas de rojo.
Jungkook se despidió con una sonrisa, pero no sin antes lanzar una última mirada que hizo que el corazón de Jimin latiera un poco más rápido.
Mientras se quedaba solo en la sala de ensayos, Jimin suspiró. Aunque la cercanía de Jungkook lo llenaba de calidez, no podía ignorar el peso de lo que le diría esa noche. La decisión que estaba por tomar podía cambiarlo todo.
🎸
Jungkook salió de su última clase con la guitarra colgada al hombro, caminando hacia el estacionamiento. Aunque aún era temprano, no tenía intención de quedarse más tiempo. Iría directo a casa de Jimin.
¿Cómo podía querer tanto a ese chico? No, querer no era suficiente… ¿Lo amaba? Probablemente. Cada vez que estaba con él, el mundo parecía detenerse. No había dudas, ni inseguridades, ni sombras que lo opacaran. Con Jimin, se sentía único, dueño de su vida. Ese principito de ojos verdes y cabello cobrizo lo tenía rendido a sus pies.
Mientras cruzaba el estacionamiento, el eco de unos pasos detrás de él llamó su atención. Se detuvo, girando la cabeza. Su ceño se frunció al reconocer a la figura que se acercaba con aire despreocupado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Jungkook, molesto, al ver a Byun BaekHyun.
—Solo vengo por mi auto —respondió Baek, esbozando una sonrisa ligera, de esas que cargaban una mezcla de superioridad y desdén. Esa sonrisa que Jungkook encontraba insoportablemente irritante.
A pesar de su incomodidad, decidió ignorarlo y siguió caminando hacia su auto.
—Oye, Jeon… —la voz de BaekHyun lo detuvo de nuevo, con ese tono que parecía disfrutar de cada segundo de atención robada.
—¿Qué quieres? —preguntó Jungkook, volteándose, su expresión cargada de fastidio.
—¿Estás disfrutando tus últimas semanas con Jimin? —soltó Baek, su tono casual, casi juguetón, pero con un filo evidente.
Jungkook lo miró, confundido—¿De qué hablas? —
BaekHyun dejó escapar una risa burlona que resonó como un eco incómodo en el estacionamiento vacío.
—Vamos, es obvio que ustedes tienen algo. Jamás pensé que Jimin caería tan bajo… Pero bueno, supongo que hasta los príncipes cometen errores —Hizo una pausa, estudiando cada reacción de Jungkook con una mirada afilada— Aunque, al menos, ya está entrando en razón—
—No tienes idea de lo que dices —espetó Jungkook, abriendo la puerta de su auto, decidido a no darle más importancia.
—¿No? —BaekHyun alzó una ceja, inclinándose ligeramente hacia él como si fuera a revelar un secreto—. Jimin se va a Berlín en dos meses. Va a seguir su destino como músico clásico, como debe ser —Sonrió, saboreando la tensión en el aire— Por eso… ustedes no tienen futuro—
Jungkook se quedó inmóvil, sus dedos aferrados a la manija de la puerta. Lentamente, levantó la mirada hacia BaekHyun, con una mezcla de incredulidad y desconcierto reflejada en sus ojos.
—¿Qué estás diciendo? —
BaekHyun soltó una carcajada fría, satisfecha al ver la confusión en el rostro de Jungkook.
—¿No lo sabías, Jeon? —murmuró, sus palabras impregnadas de veneno—. Jimin se va. En dos meses estará en Berlín, y tú… ni siquiera tenías idea—
El impacto de sus palabras dejó a Jungkook sin aliento por un momento. Su mente comenzó a llenarse de preguntas, dudas y un nudo creciente en el pecho.
—Eso no es cierto —dijo Jungkook, con la voz baja pero temblorosa.
—Oh, claro que lo es —respondió BaekHyun, disfrutando cada segundo de su victoria momentánea— ¿Qué clase de novio no sabe los planes más importantes de su pareja? —
Con esas palabras, BaekHyun le lanzó una última sonrisa venenosa y se giró, dejándolo solo.
Jungkook se quedó inmóvil junto a su auto, su corazón latiendo con fuerza. El nombre de Jimin era lo único que llenaba su mente, junto a la duda devastadora que acababa de sembrarse. ¿Por qué no le había contado nada? ¿Era cierto lo que BaekHyun decía? ¿Jimin realmente lo dejaría?
Mis amores hoy llegué temprano, me robe un rato de trabajo, aprovechando que todos están pendientes de otras cosas, es un secreto no le digan a nadie…
Espero que les haya gustado este capítulo, los amor tengan una hermosa noche buena ❤️ y una feliz navidad 🎄
Les amo un poco demasiado 💕