Pasaremos la noche en el bosque. Tomamos una pequeña zona en la carretera. Me acerqué a papá para hablarle, pero nos topamos con Tara
–No eras como ellos. Por eso intente hablarte.–le dijo papá.
–Glenn dijo que lo salvaste–le sonreí–
–Y él a mi–contestó.
–Así somos nosotros–añadió papá.
Ibamos a irnos, pero Tara nos detuvo. Volteamos y le chocamos los puños
–Come algo, ¿si? Saldremos al amanecer.–papá se marchó.
–Tú eres su hermana, ¿no?–volteé a verla— De Glenn.–reí.
–No. Es mi mejor amigo. Te dijo que era su hermana para que le ayudes a encontrarme.–sonreí.
–Que desgraciado.–negó con gracia.
–Escucho que me difaman.–Glenn pasó con un bolso detrás de mi.
Fui con Carl y Judith para jugar un poco con ella
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Caminamos por un par de horas más. Iba al frente con Maggie, Glenn y papá. Contaba chistes y reía con ellos. Cuando entramos al bosque salió un caminante
–Yo lo hago.–aseguró Michonne.
Sonreí al ver cómo intento tomar su espada y volví mi vista al frente. Más adelante apareció otro. Tomé mi cuchillo y me acerqué. Intentó morderme y le enterré mi cuchillo en la cien
Cuando comenzó a oscurecer montamos otro campamento en el bosque. Me acerqué a papá y Carol para informarles que haría la guardia
–Te debo todo, Carol.–volteé a ver a papá.
–Le debes a Tyresse. Él salvó a tu hija.–afirmó.
–Pero tú volviste.–contestó él.
Carol sacó un reloj de su bolsillo y se lo entregó a papá
–Estaba junto con las armas.–fruncí el ceño.
–Mataron a ese chico. Los vi.–dijo cabizbajo.
–¿El... El rubio al final de la fila?–cuestioné y papá asintió.
Papá sostuvo el reloj preguntándole a Carol si lo quería de vuelta y negó
–Aún no entiendo lo que hiciste. Pero tú sabías ciertas cosas que yo no. Y yo te abandoné.–se reprochó papá.
–Dijiste que sobreviviría. Era verdad.–contestó Carol.
–Yo te abandoné, y tú volviste por nosotros. ¿Nos aceptas?–cuestiono papá.
Carol reprimió una sonrisa en sus labios
–Gracias.–le dijo papá.
–Yo haré la guardia esta noche.–los desvié para irme.
–Iré contigo.–Carol me sonrió sin enseñar los dientes.
Después de cenar todos se durmieron y fui a la guardia con Carol. Nos recargamos en el tronco de un árbol. Coloqué mi arco junto a mi
–¿Cómo está tu herida?–cuestionó Carol.
–Está mejor. No fue muy grave.–contesté.
–¿Cómo estás tú?–profundizó la pregunta.
–Estoy bien. ¿Cómo estás tú?–volteé a verla.
–No estoy bien. Pero hay que aparentar.–ambas reímos.
Mientras que nuestras risas cesaban mi mirada se detuvo en Daryl. Su respiración era lenta. Quizás lo más tranquilo que haya llegado a estar
–Oh, él aún te gusta.–Carol sonrió y volteé a verla atónita.
–¿Qué? ¿Cómo lo sabes?–cuestioné.
–Ay, linda. Se te nota en la cara.–desvié la mirada y ella continuó riendo.
Me estaba sintiendo rara, pero ahora mucho más. Tomé el arco y coloqué una flecha. Me puse de pie y di tres pasos al frente
–¿Vic? ¿Vic, qué sucede?–le extendí mi brazo indicando que guardara silencio.
Observé el bosque con atención
–Siento que nos observan.–susurré.
Observé el lugar un poco más. No vi nada moverse
–Olvídalo. Tal vez solo sigo asustada o paranoica por lo de Terminus.–sacudí la cabeza.
Carol me miró preocupada y se volvió a sentar junto a mi. Solté un suspiro y recargué mi cabeza en su hombro. Unos segundos después ella dejó caer su cabeza sobre la mía
–Tranquila. Ya deben estar muertos.–me reconfortó.
–Espero que si.–alcé las cejas.
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Continuamos nuestro camino en la mañana. Oímos unas ramas crujir y todos apuntamos en esa dirección. Daryl levantó las manos en símbolo de paz, tenía una cuerda con un par de ardillas como en Atlanta
–Me rindo.–dijo Daryl y bajó las manos.
Bajé mi arma con una sonrisa, Vanessa y Rosita se unieron a mi caminata sonrientes
–Se te cae la baba.–comentó Vanessa burlona.
–¿Te gusta Daryl?–preguntó Rosita.
–Shh.–elevé la voz y algunos voltearon a vernos.
–Todo el grupo lo sabe–comentó Vanessa encogiéndose de hombros–
–Si, excepto Daryl–conteste con obviedad–
–¿Qué pasa conmigo?–preguntó el cazador retrocediendo para caminar con nosotras–
Las chicas se fueron dejándome sola con él
–¿Vic? ¿Todo bien?–preguntó de nuevo.
–Si, si, todo bien. ¿Cuántas cazaste?–pregunté recogiendo mi cabello en una coleta desordenada.
–Unas 12. Hoy cenáremos ardilla asada–comentó burlón y reí–
–¿Montaremos otro campamento?–bromeé.
–Si, tal vez.–contestó con una sonrisa de lado.
Sasha y Bob iban besándose y riendo. Los pasé de largo sonriente. Me alegra que sean felices. Ambos nos acercamos a papá
–¿Papá?–lo llamé.
–¿Sucede algo?–preguntó sin desviar la vista del camino.
–Ayer por la noche en la guardia con Carol, me sentí rara. Cómo si me estuvieran observando...–ambos voltearon a verme.
–¿Y vieron algo?–cuestiono Daryl.
–No. Apunté al bosque con el arco. Pero nada se movió.–me encogí de hombros.
Nos quedamos viendo por unos segundos. Pero volteamos al oír gritos de auxilio. Volteé a ver a Daryl por un segundo
–Papá, debemos ir.–dijo Carl.
Lo observé por unos segundos y levanté la vista para encontrarme con la mirada de papá. Lo entendí y asentí. Volteé a ver al grupo para indicarles que me sigan
Corrimos por el bosque, los gritos cada vez sonaban más cerca, guardé mi pistola en su funda y dejé colgar mi m16 en mi espalda. Tomé mi cuchillo
Cuando llegamos vimos una piedra alta. Papá le disparó a un caminante, yo maté a otro con mi cuchillo, Carol hizo lo mismo, Michonne con su espada y Daryl acabó con el último con una flecha
Levanté la vista y vi a un hombre vestido de sacerdote, me alejé un poco para observarlo mejor y me crucé de brazos
–Puedes bajar.–le dijo papá.
El padre bajó de la piedra asustado. Lo miramos expectantes
–¿Estás bien?–le preguntó papá.
Él vomitó en el suelo y desvíe la mirada
–Lo siento.–volteé a verlo— Si. Gracias. Soy Gabriel.
–¿Llevas armas contigo?–le preguntó papá y lo observé de pies a cabeza, él rió.
–¿Les parece que cargo con armas?–preguntó sarcástico.
–Nos parece que tienes hambre que podrías comerte una bala.–comentó Abraham.
–No llevo ningún arma. Me protege la palabra de Dios.–arqueé una ceja.
–No parecía.–se burló Daryl y reprimí una sonrisa en mis labios.
–Grité por ayuda. Y la obtuve–sonrió–
Volteé a ver a Carl
–Oigan, tienen comida? Lo poco... que tenia quedó por el suelo–dijo viendo el suelo–
–Ten, unas nueces–se las entregó Carl–
Judith balbuceó y volteé a verla con una pequeña sonrisa
–Hermosa niña–comentó–
Papá no dejaba de observarlo. La verdad es que tampoco me daba del todo buena espina. Pero parece inofensivo
–Tienen un refugio?–preguntó–
–No. Y tú?–le preguntó papá–
–Tengo una iglesia–
–Pon las manos sobre la cabeza–le ordenó papá con cansancio–
Papá comenzó a revisarlo
–Vic–me llamó papá–
–A cuántos caminantes mataste?–le pregunté–
–De hecho, a ninguno–contestó nervioso–
–A cuántas personas mataste?–volví a preguntar–
–Ninguna–volteó a verme extrañado–
Papá lo volteó. Avancé al frente para quedar frente a él
–Por qué?–pregunté una vez más–
–Porque Dios aborrece la violencia–contestó–
Lo mire fijamente. Profundizando mi mirada en él. Además de estar asustado está nervioso. Pero aún así no puedo descifrar su caso
–Que hiciste?–le pregunté confundida–
Él me veía extrañado, pero asustado por mi cercanía a él
–Todos hicimos algo–aclaré–
–Soy pecador. Me confieso todos los días. Pero solo ante Dios. No con extraños–contestó nervioso–
–Victoria Grimes–le extendí mi mano y la estrechó— Dijiste que tenías una iglesia?–
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Nos llevaría a su iglesia. Caminaba detrás de él, papá y Daryl iban junto a mi
–Anoche, nos observabas?–le preguntó papá y volteó a verme–
–Siempre ando solo. Hoy en día las personas son tan peligrosas como los muertos, no creen?–cuestiono–
–No. Son peores–afirmó Daryl–
–Pues yo no los observaba. Solo crucé un par de veces el arroyo que esta junto a mi iglesia desde que todo empezó. Y nunca fui tan lejos como hoy–confesó–
Volteé a ver a papá y a Daryl un poco preocupada
–O tal vez miento. Tal vez mentí sobre todo, y no hay ninguna iglesia. Tal vez, los guío a una trampa para robarles sus ardillas–continuó avanzando mientras movía sus manos por el aire–
Nos fuimos deteniendo para observarlo con desconfianza. Papá continuaba avanzando y Daryl se detuvo junto a él
–Mis feligreses decían que mi humor deja mucho que desear–comentó retrocediendo asustado–
–Y no se equivocaban–lo pasé de largo–
Comenzó a caminar torpemente, chocando con plantas. Llegamos a la dichosa iglesia. El iba a abrir las puertas, pero papá lo detuvo
–Espera, primero me gustaría revisar. Es por el bien de nuestras ardillas–sonreí–
Carol, Daryl, Michonne, Glenn, papá y yo entramos a la iglesia para inspeccionarla. Glenn y yo abrimos una puerta. Supongo que esa era su oficina. Había un sofá, un escritorio, un par de cuadros...
Volteé a ver a Glenn. Ninguno había encontrado nada así que salimos de la habitación. Él fue con Michonne y yo me acerqué a Carol. Ella veía un cuaderno con frases y versículos de la biblia hechos a mano
–Está haciendo una biblia?–cuestione volteando a verla–
–Parece que si. Pero no está del todo completa–contestó–
El lugar tenía versículos, dibujos de niños, cuadros, latas de comida en el suelo
Papá silbó indicando que saliéramos
–Estuve meses sin abrir esas puertas. Si encontraron a alguien adentro... Bueno, sería una sorpresa–
–Encontramos un autobús allá atrás. No arranca, repararlo en un un día o dos. El padre dice que no lo quiere–volteó a verlo— Parece que nos conseguimos transporte. Entiendes lo que hay en juego, verdad?–le preguntó a papá–
Suspiré
–Lo entiendo–contestó papá–
Sé lo harto que lo tenía. A decir verdad, nos acostumbramos a este estilo de vida. Que hará Eugene? Presionar un botón y todos los caminantes se auto-destruirán cómo robots? Es lo más estúpido que he oído hasta ahora
–Ahora que podemos parar...–habló Michonne–
–Si paramos ahora, nos retrasamos, si nos retrasamos nos jodemos–la interrumpió Abraham–
–Sin provisiones también nos jodemos–le sonreí irónica–
–Exacto. Comida, agua y munición–papá subió las escaleras y entró a la iglesia–
–El autobús no se irá. Te traeré unos frijoles–se burló Daryl y lo seguí adentro–
Tyresse se acercó a mi y cargué a Judith
–Hola, cariño–le susurré sonriente–
–Cómo sobreviviste tanto tiempo? Dónde obtuviste esa comida?–
–Aquí. De la colecta anual de alimentos. La hice justo antes del desastre. Tuve suerte–acomodé a Judith mientras lo escuchaba atenta— La comida duró bastante tiempo, y luego salí a buscar por ahí. Vacié cada tienda vecina. Excepto una–
–Que te lo impidió?–pregunté–
–Está infestada–contestó–
–Cuántos?–cuestione–
–Una docena. Quizá más–contestó–
–Podemos lidiar con eso–afirmó papá–
–Bob y yo iremos contigo. Tyresse se quedará y protegerá a Judith–dijo Sasha–
–Estás de acuerdo?–volteó a verlo–
–Claro. Si necesitas que la cuide, o que haga algo por ella, estoy aquí–este le sonrió–
La pequeña jugaba con mi cabello. Le sonreí a Tyresse
–Te agradezco eso. Y todo lo demás–papá se acercó a Tyresse–
–Les haré un mapa–dijo Gabriel–
–No es necesario. Vendrás con nosotros–papá volteó a verlo–
–Pero no haría más que estorbar. Ya me vieron. N-No soy bueno para eso–volvió a ponerse nervioso–
–Vendrás con nosotros–repitió papá–
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Me senté en uno de los bancos a jugar con Judith y Carl mientras los demás se preparaban para salir
–Le gusta mucho tu cabello–sonrió Carl–
–Si, creo que si–ambos reímos–
Papá se acercó a ambos y se arrodilló a un lado de la banca
–Escucha, no confío en ese tipo...–dijo papá–
–Por qué?–lo interrumpió Carl–
–Por qué tú si?–cuestioné juntando mis manos con las de Judith–
–No pueden ser todos malos–Carl se encogió de hombros–
–Cariño, tampoco pueden ser todos buenos. Quizás él no sepa ni siquiera como sujetar un arma. Pero oculta algo–volteé a verlo e intenté decirlo con normalidad–
–Bueno, yo no confío en él. Y por eso irá con nosotros. Pero quizá hay más. Y por eso quiero que estés alerta y protejas a Judith con Tyresse y Vanessa–continuó papá–
Levanté la vista para ver a Vanessa hablando con Tara
–Ahora, quiero que escuches lo que te voy a decir–volví mi vista a papá–
–Ok–
–Tú no estás a salvo. No importa cuántas personas haya o cuan tranquilo te sientas, no importa lo que digan, no importa lo que creas, no estás a salvo–miré a papá con reproche— Todo cambia en un segundo. Un segundo, y se acabó. Nunca bajes la guardia. Jamás. Quiero que me lo prometas–le pidió–
–Te lo prometo–le contestó–
Papá se puso de pie para salir
–Papá–Carl imitó su acción y este volteó a verlo—Es verdad. Soy fuerte. Somos fuertes. Pero significa que aún podemos ayudar a las personas. Y arreglarnos solos si las cosas salen mal. Y... si somos fuertes no tenemos que temer. Tampoco escondernos–dijo con seguridad–
–Pues Vic lo dijo. Él esconde algo–repitió papá–
–Estaré a salvo–papá se asomó por su hombro para verme y asentí–
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Me puse de pie y le entregué a Judith a Carl. Me acerqué a Vanessa
–Voy a salir con Glenn, Maggie y Tara. Te quedas?–cuestione y ella asintió–
–Si, me gustaría pasar tiempo con Judith. Ella te hace reír, al menos por un momento–se encogió de hombros y volteé a ver a la pequeña–
–Si. Es verdad–sonreí–
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Glenn, Maggie, Tara y yo fuimos al pueblo a revisar una armería. Glenn entró mientras que nosotras lo esperábamos afuera
–No quise decir nada cuando vimos este lugar en el directorio, pero es difícil que haya quedado alguna armería sin saquear–
–No se ve alentador, no?–añadió Maggie–
Oímos un par de cajas caer. Vi la sombra de Glenn levantándose del suelo. Maggie y Tara le quitaron el seguro a sus armas para disparar. Coloqué mi brazo frente a ella para que bajen las armas con una sonrisa
Glenn salió arreglándose el cabello y lo miré de pies a cabeza
–Un caminante?–le preguntó Tara–
–Ah, si. Fue eso–lo miré con obviedad–
–En serio?–cuestiono Maggie–
–Claro que no. El súper aventurero se tropezó–contesté con burla–
–Cajas apiladas y una escoba–admitió Glenn–
Tara y yo reímos
–Conseguí lo que buscábamos–me entregó un par de cosas–
–Enserio quedaba algo?–cuestiono Tara–
–Tres silenciadores ocultos en una nevera–contestó Glenn–
–Genial. Quiero uno–dije–
–Regla número uno. No hay nada en e mundo que no esté oculto–Glenn elevó la voz comenzando a caminar–
–Si, claro, súper explorador–contesté divertida–
Comenzamos a caminar dejando a Tara atrás. Unos minutos después nos alcanzó
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Volvimos a la iglesia. Carl se acercó corriendo a mi
–Vic, quiero mostrarte algo–dijo–
Lo seguí hasta la parte de atrás. Habían marcas en las ventanas. Rasguños, tal vez. Pasé los dedos por las marcas
Papá llegó y nos encontró allí
–Hey, vengan adentro. Hallamos comida. Bastante–dijo papá–
–Bien–contestamos desinteresados–
–Que sucede?–cuestiono y se acercó a ver las marcas–
–Esas marcas. Son profundas. Como de un cuchillo, o algo así. Alguien trató de entrar–le enseñé las marcas–
–Hay algo más–comentó Carl y lo seguimos— No sé que pasó, pero lo resolveremos. Como sea. No afirma que Gabriel sea una amenaza, pero... significa algo–
Había una marca en la tabla de madera. Hecha con un cuchillo
"Arderás por esto"
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Trajeron mucha comida. Preparamos sopa. Me senté junto papá que jugaba con Judith. Balanceé mi copa de vino y bebí un trago
–Dámela–papá abrió la boca y Judith le dio un pedazo de carne–
–No te atragantes.–comentó Michonne.
–Ella entiende lo que le dices.–sonrió Maggie.
–Quiero proponer un brindis.–Abraham elevó la voz.
Todos se callaron y se sentaron
–Cuando miro alrededor, veo sobrevivientes. Cada uno de ustedes de ganó ese título. Por los sobrevivientes¡–levantó su copa–
–¡Sobrevivientes!–todos elevamos la copa y bebimos un trago–
–¡Salud!–
Judith me extendió su bracito y abrí la boca para que me diera el pedazo de carne. Le sonreí
–¿Así quieren vivir?–cuestiono–
Ahora no... Volteé a verlo con fastidio
–Levantarse a la mañana, luchar contra los muertos, buscar comida, dormir con los dos ojos abiertos, y al otro día lo mismo? Pueden vivir así. Ustedes son fuertes, son listos. La cosa es, que para ustedes, para lo que pueden hacer, eso sería rendirse–continuó–
Estaba pensando si contestarle o no. Decirle a la cara que ese sujeto no tiene idea de como arreglar esto
–Podemos llevar a Eugene a Washington, y hacer que los muertos mueran, y que los vivos recuperen su mundo. Y ese no es un mal negocio por hacer un simple viaje. Eugene, que hay en Washington?–todos volteamos a verlo–
Judith tomó mi dedo y volteé a verla
–Infraestructura construida para soportar pandemias de cualquier tipo de magnitud. Hay, comida, combustible, refugio. Reinicio–contestó Eugene–
–No importa como se haga, no importa cuánto se demore en reiniciar, estarán a salvo ahí. Más de lo que estuvieron desde que inició esto. Vengan con nosotros. Salven al mundo por esa niña. Por ustedes mismos. Por toda esa gente–continuó Abraham–
Judith me extendió ambos brazos indicando que quería que la cargara y balbuceó algo. Reímos
–Que cosa? Creo que sabe lo que voy a decir. Dijo que irá. Si ella va, yo voy. Iremos–informó papá–
Todos festejaron la decisión, excepto yo. Dejé que Tyresse cargara a Judith y fui a terminar mi copa de vino al último banco. Carol y Daryl salieron del lugar. Unos minutos después Bob
Glenn fue a buscarme para que volviera con ellos. Recosté mi cabeza en el hombro de Glenn. Comencé a hablar con Rosita, Tara y Vanessa. Maggie se había acostado dispuesta a dormir
Continuará...
Yo actualizando en el mismo mes? Que?! Jaja. Cómo están? Me da curiosidad saber si pasaron a leer la historia sobre Los 100 los que sean fans o a quien le interese la historia. Si la leen comenten o cuéntenme que les parece
Gracias por el apoyo siempre y por leer esta historia. Los amo ❤️