Con la mano de Rafe envolviendo mi muñeca, caminamos hasta el coche, dónde rápidamente me zafé de su agarre y me metí en el asiento de piloto.
- Lyn, ¿qué estás haciendo? - funció el ceño sabiendo muy bien mis pensamientos -. Vámonos a casa.
- Es JJ - lo miré a los ojos -. No voy a dejárlo solo.
Él entendía mi relación con JJ, justo por eso asintió con la cabeza y se metió en el coche conmigo. Encendí el motor y apreté el ecelerador todo lo que pude, la gente se apartó a los lados con prisa y miedo, y yo conduje siguiendo a los coches de la policia.
- Ey, nena, vez más despacio - Rafe estaba cogido al asiento mirándo con los ojos muy abiertos la escena.
Cuando llegamos a una calle donde solo habían tiendas de lujo, el coche que teníamos en frente se paró, y Shoupe bajó de el echando un vistazo alrededor suyo. Los cristales de las tiendas estaban todos rotos, había una papelera y un contenedor prendiéndose fuego, y las luces de toda esa calle estaban apagadas.
- Joder, con Maybank - silbó Rafe -. ¿Qué ha pasado?
- Lo de siempre.
No hacía falta ser muy listo para entender lo que le había dicho. A lo largo de mi vida había perdido muchas cosas que injustamente habían sido regaladas a los Kooks.
Rafe asintió lentamente con la cabeza sin dejar de mirar por la ventana del coche todo aquel destrozo. Volví a acelerar y esquivé aquel coche de policia, y en ese momento una moto pasó por nuestro lado, seguida de tres chicos corriendo en la misma dirección.
Pronto aquella calle se había llenado de gente de la parte pobre de la isla. Algunos solo gritaban en dirección al sheriff, otros se aprovechaban de la situación y cogían alguna que otra cosa de gratis, y pude ver en el retrovisor a cinco cabezas que reconocía bastante bien. Paré en seco el coche, haciendo que Rafe se girara alertado hacia mi sin saber que estaba haciendo.
- ¡Ey, vosotros! - mi hermano se giró al escuchar mi voz -. ¡Venga, subid al coche!
Sarah tomó el asiento trasero junto a Cleo, Kiara y John B, mientras Rafe seguía a mi lado en el asiento del copiloto, aún con el ceño fruncido.
—¿Qué demonios está pasando? —exigió saber Rafe, lanzando una mirada al retrovisor para ver a los demás.
—JJ está metido en esto, ¿verdad? —preguntó Sarah, con la voz temblorosa pero firme.
Asentí mientras volvía a pisar el acelerador, esquivando a las personas que bloqueaban la calle. Los gritos se intensificaban, y un destello de luz a lo lejos iluminó las sombras, probablemente otro coche de policía
.—¡Esto es una locura! —gritó Kiara desde atrás, mirando por la ventana con desesperación, como si esperara ver a JJ aparecer de la nada.
Rafe se pasó una mano por el cabello, claramente incómodo con toda la situación.
—¿En serio vamos a buscarlo en medio de esto, Lyn? —espetó, mirándome con esos ojos que mezclaban preocupación y fastidio.
—¿Qué otra opción tengo? —respondí sin quitar la vista del camino, con los nudillos blancos de tanto apretar el volante.
Conduje sin bajar la velocidad en busca de dónde podría estar el rubio. Lo cierto era que en aquel momento, sin la luz del día, me resultaba todavía más difícil ver alguna sombra. Los mareos volvieron y en un momento el coche se me fue un poco haciendo que hixiera un pequeño zic zac, provocándo que los chicos de atrás soltaran un grito asustados.
- Bájate del coche, Lyn - me ordenó Rafe.
- ¿Qué? No - sostuve el volante con fuerza -. No voy a dejarlo solo.
- Bájate - me miró con esa intensidad en los ojos que me hacía tragar saliva.
Paré el coche en seco, y me bajé del coche espreándo a que él se pusiera en mi lugar. Pensé que en ese justo momento Rafe iba a dar la vuelta y a llevarme directa a casa para evitar más problemas, pero cuando apretó el acelerador y siguió por la carretera recta, una sonrisa de sorpresa de dibujó en mi rostro.
Incluso en ese momento, no pude no echrale un vistazo a las manos del moreno, y observar como se movían con tanta facilidad entre el volante y la palanca de marchas. Sus dedos largos y firmes parecían tener un control absoluto, manejando el coche con una facilidad que casi parecía natural. Había algo hipnótico en la forma en que sus nudillos se tensaban ligeramente al girar, o cómo su muñeca se flexionaba al cambiar de marcha. No podía apartar la mirada, y, para mi sorpresa, sentí un calor extraño en el pecho. Era una atracción inesperada, como si en ese momento su seguridad al volante fuera lo único estable en medio de todo el caos.
Desde mi asiento, veía cómo sus ojos se mantenían clavados en el camino, serios, analizando cada curva y cada obstáculo como si hubiera hecho esto mil veces. Era extraño confiarle algo así, pero en ese momento me di cuenta de que, por alguna razón, confiaba en él.
—¿Alguna idea de dónde podría estar, nena? —preguntó sin apartar la vista de la carretera, su tono bajo pero firme.
—No lo sé. —Me crucé de brazos, frustrada.
Miré por la ventana, tratando de reconocer alguna señal que me guiara hacia JJ. Todo esto parecía irreal, como una pesadilla de la que no podía despertar.Unas luces de policia se vieron entre los árboles, eran tres coches, y Rafe no dudó en seguirles. veía como mis amigos miraban con el ceño fruncido a Rafe, probablemente sorpresndidos de la auyda que nos estaba brindando.
- Creo que sé a dónde ha ido - habló mi hermano asomándose por detrás.
Rafe le echó un vistazo por el restrovisor alentándolo a hablar.
- La inmobiliaria de Dale Zeasy.
No hizo falta que mi hermano diera ninguna explicación, Rafe volvió a aumentar la velocidad y en un par de minutos llegamos a las puertas de auqel lugar. El cristal de la puerta de la entrada estaba roto, y se esuchaba sonidos provenientes de su interior.
Rafe aparcó el coche detrás de la casa, evitando que algún sheriff pudiera verlo.
- Y, ¿qué hacemos ahora? - habló Sarah mirando al resto.
- Algunos deberíamos de quedarnos aquí por si sale, pero si preferís bajar - dudé.
Hacía mucho tiempo que no estaba tan metida en algo con ellos, y tampoco quería ser yo quien diera las órdenes,me hacía sentir rara y observada. Kiara asintió con la cabeza y bajó del coche, seguida de Sarah, Cleo y Pope. Mi hermano se acercó una vez más a Rafe y le dió un leve apretón en el hombro.
- Muchas gracias - le sonrió antes de marcharse junto al resto.
Rafe giró la cabeza para ver como salía del coche con una pequeña sonrisa, que provocó la mía. Ver como poco a poco mi familia se iba reconstruyendo me hacía sentirme feliz, aunque sería totalmente feliz, si una de las personas más importantes de mi vida no fuera un fugitivo.
- Vale, vosotros os quedaís en el coche por sale - explicó Pope -. Nosotros no acercámos paraa ver si lo vemos.
Asentí con la cabeza y los chicos corrieron alejándose de dónde estábamos. Las sirenas se escucharon más fuertes, ya debían de haber llegado. Mi pierna se movía arriba y abajo de los nervios que me recorrían la piel. Había echado mucho de menos pasar tiempo con ellos, pero no había echado nada de menos el ser seguida por la policía, parecía ser un complemento de estar con ellos.
- Ey, nena, ¿estás bien? - me pusó una mano en mi muslo.
- Sí, sí, solo estoy un poco mareada - me giré hacia Rafe y dejé un beso en sus labios -. Gracias.
Rafe negó con la cabeza restándole importancia a lo que recién había hecho. dejé caer mi cabeza en su hombro un par de segundos, hasta que unos gritos comenzaron a escucharse. Rafe y yo nos incorporamos para estar en alerta. De repente una ventana se abrió en el segundo piso, y unas botas salieron del ella.
- Joder, es Maybank - Rafe apretó el botón del intermitente, no podíamos hacer ruido si queríamos ayudarle.
El rubio estaba todo desaliñado, y una trsiteza me invadió en el cuerpo al ver como el niño inocente que hbaía críado, ahora estaba seguido por la policía por querer recuperar lo que era suyo. Me asomé por la ventanilla y moví mi brazo para que me viera.
Cuando nuestros ojos se encontraron, sentí una mezcla de alivio y desesperación. JJ se quedó quieto por un segundo, como si no pudiera creer que estábamos allí. Luego, con la agilidad que lo caracterizaba, bajó de un salto desde el marco de la ventana, aterrizando con un golpe seco en el suelo.
—¡Rápido, ven aquí! —le susurré con urgencia, sin apartar la mirada de él.
Rafe, todavía en su asiento, tamborileaba los dedos contra el volante, visiblemente impaciente. JJ corrió hacia nosotros, esquivando cajas y escombros en su camino. Cuando llegó al coche, abrí la puerta de atrás y lo ayudé a entrar rápidamente.
—¿Estás loco? —le susurré furiosa mientras él se desplomaba en el asiento trasero, jadeando.
—Probablemente, pero... —JJ trató de recuperar el aliento mientras sonreía de lado—. ¿No es eso lo que te gusta de mí?
Rafe bufó desde el asiento del piloto, pero no dijo nada. En cambio, arrancó el coche con un movimiento decidido y giró por una calle lateral, alejándonos del caos mientras las sirenas resonaban a lo lejos.
El silencio en el coche era tenso, roto solo por la respiración acelerada de JJ. Yo no podía dejar de mirarlo, intentando decidir si lo regañaba o si lo abrazaba. JJ, como siempre, tenía esa expresión de despreocupación que solo enmascaraba lo cansado y roto que realmente estaba.
Rafe mantuvo la vista fija en la carretera, pero pude notar la rigidez en su mandíbula. Por un instante, pensé que iba a detener el coche y dejarlo tirado. Sin embargo, no lo hizo. Simplemente aumentó la velocidad, como si su única misión en ese momento fuera sacarnos de allí lo más rápido posible.
—¿Qué rayos hiciste ahora, Maybank? —preguntó finalmente, con un tono seco y cansado.
—Lo de siempre, Rafe. Luchar por lo que me pertenece. —JJ se encogió de hombros, como si la respuesta fuera obvia.
Rafe soltó un suspiro pesado, y yo no pude evitar mirarlo de reojo. Sus manos seguían firmes en el volante, y en ese momento pensé que, a pesar de todo, él también estaba luchando. Tal vez de una forma diferente, pero estaba ahí, ayudándome, ayudándonos.
Apoyé mi cabeza en el respaldo y cerré los ojos, tratando de calmar el torbellino de emociones en mi interior. Pero lo único que podía pensar era en cómo esta noche, de alguna forma, habíamos vuelto a ser ese grupo caótico e improvisado que siempre encontraba la forma de mantenerse unido.
- ¿Qué hacemos ahora? - miré a Rafe con el ceño fruncido.
- Déjame en el puerto, cerca de la tienda - habló JJ con la respiración entrecortada.
- ¿Qué? - me giré para mirarlo -. ¿Estás loco?
JJ no contestó, tan solo se centró en el paisaje que había por la ventana del coche. No tardamos mucho en llegar, y cuando lo hicimos los tres nos bajamos del coche.
JJ caminó hacia su bote, mientras que Rafe me envolvió la cintura con su brazo, para acercarme más a él.
- Ten cuidado, por favor - le pedí al rubio, quien se giró para mirarme.
JJ caminó en mi dirección y me envolvió en sus brazo. Noté como unas cuantas lágrimas caían por mis mejillas sin poder controlarlo. JJ me sostuvo con más fuerza, dejando caer su cabeza sobre mi hombro por un momento. Sentí su respiración cálida y acelerada en mi cuello, y aunque sabía que ese abrazo no resolvería todo, en ese momento lo necesitaba tanto como él.
—Siempre tengo cuidado, Lyn. —Su voz era un susurro, rota y cansada, pero todavía con ese tono despreocupado que siempre intentaba usar como escudo.
—No lo suficiente —murmuré contra su pecho, sin querer soltarlo.
Un carraspeo detrás de nosotros rompió el momento. Me separé de JJ para encontrar a Rafe parado con los brazos cruzados, una mezcla de impaciencia y algo que parecía celos en su expresión.
—Odio interrumpir esta emotiva despedida, pero tenemos que irnos antes de que alguien nos vea aquí —dijo con un tono seco.
JJ dejó escapar una risa suave, aunque había un brillo en sus ojos que delataba su agradecimiento. Dio un paso atrás y asintió hacia mí.
—Estaré bien, Lyn. Lo prometo - se giró para mirar a mi chico -. Gracias, tío.
Asentí, aunque no creía del todo en sus palabras. Observé cómo se daba la vuelta y caminaba hacia su bote, su silueta perdiéndose en la penumbra del puerto. Sentí un vacío en el pecho, pero también un alivio al saber que al menos ahora estaba lejos del peligro inmediato.
Rafe me tomó suavemente por el brazo, guiándome de vuelta al coche. Subí sin decir nada, y el silencio entre nosotros era cómodo, aunque lleno de cosas que ninguno de los dos parecía dispuesto a decir en voz alta.
Cuando arrancó el coche, lo observé de reojo. Su mandíbula estaba tensa, y sus ojos seguían fijos en la carretera, pero había algo en su postura que me hacía sentir segura. Como si, a pesar de todo, siempre pudiera contar con él para estar ahí cuando más lo necesitara.
—¿Estás bien? —preguntó de repente, sin apartar la vista del camino.
—Sí —respondí, aunque mi voz sonó más débil de lo que esperaba.
Rafe soltó un suspiro y extendió su mano, entrelazando sus dedos con los míos. Fue un gesto simple, pero suficiente para calmar la tormenta en mi mente.
—Lo siento por haberte metido en esto —dije después de un momento, con la mirada fija en nuestras manos unidas.
—No te preocupes, nena. Ya estoy acostumbrado a tus locuras. —Una sonrisa burlona apareció en sus labios, pero su tono era suave, casi protector.
Sonreí, a pesar de todo. A veces, cuando el mundo se desmoronaba a nuestro alrededor, los pequeños momentos como ese eran los únicos que mantenían todo unido.
Mientras nos alejábamos del puerto, con el sonido de las olas quedándose atrás, no pude evitar sentir que, aunque la noche había sido un caos, de alguna forma todos habíamos salido un poco más fuertes. JJ seguiría siendo JJ, yo seguiría preocupándome por él, y Rafe... Rafe estaría ahí, con esa paciencia extraña que siempre parecía tener conmigo.
—Gracias, Rafe —murmuré, apoyando mi cabeza en su hombro.
Él no dijo nada, pero su mano apretó la mía con más fuerza, como si con ese simple gesto estuviera diciendo todo lo que no podía poner en palabras.
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BUENASSS
aquí un nuevo capítulo, ya nos vamos acercando más al final.
He subido el primer capítulo de mi fanfic para las chicas de JJ, si podeís pasar y brindarle el mismo apoyo que le disteís a esta historia me ayudaríais mucho.
Espero que os haya gustado, y muchas gracias por todos vuestros votos y comentarios.
Graciasss