Paso mis delgados y largos dedos por la cabellera oscura, sacudiendo los restos de humedad; el pantalón de manta y una playera gris ha sido lo elegido para bajar a cenar. Son pocas las veces que todos liberan agendas para encontrarse. Y siempre es un buen momento familiar.
La cena deliciosa que mi padre cocino no hace más que hacer danzar de felicidad a mis papilas, el puré de papá con gravy junto a la carne siempre ha sido de mis combinaciones favoritas. Jugamos juegos de mesa el tiempo necesario antes de que Prim anuncie lo cansada y necesitada que esta por dormir. Está agotada.
Besó las mejillas de cada uno de los presentes y se un poco más en los brazos de mis padres. Es acompañada por la menor de mis hermanos. Suben las escaleras hasta la habitación y es entonces cuando al fin todos podemos relajarnos y estirar los músculos.
— Esperemos a que Sammy baje antes de hablar de lo principal. – Dice mi papá quien ha apagado su teléfono para no ser molestado.
Tomo la taza de cerámica con cuidado sorbiendo despacio el líquido negro y amargo. No soy el mayor fan del café pero es algo que solemos beber cuando estamos todos juntos.
— Bright. – Mi padre me llama apenas baja la taza. – Tu papá dijo que tienes a alguien interesante en tu vida. – Menciona el hombre pelinegrl mientras lleva a su boca una galleta con chispas de chocolate.
Casi me atraganto con mi propia bebida, suelto en la mesa asustado la taza sin derramar, toso intentando controlarme y alzo la mirada encontrándome con la evasiva de mi padre.
¿De eso se trataba?
Soltar la bomba y esperar el ataque.
— ¡¿Qué?! – Exclama uno de mi hermanos.
— ¡No puede ser! ¿Bright tiene a alguien y no fue capaz de decirnos? – Dice indignado otro, dramatizando el momento.
— ¿Cuándo paso? ¿Cuándo lo viste papá? – pregunta mi hermano mayor.
Abro la boca, incapaz de entender cómo es posible que dijera algo como eso. Win no es su novio, es su paciente. No debería verlo de otra forma, no debería haberme masturbado pensando en él... no debería titubear para sólo decir que no somos nada; no debería y sin embargo no especifico nuestra relación. Solo me sonrojo por qué Win es un chico amable e inteligente... Por qué Win... se está convirtiendo en su más grande tentación.
— Solo es un amigo. – Digo después de un silencio.
— ¿Amigo? – Cuestiona Mi hermano. – No sueles pensar mucho si es un amigo Brillitos, desembucha la verdad.
— Es la verdad Fluke. – Alego.
— Media verdad. – Añade otro.
— ¿Verdad Earthie? – Afirma Fluke. – Me llamo por mi apodo general, solo por cuestionarlo.
— Pero si solo son amigos entonces te gusta. – Habla mi hermano mayor.
— ¿Podrían dejar esto por la paz Boun? No hablare al respecto sobre Win.
— Así que se llama Win. – Espeta con alegría mi cuñado. — ¿Es bonito?
— Muy guapo y muy bonito. – Dice papá.
— ¡Pakorn! – Reprochó, totalmente rojo.
— Nada de Pakorn, sí te gusta, ¿por qué no simplemente decirlo?
— Hermanito deberías de dejar de pensar demasiado. — Añade Earth.
— Cállate.
— ¿Le pides a un psicólogo que no piense demasiado? Earthie, ¿acaso no sabes que eso es imposible?
— ¡Cállate Boun! Sólo para que sepan, esa es la razón por la que no he traído a nadie a casa.
— Le gusta pervertir a la gente, déjenlo ser – Comenta mi padre.
— ¡Que no soy un pervertido! ¡Dios! ¿Qué diablos pasa en ésta familia? – Suspiro, recargando la cabeza en la mesa.
— ¿Y bien? – Pregunta Prem con una sonrisa.
— ¿Qué cosa? – Le respondo.
— ¿Por qué no se lo dices Bright? Está claro qué te gusta. Y estoy seguro que también le gustas. – Sorbo del café.
— Es complicado, demasiado. No tienen idea.
— ¿Es complicado o lo haces complicado? – Me cuestiona Fluke.
— Escuchen...
Suspiro, acomodándome en la silla. Está bien hablar de esto con mi familia.
— Él... es familiar de Off, prácticamente el protegido. Es muy guapo, ¡Muy! No lo voy a negar y... ¡Joder! ¡Es tan bonito! – Cubro con mis manos mi rostro, ocultando lo rojo que me he puesto. – Además, él apenas termino algo demasiado toxico, y peligroso. Lo hizo a tiempo. – Explico, viendo el relajar de los rostros de la familia.
Escuchamos los pasos de Sammy por la escalera, indicando que bajaba de su misión y resultó exitosa.
— Bright, el que te guste no significa que ahora lo tomaras. – Comenta Boun con tranquilidad. – ¿No fuiste tú quien dijo que debía arriesgarme a decirle a Prem que me gusta? ¿No fuiste tú quien dijo, ten paciencia?
— Mhm...
— Entonces no seas estúpido hermanito. – Espeta Earth.
— ¡Es qué no es tan simple! – Intento hacerles entender.
— A ver Bright, esto es importante hermano. Se trata de tus sentimientos. – Suspira Sammy.
— ¿Cómo sabes de que hablamos? – Pregunta Fluke.
Sammy sonríe con suficiencia y saca su teléfono del bolsillo.
— El contexto fue dado, gracias Prem.
Me rasco la nuca con nerviosismo.
— ¿Saben lo que pasará sí no funciona? – Añado. – Gun es su mejor amigo, Off es su primo, pero Off es mi mejor amigo... ¿Y si me equivoco? ¿Y si hago algo mal? ¿En qué posición estará Jumpol? ¿Deberé resignarme a perder a mi mejor amigo?
— Bright, estás pensando demasiado – Dice Earth. – Te preocupas por cosas que aún no pasan, no es digno de ti.
— Creo que Off es lo suficientemente maduro para saber qué decisión tomar en el momento si es que llega a darse esa situación. Sin embargo siento que te estás adelantando – Comenta mi papá.
— No debe salir tu lado cobarde ahora lobito, eres valiente e inteligente, sabrás que hacer. – Añade Max, mi padre.
— Tan solo dile que te gusta y espera. – Sonríe Fluke mientras se levanta de su lugar para venir y abrazarme. – Sabes qué puedes llevarlo al restaurante, les daré comida deliciosa.
— Me encargo de los ramos de flores. – Se anota Prem.
— Si necesitas organizar una sorpresa, soy tú chica – Le sigue Sam.
— ¿Alguna asesoría de moda? Ya sabes dónde llamar. – Me recuerda Earth.
Rió mirando las ocurrencias de mis pequeños hermanos, agradeciéndoles el gesto y sobre todo pensando con mayor claridad, siempre he sido un hombre que vive en el presente y sin embargo parece que me estoy ahogando en un charco casi seco.
— ¿Dónde está Kao, cielo? – Pregunta Max a Earth.
— Ha tenido mucho trabajo padre, me envió un mensaje diciendo que no alcanzaba a llegar para la cena pero que como siempre su voto siempre es hacia mí.
— De acuerdo, entonces... ¿Empezamos?
— Sí – Los presentes respondemos al unísono.
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No puedo creer que hayan pasado dos horas desde que comenzamos con este tema, y solo parece que vamos en círculos sin ponernos de acuerdo.
— Sigo pensando que colorido sería una buena opción. – Dice Earth.
— El año pasado fue lo suficientemente colorido, cielo. – Añade Max.
— Por supuesto la temática fue increíble. — Se alaga.
— Últimamente le gustan las series con temas paranormales. — Menciona Boun.
— Eso sería como un Halloween en pleno diciembre Nopp.
— ¿Y si mejor un viaje? – Opina Fluke, mirando la pantalla de su teléfono. – Ohm opina qué dinero es la respuesta.
— ¿Cómo es qué estás hablando con Ohm y no lo llamas para que participe? – Reprocha Tul.
— Las luces están apagadas, no puede hablar.
— Oh, bien, salúdalo de parte de todos. – dice Max.
— Basta, estamos repitiendo las cosas que desechamos desde hace una hora. – Comenta Sammy. Ya hasta me duele la cabeza.
— ¿Tú qué opinas Bright? — Pregunta Prem.
— Analizando... - Mencionó. – una pijamada familiar, adornos tipo cine, ya saben palomitas, dulces, sodas, proyectando su película favorita en el jardín.
— Sí, sí – Secunda Fluke. – Suena bien, así no pensaremos en la temática y cada quien puede venir con su pijama favorita.
— Así le dará tiempo de pasar la tarde con sus amigos en el restaurante y su noche será con nosotros. – Opina Prem.
— ¡Fantástico! – Exclama Max. – ¡Al fin– ¿Están de acuerdo todos, verdad? ¿SÍ? ¡Qué bueno, me encanta! – Ni siquiera dejo responder.
— Entonces, solo asegúrense de comprarle regalos que le gusten, nada de dinero. – advierte Tul.
Asentimos y pronto nos vemos eligiendo películas y hablando de temas más personales, nos ponemos al tanto de ciertas situaciones de las cuales no todos nos habiamos enterado.
Arrastro los pies escaleras arriba, mi mente se siente agotada y necesita parar de pensar, entre el suceso del baño y el cumpleaños de Prim estoy hecho un mar de estrés y culpa. Le pediré perdón al castaño, aún si él no comprenda la razón, lo necesito para sentirme bien, para estar tranquilo.
Golpeo ligeramente mi pierna y camino apretando los labios hasta la última habitación, la apartada de las demás habitaciones.
La casa es lo suficientemente grande, la recámara vacía a lado de la mía no deja de doler y sin embargo he aprendido a sobrellevarlo.
Cierro la puerta tras de mí, girando el pestillo para asegurarla y observo en la mesa el teléfono que deje cargando, «¿Debería llamarlo ahora?» me pregunto, pero automáticamente reniego de mi propia idea, veo el reloj que tengo en la pared y observo la hora.
La una con cuarenta y tres.
La familia se vuelve loca para organizar el cumpleaños de la pequeña bebé de los Chiva-aree.
Deslizo los pantalones y los saca por los tobillos y desconecto el teléfono, no llevo bóxer así que el fresco del aire condicionado me hace estremecer. Me retiro la playera y la lanzó al sillón.
Tomo la sabana de satín, y me deslizo debajo, cubriendo el músculoso cuerpo, me niego a no dormir, necesito dejar de pensar en mi necesidad de llamar a Metawin, de escuchar su voz jadeante, o su simple timbre cálido.
Me dejo ir en el profundo sueño, soltando un gemido ligero cuando la suave sábana roza el punto más sensible, cerrando los parpados.
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El sonido de Yellow de Coldplay suena en cada rincón de la habitación.
El particular rington suena y su celular baila en la mesa, el subconsciente grita que despierte. La melodía no es general, la melodía no es solo porqué sea su canción favorita, sino porque es la canción que prometí no dedicarsela a nadie, no darle ese representativo particular... Pero ahora, es el sonido característico de Metawin Jongcheveevat.
Deslizo el pulgar por la pantalla aún somnoliento y pego el aparto a mi oreja, ni siquiera me interesa ver la hora, sólo exijo a mis parpados abrirse. Estoy a punto de frotar mis ojos cuando recuerdo el comentario de Win, y terminó dándo golpecitos en los párpados.
Escucho su respiración cambiante, no necesito preguntar pero no me gustaría tampoco que deduzca que aun sin ver sé a la perfección quién es.
— "¿Metawin?" – Mi voz ronca escapa de mis labios y el sonido de la respiración sólo hace cambiar su propio ritmo.
— "Bright..." – Gime bajito pero no lo suficiente para que no suene a través de la bocina, escucho la melodía mezclada con los gemidos ligeramente rasposos y roncos de Win. El castaño está absorto en las sensaciones, está subiendo sin reparo por la escala, listo para llegar a la cima y dejarse ir, sin contemplaciones. – "Bright..." – Repite. – "Necesito..." – Suplica.
El sentimiento de necesidad crece en mi pecho. Win aun no siendo totalmente consiente de lo que se trata, se arrastra hacia arriba para sentarse sobre el gumi.
— "Dime que necesitas Win" – Desearía poder sonar más tranquilo, pero no puedo fingir.
— "Bright... por favor... Ayúdame..." – El tono sensual de su suplica sólo enciende esa chispa peligrosa dentro de mí.
Abro los párpados, sorprendido. Aclaro la garganta, mientras se levanta la tienda de campaña en la sábana de satín.
— "Win..." – Gimo bajo. – "Lo haría... pero... estás muy fuera de ti" – Intento explicar – "No quiero que te arrepientas..."
— "No... Bright... Láng" – Gime.
— "Win, si lo hago... yo tendré problemas"
— "¿Por qué los tendrías? De verdad puedes hacerlo, sólo... ayúdame" – Titubea, frenético ante la ola de sensaciones.
Suspiro aún un poco dudoso. La cambiante respiración de Metawin, el hecho de que me llame por el pseudónimo no me ayuda. Tomo el aire necesario, y por primera vez en mucho tiempo, estoy dispuesto a arriesgarme.
Los gemidos de Metawin resuenan a través de la bocina cada vez más alto, y he activado el altavoz, dejando el aparato descansando sobre la mesa, si soy honesto. Es la primera vez que haré algo como esto.
— "Win... escúchame" – Mascullo.
— "Sí... ¡Ahhhh!"
¡Dios!
— "Win, ¿Estás ocupando al conejo?"
— "Mhm..."
— "Bien, retíralo debajo de ti... cámbialo por una almohada lo suficientemente grande para seguir frotándote y toma el lubricante que te regale el día que te fuiste de la habitación en el hotel. Sé que será algo muy drástico pero hazme caso"
Y Win obedece, lo sé por qué escucha los veloces pasos golpear algunas partes del piso amaderado. Escucho el cercano ruido de sus labios y su respiración.
Mi mano desciende, lentamente, tomando el miembro hinchado y despierto que no ha hecho más que vibrar desde el instante que la voz jadeante llegó a mi oído.
— "¿Estás listo?" – Preguntó y mi voz tiembla.
— "Mhm..."
— "Bien, vamos por todo bebé" – Espeto. – "Muévete sobre la almohada pequeño"
Pronto los gemidos tranquilos comienzan a dominar, y mi propia mano comienza el recorrido desde la raíz hasta la punta, el calor es emergente, es incontrolable de ambas partes.
— "Destapa el lubricante marrón primero" – Ordeno con voz firme, y rasposa.
El cuerpo entero de Win se estremece ante esa acción, sus pezones se han vuelto erectos una vez más y sigue meneando las caderas para que su miembro choque, y roce contra la almohada blanca debajo de él. Destapa el lubricante y descubre algo peculiar... ¡Maldita sea! Solo debía abrirlo, solo debía leer y sabría que el lubricante es de sabor chocolate.
— "Empapa un poco tus dedos cariño, y has exactamente lo que te diga" – Gimo, conteniendo el grito, los movimientos de la mano dominante se han vuelto un poco más desesperados.
Win lo hace y las siguientes órdenes son el inicio de la catapulta desde donde será lanzado.
— "Roza el lubricante en tus labios y desciende a tus pezones" – El saborizante no es desagradable, pero le gustaría un poco de café, roza sus labios y gime ante el contacto, y desciende ligeramente a sus pezones.
— "Masajea lento, descubre tu propio ritmo, debes decirme como tocarte Win..."
— "Despacio... sin abandonar demasiado" – Gruñe.
— "¿Quieres que pellizque Win?"
— "¡Ahhh, sí!"
— "Bien, guíame... tú tienes el control de esto"
Los dedos de Win comienzan a masajear, pellizcar y apretar sus pezones con tintes de necesidad.
— "¡Ohh Bright!"
— "Vamos cariño, no pienses mucho, sólo déjate llevar" – Mi mano experta sube y baja mientras yo mismo busco imaginar como recorro su cuerpo con calma.
Sí mis suposiciones son correctas, Win no soportara demasiado, ha estado estimulándose por bastante tiempo y desea que experimente una nueva sensación.
— "Win... Empapa tus dedos con el lubricante del tubo azul y dorado" – Aprieto mis labios intentando contener el escandaloso gemido. — "No te reprimas..." – Lo animo voz temblorosa y el carraspea. – "¿Confías en mí?"
— Sí... – Sisea.
— Eso es todo lo que necesito Win... – Gimo, y muevo con mayor velocidad el vaivén. – "Te llevaré a un nuevo nivel"
— "¡Sí! ¡Por favor!" – Suplica una vez más.
— "Empapa tu mano dominante cielo y recorre rozando tu piel hasta la curva de tus glúteos..."
Un sonido gutural escapa de sus labios y abre el segundo tubo de lubricante, empapa sin miedo su mano y obedece, recorriendo con suavidad desde su abdomen, hasta sus caderas, tan malditamente lento que su propia ansiedad lo consume.
— "Desearía que estuvieras aquí" – Susurra.
Sus glúteos tiemblan anticipados y el raspor de su gemido solo logra liberar el gemido estrendoroso de Bright.
— "Abre las piernas y desliza entre ellas..." – Ordeno.
Win desliza su dedo índice por la raja divisora, sus labios están tan rojos mientras el sudor se desliza desde su frente.
— "Win..." – Siseo. – Ingresa despacio un dedo, busca tu ritmo...
— "Mhm..."
Con cuidado desliza uno de sus dedos y gime ante la sorpresa, el lubricante frio inmediatamente cambia a un calor placentero, ¿cómo es posible?
— "Lubricante térmico"– Explicó sin que él pregunte directamente. – "Mueve despacio y sigue adelante Win, encuentra el detonante de tu placer"
Win mueve el dedo despacio, en círculos en su interior, sus caderas se mueven en ritmo de columpio, mientras golpea la almohada suave.
— "¡Ahhh!"
— "Una vez que muevas el digitó fácil ingresa el segundo y encuentra tu punto"
Win emite un gruñido alto y claro cuando el segundo digito ingresa, moviéndose con suavidad, empujando un poco más profundo cuando entonces;
¡Bingo!
Gime tan malditamente fuerte.
Mi mano es incapaz de atender la orden de mi mente, mis dedos pican y deseo ser yo quien exploran su cavidad, deseo llegar hasta él. Lanzo a un lado la sabana de satín y todo mi cuerpo está encendido, dejándome llevar por el calor.
— "Win... eso es..." – Suspiro. – "En cuanto ingreses el tercero... vengámonos juntos. No te desentiendas, tienes una mano libre"
Los movimientos de Win son controlados, ayuda a la sensación, levantando y dejando caer sus caderas.
El tercer digito es ingresado, y comienza el movimiento frenético y errático en su cavidad anal, obedece atendiendo sus pezones con su mano libre, sin dejar de mover sus caderas; la sensación, tan placentera viaja a través de los tres estimulantes. El cosquilleo en su abdomen es diferente, mucho más electrizante. Sus sonidos se han vuelto incontrolables, sus gemidos son como una melodía única y erótica. Tan lasciva.
— "¡Golpea el punto Win!" – Exclamó ronco.
Golpe.
— "¡Ahhh Bright!"
— "¡Mierda!" – Gruño. — "¡Vamos Win!"
Golpe.
— "¡AHHHH! ¡Joder!" – Grita.
El suspiro de mi liberación es el empuje en caída libre, el golpe en el interior de Win lo hace temblar e intenta mantenerse, intenta seguir el ritmo de la orden.
— "Vamos bebé... córrete para mí" – Le pido. – "Por favor Win..." - Susurro.
— "¡Ohh Bright!" – Farfulla.
El choque de los gritos retumban vibrantes por la bocina, Win no fue capaz de escuchar el propio grito de Bright, quien se ha liberado sobre su abdomen y a librado a su sábanas de satín de la placentera explosión. Mientras la cubierta de látex que vuelve el miembro de Win hace su trabajo, conteniendo su espeso, caliente y blanquecino semen.
El suspiro liberador escapa de sus labios he intentan recuperar el aliento, ha sido único, no tienen dudas de que todo su ser esta perteneciendo al contrario en silencio.
— "Win..."
Escucha que se levanta de golpe, y puede sentir su respiración asustada, con genuino pánico.
— "Buen chico... lo has hecho muy bien..."
— "L-lo siento..."
La temblorosa voz me preocupa y la culpa me invade nuevamente.
— "Lo siento, yo no debí..." – Me apresuró.
— "No, no, no es tu culpa... te forcé a esto..."
— "Win, soy un adulto, nadie me obliga... a nada..."
— "¿No te arrepientes?" – Pregunta con voz temblante.
— "No. ¿Tú lo haces?"
— "No... yo..."
— "Me gustas Win" – Me confieso.
Los sentidos de Win se despiertan, todos a la par... su respiración parece desaparecer por un instante y desea no ser un cobarde, desea decírselo también.
— "Me gustas Bright. De verdad qué mucho pero..."
— No haré nada Win... No estas listo, y soy consiente. – Intervengo. – Sólo dejemos que todo avance, te ayudaré a sanar y estaremos totalmente listos para ese momento, solo sigamos siendo nosotros. – Digo con tranquilidad. – Gracias por llamar. – Murmuró.
— Hagamoslo, doctor Láng... — Sonríe. — Gracias a ti por responder.