— ¿No lo tienes puesto? —Interrogó Taehyung con los brazos cruzados sobre la carpeta. Jimin bajo la cabeza con vergüenza, luego procedió a jugar con sus dedos.
— Es algo raro, no sé. No me siento tranquilo... No se si me dejó entender. —Entabló contacto visual con Taehyung, quien rodó los ojos, y luego sacó un lápiz y una hoja.
— Mira, hoy nos volvió a tocar hacer natación con el salón de Jungkook. Tenemos suerte que se cruzaron los horarios, y el encargado le diera flojera arreglarlo —Comenzó a hablar mientras hacía un mini mapa del gimnasio de natación—. Yo podría entretener al profesor aquí. —Señaló un cuadrado, luego trazo otro— Imagina que esto son los vestuarios —. Encerró con un circulo dicho cuadrado y empezó a escribir: "Lugar donde JM y JK... cositas"
— ¿Cómo la última vez?
— Ajá, pero no me lo asustes como la última vez —Bromeó.
— Te admiro, Taeh —Se escuchó una voz femenina. De pronto el pelinegro sintió un golpe amistoso en su hombro, volteó a ver a la persona, encontrándose así con Lisa.
— ¿De que hablas?
Lalisa soltó una carcajada. Se inclinó levemente y susurró en su oreja: "Yoongi"
En eso, entendió a lo que se refería.
— Ya te voy avisando que ese rumor es falso —Hablo entre dientes. Lisa volvió a reír. Extendió su mano hasta el bolsillo trasero de su pantalón, y sacó su celular.
— ¿Sabes que es lo peor de esta foto? —Interrogó, cuando busco entre su galería dicha foto que Taehyung ya había visto múltiples veces.
— ¿Qué me veo realmente bien?
La rubia rodó los ojos, colocó en la mesa el celular y señaló la entrada de la preparatoria. Jimin se asomó y entrecerró sus ojos al no poder ver nada.
— Sería fabuloso que le subieras el brillo —Sugirió Taehyung con ironía. Lalisa solo sonrió.
— Lo que usted ordene, su majestad —Bromeó. Subió el brillo, y fue ahí donde pudieron notar una particular silueta.
— ¿Yoongi? —Dijeron Jimin y Taehyung al unísono. Se miraron y luego volvieron a enfocarse en la pantalla. El pelinegro hizo zoom con sus dos dedos, y si, era Yoongi.
Antes de que Taehyung pudiera articular alguna palabra, un chico de grado superior, se asomó por la puerta del salón.
— ¿Qué haces aquí, Jaebum? —Interrogó Dahyun, quien se encontraba cerca a la entrada junto a Momo.
— ¿Este es el salón de Kim Taehyung? —Preguntó mientras veía cada esquina del aula. Dahyun asintió y señaló la penúltima carpeta.
— ¿Podrías llamarlo?
Dahyun volvió a asentir con la cabeza. Volteó sin pararse de su silla y colocó sus manos en modo megáfono
— ¡Tae, te buscan!
El pelinegro se paró de inmediato, dejando a Jimin y Lisa solos.
El rubio miró como su mejor amigo se acercaba a la puerta y empezaba una platica con Jaebum.
— Nunca pasó por mi mente la idea de que Taehyung y tú fueran... amantes —Comentó, al mismo tiempo que se sentaba en la carpeta de al lado.
— No es mi amante —Regaño con las mejillas un tanto ruborizas— Solo me estuvo ayudando en algo... un favor, eso es todo.
— Uy, si. Ahora me dirás que Yoongi y Taehyung no son novios —Hablo en tono de burla.
— No lo son.
— Pero fue el mismísimo Min Yoongi quien lo dijo.
— Lili...
— Minnie....
Ambos se miraron, para poder corroborar la verdad del asunto. La rubia pasó una mano por su cabello y asintió.
— Bien, te creo. —Iba a decir algo más, pero la presencia de Taehyung los interrumpió.
— Al parecer alguien quiere que nos veamos a la hora de salida.
— ¿Quien? —Preguntó el menor. Taehyung se encogió de hombros, para luego sentarse en su respectivo lugar.
— Solo se que es del salón de Jaebum—Comentó—. Creo que es Wheein, no lo sé.
— Cierto, ¿ustedes no estaban en algo? —Se manifestó la tailandesa, quien ahora se encontraba inclinando su silla, sin importarle que podría caerse en cualquier momento.
— Pasaron cosas —Dijo Taehyung—. Quedamos en que... no iba a pasar más. Solo amigos y ya.
— Quizás quiere arreglar las cosas —Siguió Lisa mientras que con los dedos movía su lapicero en círculos.
-
— ¡¿Cómo es que no lo trajiste?! —Exclamó Taehyung, pero fue inmediatamente callado por las pequeñas manos de Jimin.
— Ya te lo había dicho.
— Ya lo sé, pero me gusta gritar—Contestó, luego de que su contrario lo soltara.
Ambos amigos se colocaron su ropa de natación y salieron de los vestidores junto con sus demás compañeros.
Jungkook estaba al otro lado de la piscina conversando con algunos de sus amigos. Jimin apenas apareció, entabló contacto visual con el azabache.
Se sonrieron.
— Si las miradas hicieran cosas, Jungkook ya te estaría sacando la ropa en las duchas —Susurró Taehyung cerca a la oreja de Jimin.
— Cállate —Le reprendió con un intenso rubor en los cachetes.
El pelinegro solo se rió por las mejillas coloradas de su mejor amiga. Palmeó su hombro e hizo una mueca cómplice cuando Jungkook comenzó a acercarse.
— Mira a quien tenemos aquí. ¿Ya te sientes mejor luego de haberme traicionado? —Se pronunció Taehyung, refiriéndose a la «infidelidad» de Jimin, cuando Jungkook estuvo lo suficientemente cerca como para poder escucharlo. El mayor le sonrió sin gracia, cruzando los brazos y marcando sus músculos.
— ¿Y tú ya terminaste de engañar a tu novio Yoongi o por qué tan tranquilo? —Replicó con una ceja arqueada. Taehyung rodó los ojos, y posteriormente se cruzó de brazos igual que el contrario.
— Él y yo no tenemos ninguna relación amistosa, ni mucho menos una romántica. Dios, ¿cuantas veces tengo que repetirlo? —Suspiró— Todo esto me pasa por ser buena persona. ¿Por qué soy tan bueno?
— Ya decía yo que era raro que un friki saliera con dos chicos al mismo tiempo —Bromeó con amargura.
— Nada que ver, pero este friki. —Hizo comillas con sus dedos— Se beso con el chico que te gusta, así que...
— ¡Alumnos! Muevan sus malditos traseros y vengan —Reprochó el entrenador de natación.
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— No soy muy bueno nadando —Reveló Jungkook mientras veía a cuatro de sus compañeros a punto de realizar una competencia de velocidad dentro de la piscina.
Jimin lo miró y respondió—: Cuando vivía en Busan, mi mamá me mando a una academia de natación.
— No me habías contando sobre eso —Hablo con curiosidad. Jimin solo río, seguidamente recostó su cabeza en el hombro grande de su contrario.
— Hay cosas que no veo necesarias contar o solo no ocurrió el momento indicado para contarlas —Pronunció apenas en un susurro.
— Aún así, la platica es buena. Nos ayuda a aclarar algunas cosas y conocernos más, ya sabes. Por ejemplo, si un día te veo pataleando en una playa voy a pensar que te estas ahogando. Y yo como no sé nadar, me voy ahogar en mitad del rescate. Al final de cuentas, tú me estarías salvando porque tú si sabes nadar.
— Eres un tanto dramático —Se burló Jimin mientras veía a sus compañeros tirarse a la piscina.
— ¿Por qué me dices esas cosas? ¿Quieres hacerme sentir mal? —Le siguió el juego, seguidamente reposó su mejilla en la cabeza del contrario.
Jimin solo rió, cerrando los ojos y disfrutando de la sensación.
Dos años atrás...
— Ellos son la banda en la que estoy ahora. Mira, el es Suho —Le presentó al pelinegro. Jungkook estrecho la mano del mencionado, luego miró hacia su izquierda—. Ellos son KyungSoo, Xiumin, Chen y JongIn.
— Un gusto —Hablo un tanto nervioso.
— ¿Él quien es, Sehun? —Preguntó Suho. Sehun se rasco la cabeza y sonrió.
— Él es un viejo amigo. Acaba de volver hace poco y está yendo a mi preparatoria.
No pasó mucho tiempo en lo que el azabache logró encajar en aquel grupo de amigos. Xiumin le enseñó la batería, ya que, ese era uno de los instrumentos que pocos sabían manejar en la banda.
-—Joder, que agotador —Se quejó Chen, quien tiró su batería al sofá gastado, posteriormente se dejó caer en dicho mueble.
— Traje algo —Se manifestó Suho. Todos en el lugar voltearon a verlo. El líder de la banda sonrió y camino hacia su mochila. Abrió el cierre pequeño y sacó una cajetilla de cigarros y cuatro dobladillos de cocaína.
— Ahora que lo pienso, mis padres dejaron alcohol en la nevera —Anuncio Xiumin—. Podemos hacerte una pequeña reunión de bienvenida, JK—Agregó, esta vez observando al azabache con una enorme sonrisa.
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Jungkook observó la pequeña cajetilla de cigarros que le regaló Sehun. Lo guardo en su mochila, y finalmente se fue a su institución.
Evitó pasar por la casa de Jimin, ya que, lo que menos quería ahora mismo; era encontrárselo. Sin embargo, para su mala suerte, el bus, el cual iba a frecuentar de forma monótona, pasaba por aquel lugar.
Miró de reojo el nuevo color de las paredes, la renovación de la puerta, el jardín muy bien cuidado y... un sonriente chico de cabello rubio que estaba esperando en el paradero de buses. Trago saliva. Su cuerpo se estremeció al solo imaginarlo dentro del mismo lugar.
La puerta del bus se abrió de forma automática, dejando así entrar a dos personas. Una de ellas, la persona que hizo que su corazón comenzara a latir de forma acelerada. Lo vio solo por segundos, luego bajo la cabeza y escondió su rostro con su mochila.
Se maldijo internamente por ser tan cobarde.
Cuando el bus estuvo nuevamente en marcha, la suave voz de Jimin llegó a parar en sus oídos cuando le dijo a una chica: "¿Está ocupado?"
Él se había posicionado atrás, por ende, fue fácil percibirlo.
Jungkook apretó los dientes mientras trataba de formular un plan para salir del bus lo más sensato y rápido posible. Quizás bajar una parada antes, sería buena idea. Así no tendría que caminar mucho y se evitaría unos quince minutos de agobio.
Al estar cerca de su punto de bajada, se agradeció a sí mismo de haber llevado un polera con capucha. Se la colocó, se paró y dio marcha a su idea.
Un agudo quejido se escuchó junto a la caída de un libro. Jungkook había tropezado con el rubio. Relamió sus labios y salió huyendo del lugar aún más nervioso, antes de que Jimin lograra recuperar la compostura y lo descubriera de forma infraganti.
Cuando por fin bajo, soltó un corto suspiro. Sus músculos se relajaron y sus piernas dejaron de flaquear de los nervios.
Por obras del destino, un carro descapotable paró enfrente suyo. Ahí estaba Sehun, con unas lentes de sol y una brillante sonrisa.
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Jimin se puso a recordar, durante todo el recorrido, una camioneta de mudanza, el cual estacionó en la casa del azabache.
Un fuerte dolor en el pecho se impregnó en él. Solo tener la idea de ver a otra familia mudándose en aquel lugar, le hizo recobrar viejos, melancólicos y dolorosos sentimientos.
Tomó su lápiz, y empezó a resolver los ejercicios de matemáticas.
Una vez en la institución, cuando llegó la hora de receso, se dirigió al pequeño parque artificial que había en la institución. Ahí se encontraría con Lisa.
Mientras caminaba por los pasillos, con las manos entrelazadas en su espalda, miró a todas partes. Intento distraerse con cualquier cosa que le viniera a la mente, pero no pudo. Cada paso que daba, era como un viejo recuerdo de Jungkook.
— Demonios... —Susurro, cuando su vista comenzó a nublarse.
Eran tantos recuerdos, que no pudo evitar torcer una medía sonrisa. Un caliente líquido comenzó a bajar por su mejilla izquierda. Eso era todo, necesitaba un respiro.
Se desvió del camino, y se dirigió hacia a los servicios. Apenas llegó, cerró la puerta y apoyó su espalda en esta. Cada segundo parecía ser una tortura que solo una persona podía curar y a la vez empeorar.
No había pensado en Jungkook durante mucho tiempo, por ende, las memorias vinieron con aún más fuerza de lo debido.
Un gramo de esperanza aún seguía en flote, un pequeño y diminuto grado de él decía que Jungkook iba a volver. Pero todo eso se desplomó, cuando vio aquel camión de mudanza.
El dolor en su cabeza se disminuyó luego de unos minutos. Tomó en cuenta, que no iba a llegar a verse con Lisa.
Se acomodó la ropa y finalmente salió de los baños.
Su ruta ahora se basaría en ir a su respectivo salón, ya que, el profesor que tocaba ahora no era muy conocido por su amabilidad.
Sintió su mundo derrumbarse. Pestañeo varias veces, sin poder creérselo. Apenas volteó de pasillo, ahí, en frente de él, estaba el azabache.
Estaba cambiado, su cabello azabache siempre desordenado había crecido, estaba más alto, musculoso y tatuado, su nariz seguía igual de bonita, sus labios delgados y brillantes, su hermosa sonrisa de conejo y su mirada, sus ojos brillantes y hermosos que podían robarte el corazón en cuestión de segundos.
Para su sorpresa, no estaba solo. Al lado de él estaba Sehun y dos chicas del club de porristas. Una de estas, tenía su brazo entrelazado con el del azabache.
En ese momento, no sabía que cosa era peor; no volver a ver a Jungkook o verlo con una nueva persona al lado.
El recuerdo de la canción que le dedicó un día después de que se fuera, llegó como un cometa pasando por la órbita galáctica. Rápida, pero a la misma vez hermosa.
Quizás podría saludarlo y... ver que sucedía. Pero no, prefirió no aclarar sus pensamiento y huir del lugar apenas tuvo la oportunidad.
-
— ¿Tendrás una cita con Jungkook? —Preguntó Taehyung mientras le daba un sorbo a su bebida enlatada. Jimin asintió.
— Si... me siento un poco nervi...
— ¡Excelente! Vas a tú casa y te pones la lencería que te compre.
— Pero...
— ¿Sabes cuánto me costó esa cosa? ¡Mucho! Así que ahora lo usas y calientas a Jungkook lo más que puedas —Exclamó con ánimo fingido, posteriormente en el camino, tiro la lata al tacho de basura más cercano.
— ¿Adónde vas? —Cuestionó Jimin cuando notó que el contrario había desviado su camino.
— Wheein me está esperando en la azotea. —Se encogió de hombros.
— Oh, eso. Suerte. Pero, ¿No iba a ser en un salón?
— Jaebum me mando un mensaje diciéndome que había un cambio de planes. —Hizo una pausa—. Ahora, te deseo suerte en calentar a tu adoradísimo Jungkookie—Le guiñó un ojo antes de voltear e irse por las escaleras que la llevarían a las plantas superiores del edificio.
En el camino, comenzó a pensar en quien era la persona que estaba esperándolo. Estaba casi seguro de que sería Wheein, pero también podía ser cualquier persona... o Yoongi. Yoongi también estaba en el salón de Jaebum, pero no quería creerse que fuera él quien lo estaba citando luego de la hora de salida.
Tomó la perilla de la puerta de la azotea, suspiró y la giró. El aire azotó su corto cabello negro. Levantó su mano, para cubrirse del sol. Después trató de abrir sus ojos, ya que, debido a la repentina luz, provocó que los entrecerrada por el leve adormecimiento del cambio de iluminación.
— Llegas tarde, Taehyung.
— Ah, eras tú —Hablo con indiferencia.
— ¡Maldita sea Taehyung! ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! —Gritó Yoongi. Caminó hacia el mencionado con total enojo— ¡Estás arruinando mi puta reputación! —Siguió, pero esta vez mirándolo desde abajo debido a su altura y hundiendo su dedo en el pecho del contrario.
— No sé de que me hablas —Contestó con normalidad, normalidad que logro sacar aún más de quicio al castaño.
— ¡Kim Taehyung! —Bufó, para seguidamente empujar al pelinegro contra la puerta— ¡Si vas a tener una puta relación con Jimin no me metas!
Taehyung arrugó su frente, manifestando así una mueca de incredulidad.
— ¡Yo no fui la persona que dijo que me gustaba otra persona solo porque no tenía los suficientes huevos como para decirle al novio que ya no quería seguir en una relación! —Lo encaró. Yoongi se quedo callado por unos segundos, pero luego rodó los ojos con fastidio.
— Solo arréglalo. Diles que nunca tuvimos una relación.
— Estás loco. Joder, deja de ser un mentiroso y cínico —Hablo entre dientes— Deberías aprender a no hacer caso de lo que dicen los demás. Hazte un favor, y quiérete a ti mismo.
— Lalisa me dijo que tú relación con Jimin es falsa —Yoongi soltó cuando vio a Taehyung a punto de tomar la perilla de la puerta e irse—. No soy el único que anda entre mentiras. No soy el único cínico aquí.
— Creo que era bastante obvio desde la vez que fuimos a ese sex shop.
— No, no lo fue.
— Mencionaste lo de los pasos para ser sexy, pensé que ya lo sabías.
— No.
— Bueno, es una pena —Rió con ironía, volvió a dar media vuelta, pero fue nuevamente detenido por las palabras de su contrario.
— No tienes ni la menor idea de todo el odio que te estoy teniendo ahora mismo— Yoongi reveló con una voz ronca e intimidante.
— Créeme —Giró su cabeza para mirarlo de reojo—, no me importa ni en lo más mínimo lo que sientas por mi.
Quizás fue un poco duro, pero vamos, era Min Yoongi al que estaba contestando. Él era aún peor.
Hubo un pequeño silencio, un pequeño silencio que le dio luz verde para finalmente irse. Respiró profundo, y procedió a retirarse.
Su espalda tocó la dura madera de la puerta en un dos por tres. Sus ojos se abrieron como dos enormes esferas, cuando sintió los cálidos labios del castaño posarse en los suyos.
[...]
N/A:
Solo quería decírles que el fanfic va a tener 30 capítulos, para que se preparen.
Gracias por leer, si les gustó voten y comenten, graciaaas<33