S- Me enteré por Instagram, cuando anunció la página del Anfiteatro de Villa María la grilla para la tercera noche del Festival de Peñas, que Luciano y yo íbamos a cantar el mismo día.
Muy emocionada, porque las oportunidades de coincidir en un escenario no es algo que nos pase muy a menudo, le escribí.
S: Hola Lu! ¿Cómo estás?, che, parece que vamos a estar el mismo día en Villa María!
S- y a los pocos minutos me contestó.
L: Amiga de mi corazón! Que felicidad! Lo acabo de ver! Vamos a tener que cantarnos algo entonces 🫶🏻.
S: si! Que alegría ! Lo que quieras!
S- seguimos charlando por un rato y nos pusimos a bromear de cómo íbamos a actuar frente al público que sabíamos que les gustaba vernos juntos.
Siempre es lindo cantar con mi amigo del alma, es muy generoso y caballero, la verdad que esta noticia me generó mucha alegría.
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L- me puso muy feliz saber que voy a volver a cantar con ELLA 👑.
Además, porque nos gusta lo que se genera en el público cuando estamos cerca.
Nos acompañan mucho.
Y a nosotros nos gustaba jugar.
La alfombra roja de mis shows siempre está disponible para mi amiga, y teníamos que aprovechar este encuentro, ademas para ponernos al día, porque él verano siempre es movido para los dos, y no tenemos casi oportunidad de vernos.
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-Sábado 10/02-
L: Amiga! Que grosa! Felicitaciones! Vi que cantaste con Milo, me encantó, te dije que sos la reina! La voz de Argentina ❤️.
S: amigo, muchas gracias...🤍
Mañana nos toca a nosotros!
L: siii! Que hermoso! Va a estar buenísimo 🫶🏻!
S: seguro que si.
Vi que vas a estar en La Rioja hoy... Muchos éxitos 😘.
L: gracias Sole! Nos vemos mañana!
S:😘😘😘
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-Domingo 11/02-
S- llegó el día, estaba nerviosa porque hace unos años no volvía a este Festival y siempre cuesta un poco volver a conectar, pero me tenía que enfocar y confiar en lo que llevaba al escenario.
Y por otro lado me sentía tranquila, porque allí iba a estar mi amigo, y de alguna manera me sentía contenida.
Quedamos para vernos antes y poder ensayar lo que íbamos a cantar, aunque ya habíamos hecho esas canciones, pero para estar un poco más seguros.
Así que Luciano me invitó a la prueba de sonido.
Jere se quedó en el hotel acomodando un par de cosas para esta noche, y yo fui para donde Lu.
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L- pero que es esa hermosura que ven mis ojos! Hola reina!
S- jajaja, hola amigo mío...¿cómo andas?
L- ahora que te veo mucho mejor jajaja
S: jajaja, bueno la felicidad es mutua.
L- Bueno grosa, vamos a hacer esas dos entonces?
S- y yo creo que si, total ya las sabemos es para afianzar.
L- si!
Dire, vamos nomas!
[Comienza a sonar la música, lo primero que ensayaron fue "Zamba para decir adiós", un tema que cantaron en el Cosquín de los 20 años de Soledad unos años atrás]
S: tú tienes otro destino...
L: ¿cuál es?
S: naciste para cantar...
Yo voy por otro camino
[le enseño la sortija, como hacíamos siempre]
S: ya no me puedo quedar...
L: ah no?
S: no jajaja
Yo voy por otro camino cantando, ya no me puedo volver..
S y L: cuando recuerdes la zamba, que esta noche, te canté...
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[Y así pasaron toda la canción, dentro de su juego. Entre risas pícaras, miradas cómplices y palabras socarronas.
También desde lejos se podía observar las miradas de los músicos y de la demás gente que estaba ahí.
Miradas tiernas, como si estuviesen viendo al amor en persona.]
L- Bueno reina, nos vemos esta noche!
S: nos vemos si!
L: ah, y, no te vayas a poner el vestido rojo eh! Jajaja
S: no jaja, esta vez no, pero ojo, que no será el vestido rojo pero puedo sorprender eh 😉!
L: lo sé, porque lo que te pongas te va a quedar bien...
S: jajaja, nos vemos!
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Presentador- Soledad Pastorutti!!!
S- escuché el rugido de la gente, la música comenzar a oírse fuerte y ya me sentí mejor.
Entré al escenario y la gente me recibió muy efervescente.
Comencé a cantar algunas canciones de mi nuevo disco, y algunos clásicos.
Al terminar, el momento había llegado.
Mi primer invitado de la noche, mi gran amigo.
S: LUCIANO PEREYRA!!!
Entre risas, me abrazó.
Nuestro abrazo habitual en donde me agarraba fuerte me daba vueltas como princesa en cuento de hadas.
Típico de nosotros.
El ambiente estaba demasiado caluroso, de mi cuerpo brotaba agua, y en el abrazo con él pude sentir lo mismo.
Además de eso, también pude percibir su aroma.
Perfume que me quedó en la punta de la nariz.
Nos separamos y terminamos de cantar el resto de la canción.
Cantar con Luciano era algo único, su sonrisa me hacía sentir segura.
A parte de que todo el tiempo me estaba tomando de la mano, y si no lo hacía me estaba abrazando o pasando su mano por mi espalda.
Pero siempre cerca.
Nos gustaba ese juego que nos permitía jugar nuestra profesión.
Ese de la seducción y de las miradas juguetonas.
Y al público, por su ferviente respuesta, parecía que también.
Éramos totalmente distintos ahí arriba.
Como si no existiese alrededor.
Solo dos en escena.
A mi me encantaba mirarlo.
Mantener contacto, para así entendernos mejor, porque si, tenemos ese plus de comprendernos con la mirada.
Y también me gustaba ver su forma de cantar.
Fijaba mi mirada en su modulación.
En cómo estaba a metros del micrófono y aún así su dulce voz inundaba el anfiteatro.
Simplemente maravilloso.
Luego de terminar la canción, nos despedimos con otro abrazo, y le prometí ante la gente no irme y esperar su show para que se enteren que aún nos faltaba cantar una más.
S: ay Luciano!
Me dejó todo un olor a perfume 😍
Ay y ahora me quedé sola 😔, ¿cómo puede ser? Pero, ¿ya se fue? ¿Cómo puede ser?
S- interpretaba y jugaba al papel de enamorada.
Y la gente se volvía loca.
Aunque, un poco de verdad había.
Su perfume, como dije antes, había quedado impregnado en mi, entonces aproveché y me inspiré para crear ese momento.
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L: comencé a cantar, reflejando en mi rostro lo sentido de la letra.
Pero no pude contener mi sonrisa al oírla llegar con su inigualable voz.
Cuando canté anteriormente con ella, estaba preciosa, como siempre, de blanco y negro, como una verdadera reina de la canción.
Pero, cuando me di vuelta en esta oportunidad y la vi, así, simple como es ella, de jean y top, definitivamente me impactó.
El atractivo de su persona me atrapó.
L: nuestra reina, la Sole Pastorutti señores!
L: la abracé y comenzamos a cantar la que es ya nuestra canción, "enséñame a vivir sin ti".
Hasta que llegó la parte en donde entramos en un plano diferente, y lo digo porque ambos coincidimos en que esa parte tiene algo que nos remueve a los dos por dentro.
S: enséñame a vivir sin ti...
L: o no te alejes más de mi...
L: la veía acercarse, con su sonrisa radiante, sus ojitos brillosos, su pelo al natural, y gotas de sudor recorriendo su pecho.
Ha decir verdad, sí nos atraíamos, teníamos muchas cosas en común, nunca se nos terminaban los temas de conversación, nos reíamos demasiado, y disfrutábamos mucho cantar juntos.
Y este juego que fuimos creando con ayuda del público ayudaba a, de alguna manera, vivir lo que no podíamos fuera de los escenarios.
Nos teníamos mucho amor.
Su mirada se perdía en el espacio entre mi boca y el micrófono.
Yo sabía que le gustaba verme cantar.
Y a mi también me gustaba observarla hacer lo que ama, sobre todo, con la fuerza y energía que lo hacía.
Mientras sus ojos se perdían cerca de mis labios, siguiendo la letra de la canción, los míos buscaban hacer contacto con ella.
Imposible no sentir emoción porque inundaba el espacio con su presencia.
Lo llenaba de luz.
La temperatura aumentaba, y nosotros nos humedecíamos a la par.
Pero no nos molestaba, para nada era un impedimento para contactarnos.
La tomaba de la mano, y también la abrazaba.
Me daba mucha felicidad verla sonreírme cuando cantaba.
Me transportaba hacia otro lugar.
Y así toda la canción.
Hasta el final.
Me arrodillé ante ella, como siempre al término de nuestro tema, le tomé la mano, le canté mirándola a los ojos, observando su rostro iluminado por las luces.
L: enséñame a vivir...sin ti.
L- besé su mano, y fundimos nuestra calidez en un enorme abrazo mientras el público respondía a los gritos.
En eso sentí su perfume, distinto al de siempre, pero hermoso también.
Y sentí la necesidad de remarcarlo también, aprovechando que ella ya lo había hecho.
L: que rico perfume tiene la Sole eh ✨
rico el perfume de la Sole che 🥵
huele a praderas del campo 😌
es que la Sole es una primavera eterna 😍
seguimos? es que el aroma de la Sole te desorienta, no sabes que viene 😉.
L- y después de eso, continué mi show.
Con la esperanza de volverla a ver para despedirnos.
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L- le pregunté a mi equipo si sabían dónde se había ido Sole, si ya había terminado con la prensa, o si seguía por acá.
Me dijeron que la vieron hace un rato entrar en una de las carpas que funcionaban como camarín, pero que no sabían si estaba todavía.
Y me arriesgué a ir igual porque sabía que después ya no nos íbamos a ver.
Así que camine hasta la carpa y entré.
S: ey! Qué haces amigo? Todavía por acá? Pensé que te habías ido ya!
L: yo pensé que vos te habías ido ya jajaja, pero quise buscarte para saludarte y agradecerte por hoy.
S: no tenes nada que agradecer, para mi es un placer siempre cantar con vos.
L: no de verdad, para mi es muy importante, porque momentos únicos como estos no pasan siempre eh! Y más a nosotros que esperamos bastante siempre jajaja hasta que coincidamos.
S: jajaja es verdad, espero que tratemos esta vez de no esperar tanto eh! Y sino organizamos algo nosotros dos a parte jaja.
L: es buena esa, me parece perfecto.
S: jajaja si...
[L/ Hubo un silencio que inundó el espacio, en donde bajó su mirada y luego la dirigió a mi.
Parecía indecisa, sospechaba que me quería preguntar algo y no se atrevía. Así que decidí hacerlo yo.]
L: che, y el Jere? Pensé que iba a estar acá con vos.
S: eh no, no, se fue a hacer unas cosas al hotel para salir mañana, yo le dije que me iba con los chicos de la banda que se quedaron a comer algo por acá en las peñas.
L: y vos? No tenes hambre?
S: no mucho, pero tengo que comer algo porque tomé un poco con los chicos para celebrar hace un ratito y estoy como media ahí jsjajs, ahora iba a ir con ellos.
Che, y Juli?
L: se fue con sus amigas a casa, ella se queda unos días acá de vacaciones.
Yo arranco mañana también.
S: ahhh...
[L/ otro silencio, volvió a apoderarse del momento.
Me sonrió y le devolví el gesto.]
L: bueno, te dejo entonces, así podes comer y descansar!
S: bueno...
[L/ me acerqué a saludarla con un beso en la mejilla y me sorprendió con un lindo abrazo.
Silencioso, pero intenso y duradero.
Su perilla encastrada en el espacio entre mi cuello y mi hombro. Podía sentirla respirar.
Mi nariz chocando con su pelo, impregnándose de su dulce aroma.]
[S/ mis sentimientos explotaban.
No sé si era por el alcohol, pero me gustaba estar cerca de él más de lo habitual.
Mis ojos se cerraban en el abrazo y me transmitía paz.
Yo no soy tan afectuosa, pero esta noche encontraba confort en esos abrazos.
Nos separamos y quedamos a centímetros.]
[L/ me miró con esos ojos poseedores del brillo más lindo que vi.
Sentí como contorneaba las líneas de mi rostro con ellos.
Y percibí que algo raro estaba pasando.]
L: Sole, estás bien?
S: si, si, perdón, te dije, tomé algo y estoy media rara, además de que tengo mucho calor jaja.
L: no querés que vayamos afuera a tomar aire?
Digo, bueno, por acá atrás...
S: dale, vamos.
[S/ tomó dos sillas que habían en la carpa y las ubicó a las afueras de la misma.
Nos sentamos y nos pusimos a mirar el cielo.]
L: está linda la noche no?
S: si, a pesar del calor, está linda.
[L/ la ví abanicarse con las manos, estaba sudando.
Entonces la toqué para que se volteé hacia mi.
Me miró y le pedí que cierre los ojos.
Y le soplé suavemente el cabello que tenía cubriendo su cara.]
L: quédate quieta, no te muevas tanto porque así vas a tener más calor.
[L/ la vi resignarse ante la temperatura y posar su cabeza en mi hombro.
Así estuvimos por un rato.
Hasta que levantó su mirada, y yo la sostuve.
Estábamos a centímetros otra vez, pero esta vez nuestros ojos pasaron a dirigirse a los labios.]
[S/ no entendía lo que me estaba pasando, no estaba siendo capaz de controlar mis distancias.
La energía era más fuerte.
Y yo no estaba siendo tan consciente.]
[L/ cada vez se acortaba más la distancia entre ella y yo.
Con la diferencia de que yo estaba totalmente lúcido, y sabía que si me dejaba llevar, iba a arruinar todo.
Y no quería aprovecharme de su estado, que no era el mejor a esas horas, cansada, sin comer y habiendo tomado un poco.
No era capaz, aunque quisiese.
Solo posé mi frente contra la suya y unificamos nuestras respiraciones.]
[S/ sentí todo su ser conectado con el mío.
Algo que nunca me había pasado con alguien.
Una fuerte atracción, que me hacía no querer alejarme y no me podía parar de acercarme.]
[L/ estábamos tan cerca, pero sabía que no debía.
Tragué saliva, y me levanté de la silla.]
L: eh, me parece que dejé mis cosas en la carpa, me voy a buscarlas.
[S/ casi totalmente sobrepasada por una ola de calor y arrasada por una especie de instinto animal, caminé atrás de él y lo seguí hasta la carpa.
Entré y lo miré de espaldas contra el espejo del tocador iluminado.
Me di vuelta, y cerré la carpa con seguro.
Lo vi voltearse confundido y me acerqué a él.]
L: Sole?
[S/ mientras yo caminaba lentamente hacia él.]
S: por qué te fuiste?
L: tenía que buscar mis cosas...
S: qué cosas si no trajiste nada.
L: no yo si-
S: Luciano, no trajiste nada.
[L/ suspiré fuerte y me sentía cada vez más nervioso.]
S: huías de mi?
L: eh? No, para nada.
S: entonces, por qué te fuiste?
L: ahh, Sole, estás cansada, y tomaste sin comer nada, por eso te sentís rara.
Si queres te acompaño hasta donde están los chicos si?
S: vas a seguir evadiendo mi pregunta o me vas a responder en algún momento?
[L/ prácticamente estaba entre la espada y la pared.
Increíble cómo está mujer lograba dejarme sin palabras.
Me avasallaba.
Y yo estaba haciendo mis mayores esfuerzos para no dejarme arrasar.
Ella era un huracán y yo quería dejarme derruir.]
L: pero que te gustaría que responda?
S: algo cierto Luciano, algo que tenga sentido.
L: dale linda, estas teniendo sueño, necesitas descansar vamos que te acompaño.
[L/ hasta que sentí su mano chocar fuerte contra mi pecho y ejercer fuerza llevándome hacia atrás.
Logró dirigirme contra el tocador y se puso frente a mi clavando una vez más su imponente mirada.
Tragué saliva una vez más.
Ya no sabía cómo reaccionar.
Estaba comenzando a rendirme lentamente.]
L: está bien, querés jugar? Entonces, juguemos.
[S/ me tomó de la cintura e invirtió nuestra posición dejándome presionada al mueble maquillador.]
L: no ibas a parar hasta volverme totalmente loco no?
S: ah, lo estás?
L: sí, por vos.
[S/ me sentó en el tocador y me besó fuertemente.
Lo tomé de la nuca y nos entregamos al momento.
Extendí mis dos brazo hacia atrás.
Él solo me observaba no pudiendo creer lo que estaba pasando.
Lo vi reírse mordiéndose los labios y topando su mano izquierda con su frente.]
[Narradxr/ aquel hombre se solazó mirando a aquella mujer que tenía en frente.
Ella estaba quieta, lo observaba, mientras el, poco a poco, se atrevía a secar el sudor de su pecho, e iba dejando que sus dedos la fuesen desnudando.
Separando de su cuerpo cada trozo de tela que les impedía acercarse aún más.
Él la deseaba tanto en ese momento, como ella a él.
Que ni siquiera pensar que estaban dentro de una carpa, rodeada de gente, en medio de un festival, era capaz de detener su desenfreno.
Dejó al fin, su figura bronceada, tibia y sudada a merced de su boca, de su sexo y de sus ávidos labios.
Ella también se encargó de deshacerse de cualquier prenda que le impida sentirlo cerca.
Lo miró, contorneando su marcada figura.
Notaba su abdomen trabajado, y las gotitas de sudor deslizándose por el mismo.
Él comenzó a pasear su boca por el cuello de aquella, abrazando con sus manos a ese ardiente y explosivo cuerpo de mujer que, húmedo y acalorado, lo llevó a tal estado de locura, que se le hizo difícil controlar sus impulsos de atraerla hacia él y poseerla rápido sin esperar un segundo más.
Él se sentía ardiendo, tanto que sentía que sus manos se parecían a un lanzallamas, así es como las sentía ella también, ya que notaba como cada contacto le erizaba la piel, la quemaba.
Por momentos, él parecía embelesarse con ella, y como tonto no podía dejar de observarla.
Se tragó sus suspiros, y decidió recorrer con la parte húmeda de su boca, el canal de sus pechos.
Notando perlas de transpiración recorrer aquellos redondos y firmes.
Ella también quiso jugar a probarlo, separando sus muslos dejando a la vista su fluvial sexo, convertido, por obra y milagro del deseo, en un cenagoso y adictivo centro de lujuria.
"Quizás mañana ya no te vuelva a ver", pensó él con un pequeño vacío en el pecho. Pero solo le dedicó un segundo a ese pensamiento.
Al menos, creyó imaginarlo en un segundo, en aquel tiempo que se dedicó a "soñar despierto" en cómo le hacía el amor a su mejor amiga, quizás por primera, y última vez.
Colgados por un hilo en la pendiente del deseo.
Completamente a la deriva.
Desafiando los límites y probando su sal.
Así estaban ellos.
Perdiendo el juego que un día decidieron jugar.