Los primeros pensamientos matutinos de Harry fueron si la noche anterior realmente había sucedido. ¿De verdad habían pasado la velada acurrucados en el sofá, besándose? ¿Severus realmente había dicho que podía besarlo cuando quisiera? Si esto hubiera sido hace apenas una semana, Harry se habría reído hasta quedarse ronco si alguien hubiera sugerido que Severus alguna vez lo besaría voluntariamente.
Se volvió para mirar al otro hombre, que dormía silenciosamente a su lado. Se le revolvió el estómago y no pudo evitar que sus pensamientos reflexionaran sobre lo agradable que sería si esta fuera su pareja con la que se estaba despertando. Alguien cuyos ojos se iluminaran cuando lo vieran, y que le sonriera cálidamente cuando se despertara. Se preguntó cómo sería Severus como pareja real. Antes de anoche, nunca hubiera imaginado que el hombre mayor pudiera estar interesado en la vida doméstica, pero la noche anterior había sido cálido y afectuoso, y la velada en el sofá había sido tan parecida a lo que había imaginado como una... relación real sería.
Sabía que él y sus amigos no eran el típico ejemplo de dieciocho años. Nunca habían anhelado la fiesta o la aventura. Hermione había susurrado una noche mientras hablaban, que habían visto demasiada guerra. Conocían la mortalidad y la destrucción, y eso dejaba poco espacio para el deseo de aventura. Habían pasado muchas noches simplemente hablando de las cosas simples. Incluso Ron, normalmente tan lleno de vida, no quería nada más que pasar su vida con la mujer que amaba. La propia vida de Harry había visto tan poca domesticidad, que ansiaba la normalidad de ella, y una persona con la que realmente pudiera estar. Alguien que lo hiciera sentir valorado simplemente por ser él, y que quisiera estar con él sin reservas. Anhelaba que alguien lo sostuviera cuando no podía ser el salvador, cuando solo quería dejarlo ir. Alguien que lo aceptaría por sus defectos y lo protegería cuando fuera débil. Había pensado que había sido una quimera, no había sabido cómo engranar esto con su deseo de dominación.
Severus se movió, y el estómago de Harry se retorció con anticipación. No sabía cómo iba a reaccionar el otro hombre a lo de anoche. Temía tener el arrepentimiento del 'día después', y sabía que eso lo rompería un poco. Severus abrió los ojos y lo miró fijamente, sin decir nada. Hubo un momento de silencio sepulcral antes de que él sonriera suavemente.
– Buenos días – Comenzó Severus, antes de sonreír – Pareces un poco nervioso –
Harry se rio suavemente.
– No tengo idea de por qué podría ser eso – Dijo inexpresivo. El otro hombre sonrió divertido pero no dijo nada. – Entonces – Dijo nervioso. – Anoche dijiste que podía besarte. ¿Esa oferta sigue en pie? –
– Lo hace – Dijo el otro hombre sin rodeos. Harry no pudo evitar sonreír y se abalanzó para depositar un fuerte beso en los labios del otro hombre antes de alejarse, sonriendo felizmente.
Severus resopló.
– Olvidé que tienes dieciocho años, con la impulsividad de un chico de dieciocho años. Supongo que debo prepararme para ser emboscado en cualquier momento –
Harry se rio antes de adoptar una cara seria y asentir.
– Sí, creo que podría ser una sabia decisión –
Severus simplemente negó con la cabeza exasperado, sin embargo había una media sonrisa divertida en su rostro.
– ¿Quieres desayunar? – Preguntó Harry, saltando de la cama.
Severus se sentó y no dijo nada por un momento.
– ¿Puedo hacer el desayuno si quieres? – Respondió suavemente.
Harry se giró, a punto de decirle que no había problema, cuando vio una pizca de nerviosismo en el comportamiento del otro hombre. Harry se detuvo, estaba claro que Severus estaba tratando de hacer un esfuerzo para promover su amistad, y sería insensible por parte de Harry negarlo. Harry tampoco estaba seguro de si Severus le estaba ofreciendo esto como un gesto de sumisión. Una parte de él pensó que podría serlo, pero por otro lado, podría ser simplemente su propio deseo de que lo fuera, y no quería hacer el ridículo leyendo demasiado.
– Gracias, Severus – Respondió alegremente, caminando alrededor de la cama. Puso su mano en la nuca de Severus y plantó otro beso. – Voy a darme una ducha, ¿así podemos desayunar cuando salga? –
– Sí – Respondió Severus, y Harry estaba seguro de que había un toque de deferencia en la respuesta.
Harry se fue a duchar, y luego desayunaron juntos, antes de que Severus fuera a prepararse. Pasaron la primera parte del día elaborando estrategias para sus próximos movimientos con respecto a los posibles mortífagos, hasta que llegó el momento de irse a la barbacoa. Antes de salir de la cabaña, hablaron sobre el día anterior, y Severus le había asegurado que no se sentiría demasiado avergonzado por el incidente. Caminaron hacia la barbacoa del pueblo y, por una vez, Harry se sintió tranquilo y contento. No se sentía nervioso de que lo que sea que dijera o hiciera fuera a enojar a Severus. Sintió que finalmente estaban en la misma página y que estaban trabajando juntos para apoyarse mutuamente a través de esto.
La barbacoa estaba repleta y había un olor a carne asada y cerveza en el aire.
– ¿Quieres una bebida? – Le preguntó, y Severus asintió. Se las arreglaron para tomar algo de comida y bebida y encontraron un espacio en la hierba. El sol caía a plomo, y se alegró de que se hubieran decidido por las camisetas. Le sorprendió que hiciera tanto calor tan al norte. Había escuchado historias terribles sobre el clima escocés, pero hoy estaba hermoso y tranquilo. Harry se sentó en una roca y Severus se arrodilló a su lado, inclinándose cerca de él. Severus había estado arrodillado así desde que llegaron a la comunidad, siempre tratando de mostrar que eran una pareja real, pero hoy se sentía diferente. Había algo personal al respecto, aunque no podía señalar qué era exactamente diferente. Sin pensarlo, comenzó a pasar su mano libre por el cabello de Severus, y su estómago se agitó cuando Severus pareció inclinarse hacia él minuciosamente.
– Es un día de gie braw, ¿no? – Un hombre a su lado preguntó alegremente: – No verás a muckle mair en esto, te lo digo – Se rio. – Oor yin day o summer – Se rio divertido, y Harry solo pudo sonreír confundido, no tenía ni idea de lo que había dicho el otro hombre... – Entonces, ¿Dónde estás? – Harry se sonrojó, mirándolo avergonzado. Se dio cuenta de que el hombre le había hecho una pregunta, pero no pudo averiguar qué era.
Una mujer cerca de él se rio entre dientes:
– Dijo que es un día hermoso y que lo aprovechemos porque no lo vemos a menudo. Luego preguntó dónde vivía antes de venir a la comunidad – El hecho de que a la mujer se le hubiera pedido que tradujera claramente había divertido al otro hombre, ya que ahora se estaba riendo con ganas. Harry se giró momentáneamente para mirar con gratitud a la mujer antes de volverse hacia el hombre que se reía entre dientes. Terminó teniendo una conversación divertida con ellos, la mujer traducía originalmente, sin embargo, una vez que se acostumbró al acento, pudo entender mucho más de lo que se decía. Los sumisos fueron presentados, y mientras los demás se unían con entusiasmo, Severus permaneció en silencio, arrodillándose sumiso y permitiendo que Harry siguiera pasándose los dedos por el cabello.
– ¿Estás bien mascota? – Harry le preguntó un rato después, preocupado.
– Sí señor. Simplemente estoy disfrutando de la relajación del día. No es frecuente que las cosas sean tan pacíficas – Respondió, y Harry confió en que no había un significado oculto.
– ¿Quieres algo? – Le preguntó, sonriendo cálidamente.
– No, gracias, señor, sin embargo, ¿le importaría algo? – Preguntó Severus, girándose para arrodillarse frente a él.
– Mmm, me vendría bien un poco de agua – Respondió.
– Entonces permítame traerle, señor – Respondió, comenzando a ponerse de pie. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Harry agarró la parte posterior de su cabeza y tiró de él para besarlo. Este fue su primer beso público y Harry se preguntó cómo reaccionaría. Harry no debería haberse preocupado, Severus le devolvió el beso apasionadamente. Cuando se alejaron, Harry sonrió cálidamente, mirando fijamente a los ojos del otro hombre.
– Consíguete algo también – Ordenó, entregándole algo de dinero al otro hombre. Harry lo soltó y se levantó suavemente, antes de alejarse en dirección a los puestos de comida.
– Bueno, veo que te estás acomodando – Comentó una voz a su lado. Harry se giró para ver a Selena, sonriéndole.
– Sí, gracias – Respondió él, y ella se sentó en una roca a su lado.
– Me alegro – Dijo ella. – Estaba empezando a preocuparme un poco – Él la miró confundido. – Si no te importa que lo diga, ambos no parecían estar muy cómodos. Lo he visto suceder antes, la fantasía de vivir en el estilo de vida y la realidad no encajan. Me preocupaba que estuviera causando tensión en su relación, pero te he estado observando durante un tiempo hoy, ¿y parece que las cosas podrían haberse calmado? – Ella le preguntó.
Harry sonrió.
– Sí, creo que nos tomó un poco de tiempo acostumbrarnos, pero parece que hemos vuelto a la normalidad –
– Sí, puedo decirlo – Afirmó deliberadamente, y él se rio.
Cuando Severus regresó, estaban charlando como dos cuervos. Selena los invitó a sentarse con ella y Bill, y pasaron la tarde riendo y charlando. Severus parecía llevarse bien con Bill y Harry estaba hipnotizado por la risa de Severus. Se encontró constantemente encontrando excusas para tocar a Severus, y el otro hombre pareció tomarlo con calma, sin parecer molesto por la atención. Terminaron pasando todo el día en la barbacoa. El clima había llevado al grupo de teatro a presentar un espectáculo nocturno, y las parrillas se encendieron nuevamente para proporcionar más comida a todos. Harry lo jaló para que se sentara entre sus piernas y Severus obedeció fácilmente, permitiéndole sostenerlo y tocarlo suavemente durante todo el espectáculo.
Era tarde en la noche cuando regresaron a la cabaña, y había una clara sensación de anticipación en el aire mientras caminaban en silencio de regreso. Casi se sentía como si estuviera acompañando a su cita a casa y contemplando si iba a entrar para darle el beso de buenas noches. Cuando regresaron, Harry no pudo evitar una pequeña punzada de anticipación de que había juzgado mal sus acciones hoy, pero Severus no dijo nada, simplemente se ofreció a prepararle una taza de té. Terminaron sentados en el sofá hasta altas horas de la madrugada, hablando de todo y de nada. Todo lo que decía Severus era fascinante, o divertido, y Harry no podía haber disfrutado más la velada. De mala gana se fueron a la cama, cuando Harry no pudo evitar bostezar.
Justo cuando se iban a la cama, sintiéndose audaz, Harry le preguntó si podía abrazarlo y Severus asintió, sonriendo suavemente. Pasaron la noche juntos y Harry descubrió que había dormido mejor que en mucho tiempo. Cuando Severus no lo incitaba deliberadamente, era el compañero ideal de Harry. Se esforzó por no pensar en el final inevitable, convenciéndose de que encontraría a alguien igual de increíble.
Cuando se despertó por la mañana, el otro hombre seguía profundamente dormido. Acostado allí, comenzó a pensar en las formas en que disfrutaría despertarse con el otro hombre, y esto inició una reacción en cadena hacia su pene. Juzgando que era lo mejor para evitar la humillación inherente que ocurriría si Severus lo encontrara en esta posición, se retiró suavemente, decidiendo que lavaría los platos y prepararía el desayuno para ambos. Puso la radio y para cuando empezaba a hacer unos huevos revueltos estaba rebotando por la habitación usando la espátula como micrófono "One last thing before I quit, I never wanted...". Estaba en medio de una interpretación dramática de "Monkey Wrench" cuando se dio cuenta de que Severus estaba apoyado contra el marco de la puerta, la diversión clara en su rostro. No pudo evitar sonrojarse, debió verse como un espectáculo, saltando en sus bóxers.
Rápidamente apagó la radio.
– Lo siento, te desperté – Preguntó, tratando de ocultar su vergüenza.
Severus sonrió.
– Hubiera odiado perderme esta exhibición – Se rio.
Harry no pudo evitar reírse
– Me alegro de haberte dado un espectáculo–
– Oh, definitivamente me diste un espectáculo – Comentó, mirándolo, recorriendo deliberadamente sus ojos de arriba abajo del cuerpo de Harry.
– Oi – Harry fingió modestia, cruzando sus brazos sobre su pecho. – Mantén tus ojos en ti mismo – Comentó.
Severus se echó a reír.
– Me disculpo, señor Potter, está a salvo de mis avances lascivos –
– Oye, nunca dije que quería estar a salvo de tus avances – Respondió rápidamente, sonriendo de nuevo.
El hombre mayor frunció los labios con diversión.
– Ay, mis avances son totalmente a tu discreción –
– Cuidado – Replicó Harry. – Podría aceptarlo –
– ¿Cómo me las arreglaré? – Severus regresó, la sonrisa nunca abandonó su rostro.
– Ve y siéntate antes de que use esta espátula para algo para lo que nunca fue diseñada – Bromeó. Los ojos de Severus brillaron y Harry se quedó inmóvil. – Eso te excita – Dijo sin rodeos. Severus tosió, apartando la mirada. – Te gusta la idea – Empujó, avanzando hacia el hombre mayor. Severus no dijo nada pero tampoco se movió. – Prometiste ser honesto – Continuó, proyectando algo de dominio en su voz.
Severus lo miró, pero no pudo ocultar el rubor que se había apoderado de su rostro. Después de un momento, pareció decidir que Harry era lo suficientemente confiable.
– Sí, disfruto de la disciplina física de alguien en quien confío –
Harry dio un paso atrás, su estómago cayendo en picado.
– Oh –
– ¿Harry? – Cuestionó el otro hombre, claramente sorprendido por su reacción.
– Entonces el otro día... – No se atrevió a continuar. – Lo siento mucho Severus – Terminó mirando con tristeza al otro hombre.
– Harry – Comenzó el otro hombre, habiendo entendido su repentino cambio de emoción. – No tuviste control sobre ese incidente. No te preocupes, no me has marcado de por vida – Continuó, proyectando un aire de diversión en la habitación. – No ha cambiado lo que siento por la disciplina doméstica en una relación amorosa. Ese fue un escenario completamente diferente –
– Todavía lo siento – Continuó Harry. – Tomar algo tan importante para ti y convertirlo en diversión pública me enoja mucho –
Severus caminó hacia él.
– Y solo eso me dice que serás... quiero decir, ya lo eres, un buen Dominante – Severus avanzó hacia su espacio personal. – ¿Puedo besarlo, señor? – Preguntó.
Harry estaba más excitado en ese momento que nunca. Esa simple petición sumisa fue hermosa.
– Sí – Susurró. Severus bajó la cabeza y presionó sus labios suavemente contra los suyos. Fue frustrantemente suave y en unos momentos Harry estaba tomando el control del beso, empujando más fuerte y agarrando los brazos del otro hombre. Severus cedió fácilmente el control y esto solo sirvió para aumentar el Dominio de Harry.
– Joder – Finalmente jadeó, alejándose del beso. – Me vas a matar – El otro hombre resopló divertido. – ¿Por qué fue eso? –
– Te merecías una recompensa – Respondió, alejándose y caminando hacia la puerta de la cocina.
– ¿Qué? – Preguntó Harry, confundido.
– Eres un buen hombre. Te preocupas genuinamente por el bienestar de los demás y pensé que deberías ser recompensado por eso – Respondió Severus, girándose para mirarlo.
Harry gruñó, avanzando hacia el otro hombre. Observó cómo Severus tragaba saliva visiblemente, sus ojos se agrandaron cuando Harry avanzó depredador hacia él. Aún asombraba a Harry lo abierto que Severus estaba dispuesto a estar con él. Era un maestro espía, podía ocultar fácilmente sus reacciones si así lo deseaba.
– ¿Pensaste que merecía una recompensa? – Preguntó peligrosamente.
– No, yo... – Severus parecía genuinamente perdido por las palabras.
– Pensaste controlarme, ¿verdad? – Preguntó, empujando a Severus más hacia la esquina de la habitación mientras continuaba avanzando.
– No... yo solo... pensé... – Severus se detuvo incapaz de encontrar las palabras.
Severus ahora estaba encajado en la esquina de la cocina y Harry se cernía sobre él.
– ¿Es tu lugar para recompensarme? – Preguntó, su voz engañosamente tranquila. Severus negó con la cabeza. – ¿Es tu lugar tratar de controlar mi comportamiento? – Incitó, y de nuevo, Severus negó con la cabeza. – ¿Crees que es aceptable que un Sumiso recompense a una Dominante por su comportamiento? –
Severus negó con la cabeza temeroso y bajó los ojos en súplica.
– No señor, nunca quise decir eso – Afirmó, pareciendo un poco nervioso.
– Entonces, ¿Qué quisiste decir chico? – Preguntó amenazadoramente.
– Yo... usted... usted fue tan cariñoso que solo quería mostrarle mi aprecio, señor – Susurró, manteniendo los ojos fijos en el suelo.
Harry lo miró como si fuera una película. Su lado Dominante estaba tomando el control de la situación, sintiéndose justificado en sus acciones, pero el otro lado de él estaba diciendo. "¿Qué diablos?" Mientras intentaba dominar a su profesor de pociones.
– Creo que deberías cuidarte muchacho, no sea que encuentre un uso genuino para esta espátula. ¿Estás de acuerdo? – Preguntó.
– Sí, señor, observaré mi comportamiento en el futuro para que no tenga una razón para castigarme – Respondió el otro hombre sin dudarlo. El estómago de Harry dio un vuelco, estaban cruzando un territorio peligroso. Harry esencialmente le había preguntado si podía castigar a Severus por mal comportamiento y el otro hombre había afirmado claramente que le permitiría a Harry establecer las reglas y las consecuencias.
– Muy bien – Dijo, decidiendo saltar con ambos pies. – Espero que te comportes lo mejor posible hoy, pero cuando lleguemos a casa esta noche, tendremos una discusión seria sobre las reglas y los castigos. ¿Me aclaro? – Esta era la oportunidad de Severus para retirarse de la situación y Harry esperó con gran expectación.
– Sí, señor – Respondió finalmente, levantando los ojos y mirando significativamente a Harry. Estaba dejando en claro que estaba dando su consentimiento para que Harry estableciera algunas reglas para su relación. El pecho de Harry se contrajo, se sentía como si estuviera en un sueño. Realmente sentía que era la persona más afortunada del mundo en este momento.
– Mmm, qué buen chico – Elogió, empujándose contra el hombre mayor. Levantó la mano para enredar los dedos en el cabello del otro hombre. Agarrándolo suave pero exigentemente, tiró del cabello, obligando a Severus a levantar la cabeza. Los ojos de Severus estaban entrecerrados y su boca entreabierta. Presentó una imagen de abandono desenfrenado.
– ¿Vas a ser un buen chico para mí hoy? – Preguntó, y el otro hombre asintió, lo que solo sirvió para tirar más fuerte de su cabello, haciéndolo jadear.
– ¿Y qué pasará si no eres un buen chico? –
– Seré castigado – Respondió Severus bajando los ojos.
– Sí Severus, serás castigado. Cualquier mal comportamiento significa que pasarás por encima de mis rodillas – Hizo una breve pausa – Y no será como ayer mascota – Continuó – Será una verdadera nalgada. Creo que esa es la única forma en que aprenderás – Hizo una nueva pausa, permitiendo que el otro hombre absorbiera la información. – ¿Tengo derecho a castigarte así? – Preguntó, buscando de nuevo el consentimiento.
– Sí señor. Me portaré bien, señor, pero si no lo hago, tiene derecho a castigarme – Respondió Severus. Su respuesta explícita fue dejar en claro que consintió en el desarrollo de su relación de esta manera. Harry se distrajo momentáneamente con la considerable erección que mostraba Severus, que actualmente se clavaba en su cadera.
Harry sonrió.
– Mmm eres perfecto, conoces a ese chico? – Reflexionó, sin esperar una respuesta. Pasó su otra mano por el torso de Severus, antes de tirar un poco más fuerte de su cabello. Severus jadeó, y Harry escogió ese momento para reclamar un breve beso doloroso. Soltándolo, lo empujó con firmeza hacia la puerta de la cocina. – Siéntate, traeré el desayuno en un minuto – Ordenó, colocando una palmada firme en el trasero del otro hombre antes de volverse hacia su desayuno. Sus huevos estaban arruinados, más parecidos a un montón de cenizas que a huevos revueltos, así que se dispuso a hacerlos desde cero.
Disfrutaron de un desayuno tranquilo, la tensión fue liberada por una acalorada discusión sobre la importancia de la historia de la magia en el plan de estudios de la escuela. Pronto llegó el momento de salir de la casa y Harry comentó despreocupadamente que no llevaba puesto el collar.
– No señor – Respondió Severus, con un aire continuo de sumisión en su voz. – Pensé que tal vez desearía ponérmelo – Hubo una atmósfera repentina en la casa, y Harry no ignoraba la enormidad del gesto.
– Gracias, Severus – Dijo genuinamente. – Es un privilegio que se me permita ponerte el collar – Severus inclinó la cabeza en reconocimiento, pero permaneció en silencio. – ¿Te arrodillarás ante mí? – Preguntó y Severus lo hizo sin dudarlo. Harry pasó sus manos por el collar, deleitándose con los sentimientos de poder que estaba experimentando actualmente. Mientras se acercaba, Severus levantó la cabeza, dándole acceso a su cuello y Harry se inclinó hacia adelante, pasando el cuero alrededor de su cuello antes de abrocharlo detrás de la cabeza ahora inclinada. Ambos se detuvieron por un momento, reconociendo la acción, antes de que Harry pasara sus dedos por el cabello oscuro y luego le ordenara que se pusiera de pie.
Al salir de la casa, Harry dio el valiente paso de enlazar su mano con la del otro hombre, y Severus le apretó la mano en respuesta. Eran como cualquier pareja joven, en una primera cita, felices y despreocupados. Caminaron hacia la ciudad, sus manos nunca se soltaron y sus cuerpos constantemente presionados juntos.
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N/A: Muchas gracias a todos los que comentaron y les gustó la historia, definitivamente ayuda a mantener viva la motivación. Esta fue una historia de construcción lenta, pero los chicos se han dejado llevar un poco, y los capítulos que he escrito definitivamente se están volviendo mucho más explícitos.