Puedo ver como se tensa, no era que deseara hacerlo decir algo para lo que no se sentía listo. Cierro la libreta provocando que el sonido sea claro.
— Relájate. — Mi tono varonil pero tranquilo, tranquiliza los nervios del castaño. — Hay que romper el hielo. — Espetó, rascándome la nuca. — Sí estás aquí significa que no eres prejuicioso y que entiendes realmente la importancia de la salud sexual y emocional. ¿Es correcto?
— Mhm... — Sus mejillas sonrosadas provocan una ligera sonrisa en mis labios.
— Bien, mi pseudónimo es Hēi Láng, tengo veinticinco años. — La voz ronca y rasposa causa un estremecimiento en la piel de Metawin. — No sé sí Gun te lo dijo pero también soy psicólogo juvenil. — Me retiró las gafas colocándolas sobre la mesa circular que tengo a lado, reposando mis codos sobre mis piernas para inclinarme y cargar mi barbilla sobre mis manos. — Si tienes preguntas, las responderé. Lo importante es que dejes tu vergüenza o pena a un lado, estamos juntos en esto y nada me importa más que tu seguridad y plenitud.
Metawin abrió sus labios en forma de 'o' asintiendo, está animado tras comprender las palabras del hombre.
— Sucede que... — Comenta y suspira, relajando sus hombros. — En mis dos relaciones no me ha sido posible tener... Umh... — Está nervioso y desvía la mirada.
— ¿Sexo?
— Mhh...
— ¿Tu cuerpo no reacciona? ¿O es algo en particular?
— Es lo que no comprendo. —Dice honesto. — Puedo tocar, puedo masturbar y permitir que me ayuden, pero...
— ¿Pero?
— Cuando comenzamos a encaminar nos para llegar a ese punto, no sé si es por no saber leerme o simplemente es un problema mío. Simplemente un mal toque, un beso mal depositado es suficiente para... Que todo se disipe.
Asiento comprendiendo las palabras de mi paciente. En realidad es normal hay personas que necesitan un poco más de incitación y seducción.
— ¿Crees que está es la razón de que tus relaciones terminarán? — Pregunto directamente por qué aún si yo sé que no es la razón, el paciente puede crear un chip de culpa innecesario.
— Sí — Admite y baja la mirada con culpa visible. — Mi primera relación terminó antes de cumplir seis meses. Y mi actual relación... No nos vemos tan seguido y supongo es la razón por la cual hemos durado. Es como estar y no estar. Honestamente tampoco es que lo haya intentado con él demasiado, parece demasiado preocupado por su imagen, más que por ser mi novio.
Frunzo el ceño, en realidad puede ser un simple deseo físico, si llevan tiempo juntos y no ha mostrado deseo sexual, es claro que sólo busca demostar algo. Sin embargo no estoy estudiando su relación romántica.
— Estoy seguro que la situación es simple técnica — Lo animo y le sonrió. — Las personas deben dejar de creer que el hecho de gustar de juegos previos y de que se acepten es más que suficiente para culminar en final feliz. Son egoístas y piensan que debes estar listo en cuanto se sienten listos, pero todo es un proceso individual y sobre todo es el hecho de que tanto tu amante como tú tengan la paciencia para darse seguridad. — Explicó —. El inicio puede ser imparcial pero culminar en caída libre es una meta posible.
— Haces que suene tan común como un resfriado y yo me siento un fenómeno por ello.
— No eres un fenómeno Jongcheveevat, solo debes conocer tu cuerpo primero y entonces puedes tener el mando y guía. ¿Has probado algo más que la masturbación?
— ¿Algo más?
— Sí. Como por ejemplo, ¿juguetes sexuales? ¿Técnicas de un libro o algo que ha inspirado para llegar a la práctica? Principalmente... — jugueteo con el extremo del bolígrafo en mi labio inferior —. ¿Masturbadores?
El rostro de Metawin se puso completamente rojo hasta las orejas, por supuesto había tenido curiosidad pero se sentía demasiado avergonzado de ir a curiosear en la SS.
— Perdón —. Me disculpo — Su rostro me lo dijo todo, no era mi intención hacerte sentir incómodo. No necesito una respuesta directa.
El menor asintió y le agradecía internamente al mayor. No podía verlo directamente a los ojos así que paseo su mirada curiosa en el consultorio, había un sillón en una esquina en forma de ondas de cuero rojo, junto a sus reconocimientos y los documentos crediticios a su profesión, sin embargo todos tenían oculto su nombre tan sólo dejaba las iniciales libres 'BVC'. Su espina de la curiosidad pico muy fuerte cuando pudo leer aquel que decía:
.───── ❁ ❁ ─────.
Constancia y reconocimiento por el conocimiento teórico y práctico del Sexercise, logrando excelencia en sus sesiones dadas. Al entrenador B V C.
.───── ❁ ❁ ─────.
— Sexercise... - murmuró más para sí mismo que para el hombre frente a él.
Lo miró cuando la mirada escapa de su boca y giro mi mirada a la misma dirección que él.
—¿Sabes de lo que se trata? — Preguntó.
Win niega, honestamente no sabía sobre el tema, bueno no sabía mucho sobre cualquier tema en general sobre esta especialidad, era como un terreno nuevo y deseaba tentarlo un poco.
— Te explicaré. Sirve como entrenamiento físico, es para prepararte, para tonificar, fortalecer y ayudar en tu resistencia. Como asistir a un gimnasio sin asistir.
— En pocas palabras... ¿Ejercicio sexual?
— Si, es correcto.
— Oh...
— También te ayuda para descubrir tus límites. Ya sabes, que te gusta y que no, va de la mano con algunos juguetes o curiosidades. Pero todo debe ser permisivo. Si no se está seguro se puede detener. Hay lugares especializados en esto.
El castaño se mordió internamente las mejillas ¿Estaría bien intentarlo? Después de todo necesitaba desesperadamente ejercitarse; y descubrirse era la palabra adecuada para su situación.
— ¿Es posible qué...?
Elevó la ceja y agradezco a quien sea si se anima a esto, no quería tener que decirle que...
— ¿Deseas intentarlo? — Me acomodó las gafas mientras anoto algunas cosas en la pequeña libreta. — No tengo problema, puedo dirigirte al lugar correcto para llevarlo acabo. — Me levanto del asiento y camino al escritorio para buscar una de las tarjetas. — ¿Podrías responderme una última pregunta?
— Claro. — Win quería sonar seguro pero no pudo evitar sentirse un poco temeroso.
—¿Cuál es tu profesión? — Cuando encuentro la tarjeta, regreso a mi asiento y la extiendo a él. — No me malentiendas, sólo es para saber qué tipo de rutina deben ponerte si te animas a las sesiones de Sexercise.
— Era bailarín. Ummh, ¿deben ponerme?
— ¿Eras? — Pregunté de vuelta. — Este lugar es pequeño no se si sea adecuado para ti.
—Tuve un accidente hace unos meses y por ahora no puedo practicar hasta nuevo aviso. Los ensayos son pesados y mi cuerpo no está en condiciones aún... ¿Entonces, usted no? — La esperanza que hay en su mirada de pronto se opaco. — No me parece pequeño.
Me muerdo internanente la mejilla y suspiro.
— No te desanimes Metawin Jongcheveevat. Puedo ver la promesa de un bailarín en ascenso, esto tan solo es un bache, y puedes volver como ave fénix a los escenarios, ten confianza. Yo te voy a ayudar.
— ¿De verdad?
— Si crees que lo lograremos juntos. Hagamoslo. — Afirmó. — Te daré una sesión de sexercise, algo básico que no ocupe compañía, pero debes saber que mínimo deberás retirarte los pantalones, si te sientes incómodo puedo prestarte una sudadera solo necesito que te dejes guiar, descubramos cuáles son los tintes de tu placer.
Win se mordió el labio y tembló ligeramente de emoción, de alguna forma sabia que podía confiar en él.
— D-de acuerdo...
Me levantó de nuevo y abro el casillero metálico donde comúnmente guardo los expedientes. Saco la sudadera negra dos tallas más grandes de lo que uso normalmente.
Había sido un regalo de uno de mis hermanos en su cumpleaños de hace un año. Es la primera vez que me ofrezco a prestar una prenda mía, aunque no me preocupa. Tan pronto como la tomó, la extendió hacia el chico y la toma rápidamente.
— El baño está por ahí —. Señaló la puerta blanca. — Relájate, prepararé todo para ti.
Metawin obedeció y cerró la puerta blanca tras acceder, se sentía nervioso y no sabía que esperar de esto, quizá debió haberle preguntado a Gun sobre qué otras cosas ofrecían las consultas con el doctor Láng.
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Supongo qué, al chico de nombre Metawin le gustan los espacios armoniosos, pese a lo apagado que lucían sus ojos al hablar de su actual relación, podía ver la luz radiante envolviéndolo de forma natural.
Saco el tapete suave en tonos pasteles de arcoíris junto a la almohada larga y suave que está dentro de una funda de terciopelo. El primer paso era descubrir su sensibilidad y sin duda está actividad ayudaba mucho.
Encendió el reproductor y pronto las suaves notas del piano inundaron el lugar, tan suaves y delicados con tintes eróticos que sólo un conocedor podría descubrir.
Los bailarines tienen un oído increíble y son bastante influenciados por la música.
Tomo mi lugar y el vibrar de mi celular comenzó a molestarme en el pantalón. Lo sacó, y fijo mi vista en el móvil, deslizando para cancelar la llamada entrante de mi mejor amigo; enviando rápidamente solo un mensaje de texto.
El suggar daddy de Gun 💸💵
En consulta, te devuelvo la llamada.
No es necesario, solo quiero saber si puedes ayudarme a preparar una cena para Gun.
Abordo suggar daddy.
¡Deja de llamarme así!
Perdón anciano.
¡Jodete Chiva-aree! Te veo a las siete.
¿Me estas insultado y aun
así tienes el descaro de pedir mi ayuda?
Me lo debes. Lobo sarnoso.
Lo que tu digas, cuando estés en el asilo ni sueñes que te llevaré algo.
¿No se supone que estás trabajando?
Mi paciente esta cambiándose, pero si, estoy trabajando. Deberías hacer lo mismo o no te darán la pensión.
🤬
Me rió ante su respuesta, y rápidamente escondo el celular tras escuchar el seguro de la puerta girarse, prontamente visualizo las piernas largas, blancas y torneadas de Metawin. La sudadera le tapa un poco más arriba de las rodillas. Perfecto.
— ¿Estás listo, Jongcheveevat?
— Por favor solo llámame Metawin o Win, es mejor.
—De acuerdo Win, ¿estás listo?
— Si.
—Haz lo que te diga por favor, si te resulta incómodo solo exprésalo — Odio ser como un disco rayado pero era importante recalcarle que él tienen el control. — Siéntate sobre la almohada, justo a la mitad y apoya tus rodillas sobre el tapete, no te lastimara.
Win obedeció, admirando los objetos en el suelo, paso una pierna y se cómodo.
— ¿Has montado a caballo alguna vez?
— No...
— ¿En serio? Es toda una aventura — Sonrió. — Bueno te explicaré, es fácil. Eres bailarín y todo esto se adaptará a lo que se te haga más fácil. Cierra los ojos y déjate guiar por la música, pasea sobre la almohada hacia delante y hacia atrás como un movimiento marcado de una rutina.
Metawin soltó un gruñido ligero de satisfacción, cuando empezó el vaivén en la suavidad aterciopelada, el ritmo era elegante, satisfactorio al oído. Se vio atrapado entre la melodía y aunque le interesaba saber a quién pertenecía la pista se encontraba ensimismado entre la sensación.
Podría jurar que las notas lo acariciaban y lo incitaban a aumentar el ritmo, era una situación demasiado caliente según su opinión. Su cuerpo entero se estremeció y una corriente eléctrica se paseó por cada centímetro de su ser al escuchar la voz ronca y profunda del doctor Láng.
— Eso es, déjate guiar por lo que tu cuerpo pide... Escúchalo, su sabiduría es interesante.
Metawin gimió ante la varonil voz, y todos sus sentidos que había sentido dormidos comenzaron a despertar. Como si la voz de Láng fuese la llave maestra y las puertas estuvieran desesperadas por abrirse.
— ¡Dios! — Exclamó en una oleada de éxtasis.
—Eso es Win, déjate llevar, entrégate ante el mar de tu placer. — Láng quién ha mantenido sus ojos lejos de su paciente, ha anotado algunas cosas guíandose de su buen oído.
En los años que lleva no había tenido a un paciente con alto potencial sexual, estaba ahí, dormido. No lo habían activado el lugar correcto. Su sensibilidad era perfecta, y cualquiera que sea el lugar que desee puede ver que será sumamente placentero para él.
La piel entera se le erizo cuando el cosquilleo en la parte baja de su abdomen se hizo presente, se aferró a la almohada mientras aumentaba el tacto entre su miembro, el bóxer y el almohadón.
No podía negar el hecho de que el fuerte olor a chocolate y café ayudaba mucho a que sus sentidos despertarán. No sabía si era el consultorio o la prenda que el mayor le presto.
Cerró los ojos con fuerza cuando el inminente orgasmo atacó, grito con fuerza raspando su garganta, su cuerpo completo tembló ante él y se sintió con si se lanzara en caída libre.
Alucinante y magnífico.
Su miembro estalló dentro del bóxer, empapándolo al igual que el almohadón y la prenda del doctor.
Se sentía saciado y satisfecho. No podría comparar la sensación de hoy con nada que haya vivido antes.
— Lo hiciste muy bien —. Dije acomodando mis gafas. — ¿Cómo te sientes?
— Increíble. — Mascullo.
— Excelente, sólo debes confiar y todo resultará increíble, lo prometo.
El menor asintió, agotado. Deseaba poder dormir ahí mismo pero sabía que no era posible. Sus ojos se abrieron cuando escucho los pasos hacia él, había dejado una botella de agua a su lado y había vuelto a su lugar.
Ahora comprende las palabras de Gun cuando lo convencía para asistir.
'Es un sexólogo no un pervertido, es muy profesional y no verá más de lo necesario'
Sin duda tiene esperanzas de que con la ayuda del doctor Láng todo mejore.
Elevó la ceja cuando miro con detenimiento el collar que cuelga del cuello del chico que acaba de estallar en un orgasmo. No le había prestado atención hasta ahora.
Mi rostro se puso pálido al recordar de donde conocía uno similar.
— Disculpa...
— ¿Umh?
– Ese collar...
— Oh, es diseño familiar — Dijo apenas controlando la respiración —. Pertenece a los Jongcheveevat, es como una tradición.
— Ya veo... — Entonces no podía ser posible. — Se me hizo conocido, mi mejor amigo apellida Wong y si no mal recuerdo se parecía, ideas mías. — Digo tranquilizándome.
— ¿Wong? ¿Jumpol Wong?
Mis ojos se abrieron con sorpresa, y asiento.
— El pertenece a los Jongcheveevat, su papá es hermano de mi padre.
«Estoy jodido»
— Entonces él...
— Es mi primo hermano, hijo de mis tíos Yin y War Wong.
«Mierda, mierda, mierda.»