Omegaverse.
Matrimonio arreglado entre Basen y Alberu. La novia se fuga y su hermano menor debe reemplazarlo.
El corazón humano es realmente caprichoso.
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Cale respiró pesadamente, sus manos temblaban, el reflejo en el espejo le devolvió la mirada de su cuerpo desnudo, humedecido y sonrojado por la ducha, la sirvienta le había tallado tan fuerte, como si estuviese demasiado sucio para ser amable, restregandolo hasta que su piel fue sensible y enrojecida. No se asustó cuando la puerta se abrió de nuevo, pero cuando vio el rostro que reflejó el espejo, Cale sollozó.
"Mi tardanza es imperdonable", dijo el hombre con una benigna sonrisa, una esponjosa toalla colgaba de su brazo y se acercó lentamente. "Pero mi joven maestro es magnánimo y perdonador", Ron extendió la toalla y la colocó sobre los hombros del niño, tapando su desnudes, notando de inmediato el enrojecimiento de la piel suave y blanca. "...lidiaré con ellos por tí".
"R-Ron...".
"Lucharemos con cualquiera por ti", de pie, frente a frente, Ron sonreía tan suavemente mientras apartaba con delicadeza un mechón rojo de ese rostro lloroso y demasiado joven. "Solo debes decir la palabra, y nos iremos, pequeño niño tonto".
Sollozo.
Cale se precipitó con fuerza, abrazando al hombre, sollozando en ese pecho fuerte que había sido su refugio por años.
Ron lo rodeo lentamente con sus brazos, impidiendo que la toalla cayera, impidiendo que el niño sintiera frío.
"Solo di la palabra".
Pero...ambos eran conscientes de que eso no sucedería. Cale no era lo suficientemente cruel para las consecuencias que eso traería.
Cale no era Basen.
"Por favor...por favor", murmuró Cale. "Quédate conmigo".
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Cale...Cale comprendía porque se fue, después de todo, Basen era diferente a él, con grandes sueños y el potencial para cumplirlos. Cale entiende porque se fue...estaba asustado, Basen seguramente estaba muy asustado.
...pero Cale también está asustado.
No conoce al hombre con el que debe casarse, como hermano menor del novio omega, no ha intercambiado mas que palabras corteses con él, no sabe que le gusta, que no le gusta, Cale desconoce al hombre con el que debe compartir su vida.
Cale está tan asustado.
Había estado presente, como un bonito florero, silencioso, quieto, mientras el rey lo observaba desde su elevado trono, con su padre agarrando incomodamente su hombro, intentado venderlo como un reemplazo (inyectandolo con tantos supresores de olor que Cale había estado lo suficientemente mareado para no recordar la reunión), alegando vergüenza y dolor porque su hijo mayor había escapado como un cachorro rebelde.
Ron dice que el amor es protección, Cale miró a Ron, que vigilaba todos los líquidos, polvos y dulces que estaban siquiera a un metro de él, como si le preocurara que una sola gota estuviese contaminada. Desearía haber sido protegido de esta forma por padre...al menos una vez.
Hay tres personas sirviéndole, todas betas. Son vigiladas por Ron con cuidadosa precisión, el hombre luce hoy tan apático, no ha sonreído mucho, únicamente sonríe si Cale dirige su mirada a él en busca de estabilidad, como si dijera, estoy aquí y cuidaré de ti.
Cale cree en cada promesa que abandona la boca de Ron. Nunca antes le había mentido, Ron parecía encontrar la sola idea de mentirle, repugnante.
Se encogió cuando una gran mano cálida se posó en su nuca, sin moverse, solo estando ahí. No había notado el momento en que Ron se había acercado. "Hueles a miedo", dijo, dulce, consolador, dando suaves apretones a su nuca.
Solo dilo, pensó Ron con ojos crueles. Di la palabra y te llevaré lejos, solo necesitas decirlo.
Su niño no dice nada, y como su pequeño no acepta que tiene opciones, Ron no puede hacer mucho, lo conoce bien y Cale se castigaría a sí mismo por huir, incapaz de perdonarse, creería que las decisiones de su padre son culpa suya.
¿Por qué eres un niño tan bueno? Si fueses cruel no habría nadie que tocase tu corazón.
Al enfocar la vista de nuevo y ver la pintura en manos de la mujer, Cale tensó la boca. "No me pintes", ni siquiera fue una orden, fue más una suave oración sin sentimiento, demasiado acostumbrado a ser ignorado como para que valiera algo su voz.
Ella actuó como si no lo hubiese escuchado, acercando el polvo maquillante a su rostro.
Ron entrecerró los ojos. "Te dijo que no".
Georgiana se estremeció, encogiéndose como una perra acobardada, bajó la cabeza, retirándose con una suave disculpa.
"Habla más alto", ordenó Ron con frialdad. "Que tú amo te escuche".
"L-Lo siento, señor".
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Viste de rojo y dorado, un velo rojo cubre su rostro por completo, el traje es terriblemente pesado y largo, pero lo ayuda, lo distrae un poco del hecho de que está a punto de casarse, tiene 16 años y está a punto de casarse con un completo desconocido.
"Cale".
Su madre esperaba afuera, distinguió su olor a tristeza incluso antes de que Ron abriera la puerta, ella se acercó y metió las manos bajo el velo, acariciando su rotro con premura, Cale levanta el velo lo suficiente para poder ver a los ojos a su madre, hay lágrimas en los ojos de esta dura mujer.
"Te ves tan hermoso", murmura con una risa humeda. "Dí a luz al niño más hermoso".
Una despedida...
Ella se despide de mi.
"Te amo", le dijo Cale, sus manos limpiaron las lágrimas de su madre. "Gracias". Esa simple palabra contuvo todas las emociones que él no era capaz de decir.
Y rompió su corazón.
"...si tan solo fuese la concubina favorita y no Violan, esto no habría pasado", lloró con amargura. "Mamá es tan inútil, mamá te ha fallado".
Cale limpió las lágrimas de su madre y le dio una suave palmadita reconfortante en la cabeza. "Me amas, eso basta para mi".
Jour rompió a llorar con el dolor de una madre que pierde a su hijo. "Lo siento tanto", no merece su perdón, ella no lo merece.
Pero su Cale es un niño tan bueno..."Esta bien, te perdono".
De pie a un lado, Ron los observó con ojos fríos, disgustado con ella. No es justo que él cargue con tu dolor, hubiera preferido que ninguno de ellos se hubiese acercado al niño. Si no vienes a confortarlo, ¿Que haces aquí?
El niño era demasiado joven para tener que consolar a sus padres.
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Cale caminó por el largo corredor de la iglesia, un andar constante lleno de resignación disfrazada de seguridad y aplomo. Aún a traves del velo pudo ver la expresión dura de su futuro esposo, que lo mira con frialdad y disgusto, casi se encoge ante esas emociones tan duras.
Pero este es mi destino, se lo recuerda a si mismo como si fuese su deber, su responsabilidad. Subio los cuatro escalones hasta pararse frente a su futuro conyugue, sus ojos conectaron, como si el velo no existiera, por un instante, la sopresa brilló en esos ojos azules y despues, hubo una increible suavidad en su mirada, Cale casi retrocede ante esa dulzura en los ojos del príncipe Alberu. Cale no supo que pensar de esos inesperados cambios. Entonces, el sacerdote empezó la ceremonia, unió sus manos con una cinta roja, Cale se sobresaltó cuando Alberu agarró su mano en un suave apretón, lo miró de reojo, el hombre lucía relajado, su animo habia cambiado tan rápido que se sentía algo mareado. No respondió el apretón pero le dio cara y no intentó safarse de su agarre.
Respondió cuando fue consultado, afirmó cuando tuvo que hacerlo y al final, cuando tuvo que girarse y enfrentar a su esposo, el hombre subió el velo lo suficiente para descubrir su boca. Aunque lo esperaba, el beso lo tomó por sorpresa. Fue dulce y delicado, un roce de labios prolongado que lo dejó sin aliento. No había besado a nadie antes y este pequeño roce hizo temblar sus piernas. Cuando Alberu se separó, el hombre le mostro una leve sonrisa y bajó el velo de nuevo. En ningun momento, soltó su mano.
Su boca sabe dulce, medito Cale, aturdido.
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Cuando el Tercer principe, Cassius, vio la pequeña sonrisa que le dirigió su hermano mayor al iniciar la cermonia, su corazón casi se detuvo, sintió que había algo mal, al mirar de reojo la fachada de su padre, ese sentimiento desagradable solo incrementó.
"Madre", llamó en voz baja, sin interferir con la ceremonia. "¿Basen es el novio omega?". Al preguntar, se sintió tonto, por supuesto que el omega castaño sería el novio, su nombre era el que figuraba en el contrato matrimonial, habían sido años de cortejo. Habían firmado, convivido y relacionado, ¿cómo podría figurar otro nombre?
Pero no veía a Cale por ningún lado. Lo había buscado, su mirada siempre regresaba al hermoso omega pelirrojo que robó su corazón. Su alfa le decía que estaba destinado a unirse a él, lo sentía en sus huesos.
Y no lo encontraba.
Cuando no recibió respuesta, sus manos temblaron y si corazón latía rápidamente, él miró a su madre. Ella mantuvo la cabeza baja y las manos juntos, tensa, culpable. Cassius supo entonces, quien realmente se ocultaba bajo ese hermoso vestido.
No...
No.
Iba a levantarse, gritar, maldecir, cualquier cosa. Hasta que el fiero agarre de su padre apretó su brazo. Esos fríos ojos lo sometieron, como si aun fuese un niño, debil, vulnerable (lastimable).
"Ese niño saldrá de aquí con Alberu, no hay un resultado distinto", le dijo, apretando con fuerza. "Así que sientate, como un buen perro", ordenó.
Cassius se acobardó bajo esa cruel mirada que aún atormenta sus pesadillas.
"Puede besar a la novia".
Los vió contraer nupsias. Vio los labios sonrosados de la novia ser revelados y vio a su hermano mayor darle un beso. Todo el tiempo, sintio que moriría, todo el tiempo, su padre clavaba sus garras en su brazo. Los vio salir, observó fijamente a la novia aun cubierta.
Se imaginó lo que ocurriría, se imaginó todo...odió a su hermano mayor un poco más.
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La tradición dictaba, que la esposa debía marcharse a la casa de su marido y esperarlo en el lecho. Así que Alberu buscó una habitación y entró con su esposa, cerró la puerta con seguro y lo enfrentó, sentía esos hermosos ojos fijos en él todo el tiempo, le devolvió la mirada, una mirada suave y limpia, para que dejase esa tensión que lastimaría su cuerpo; deshizo la cinta que unía sus manos y la dobló con cuidado, entonces tomó la mano de Cale y colocó la cinta en ella, tomo su otra mano y la colocó sobre la cinta roja.
Cale se tensó aún más ante la repentina aparición del león negro.
La bestia centró sus ojos en él, ladeó la cabeza, mostrando una mirada tierna que era bizarra en el rey de las bestias. Cale estaba viendo la bestia espiritual del príncipe heredero.
"Baal te cuidará", le dijo con suavidad, no apartó el velo de su rostro, no solo por respeto a la tradición; Alberu sabia que, si veía el rostro de su esposa, no podría irse.
Cale no dijo una sola palabra, solo asintió en acuerdo. Cuando Alberu se inclinó para darle un beso a su frente cubierta, se sintió extraño.
Solo Ron y Beacrox habían sido así de suaves conmigo.
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Alberu finalmente llegó a casa. Subió rapidamente a su habitación. Al llegar, vio a Baal echado en el suelo, su esposa estaba dormido en el sofá, el velo aun cubria su rostro. Alberu se acercó a él, hizo que Baal regresara a su mundo espiritual a pesar de sus quejas, queriendo este momento solo para él. Se arrodilló frente a Cale y lo observó, sonrió al ver la cinta de matrimonio aun en sus manos apretadas.
Ansioso, retiró suavemente el velo, el rostro de Cale era una belleza exquisita, a los ojos de Alberu, era el hombre más hermoso.
Cálido.
Demasiado cálido.
Frunció el ceño, rozó con la punta de los dedos la mejilla de Cale.