Kiss Me // Fyoya

By Yoshiro_077

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Nada de eso estaba planeado. Quizás en un inicio fue una ocurrencia para darle algo de pánico a Dazai, pero e... More

Cambio de planes
Sabor a vino
En el caso hipotético
Podrías liberarme
Hay que contrartarlo
Cierra tus ojos
Un nuevo sentimiento
Lo que usted diga jefe
Quiero iniciar una pelea
Quédate a mi lado
Sólo contigo
Este lugar va a explotar
Es algo personal
Es estúpido para ti
Creo que soy inestable
También te quiero
Afrontar las consecuencias
Charlas terapéuticas
Jugando a las estatuas
No te sueltes
Ciego en un cuarto oscuro
Deberías avisarme
Cásate conmigo

Extra 🔞

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By Yoshiro_077

La semana es santa, pero yo no. Y ustedes tampoco, así que continúen.
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Como todo el mundo sabe y seguramente ya debería saber, ellos dos tenían demasiada tensión sexual desde el primer momento en el que se vieron.

Sabían a la perfección que uno de los dos terminaría por pedirle ayuda o simples consejos a alguien, no era lo mismo investigar en internet a tener una persona frente a frente que te explicara paso a paso, con lujo de detalles y quizás una demostración con imágenes o gráficas.

La verdad conocía un poco de esos temas, tampoco era la primera vez que ellos dos tenían esa clase de contacto. Aunque siempre se sintió un tanto injusto, no con respecto a Chuuya, sino con respecto a sí mismo.

El pelirrojo solía tomar la iniciativa desde que su relación comenzó, y sus nulos intentos por empezar la acción normalmente terminaban en tragedia y desgracia. Ya era común querer hacerlo y que le diera un ataque de nervios, para luego culparse durante horas o a lo mucho algunos días.

Pero eso iba a cambiar hoy, no pensaba quedarse como si nada luego de casi dos años de relación. Tanto tiempo y todavía se ponía nervioso al ver a Chuuya sin camisa, de verdad que su mente era increíble para ciertas cosas y demasiado estúpida para otras.

Tocó la puerta del departamento decidido, ya se encontraba ahí, ya no había vuelta atrás, ya no quería ni podía irse o librarse de la situación.

Yosano lo recibió bastante bien, la mayoría de la Agencia de Detectives no se sintió atacada directamente cuando supieron de su relación con el mafioso, bueno, ya sabrán quien era la única excepción.

- Pasa, pasa, justo estaba por anotar las opciones que teníamos- Dijo la mujer, señalando varias revistas arriba de una pequeña mesa - ¿Algo de beber?

- Siento que esto va para largo, entonces... agua simple está bien- Respondió desviando la mirada, algunas cosas eran un poco explícitas - Espera... ¿dijiste "teníamos"? ¿Tú y quién más?

- Esa, es una excelente pregunta- Contestó entregándole el vaso de vidrio - Bien, mira las opciones y de mientras voy analizando lo que deberías o podrías

- D-De acuerdo- Aceptó empezando a sonrojarse, eran revistas eróticas y otras con trajes y disfraces subidos de tono - Amm... Yosano, agradezco muchísimo esto p-pero...

- Si, lo sé, estás en una etapa donde a pesar de todo te sigue dando vergüenza la parte de la intimidad ¿verdad?

- ¿C-Cómo sabes eso?

- No eres el primero que me viene a preguntar por cosas de este estilo, no te preocupes, las relaciones sexuales son algo completamente normal en una relación y debe hacerce poco a poco, sin presiones y sin obligación

- Gracias... me siento mucho más tranquilo ahora

- Pero igual te recomiendo escoger un traje o algún sabor de lubricante, nunca se sabe y tal vez sorprenda mucho a tu querido novio

Miró las revistas por un momento, aún seguía con ese tono rojizo en el rostro que no se iría con nada hasta salir del departamento, pero por lo menos ya habrían entrado en confianza.

La doctora decidió pasar a la parte más importante, lo que se supone era la razón de estar ahí, pero terminaron desviándose, hablando de cosas extrañas o algunas muy incómodas para los demás. Aunque Yosano tenía un porqué de sus preguntas: evaluar su nivel de experiencia y conocimiento en el tema para poder guiarlo mejor.

- ¿P-Preparación?- Preguntó nervioso, eso le tomó por sorpresa

- Ajá, ¿qué es lo que hace Chuuya para estimularte? ¿Usa sus dedos, una felación, juguetes, besos, caricias?- Cuestionó anotando algunas cosas en un cuaderno - Tranquilo, nada de esto saldrá de aquí

- P-Pues... depende mucho de lo que yo quiera

- Bien, ¿y qué prefieres?

¿Cómo le explicaría que le gustaba ser atado a la cama y con una venda en los ojos sentir el tacto de Chuuya por su cuerpo? Esos roces tan calientes que lo derretían apenas pasando por su pecho o sus piernas, los besos en su cuello y abdomen, siempre sin saber que sería lo siguiente que haría el pelirrojo.

Yosano rió ligeramente, entendiendo todo con un simple silencio. Era normal en todo tipo de personas, cada quien con sus gustos y placeres culposos o medio masoquistas, ella no juzgaba por nada y para eso estaba, para ayudar a las personas que aún tenían sus dudas.

- Mejor cambiemos un poco de tema, ¿qué prefiere Chuuya hacer contigo?- Preguntó de nuevo, esta vez algo un poco más fácil de contestar

- A veces me muerde mucho, dice que le gustan mis piernas y juega con... c-con mis...- No tuvo el valor de decirlo así que sólo pasó una mano por su pecho - E-Eso, ya sabes... siempre me pregunta si me gusta o cómo se siente

- Umh, consentimiento y comunicación, eso es muy importante- Mencionó sacando unas cajitas de un pequeño gabinete - Mira, aquí lo que puedo hacer es darte esto

- ¿E-Eh?- Yosano sacó una botellita de lubricante, al parecer con sabor a cereza - ¿E-Esto es...?

- Supongo que Chuuya ya debe tener uno en cada rincón de su casa, pero nunca está de más

Esa tarde estuvo llena de cosas que ni siquiera sabía de su existencia, algunos juguetes un poco extraños pero que se veían prometedores en un futuro, sin olvidar mencionar a la segunda chica que llegó de imprevisto. Naomi traía una maleta con varios trajes, que en lugar de avergonzarlo como normalmente harían, le dieron algunas ideas un tanto creativas.

Al llegar a casa, el aroma a té de jazmín inundaba el departamento. Yosano dijo que también deberían intentar experimentar con olores, y que uno de los mejores para estos casos, era precisamente el del jazmín.

- Ya regresé- Avisó dejando su abrigo en el sillón - ¿Cómo te fue hoy?- Preguntó abrazando al contrario por detrás, viendo que cocinaba un poco de arroz blanco

- Bastante mal si te soy sincero, un cargamento se fue al carajo porque un idiota perdió un documento... ¿y adivina a quién le transfirieron el trabajo?- Se quejó recargando su cabeza en el pecho del ruso

- ¿Fue difícil?- Siguió preguntando, olvidando sus nervios de hace poco para mimar al pelirrojo

- Si, un poco- Suspiró fastidiado, apagando el fuego mientras quitaba la olla de la estufa - Pero ya no importa, estoy aquí contigo y esa es mi parte favorita de todos los días

Chuuya se dio la vuelta para besarlo, a lo que no pudo resistirse y le siguió el juego. Eso, eso era lo que siempre le hacía sentir extraño. Él nunca inició algo tan lindo y cariñoso, jamás pudo demostrar su amor por el mafioso con acciones como esas.

En cierto punto le molestaba, pero no era una molestia contra el pelirrojo, más bien era consigo mismo por ser tan frío en algunas ocasiones. Así que se encargó de intentar transmitir sus sentimientos en el beso, dulce y tierno que le daba tranquilidad a ambos.

- ¿Quieres comer o darte un baño?- Preguntó al separarse, aún con sus brazos en los hombros del contrario

- Creo que me daré un baño- De puro milagro consiguió decir eso sin sufrir de un infarto, porque justo después de eso quería y necesitaba empezar su plan

No era la gran cosa, pero sería suficiente para conseguir la atención de Chuuya y probablemente empezar las caricias calientes y los roces con dobles intenciones. El baño fue relajante y al mismo tiempo lleno de ansiedad, pero eso no impidió que saliera de la recámara, vestido y preparado para, por lo menos, hacer el intento.

El pelirrojo se encargó de limpiar la cocina y preparar la mesa, ya era costumbre de los dos coordinarse para las tareas del hogar o simplemente hacer cosas por el otro que después serían un gran alivio y un peso menos de encima. Suspiró un vez más, ahora con una sonrisa en su rostro por sentir la presencia de su pareja en el marco de la puerta.

- F-Fyodor...- Pronunció sorprendido al darse la vuelta, parpadeando repetidas veces para comprobar que no era un sueño

- ¡Ay perdón, creí que te podría gustar porque nunca he tomado la iniciativa en estas cosas y cada que lo intento sale mal o ni siquiera puedo hacer nada al respecto!- Se disculpó rápidamente, cubriendo su cara con ambas manos

No le dio tiempo a reaccionar cuando ya estaba entre los brazos de Chuuya, siendo cargado como una princesa mientras subían las escaleras para regresar a la recámara de donde recién había salido. El contrario lo dejó sobre las sábanas con delicadeza, completamente embobado viendo y admirando todo su cuerpo.

Traía puesta una camisa blanca de vestir que le quedaba un poco grande, desabotonada y un tanto ajustada en ciertas zonas. Usaba ropa interior suya, con unas medias negras que tenían encaje en los bordes superiores y un par de tirantes que apretaban ligeramente sus muslos. Además de una gargantilla que le pertenecía a él y un curioso trozo de tela que recogía parte de su cabello.

Era hermoso, no podía evitar dejarse llevar al verlo de tal manera. Sus ojos violetas reflejaban deseo, apenado y deseoso, pero al fin y al cabo pidiendo ser tomado una vez más.

- C-Chuuya, ahh...- Suspiró apenas sentir sus labios contra su cuello - Espera, aún n-no... ¡ngh!

- ¿Te pusiste todo esto sólo para decirme que me detuviera?- Preguntó con seriedad, fingiendo estar molesto pues en realidad estaba encantado con sus reacciones

- Chuuya~ no hables así...

- ¿Por qué?

- Me... me gusta eso...

- Si, lo sé- Aseguró para desatar su cabello y mirar mejor lo que usaba - ¿Quieres que amarre tus muñecas?

Fyodor asintió despacio, no podía concentrarse en otra cosa que no fuera su erección rozando con la rodilla del pelirrojo. El mafioso alzó una ceja, casi preguntándole "¿tan pronto?" refiriéndose a su miembro ya despierto, pero es que ya venía preparado y dispuesto a morder la almohada, era obvio que con sólo un par de besos iba a ponerse duro.

Quería moverse, crear fricción entre ambos para conseguir el placer que necesitaba sentir en ese momento para luego...

- A-Ahh...- Comenzó a lloriquear cuando Chuuya mordió su cuello con algo de fuerza - C-Chuuya no... n-no muerdas ta-tanto por favor

- Serán una pocas, las suficientes para quitarte la gargantilla con los dientes- Se burló con cariño, terminado de hacer el nudo con el listón anterior- Tus manos en mi cabello, ahora

- Ahh, mmmgh... Chuuya, ahh~

- ¿Te gusta? ¿Quieres que haga algo más?

- Me gusta... y-yo... tu rodilla, ¿p-puedes...?

Chuuya sonrió escondido entre la unión de su cuello y su hombro, los acomodó de mejor manera para sentir el bulto en su ropa interior y mover lentamente, para después volver un poco más rudos los movimientos sobre su erección. Se veía en su rostro lo bien que se estaba sintiendo, tanto que trataba de controlar los sonidos que salían de su boca.

Logró escuchar un gemido ahogado, lo cual le hizo enfadar y detener la reciente fricción entre ambos. No estaba enojado de verdad, pero sabía que esa actitud y ese tono de voz le daba escalofríos al pelinegro, agradables y que le dejaban con ganas de más contacto.

- ¿Qué te he dicho de callar tus gemidos?- Cuestionó recriminante, tomando su mentón y así obligándolo a verle directamente - Respóndeme, ¿qué te he dicho sobre eso?

- Q-Que no lo... ha-haga- Suspiró aún más encantado por su actitud, asumir su rol como dominante contra él era increíble

- Muy bien, ¿y qué fue lo que hiciste?- Fyodor no respondió, estaba tan metido en su mundo admirando al contrario que ni siquiera recordaba correctamente su nombre

Su erección bajo la tela dio una leve punzada, sacándole un profundo y entrecortado suspiro de satisfacción al sentir la mano de Chuuya en su mejilla derecha. Le gustaba eso, sus manos atadas y con el mafioso sobre él.

Los besos descendieron por su clavícula y pecho, tocando cada centímetro de su piel con suma delicadeza queriendo provocarlo en exceso. El leve chasquido le estaba fascinando, todas sus reacciones comenzaban a volverlo loco.

No lograba retener sus jadeos y suspiros, de verdad se sentía demasiado bien como para callarse, más encima sin poder moverse o reclamar, le provocaba gran placer. Chuuya fue bajando poco a poco, llegando a su pecho y la zona más sensible de todo su cuerpo, sus pezones.

- ¡Chuuya, no los muerdas así!- Recriminó jadeante, eso le dejó una sensación extraña - ¡Ahh, b-basta~!

Lamía en círculos mientras su otra mano movía y estiraba o apretaba, disfrutando de sus gimoteos pidiéndole detenerse cuando sus reacciones eran muy distintas. Bajó su propio pantalón de pijama hasta la mitad de sus muslos, suspirando por el alivio que era dejar de sentir tanta presión ahí abajo.

- M-Mmmgh, mmg... de... deten... ¡nnngh!- Hacía todos sus esfuerzos para pedir algo de tranquilidad - ¡Chuu... la... l-la punta...!

Fyodor tenía esa maravillosa reacción al estimular sus pezones, la punta de éstos salía ligeramente levantada al terminar su trabajo. Cuando esto sucedía significaba que ya podía pasar a otra fase, más subido de tono y más caliente. No pudo evitar jalar los cabellos rojizos del contrario al sentir el fuerte cosquilleo en su vientre, aún así no se corrió, no por ahora.

- ¡Chuuya~!- Gimió alto al sentir aquella reacción tan placentera - Ahmmm...- Ni siquiera pudo decir algo, el pelirrojo había regresado a sus labios

Los besos volvieron a ser algo bruscos, bastante necesitados y un tanto posesivos por su parte. Lamiendo de tal manera, jugando con la contraria una y otra vez hasta tener que separarse para tomar aire y volver a enredarse, sus manos recorriendo su cuerpo como le daba la gana. En serio le estaba gustando que Fyodor asumiera un rol tan sumiso, ya que normalmente era él quien iniciaba todo.

Conectaron miradas por unos segundos antes de encontrarse en otro beso, pero ahora ahogaba sus pequeños gemidos debido a la estimulación de su miembro. Se sentía tan bien, no quería parar, quería llegar a su preciado orgasmo de una vez por todas, estaba en su límite.

- Ahh, ahhh, a-ahh...- Fyodor gemía entre el beso, el líquido pre-seminal salía poco a poco de su miembro - Chuu... C-Chuuya, Chuuya

- Estás más sensible de lo normal, сладость- Mencionó con cierta intriga - ¿Qué hiciste antes de bajar a la cocina, eh?

- N-No puedo más... por f-favor... ¡Chuuya, mmmggh!- Suplicó en un intento de correrse, pero el mafioso presionó la punta de su miembro haciéndole arquear la espalda

- Respóndeme primero- Pidió suave, limpiando las pequeñas lágrimas de placer que tenía acumuladas en sus ojitos cristalizados - Vamos dime, ¿te tocaste antes de venir conmigo?

Fyodor no respondía nada, por lo que tomó uno de los tirantes de sus medias negras, lo estiro un poco y luego lo soltó, resonando en la habitación junto con el gimoteo del ruso. Lo repitió un par de veces, dejando leves marcas rojizas y un cosquilleo en el cuerpo contrario que no sabía explicar. Si eso no funcionaba pues intentaría otros métodos.

Intercambió posiciones de manera brusca, sacándole un jadeo de sorpresa al contrario y ocasionando que los dos sintieran sus erecciones juntas bajo la tela de su ropa. Siguió con los besos apasionados y duraderos, sin mucha prisa mientras jugaba con sus muslos por debajo de las medias.

Le encantaban sus piernas, aunque tenía una complexión delgada, ciertas zonas eran bastante suaves y moldeables como para divertirse dejando mordidas y chupones. Fyodor gemía en su boca, sus ojos lagrimeaban ligeramente al sentirse tan amenazado y excitado al mismo tiempo.

- Te lo preguntaré una última vez, ¿te tocaste antes de venir conmigo?- Insistió susurrando en su oído

- N-No... yo... y-yo fui con la doctora de la Agencia pa-para pedirle consejos sobre esto- Contestó avergonzado, bajando la mirada mientras se alejaba un poco de su pareja para verle mejor - Puso varias gotas de afrodisíaco en agua y me la tomé antes de ir contigo

- ¿Puedo preguntar de qué sabor era?- Cuestionó con una sonrisa traviesa, cosas como esa le hacían perder la cabeza y querer estamparlo contra el colchón nuevamente

- F-Fresa...

- ¿Sabes que tengo uno de chocolate en mi cajón, verdad?- Mencionó burlón, riendo bajo contra su oído una vez más - Ummh, tenemos que hablar sobre lo que dijiste en la cocina hace rato

- ¿Q-Qué cosa exactamente?

- ¿Hiciste esto para sorprenderme o te sentías mal por no tomar iniciativa después de tanto tiempo?

- Creo que fueron las dos...

Chuuya besó su mejilla con cuidado, lamiendo y jugando con su cuello una vez más, pero un poco más lento. Le dio ternura pensar en las razones del pelinegro, era cierto lo que decía, pero jamás le molestó en lo absoluto ya que él tampoco tomaba el control en otras cosas.

Estaba emocionado, no había necesidad de hacerle una visita a Yosano o compartir su vida sexual con cualquier persona, pero que buscara una manera de sorprenderlo le hizo sentir especial, más de lo que ya era en la vida de su pareja.

Fyodor lo sacó de sus pensamientos, mirándole con lujuria mientras movía sus caderas sobre su erección lentamente. Un gruñido de satisfacción logró escapar de su garganta, tomando su cintura con fuerza para volver a darles la vuelta a los dos. Sus manos seguían atadas, subiendolas por arriba de su cabeza, usando su otra mano libre para terminar de quitarle la ropa interior.

Plantó más besos en su abdomen y fue bajando poco a poco, sacándole varios jadeos al lamer la parte interna de sus muslos. Aunque el ruso quisiera callar sus gemidos era imposible, no pudo contenerse y subió ligeramente su pierna por el hombro del pelirrojo, pidiéndole indirectamente que se apresurara.

Chuuya rió despacio, acomodó mejor su pierna derecha y tomó la botella pequeña de lubricante que siempre guardaba en la mesita de noche. Podría perfectamente pedirle al contrario que lamiera sus dedos para usar su saliva, pero eso siempre dejaba un ligero dolor en su pareja después de la acción.

Expectante y perdido en sus propios pensamientos, se levantó un poco para alcanzar el cuello del mafioso y unir sus labios en un beso desesperado. La saliva escurría por sus comisuras, su lengua se sentía más caliente de lo normal y cada simple roce le provocaba un ligero ardor.

- ¡M-Mmmmgh!- Lloriqueó entre el beso, el pelirrojo metió uno de sus dedos sin avisar - C-Chuu... ahmmng... más l-lento

- ¿Lento?- Preguntó divertido, mirándole de frente mientras metía un poco más profundo su dígito

- ¡Lento, l-lento... por favor despacio!

Chuuya pareció no escucharlo, simplemente repartía besos por su pecho y acariciaba su cabello con ternura, cambiando el ritmo a uno más constante pero sin dejar de ser delicado.

Le avergonzaba se escuchado de esa manera, era tan ruidoso que por eso solía morder sus labios para callar sus sonidos. No le gustaba mucho gemir tanto, a excepción de las veces que el pelirrojo le obligaba o sólo se ofrecía como almohada para rasguñar.

- ¡C-Chuuya!- Gritó alto al sentir un segundo dedo entrando sin aviso una vez más - ¡A-Ahh... d-detente por favor, de verdad... m-mmgh!

- ¿Duele?- Debido a sus gritos, a veces no sabía si era de placer o de dolor, Fyodor era algo masoquista

- Me voy a derretir... Chuuya, me gusta mucho... se siente bien... ¡s-se siente bi-bien~!

- Te escuchas muy lindo cuando gritas así, ¿puedo meter el tercero?- Preguntó suave, sintiendo su interior contraerse y sus piernas temblando

Estrujaba la sábana debajo suyo con sus manos hechas puños, movía su cabeza de un lado a otro lentamente, sus ojos entrecerrados y llorosos además de sus labios rojos y aquel hermoso rubor en su rostro. Todo eso con sólo sus dedos haciendo movimientos de tijera... era increíble.

Fyodor no podía ni hablar, lo único que salía de su boca eran gemidos y balbuceos de placer, intentaba rodear la cadera del mafioso con sus piernas, pero no lo conseguía por culpa de los espasmos. Luego de unos instantes consiguió reaccionar, pudo asentir leve y cerrar sus ojos esperando la oleada placentera.

En lugar de meter el tercero, sacó los dos que ya estaban en el interior y después metió los tres dedos de golpe. Le dio a un punto en específico que dejaba al pelinegro delirando, reaccionó rápido y unió sus labios para ahogar su grito de placer.

Sonrió entre el beso, Fyodor tenía que tragarse sus gemidos aunque eso significara escurrir saliva por todos lados. Daba tanta ternura y le excitaba tanto que sólo era capaz de seguirle el juego y meter más a fondo sus dedos.

Tan estrecho, tan cálido, tan resbaladizo que los dígitos salían y volvían a entrar sin mucho esfuerzo. Sus paredes apretaron sus dedos de repente, su interior se sintió más mojado, y en respuesta quiso separarse para asegurarse de aquello.

El hilo de saliva tardó un poco en romperse, pero al bajar su mirada hacia el abdomen de Fyodor pudo comprobarlo. Su respiración errática, cerrando su boca para poder pasar saliva y al mismo tiempo para dejar de jadear con tanta fuerza, los espasmos incrementando en sus piernas y en algunas partes de su cuerpo, además de girar su rostro para esconderse debido a la vergüenza.

Soltó una leve risa de burla, sacando sus dedos lentamente ocasionando un suspiro entrecortado del contrario. Limpió sus dígitos y por fin quitó su ropa interior, aprovechando que el ruso no estaba prestando mucha atención a sus acciones y se enfocaba más en tranquilizar el subir y bajar de su pecho.

- ¿Te corriste sólo con mis dedos, сладость?- Cuestionó suspirando por el alivio en su zona baja - De verdad eres precioso, ¿lo sabes, cierto?

- Chuuya...- Murmuró sensible ante sus caricias, pasando ambos brazos con las muñecas aún atadas por arriba de su cuello - Te... t-te quiero dentro, p-por favor

- Lo sé, lo sé, tranquilo- Calmó mientras besaba su frente y descendía por sus mejillas, beso a beso, llegando hasta su mentón - Date la vuelta, hermoso

Todavía sentía su cuerpo ardiendo, caliente a pesar de haberse corrido ya. Como pudo, atrajo al pelirrojo hacia sí mismo para poder besar sus labios y conseguir relajarse, para después separase con la poca fuerza que le quedaba y así sostenerse sobre la cama.

Chuuya estaba complacido, realmente le gustaba mucho verlo así de sumiso y obediente. Le daba tanta seguridad saber que le gustaban sus acciones y sus movimientos, saber que no le hacía daño en ningún momento y saber que lo estaba disfrutando igual que él.

Tendría que hacer un recordatorio mental, agradecerle a Yosano más tarde.

Se colocó justo arriba de Fyodor, juntando su pecho con su espalda cubierta por la camisa blanca. Probablemente terminaría en el suelo debido a que no soportaba mucho tiempo sin sentir su piel desnuda y sensible contra su cuerpo, pero se veía demasiado lindo como para quitarla, así que la dejaría por un rato.

Besó su cabeza mientras tomaba su cadera para darse estabilidad, diciendo indirectamente que iba a entrar. El ruso hizo lo de siempre, se quedó quieto y calmado hasta que sintió la punta rozando su entrada. No había razones para ponerse histérico, no era la primera vez y aunque lo fuera, Chuuya siempre era muy cuidadoso y delicado cuando llegaba a dolerle.

Sentir como era abierto lentamente, dándole total libertad a su pareja de hacer lo que quisiera con su cuerpo, conciente de que no iba a quejarse de nada en lo absoluto. Sólo podía gemir y sollozar de lo placentero que era todo.

- Chuuya~... m-mmgh- Susurró dulce, intentando alcanzar una de las almohadas para poder morder - C-Chuu... ammgh...

- Respira, y-ya casi entra todo- Mencionó entre jadeos, por su parte, el calor de su interior rodeaba su miembro y le provocaba soltar suspiros bastante ruidosos - ¿Duele mucho?

Fyodor negó despacio, no era tan doloroso como las primeras veces. La mano del pelirrojo fue a tomar la suya con cariño, transmitiendo algo de tranquilidad mientras su aliento caliente chocaba contra el cuello contrario. Los escalofríos agradables volvieron con un simple movimiento hacia adelante, una pequeña embestida.

- Nnnghh... si-sigue...- Pidió luego de unos minutos, los besos relajantes para distraerlo siempre funcionaban - Ahhh~... Chuuya

- Aggh, recuérdame jugar más seguido usando los dedos- Se burló tomando con más firmeza sus caderas - Empezaré, dime si quieres que pausemos un rato

A medida que el choque entre pieles se hacía más constante, sus lloriqueos de placer también incrementaban. Se sentía lleno, el miembro del pelirrojo siempre lograba darle esa sensación tan deliciosa que le hacía querer y suplicar por más, derramar sus fluidos por todas partes y sólo dejarse llevar por la calentura del momento.

Tal vez tener relaciones sexuales no era tan malo, en especial si se trataba de Chuuya. Ahora entendía a dónde se fueron los centímetros que le faltaban en cuanto altura.

Hacía un gran esfuerzo por recordar al menos su nombre, no quería verse más sumiso de lo que ya estaba. En realidad no, al carajo, si sentía que iba a partirse a la mitad pues iba a gemirlo, para eso pagaron por un apartamento con paredes aislantes al ruido.

- ¡Chuuya~... m-más, más, por favor más!- Suplicó al notar que el contrario bajaba el ritmo poco a poco - Por favor... más rápido~

- Llevamos unos diez minutos cariño, ¿de verdad estás tan necesitado?- Preguntó sacando su miembro, causando descontento en el ruso - ¿Quién es el que da las órdenes?

- T-Tú...- Respondió apenas en un susurro, pero el mafioso no pudo escucharlo y en consecuencia jaló su cabello ligeramente - M-Mierda, tú... t-tú me da-das órdenes

- Así me gusta, buen chico- Murmuró en su oído para volver a entrar de manera mucho más brusca - Mmmgh, estás más apretado que antes... ¿es por llamarte "buen chico" o por jalar tu cabello?

Fyodor no podía contestar, estaba más ocupado en morder la almohada y apretar las sábanas debajo suyo. No lo diría tan pronto, pero esa forma de hablar realmente le gustaba mucho, ser reprimido para después complacerlo era demasiado placentero.

Ya había llegado a ese punto donde literalmente lloraba de placer, apostaría lo que fuera a que su miembro tendría la punta roja y el líquido pre-seminal salía con más rapidez. Luchaba consigo mismo para obtener algo de oxígeno, Chuuya ni siquiera se estaba moviendo y él ya parecía estar tocando las nubes.

- Ahh~ Fyodor... estás tan caliente- Gruñó el pelirrojo contra la sensible piel de su cuello, para luego soltar una pequeña risa - ¿Aún me escuchas o sólo debo romperte en dos?

- Chu...uu...y-ya- Pronunció débilmente, todo su cuerpo estaba tenso y lo único que podía hacer era intentar respirar con las normalidad - M-Me... va...vas... a m-mat...ar...

- De acuerdo, pequeño masoquista... n-ngh... voy a parar un momento ¿está bien?

- N-No... no p-p-pares... quiero m-más~

- ¿Seguro? Podemos pausar un poco hasta que puedas respirar mejor, no te preocupes, siempre podemos seguir más tarde

Chuuya estaba a punto de salir otra vez, los problemas al respirar no eran muy frecuentes y de verdad le daba miedo llegar a lastimarlo sin su consentimiento. Y luego todo se volvió más estrecho, más cálido, mucho más mojado y sólo pudo suspirar y jadear con fuerza.

El pelinegro volvió a correrse, esta vez sobre las sábanas y fue un tanto más duradero que su orgasmo anterior. Sonrió ligeramente por el alivio, al menos no le dolía y podía seguir sin muchas complicaciones.

- Y yo que pensé que te estaba haciendo daño, pero no, resulta que te mueres de placer... ¿eh, сладость?- Preguntó divertido, dando estocadas leves y cuidadosas - Ahh... deberíamos practicar ponerte una mordaza alguna vez

- L-Lo siento... no podía d-decir na-nada, se sentía d-demasiado bien- Mencionó más tranquilo, respirando con más calma - Creo q-que me gustaría intentar e-eso... a-ahhh, ahh... C-Chuuya~

- Lo haré más lento hasta que te acostumbres otra vez, ¿te parece?- Susurró dulce mientras besaba su espalda y sus hombros para relajarlo - Me asustas cada vez que te cuesta respirar

- Es de placer, t-te juro q-que es de p-placer...- Aseguró suspirando por la delicadeza de su toque - Chuuya, ¿pu-puedes m-morderme otra vez?

- ¿En serio te gusta tanto?- Pudo ver un leve asentimiento del contrario - Muy bien cariño, no me hago responsable de nada mañana

- N-No diré na-nada...- Las estocadas y las mordidas se volvieron un poco más fuertes, sus pieles chocando generaban un sonido demasiado excitante

El cabello del ruso rebotaba ligeramente con cada embestida, tenía el rostro hundido en la almohada intentando callar sus gemidos que de todas formas lograban escucharse. Lloriqueaba del placer, ni siquiera iba tan rápido pero parecía querer morir ahí mismo de lo bien que se sentía.

Era tan delicioso sentirlo dentro, todo su miembro resbalando con facilidad y sus paredes contrayéndose cada que mordía su piel desnuda ya que logró bajar su camisa hasta la mitad de su espalda. Sus muñecas seguían atadas por encima de su cabeza, Chuuya se aprovechaba de eso y atacaba sus puntos sensibles.

Soltó un grito de placer al sentir un leve tirón en su pezon derecho, era tan débil cuando el pelirrojo empezaba a atenderlo de todos lados que ya ni se esforzaba en callar sus gemidos.

- ¡C-Chuuya, mi-mierda~! No, no, n-no, por favor n-no- Suplicó sintiendo una vez más el fuerte cosquilleo en su abdomen - ¡P-Para... pa-para~!

- ¿Quién te... aggh... entiende, сладость?- Cuestionó sin dejar de moverse, disfrutando del calor de su interior - Mírate temblar de placer, estás completamente perdido y sólo piensas en correrte y en que te dé más duro ¿no?

- ¡M-Mmmghhh!- Ahogó su gemido algo agudo en la almohada, el pelirrojo rozó su punto dulce - ¡M-Más, ahí, ahí, estás c-cerca de ese... e-ese lugar!

- ¿Umh? ¿Cómo se pide, Fyodor?- Preguntó divertido, sólo necesitaba una simple respuesta para poder satisfacerlo por completo y llegar juntos al orgasmo

Chuuya lo encontró, pero no quiso moverse ni un solo centímetro. No dolía, era como una tortura constante de estar presionando la punta de su miembro dentro suyo contra ese lugar tan malditamente sensible. Las palabras se quedaban atoradas en su garganta, todo lo que podía hacer era gemir sin control alguno, jadear con fuerza y rogar para que el mafioso lo llenara por dentro una vez más.

Su mente no reaccionaba muy bien, la intimidad con Chuuya era de las pocas cosas donde su cerebro dejaba de trabajar y se quedaba en blanco por completo. Le miró con lujuria desde abajo, para lentamente intentar acercarse a besarlo.

El pelirrojo entendió y una pequeña sonrisa apareció en su rostro, ver a la amenaza más grande de la ciudad debajo suyo delirando de placer era increíble. El beso fue un poco más delicado, no fue como los anteriores y prefirieron tomarse su tiempo.

- Tranquilo, hermoso... sólo tienes que decirme la palabra mágica- Susurró cerca de sus labios, acariciando su piel con delicadeza para calmarle - Sin prisa, tienes todo el tiempo del mundo pero no voy a moverme hasta que lo digas

- Y-Yo... ammmgh~... p-por... ahh, m-mierda... C-Chuuya por... p-por fa-favor muévete... q-quiero sentirte m-más

- Eso es, buen chico- Felicitó para separarse sin dejar de verlo, esos ojos azules le miraban con deseo, Fyodor no era el único necesitado justo ahora - ¿Listo?

- S-Sólo metemela hasta el fondo...

Aunque fue un leve murmullo casi inaudible, el pelinegro se arrepintió al instante cuando Chuuya arremetió contra su próstata demasiado fuerte. Sus gemidos se convirtieron en gritos, podía sentir la respiración irregular del pelirrojo contra su cuello y espalda, cada estocada certera que daba en ese lugar.

Sus paredes envolvían su miembro de una manera perfecta, darle con fuerza mientras seguía mordiendo su piel sensible era demasiado placentero. Las marcas rojas en el cuerpo contrario sólo le provocaban ganas de dejarlo sin caminar por una semana, de volver a ver sus piernas temblorosas y cada parte suya contraerse por los espasmos.

La verdad fantaseaba un poco con verlo manchado de su escencia, con los ojos entrecerrados y la lengua de fuera expresando todo lo que sentía. Pero Fyodor tenía esa excitante manera de describir sus sensaciones entre suspiros y jadeos que sólo le calentaba más.

- ¡Mierda, mierda, a-ahhh C-Chuuya~! ¡S-Se hizo más grande adentro mío!- Mencionó sollozando, muy apenas podía hablar con coherencia - ¡Se siente tan grande~!

- ¿Estás... c-cerca?- Preguntó entre jadeos ruidosos - Aggh, F-Fyodor... me aprietas d-demasiado

- ¡V-Voy... voy a...!- Pronuncio intentando avisarle al contrario, sintió el cosquilleo en su vientre y con más fuerza - ¡C-Chuuya~!

No hacía falta acelerar el ritmo, ya era constante y daba justo en su punto dulce, sólo tenía que esperar a que Fyodor no pudiera más y su interior apretara lo suficiente como para hacerlo terminar a él también. No pasó mucho tiempo, con estimular sus pezones y morder un poco, pudo sentir sus paredes contraerse.

El ruso hizo sus mayores esfuerzos para que su grito no se escuchara tanto, además de hacer esa hermosa expresión que hacía cuando llegaba al orgasmo. Su mirada hacia arriba casi viendo estrellas del placer, la mitad de su rostro escondido en la almohada y sus manos hechas puños con la fuerza que le quedaba.

Manchó por completo las sábanas debajo suyo, un largo rato en el que su escencia estuvo saliendo pues la estimulación previa ayudó mucho a liberarse con más rapidez.

Por su parte, Chuuya tuvo que esperar un buen tiempo para regular su respiración. Tal vez aguantó un bastante sin poder liberarse, pero ahora que lo hacía... no tenía muchas fuerzas para resistir la oleada de placer que sintió, así que se dejó caer con cuidado sobre la espalda del pelinegro, descansando un momento para recuperar energías.

Aún podía sentir el interior de Fyodor lleno, saliendo con cuidado y provocando esa sensación desbordante en el contrario. Salió más de lo que suponía, quizás debido a que fue una ronda demasiado intensa.

Los dos se vieron un instante, compartiendo calor ya que afuera el clima era algo frío a pesar de haberse sentido más calientes que un horno hasta hace poco. Mientras recuperaban el aire, Chuuya tomó su cuerpo tembloroso entre sus brazos para recostarlo de mejor manera sobre la cama, dejando que pudiera descansar con mayor tranquilidad.

Se tomaron su tiempo para relajarse, abrazados y dándose cariño mutuamente. Después de un tiempo ambos se encontraban en la bañera, limpiando el sudor y otros fluidos de sus cuerpos, descansando un poco mejor gracias al agua tibia.

- ¿Duelen mucho?- Preguntó refiriéndose a las marcas rojizas por toda su piel, de las mordidas, de sus muñecas, de sus agarres y de algunos chupones

- No tanto, aunque la mordida que me dejaste en el hombro empieza a arder- Respondió avergonzado, le gustaba verse lleno de esas marcas tan especiales, pero al mismo tiempo le daba pena que alguien más lo viera

- ¿Te gustó? ¿Hay algo que te molestara?

- Fue increíble todo, quiero repetirlo otra vez algún día... pero... creo que quiero intentar montarte p-para saber si llegarías m-más profundo

- Entonces lo haremos la próxima vez, con la condición de que vuelvas a usar las medias y ropa interior mía

Fyodor sonrió cansado mientras recargaba su cabeza en el pecho del pelirrojo, su plan salió muy bien después de todo. Se atrevió a dejar un pequeño beso en la mejilla del contrario, le miró con ternura un momento antes de reír bajo a punto de caer dormido.

El mafioso lo notó a tiempo, así que terminó de quitar el jabón de sus cuerpos y lo llevó cargando hasta la cama para ponerle una simple camisa de manga larga y un bóxer color negro. Él prefirió sólo ponerse ropa interior y el pantalón de pijama que usaba desde un inicio, metió las prendas sucias a lavar junto con la sábana para ponerle una nueva a la cama.

El pelinegro ya había caído dormido hace unos pocos minutos, su respiración tranquila y relajada se contagiaba, por lo que extendió una cobija para los dos y se acomodó con él para acompañarlo.

Al sentir el calor contrario no pudo evitar acurrucarse en su pecho a pesar de estar medio dormido, pero se le escapó una pequeña sonrisa y Chuuya lo abrazó delicadamente para descansar a su lado, dejando un último beso en su frente, cerrando los ojos por fin y dejándose llevar por el sueño aún con la leve sonrisa en su rostro.

Al día siguiente, se escuchó una risa demasiado escandalosa desde el consultorio de Yosano, no sabían por qué, pero Ranpo sugirió que ni siquiera le preguntaran.

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Ay, creo que me emocioné con esto AJAKAJAJSJJAJA lo escribí en semana santa btw, por eso la nota del inicio y pues quería subirlo como un especial por el cumpleaños de Chuuya juasjuas

Nah, re épico la verdad, por fin pude hacer algo largo y realmente elaborado para publicarlo como es debido

Cabe aclarar que no le agregué mis gustos personales, sólo soy alguien muy bien informada sobre estos temas y aunque soy más virgen que el aceite de oliva, pues para eso existen las historia eróticas y mi maravillosa imaginación

En fin, ojalá les gustara como a mí, ahora si doy por concluida esta historia <\3

Tqm a ustedes las personitas que se quedaron y leyeron esto, muchísimas gracias por todo! 🤧💕

¡Gracias por leer!

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