Hugo
La taza humeante de Marianna, sale humo a rebosar, lleva sus labios a la cerámica para poder ingerir el líquido y sus gafas de pasta sobresalen de la pantalla del ordenador.
Martínez se echa colirio en los ojos, mientras que espera a que su café enfríe, por lo que se lleva una galleta de chocolate a la boca, este extiende su brazo para compartir pero le rechazo. Ahora mismo no tengo nada de hambre, desde que empecé con el caso tengo muy poco apetito. ¿Qué tanto escondía Alma para guardar el sobre de su hijo?
Víctor, no sabemos nada de él desde la última vez que estuvo en la comisaría, tan delgado, tan sucio, poco aseado, y recién salido de una cuneta. No es que me preocupe, ¿o sí?
-Buenos días -habla una voz masculina-
-Ho..hola señor -dice uno de mis compañeros a la espalda-
-Hugo, ¿Dónde está Hugo?
-Estoy aquí -respondo a la misma vez que estiro mi brazo derecho. Me levanto del asiento y giro sobre los talones. Veo a Antonio Garrido, el comisario y padre de Víctor-
-¿Llevas el caso de Alma Rivero junto con mi hijo y Martínez, verdad? -habla tan rápido que me cuesta pillarlo a la primera-
-Sí
-Lo han encontrado, han encontrado muerto a mi hijo en su piso, anoche ¿Me puede decir dónde estaba?
-¿Cómo? - no sólo respondí, Luis también quiso responder ante al alegato del comisario-
-¿Que hacía mi hijo en su piso y no estaba aquí con vosotros? Dadme una razón obvia para no insultaros
-Señor comisario, Víctor ha dejado de venir desde hace días, no sabemos porqué - la respuesta que le doy no parece convencerle-
-¡Me cago en mi vida, joder! Vayan a la casa, tiren la casa para abajo y rebusquen, si hace falta tiren las paredes -suspira. Se lleva las manos a la boca, y esta vez que levanta la mirada, los ojos hablan por sí solos, tan frágiles- ¿Por qué se tenía que morir antes que yo? ¡Manda huevos!
-Antonio, ¿Por qué no viene conmigo al office? -Marianna interviene, intentando ayudar a relajar el ambiente-
-¡Manden patrullas, bomberos o lo que sea! Pero quiero al hijo o a la hija de puta que ha hecho esto -atrapa una de las sillas libres y se sienta-
-¡Hugo! -una voz corre por la sala y aparece un Nico despeinado, la blusa al revés y con un ataque de ansiedad encima- ¡mi hermana ha desaparecido! Desde ayer no ha vuelto a casa, no me responde a los mensajes, ni a las llamadas, aparece su teléfono apagado. He llamado a Alan, pero tampoco está con él, no sabe nada de ella desde ayer que…eso no importa -sacude su cabeza- esto no es propio de ella, incluso se me hace raro que no haya venido al interrogatorio de ayer; estoy desesperado por favor…
Primero un segundo muerto, y ahora una desaparición. ¿Qué más puede pasar a primera hora de la mañana?
-Te ayudaremos, ¿vale? sólo hay que tener paciencia -acerco mis pasos hacia él-
-¡No! Ni se te ocurra Hugo -Antonio señalandome y levanta de su asiento- primero es mi hijo y después si quiere la desaparición de esa chica
-¡Qué dice! -alza la voz Nico, Martínez y yo nos acercamos con cuidado para intentar mantenerlos alejados- quién mató a Alma, podría estar detrás de la desaparición de mi hermana
-A mi lo de Al…¿Quién dices, Alma Rivero? -Antonio se acerca al chico de manera amigable y pasa su mano por la espalda. Él le responde asintiendo- A mi ella me la pela -dice esta vez agarrando y hablando de la oreja- mi hijo Víctor está muerto, y quién ha hecho esto me lo va a pagar ¿Entiendes?
-¡Ahh suelte, suelte! Siento mucho por su hijo, pero piense que todo puede estar relacionado, ¡Por favor, suelte!
-Antonio, deje al chico por favor -Marianna acercándose con seguridad hacia los dos varones, coge la mano del comisario y hace que suelte al chico- está muy nervioso, ven conmigo al office, Nico siéntate que ahora te tomamos declaración y vosotros dos -esta vez dirigiéndose a mí y a Luis- no estéis ahí parados, vayan a la casa de Víctor, averiguen algo, ahora voy para allá y después nos organizamos con todo el embrollo que hay por delante ¿Sí? -me sorprende la serenidad que lleva encima con todo el jaleo que tenemos encima-
Así hacemos. Luis sale primero que yo, dispuesto a subirse en mi Mercedes y nada más sentarme para poner en marcha el vehículo, veo como tiene en sus manos la taza de café.
-¿Qué? Si no me tomo el café por la mañana, no soy persona -me contagia una sonrisa, una de esas que muy pocos saben hacer-
Durante el camino a casa de mi compañero, retumba en mis oídos uno de los razonamientos de Nico, ¿Podría estar conectado el suceso de Alma con la desaparición de la chica?
-¿En qué piensas? -preguntó a Luis-
-Ahora mismo Víctor, hace un par de días dió una declaración bastante interesante, se fue sin más, y ahora está muerto…pensar que las últimas personas que vió fuimos nosotros. ¿Y tú, en qué piensas?
-De todo, en la muerte de Alma, en las declaraciones, los vídeos de la sesiones de los chicos, y ahora en Víctor más juntale la desaparición de la hermana de Nico -deja la taza de café en el portavasos- Ambas cosas me han dejado trastocado, todo se junta y…
-Todo va a ir bien, verás que vamos a encontrar al culpable de todo esto -parpadeo varias veces- se me hace raro decir esto
Luis suelta una carcajada, lo que me hace sonreír nuevamente.
Aparco enfrente del edificio de Víctor, ya está el control policial en la puerta y varios vecinos haciendo de periodistas. Subimos tres plantas y el equipo de criminalística ya está recogiendo huellas y fotografiando la casa.
Adjunto en mis manos unos guantes y empiezo con las preguntas.
-¿Quién ha encontrado el cuerpo? -le pregunto a uno de los agentes de oficio, mientras inspecciono el cuerpo de mi compañero, sin dejar atrás algunas marcas que tiene en el cuello, las muñecas de las manos-
-La vecina del segundo a, por lo visto llevaba una semana subiéndole comida -oigo un gato ronronear-
-¿A qué hora subió? ¿Y ese gato? -me acerco al animal, meto una de mis manos en el transportin y esté me da un zarpazo. Luis que ha estado al lado mío en todo este tiempo se ríe, y no es el único-
-La mujer subió a eso de las once, comenta que fue a su clase de zumba y salió tarde, pero al volver no se olvidaría en acercarse a saludar y dejar su cena. Al no recibir respuesta por parte de él se le hizo extraño, siempre le abre para agradecer y dejar huevos frescos de gallina -el agente coge aire y prosigue- sobre el gato, es la mascota de nuestro querido amigo Víctor, se llama Rudolf, Carmen la vecina lo encontró al lado del cuerpo, pensó que también estaría muerto y sería una firma masacre del asesino o asesina, pero no. Ella nos ayudó a meterlo en el transportin, es bastante difícil de tratar y sería lo mejor llevárselo al comisario
-Sí, eso haremos. Gracias compañero -Luis le da una palmada en la espalda- ¿Vas a tomarle declaración a la vecina? Creo que te dirá lo mismo que le ha dicho a Nuñez
-No hará falta, está ahí -respondo mirando a la puerta, una mujer de mediana edad con el pelo corto encima de los hombros, una bata fina y ropa holgada se queda parada en el marco de la puerta-
-Hola -habla con una voz cansada- siento mucho la perdida, eramos amigos ¿Sabían?
-¿Sí? -pregunta Luis- era un tanto peculiar…
-Sé que tiene un carácter agresivo, e imposible de hablar con él. Pero, conmigo era diferente, nos entendíamos a la perfección, y cuando él dejó..bueno más bien tras su ruptura, nuestra relación se ha ido afianzando
-Vaya, sí que hay una historia -Luis tan atento y expectante, por una vez quiere llevar la conversación-
-No sabes cuánto, pero vamos..te digo yo a ti que no ha sido un suicido como la directora de la Universidad
-¿Nos conocemos? -intervengo esta vez, desde que la vi me ha resultado tan familiar-
-¡Pero bueno muchacho! Soy la conserje de la Universidad de Complutense, quién también me encontré el cuerpo de la señora directora. Y sí, tengo un imán para encontrarme cada cuerpo que…en fin, cualquier cosa estoy en segundo a -Carmen se despide alzando la mano y baja caminando por las escaleras-
Intento ordenar toda la información dada, no sólo de ella, de aquí para atrás, cada detalle, cada argumento y contexto puede ser relevante al caso. Ahora más que el cuerpo del inspector jefe yace boca arriba, muerto, en sed de..¿Venganza? ¿Justicia? ¿Acaso tenía un ajuste de cuentas? Puede haber tantos factores que todavía podría llegar a ser como dijo uno de los sospechosos, en relación con la anterior muerte. ¿Qué tiene que ver uno con el otro? Obviamente que Víctor estaba investigando la muerte de Alma, e incluso fue un mandado para llegar a vigilar.
Algo se me ilumina en la mente, después de tanto tiempo en constante lucha contra mis pensamientos, creo que llegaría a algo importante para el caso.
Dispuesto a irme sin despedirme, unas voces detrás de mí me llaman.
-Hugo, ven por favor -Marianna me indica a que vaya dónde se encuentra, no sé en qué momento llegó, tal vez cuando terminé de hablar con Carmen y me adentré en mi analización ante el caso-
-¿Estás bien? -pregunta Luis. Le respondo asintiendo -
-Víctor a muerto asfixiado, le han puesto sobre el cuello un sedal, para que me entendáis una cuerda de pesca -muestra la marca que tiene bajo el cuello y alrededor de este- además ha recibido un golpe en la sien, supongo que ha sido de esa botella de ahí -señala una cerveza rota esparcida por el suelo con el resto de cristales- y no sólo eso, también tiene marcas en las muñecas, en algún momento le habrán amarrado con una soga pero visto la marca -dice cogiendo uno de las muñecas añadiendo más a su argumento- esto ya es de hace días
-¿Qué es lo que tiene alrededor de la boca? -pregunta Luis, expectante a cada detalle de los datos que nos da la forense-
-Eso es la marca de cinta, lo amordazaron -la forense se levanta, se quita las gafas y la capucha de su mono blanco- una cosa más, recibí pequeños detalles de la autopsia de Alma, por lo visto encima de la ropa encontraron resto de polvo blanco, lo mandaron a analizar y es almidón de maíz
-¿Qué es eso? -observo cómo llega el juez para el levantamiento del cuerpo-
-Una de las sustancias que contiene los guantes de látex -dice mirando por última vez el cuerpo de nuestro compañero- si estamos hablando del mismo asesino, cabe la posibilidad de que usará el mismo modus operandis
-Entonces a nuestro asesino le gusta la pesca, ¿no? Si utilizó el sedal -cuestiona Luis-
-No tiene porqué -reprimo su alegato-
-Disculpad -uno de los agentes del equipo de criminalística aparece ante nuestra vista con una caja de cartón en sus manos- me mandaron a guardar todo el equipo informático y como tú…-habla dirigiéndose a Marianna-
-Sí, sin problema -esta le sonríe y atrapa la caja- manden todo a mi despacho
-A su gusto señorita
Marianna se despide, mientras tanto nosotros terminamos de ayudar con el SECRIM, recogiendo huellas en la puerta, en la sala de estar, y en el resto de la casa por si había alguien más. Las marcas en los suelos con número, etiquetando cada objeto encontrado en la escena del crimen y pasan cada dos por tres una luz translúcida tanto en el suelo, las paredes y cualquier mueble de la casa por si hay algún flujo o sangre.
A la vuelta de la comisaría, antes de entrar al vehículo veo a Carmen asomada en una de sus ventanas del piso, sin apartar la mirada y haciendo señales con los ojos, levantando las cejas. Sin embargo, frunció el ceño sin entender nada.
Después que Luis esperara por mi, conduzco hasta nuestro lugar de trabajo. Una vez llegado, nos encontramos a Antonio sentado delante de mi mesa, resoplando cada dos por tres, mirando algo que tiene entre las manos.
-Hu..Hu…Hugo -tartamudea el comisario, veo como tiene los ojos rojos de tanto llorar-
Luis baja la mirada, tensando la mandíbula. Desde que entró al cuerpo de la policía judicial, tanto el comisario como algunos compañeros lo dejan al margen de todo. Siempre ha sido Víctor el inspector jefe, y yo el teniente; y ahora sin él estamos los dos a cargo del caso junto con el resto del equipo. Aún así siguen teniendo al margen, sin saber el potencial y las habilidades que tiene como podría llegar a ser teniente u otro cargo.
-¿Habéis encontrado algo? -Antonio se acerca a nosotros, intrigado por saber de su hijo-
Esta vez no quiero responder yo, sino él, miro a mi compañero y él entiende a la perfección a mi lenguaje no verbal.
-Los signos muestran que ha sido asfixiado, golpeado en la sien, amordazado…-comenta Luis, ahora se muestra más seguro e incluso animado por dejarle paso a que hable una vez por mi-
-Suficiente -dice Antonio,esta vez se pone de espaldas a nosotros por unos segundos y agrega algo que no nos gusta- vamos a retirar el caso, se lo vamos a dar a la policía científica
- ¡Holaa, Holaa! ¿Cómo estáis? ¡Ya estamos a mitad de la historia! Dentro de poco se irán descubriendo cositas nuevas del caso...¡No olvideis en comentar y darle a la ☆!