Aquella joven de cabellos rizados y castaños corrió bajo la lluvia cubriéndose con una chaqueta de cuero ajena
– ¡Espera! ¡Espera!– gritó desesperada
Corría tras un señor que caminaba lento con un paraguas, él llevaba una camisa azul oscuro y pantalones de cuero junto con unas botas de tacones bajos, cuando oyó los gritos de aquella joven dió media vuelta cuidadosamente, ella aprovechó para aumentar la velocidad y correr hacia el esbozando una sonrisa, él de cierto modo se alegro de volver a ver aquella joven de rizos y sonrisa de ángel
– ¡Lo siento tanto! Casi te dejo sin tu chaqueta Mick, muchas gracias– ella extendió la chaqueta hacia él y sus rizos empezaron a mojarse con cada gota que caía y quedaba en su pelo, Mick rápidamente frunció el ceño y la cubrió con su paraguas ahora mojandose él
– Puedes quedartela, pero no te mojes, vas a enfermarte Elizabeth– dijo con preocupación
Ella sonrió y negó tomando el paraguas ella y de acercó al lado de él colocando el paraguas en medio de los dos para cubirse de la lluvia
– Listo ya está, tu también te puedes enfermar Mick–
Mick negó riendo leve ¿Como aquella jovencita extrovertida conseguía despertar alegría en él cada vez que la veía?
– No importa ¿Cómo vas a seguirme debajo de esta asquerosa lluvia? Estás loca niña– le reprochó
– ¡Ya te dije que no me digas más niña! ¡Tengo 25 años! ¡Y que te importa si voy bajo la lluvia! De todos modos me gusta la lluvia–
– Bueno yo tengo 30, para mí eres una, y sigo pensando, estás loca–
– Bueno– ella colocó el paraguas en la mano de Mick y se cubrió la espalda con la chaqueta – Tal vez si estoy loca entonces– entonces salió debajo del paraguas y extendió sus brazos bajo la lluvia mirando al cielo con una sonrisa de oreja a oreja – ¡Está hermosa la lluvia!– gritó eufórica al cielo
Mick bufó enfadado y la cubrió con el paraguas de vuelta, ella bajo la vista al verse cubierta con el paraguas y miro a Mick riendo
– ¿No te parece divertido?– le preguntó ella acercándose a él para que ambos sean cubiertos por el paraguas
– No lo es, dejate de tonterías o vas a resfriarte–
Elizabeth soltó una carcajada y se acomodó la chaqueta en su hombro
– No te enojes Mick, solo jugaba– tímidamente se acercó a él y depósito un beso en su mejilla, ese acto tensó a Mick y carraspeó
– Como sea, vete a casa y toma mi paraguas– y desvío la vista para no verla a los ojos
– Ohh Mick, que aguafiestas, al menos vamos a tomar un café o algo, mira que allá a la esquina hay una cafetería, de seguro el café a estas horas de la mañana es hermoso– dijo entusiasmada
Mick se quejó con un suspiro
– ¿Y Vince?– preguntó él
Ella rodó los ojos
– Déjalo, debe haberse quedado dormido con alguna chica de por ahí, además ¿Qué importa? ¿O lo extrañas?– dijo ella empezando a caminar, Mick la siguió
– Que asco ¿Extrañar a tu primo? No gracias, no quiero a rubias falsas–
– ¡Mick! Se que en el fondo lo quieres, al menos él cuando era niño era algo rubio–
Mick soltó una risa burlona, ella lo miro algo sorprendida y sonrió
– Tu primo es estúpido, al menos sirve de payaso– él miro la expresión de ella en su rostro – ¿Qué pasa?– cuestionó
– Nada nada, tienes razón– por dentro ella sabía que le sorprendía ver a Mick reir aún que sea por sarcasmo, bajo la vista mientras caminaba para ver sus Converse blancas cubiertas de barro – Agh, voy a tener que lavarlos de nuevo– bufó
Mick sonrió leve mirando sus Converse
– Pero a ti te gusta andar bajo la lluvia ¿No?– se burló él
– Ash, cállate Mick–
Ambos caminaron hasta la cafetería, limpiaron sus calzados en la entrada, y Mick cerro el paraguas, al entrar no había nadie, eso le dió más tranquilidad a Mick, quien amaba el silencio y los desayunos tranquilos, ya que con sus compañeros de banda la tranquilidad no era mucha
Elizabeth camino hasta los últimos asientos de la cafetería y se sentó alegre, Mick soltó una pequeña risa al verla
– Realmente pareces una niña– dijo sentandose
Ella lo ignoró y tomo el menú viendo con mucha concentración
– Ya te dije que no, y listo– corrió el menú con su mano en dirección a él – Ya se que pedir, ahora te toca a tí–
– ¿Qué pediste?– preguntó y comenzó a leer el menú
– Un licuado de frutas y panqueques con caramelo, una delicia que supera todo lo que vayas a pedir– rio y acunó su rostro con sus manos mirando a Mick
– Solo quiero café– cerró el menú y la miro
Ella hizo una expresión de asco
– Que aburridooo, pide algo más interesante– insistió
Mick negó, la camarera que era una señora mayor de acercó a ellos con un pequeño anotador y lapicera
– ¿Qué van a pedir?– preguntó mirándolos a ambos sosteniendo su sonrisa
Mick estaba por pedir cuando Elizabeth extendió su mano hacia el con la señal de alto
– Yo pido un licuado de frutas con panqueques y caramelo y él café con donas de chocolate, listo gracias que amable– dijo apurada ella
La camarera anotó todo rápido
– Pero...– Mick estuvo apunto de quejarse, pero entonces ella lo miro sería inclinando un poco la cabeza al costado, como nunca antes lo había mirando de esa manera o mejor dicho, nunca la vio con esa mirada
– Los traeré enseguida corazones– dijo la amable señora y de fue hasta la cocina
– Yo no voy a pagar por algo que no pedí, ni siquiera me gustan las donas– se quejó mirándola
Ella cambio su mirada y sonrió
– ¿Quién dijo que ibas a pagar tu tonto?– tomó unas servilletas que estaban ahí y comenzó a doblarlas jugando con esta
Mick suspiro cerrando los ojos
– En las citas una mujer nunca pagá– declaró él
Elizabeth se quedó helada y lo miro abriendo un poco los ojos
– ¿Acaso esto es una cita?– dijo sorprendida
Mick miro como las gotas de agua comenzaban a caer de sus rizos y rio
– Para mi lo es, al fin podemos salir juntos sin otras personas de por medio pequeña Elizabeth– él extendió sus manos hacia ella tomandolas con delicadeza, ella tímidamente sonrió mirándolo