REINO DE YUNMENG JIANG-LIANHUA WU
Días atrás
Zidian amaba el alcohol, la espada y los omegas.
El tercero era muy claro por qué.
Pasar el rato con bonitos omegas que le hacían sentir muy bien no estaba para nada mal.
Los omegas eran hermosos, suaves y adorables, merecían un buen trato aun en un lugar tan perdido y despreciable como podrían ser aquellos burdeles, Zidian estaba completamente dispuesto a dárselos en conjunto a cariño, respeto y un tiempo agradable, lejos de aquella desagradable realidad.
El solo era un maldito anciano fracasado que no había podido ni enorgullecer a su maestro ni salvarlo, uno que no pudo hacer nada por su secta, ni por los niños a su cargo o el reino que cayó en un momento sin que pudiera hacer más.
Así que, en un lugar en donde ambos sabían lo difícil que era la vida del otro, Zidian amaba respetuosamente sus cuerpos, así como se alejaba un poco de su propio pasado y culpas, mientras ellos le hacían compañía y descansaban un poco de este lugar.
El segundo, la espada, esa era su vida.
Desde el momento en que su maestro le llevó a lo que fue su hogar por mucho tiempo, Zidian se esforzó en volverse en un cultivador correcto, en uno que pudiera dejar su pasado a un lado y volverse una mejor persona que los bastardos que fueron sus padres.
El primero, su amor por el alcohol, eso era algo de lo que no estaba orgulloso.
No había porque sentir orgullo por su propia vergüenza y fracaso, un ridículo refugio de sus errores, miedos y pérdidas, el alcohol le hacía olvidar, las miradas se entrelazaban y los rostros se confundían.
Pero las dos personas más importantes de su vida jamás volverían.
Ni su maestro, ni Yuan.
Nadie volvería.
Y eso era culpa suya.
Así que metido en aquel burdel, disfrutando y tarareando de aquella canción que seguramente haría que su maestro se avergonzara, Zidian tomó un trago de su botella disfrutando del calor del hermoso Aling Wang que estaba sentado en su regazo, tarareando aquella canción.
Hasta que por el rabillo de su ojo miró aquella figura posada contra el marco de la puerta.
Zidian escupió en el acto y enfocó su mirada.
Tan solo para encontrarse con un molesto y aburrido hombre de cabello castaño, ropas negras y ojos oscuros ligeramente tocados por un tono verde, una banda roja cubría su frente y sus túnicas parecían las de un cultivador errante busca problemas.
Nada que ver con lo que esa persona era en realidad.
El individuo no dudo en caminar hacia la mesa, su cabello castaño se ondeó suavemente, con la elegancia que le distinguía aun en la rebeldía de su ser, y con aburrimiento tomó asiento frente a él como el mimado y presumido joven amo que seguía siendo.
Digno hijo de Shen Qingqiu.
Superando el susto, Zidian reclamó.
—¡¿Qué demonios pasa contigo?!, me asustaste, creí que era tu padre—.
Por un momento el hombre le observó, su mirada fría paso por su persona tan solo para pedir una copa de licor y enfrentarlo.
—Si fuera mi padre ni siquiera estarías vivo—.
Zidian lo sabía muy bien.
Porque la única razón por la que Luo Binghe vendría sería para vengar la muerte de su hijo.
—Ya lo sé, ya lo sé—acomodándose mejor en el sillón, Zidian abrazó al pequeño Aling Wang que aún le miraba preocupado.
—Señor Zidian—.
—Tranquilo, A-Wang, este tipo está loco—.
Tomando un poco más, Zidian miró mejor su aspecto y preguntó.
—¿Y tú collar? —señaló su cabello.
—Aquí—el jade limitante apareció ante los ojos del inmortal, quien, aunque no lo aceptaría, suspiro aliviado.
—¿Entonces? —.
—Es un talismán—.
—Ah, y... ¿Cómo pasaste siquiera la puerta sin que estas bellezas te detuvieran? —.
Suibian odiaba los burdeles, el mejor que nadie lo sabía, y su incómoda expresión lo demostraba, sin embargo, el apuesto y llamativo rostro de ese tipo siempre atraía a los mejores omegas del burdel cuando este lo buscaba.
Para Suibian era el infierno.
Para Zidian el verlo sufrir por eso era lo más divertido en el universo.
—¿Tu como crees? —.
—¿Te comportaste como un patán? —.
—Les dije que venía por el alma de un anciano decrépito, aquel que le gusta acostarse con niños doscientos años más jóvenes que él en sus tiempos libres—.
—Hijo de...—.
—Ni siquiera te atrevas a ofender a mi Bába—.
—Claro que no, tu Bába es un santo, el maldito demonio eres tú, no sé cómo un ser tan puro como él, parió a un desvergonzado como tu—.
—La mala sangre de parte del abuelo, ¿puedes decirles a esos tipos que dejen de tocar esa basura? —.
—¡Es la maldita versión censurada, Suibian! —.
—Me da igual, cállalos... tengo que hablar contigo, es importante—.
Comprendiendo sus palabras, Zidian despidió a los músicos y al omega, ordenó que les dieran privacidad, y colocando una matriz de silencio tras cerrar cada puerta y ventana, enfrento a Suibian.
—¿Qué pasa? —.
—Bichen es el guardián espiritual de Lan Wangji—.
—Eso ya lo sé, yo te lo dije—.
—El... me pregunto de Cangse Sanren—.
Y Zidian se quedó en su lugar, tan quieto como un animal ante un peligro, entendiendo por qué las palabras de Suibian sonaban tan pesadas como una montaña.
—El me pregunto qué tanto sabe Wei Ying de su muerte y que tanto sabemos de ella—.
—¿Qué le dijiste? —.
—Desvié el tema—.
Entonces Suibian le contó todo.
El cambio de postura de Lan Wangji cuando conoció al verdadero Wei Wuxian, el cómo este deseó investigar sobre los crímenes que se le imputaban como del pasado, que había logrado convencer a Lan Xichen de ayudar y ahora muchos de los movimientos en Gusu Lan como su ayuda en el caso eran movidos por él.
—Ahora mismo las tropas de Gusu Lan que investigan Lycoris Radiata son comandadas desde las sombras por Lan Wangji, él está investigando todo, cada movimiento, acción y demás, así como a nuestro mayor sospechoso—.
—Pero el no preguntó sobre Cangse Sanren—.
—Así es, esto es cosa de Bichen, si fuera un asunto de ese chico yo ya lo habría descubierto, incluso Wen Qing, quien es quien me pasa la información sobre los reportes de la investigación del palacio, sin embargo, Lan Wangji jamás ha preguntado de ello—.
—¿Por qué quiere saber eso? —
—No lo sé, pero si se algo, el vendrá aquí y querrá hablar contigo—.
—¿Cuándo crees que venga? —.
—No lo sé, él está actuando como si ya lo hubiera olvidado, pero lo conozco muy bien, sé que cuando algo se le mete a la cabeza no lo suelta hasta que tiene lo que desea, por eso, sé que buscará en donde encontrar la verdad—.
—Y por eso viniste a advertirme... Suibian, dime la verdad, ¿Estas planeando volver con él? —.
—Zidian, eso—.
—Porque si planeas volver con él ocultarle la verdad no ayudará—.
—No es el momento, aun no—.
—¿Cuándo lo será? —.
—Cuando Wei Ying esté listo, solo en ese momento... solo ahí le contare, pero primero a Wei Ying—.
Zidian le miró en silencio, la comprensión se instaló en su corazón cuando miro el perfil cansado del inmortal.
—No quiero que el patrón se repita otra vez... no quiero que él sea el último en enterarse... de lo demás—.
Zidian tomo un trago, Suibian continuo.
—Él ya sabe quién mató a su madre, pero no el pasado, la verdad antes de eso; quiero arreglar las cosas con él, y cuando lo haga, le contare todo, pero primero a él antes que a nadie mas, y esa verdad, solo pasara a los oídos de alguien más si así lo quiere él, pero no al revés, no otra vez—.
Zidian bajo la mirada hacia la botella, sus ojos enfocaron la estampa de la misma, licor de buena calidad, no era Sonrisa de Emperador, pero tampoco estaba mal.
Si su maestro lo viera ahora.
Tenía que visitar su tumba.
—¿Qué quieres que diga? —.
REINO DE YUNMENG JIANG-LIANHUA WU
Tiempo actual
—Dígame... ¿Quién fue... el verdadero padre de Wei Wuxian? —.
Zidian estaba cansado de esto.
Del pasado, de las culpas, de los arrepentimientos que barnizaron su espíritu como de aquello que jamás podría olvidar.
No importaba cuanto tiempo pasara, Cangse Sanren era y seguía siendo un tema tan complicado, sin embargo, de una manera u otra comprendía porque esta persona le hacia esa pregunta en especial.
No importaba quien era Wei Changze, sino el hecho de que alguien tan simple como él, jamás podría haber sido el padre del dominante que derrocó a Wen Ruohan y tomó el lugar que le correspondía en este mundo, como el hijo del Cielo que fue coronado por el Príncipe que Complació a los Dioses.
Después de todo, los alfas dominantes, que eran sucesos tan raros, eran personas que solo podían ser concebidas por los mejores genes, las personas más fuertes, más capaces y aquellos que venían de un linaje capaz de ofrecer una semilla dotada de la virtud del dominante.
Los genes más fuertes podían encontrarse en las personas más inesperadas, aquellos dotados de talento, ingenio y salud, no solo los alfas dominantes entraban en ese grupo, sino también los hijos de los clanes que hoy en día gobernaban el Reino Humano bajo el mandato del prodigio de esta era.
Era natural que esta persona, con la convivencia y la investigación haya recordado eso, los dominantes no se concebían de magia, milagros, mandatos divinos o cuentos cursis, si la sangre era débil el niño también lo sería, si la sangre era ordinaria también lo haría, aun cuando uno de los padres no era así.
De esas personas podría haber varios candidatos, de los más capaces varios de los nombres de los antiguos reyes podrían estar pasando por la cabeza de esta persona, sin embargo, era muy probable que de esos nombres Bichen estuviera pensando en los más probables.
Pero también era claro porque tenía tantas dudas sobre Wei Wuxian.
No debía haber dos dominantes en una misma era, Wen Ruohan y Wei Wuxian rompieron esa regla.
Sin embargo...
—Con todo respeto, no entiendo que tiene que ver eso con demostrar la inocencia de Wei Wuxian—.
—Zidian, aunque no lo crea esto es importante, demostrarlo inocente es una prioridad, pero demostrarle al mundo que él no es el error en el sistema también lo es—.
Bichen tomo un poco de té, buscando prepararse para esto.
Bichen jamás quiso involucrarse en ese tema, pero el mejor que nadie sabía aquello que podría estar en la mente de todos, y él tenía que comprobar que no era cierto.
—Una de las razones por las que el imperio lo juzga es porque considera que fue el verdadero error del sistema, debido a que nació después de Wen Ruohan, aún hay muchas personas que temen por lo que realmente podría traer al imperio, cuando hay tantas versiones sobre lo que pasó en la guerra y lo que lo llevó a asesinar a Wen Ruohan—.
Zidian se mantuvo tranquilo, no caería tan fácilmente en las palabras de esta persona.
—Por ello necesito saber todo lo que pueda sobre Wei Wuxian, Wangji está investigando las almas del imperio, pero inquiry no quiere revelar nada, sin importar que haga aún no sabemos porque Wei Wuxian y Wen Ruohan se encontraron en esta era y lo que eso significa, sin embargo, creemos que Wei Wuxian no es el error—.
Sus ojos se encontraron, Zidian soltó un suspiro cansado y habló.
—Aunque entiendo su punto y veo que ya lo descubrió, no puedo decirle quien es esa persona—.
—Zidian, esto es algo importante, le prometo que no le diré a nadie, mucho menos a Wei Wuxian—.
—Wei Wuxian ya lo sabe—.
Bichen se paralizó en su lugar, la luz de las linternas titubeo ante la ligera brisa y los ojos púrpura le miraron con seriedad.
—¿Qué? —.
—Wei Wuxian ya sabe quién fue esa persona, lo supo en el peor momento y el peor contexto, durante mucho tiempo Suibian quiso protegerlo de esa verdad, pero al final ese mocoso se enteró y eso fue el motivo por el que Suibian y Wei Wuxian se pelearon—.
Entonces Bichen lo comprendió todo.
Por qué siempre estaban distanciados, porque Wei Wuxian nunca lo buscaba y porque Suibian estaba tan triste.
Porque se veía como si sintiera que le había fallado.
—Suibian solo quiso protegerlo al igual que Fengmian y Ziyuan, pero lo descubrió y ahora él no sabe cómo procesar eso ni quiere hablar de ello, para él es difícil hacerse a la idea, más porque no conoce toda la historia, pero tampoco le permite a Suibian que le cuente la verdad—.
—Entonces... él es...—.
—No saque especulaciones donde no debe haberlas—.
—Es la única explicación que tendría sentido, los alfas dominantes no nacen de ningún milagro, solo lo mejor de lo mejor podría traer al mundo a un alfa de primera categoría—.
—Si está especulando que Wei Wuxian es hijo de Wen Ruohan me alegra informarle que no es así, que más hubiera dado ese tipo por tener un hijo tan talentoso y capaz como él, sin embargo, lo único que pudo darle su perra y su harem fueron hijos inútiles que nunca superarían lo ordinario—.
Sin poder evitarlo, Bichen suspiro aliviado.
Sin embargo...
—Entonces...—.
—No hay un entonces, así de simple, se lo que está pensando, pero si hay algo que puedo contarle, Wei Wuxian no fue un error, tampoco el producto de una violación o algo similar, el solo fue el hijo de dos personas que jamás pudieron estar juntas—.
—Zidian—.
—No busco mentirle, Suibian tampoco lo hace, sin embargo, hay verdades que aún no pueden decirse, después de todo, ser un hijo fuera del matrimonio no solo es muy mal visto, también marca la vida de esa persona para siempre, y Cangse Sanren jamás quiso que su hijo tuviera que vivir con esa marca escarlata—.
Los ojos de Bichen bajaron.
Él lo sabía, lo había visto con el mismo Meng Yao, con Jin Xuanyu, con los prejuicios del mundo y el cómo estos podían perjudicar la vida de una persona en dicha situación.
La misma Qin Su había buscado escapar por todos los medios de ello y vivía en Yiling, fingiendo que todo lo que un día se descubrió jamás pasó.
Si la vida de Wei Wuxian ya estaba en su peor momento, que se descubriera que era hijo de esa persona... no sería lo mejor en su caso.
—¿Esa persona algún día lo supo? —.
—Lo hizo y jamás se sintió avergonzada de ello, si las cosas fueran diferentes, tal vez él hubiera tenido un hogar a lado de esas personas, pero él hubiera no existe y las cosas se volvieron así—.
—Entonces, lo que hizo, los Wen y...—.
—Debe entender algo muy importante, todo lo que Wei Wuxian les hizo a los Wen tuvo un porque, sus acciones no solo se llevaron por poder, odio, venganza o demás, él tiene sus motivos—.
Sus ojos se encontraron, Bichen no supo que decir.
—Yo no puedo decirle quien fue, pero si puedo pedirle que cuando el día en que la verdad salga a la luz llegue, no piense nada, no cuestione nada ni juzgue, solo escuche, calle y deje que la verdad le cuente como fue que pasaron las cosas y porque, cuando ese día llegue, usted lo comprenderá todo—.
Porque cuando llegará el momento en que Wei Wuxian quisiera enfrentar el pasado, este saldría con todo lo que era.
Y Zidian esperaba que ese niño entendiera que en realidad él no fue un error.
Y nunca lo sería.
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PALACIO DE HUANGLING
Tiempo actual
Suibian no sabía qué demonios estaba pasando.
La última vez que había visto a ese par había sido en la habitación imperial, con un Lan Wangji profundamente dormido y un Wei Wuxian preocupado, Suibian había salido de dicha habitación seguro sé que Wei Wuxian respetaría a ese mocoso y que el pequeño Lan no despertaría hasta mañana.
Vaya error.
Lan Wangji no estaba dormido y Wei Wuxian se veía como un niño perdido sosteniendo un par de pollos, flores y melocotones entre los brazos y su manga estaba siendo tirada por Lan Wangji, quien, aunque se veía tan tranquilo como siempre, parecía actuar algo extraño.
Haciendo todo lo posible por ignorar los gritos llenos de terror en su cabeza, al imaginar lo que pasaría cuando Bichen se enterara de todo esto, el guardián aclaro su garganta y preguntó.
—¿Por qué traes un par de pollos y este mocoso está afuera? —.
Wei Wuxian no sabía si quería reír o llorar.
Tal vez debía llorar.
Entonces Lan Wangji se acercó al inmortal, sus brazos se levantaron permitiendo que la seda de la capa de la emperatriz se llenara de la luz de la luna, mezclada con la iluminación de las linternas del pasillo, sus manos se unieron y el Fénix de Jade se inclinó en una elegante reverencia con respeto.
Y sin dudar o temer dijo.
—Suegro—.
Ambos alfas se paralizaron.
Entre miedo y duda, Wei Wuxian miró a su esposo como si le hubiera salido una segunda cabeza, sus ojos abiertos a más no poder demostraban su clara sorpresa, el rostro de Suibian se mantenía en la misma y aburrida expresión.
Mientras en su cabeza no pudo más que reír.
¡¿Pero qué demonios?!
Wei Wuxian reaccionó acercándose a su esposo y preguntando nervioso.
—Lan Zhan, ¿Qué haces, cariño? —de verdad estaba haciendo su mayor esfuerzo para no reír, en verdad lo estaba intentando.
—Doy mis saludos a mi suegro—.
Está vez una risa se escapó de los labios de ambos.
Suibian no podía con esto.
¿Suegro?, ¿De dónde demonios ese niño sacó que era su suegro?
—¿Suegro? —preguntó Wei Wuxian sin entender nada.
—Hmn—.
—Deja que el mocoso haga lo que quiere, muy bien, pequeño Lan, dame tus saludos—.
—No te burles de él—.
—No me estoy burlando de él—.
En realidad, no lo estaba haciendo, solo que ese niño estaba borracho y al parecer es de esos que si no haces lo que quieren se pondrán tristes, era mejor complacerlo y por qué no, divertirse un poco con la posición que ese niño le dio.
—Vamos mocoso, dame tus saludos—.
Pero en vez de obedecer, Lan Wangji negó con la cabeza, bajo las manos, sus orquídeas se empañaron con la molestia, los jazmines se cerraron y como un cachorro que había sido burlado ignoró al guardián.
—Pequeño Lan, oye, ¿Por qué demonios me ignoras? ― el guardián movió su mano frente al chico, de arriba abajo sin obtener respuesta del omega que decidió fingir que no estaba ante él.
―Wei Wuxian―.
― ¡No le hice nada!, Lan Zhan solo esta ebrio―.
―Pero si solo tomó una copa―.
¿Quién demonios se emborracha con un trago?
― ¡¿Tu lo viste tomar?!―.
―Claro que no, si me hubiera dado cuenta lo hubiera detenido, al revisar la mesa encontré su copa de té llena, pero no pensé que este mocoso podría emborracharse únicamente con una copa―.
El inmortal movió su mano frente al rostro de Lan Wangji, quién solo tenía la mirada perdida a un punto desconocido del piso, como si un par de cristales empañados por el vino nuevamente ignoraban la presencia del guardián.
Quien, aunque no lo mostró fácilmente sí que se preocupó.
Bichen lo mataría, Bichen lo haría pedazos cuando se enterará que su mayor tesoro había bebido.
Sin poder evitarlo, tal vez por la desesperación o el aburrimiento, Suibian elevó su mano a un lado del rostro de Lan Wangji, se veía tan pacífico y tranquilo, como un pequeño cachorro que acababa de hacer travesuras cuando su Bába no estaba en casa.
Y con aburrimiento, el inmortal chasqueó los dedos cerca del oído de Lan Wangji.
El Fénix de Jade reaccionó de inmediato y como una cría asustada fue con el emperador, se aferró a su manga derecha y buscando refugio como A-Yuan solía hacer, se escondió tras Wei Wuxian.
El emperador sé quejó de inmediato.
― ¡¿Por qué hiciste eso?! ―.
―No sabía que se iba a asustar, solo quería saber que tan mal estaba—.
Haciendo su mayor esfuerzo, aún con los regalos entre sus brazos, el emperador habló con una suave voz, dulce como la miel adornando sus labios con una cálida sonrisa, buscando calmar a Lan Wangji.
―Tranquilo, Lan Zhan, solo es Suibian, no te hará daño―.
—Lo siento, pequeño Lan, no sabía que te ibas a asustar—.
Mirando entre Wei Wuxian y Suibian, el muchacho simplemente asintió, sin embargo, no se soltó del emperador, aun cuando los pollos se quejaron y el mismo Wei Wuxian no podía ni abrazarlo.
—¿Ahora sí me dirás porque los pollos? —.
—Regalos de Lan Zhan—dijo el emperador, sin poder dejar de mirar enternecido el comportamiento de su esposo.
El inmortal los miró fijamente, recordando el pasado, su Bichen también podía ser tan lindo como ese cachorro Lan, pero ahora él sabía mejor que nadie que lo que podría recibirlo de esa Belleza Fría, cuando este se enterara de esto, no sería precisamente un abrazo.
Ah, estaba jodido, más que jodido, tal vez ya estaba muerto y aún no lo sabía.
—Wei Ying, dame esas cosas y llévalo a su recámara—.
El omega se quejó.
—No, regalos de Wei Ying—reclamó firmemente, haciendo que el guardián rodara los ojos aburrido.
—No me los voy a comer, solo conseguiré una caja, porque he de creer que quieres que nos llevemos esas cosas al palacio—.
—Hmn—.
—Entonces deja que me los lleve, además así será más fácil que puedan... ¿Qué se suponía que hacían? —.
Wei Wuxian explicó.
—Jugábamos a las atrapadas—.
—Ves, es más fácil que jueguen si Wei Ying tiene las manos libres, además, no creo que quieras que Wei Ying se haga daño por cuidar esos pollos—.
—No—.
—Entonces deja que me los lleve, te prometo conseguirles una caja cómoda y alimento, estarán a salvo—.
Confiando por fin en las intenciones del inmortal, Lan Wangji se movió, permitiendo que Suibian tomara los animales junto a las flores y algunos frutos que aún sobraban.
—¿Melocotones? —Preguntó Suibian.
—Comida para Wei Ying, cortejo para Wei Ying—.
Eso sí no lo había esperado.
—Entiendo, entonces mantendré a salvó tu cortejo, tu cuida de Wei Ying y vayan a la habitación a dormir, ¿está bien? —.
—Hmn—.
—¿Ese un "Hmn" feliz o un "Hmn" decepcionado? —pregunto el guardián.
¿Cómo le hacía Bichen para saber que significaba cada Hmn?
—Es un "Hmn" neutral—.
—¿Cómo sabes eso? —.
—No suena ni feliz ni decepcionado, no alargo la "n" al final, significa que no es un no, pero... creo que tampoco es un "lo hare"—explico Wei Wuxian como si fuera la cosa más natural del mundo.
El inmortal sintió que algo se rompió en su cabeza.
¿Cómo demonios entendían el idioma "Hmn"?
Como sea.
—Mocoso, no te atrevas a desobedecer, o le diré a tu amado Bichen todo lo que has estado haciendo—el omega solo asintió, Suibian lo tomo como algo bueno.
—Wei Ying—sus ojos de encontraron, el inmortal continuó—Sé que podrás mantenerlo a salvó, me apresurare para volver rápido con ustedes—.
—Gracias, Suibian—.
—Gracias, suegro—.
Suibian reprimió otra risa.
No te rías, no te rías, no te rías o Bichen te matará.
Sin poder hacer más que pensar en que tenía que apresurarse y en lo curioso que era ver a un Lan borracho, Suibian desapareció buscando está vez si poder cumplir su meta.
Y así, Lan Wangji y Wei Wuxian se quedaron solos.
—Entonces, ¿Qué te gustaría hacer ahora, Lan Zhan? —.
Lan Wangji le miró por un momento, sus ojos claros brillaron llenos de estrellas como el cielo mismo, como un tierno conejo curioso que estaba ansioso.
—¿Quieres volver a la habitación? —.
—Hmn—Lan Wangji negó.
—¿Quieres jugar? —esta vez, Lan Wangji asintió con ojos brillantes.
Wei Wuxian solo pudo reír.
—Wei Ying atrapa—y sin esperar respuesta alguna de su marido, Lan Wangji comenzó a correr dejando a un pobre emperador que sabía que esa noche sería larga.
Entre pasillos y luces el matrimonio corrió, las túnicas de colores contrastantes se movieron con sus pasos veloces, como colores del verano posados sobre un cuadro con vida, el cabello de noche de Lan Wangji se ondeó con elegancia contrastando con su cinta y el corazón de Wei Wuxian galopó como un caballo enloquecido en plena juventud.
Wei Wuxian sería un mentiroso si dijera que no extrañaba eso, perdiendo el tiempo entre juegos infantiles y la etapa en la que menos tenía que preocuparse por ser un adulto, cuando aún era solo un chico.
Un niño que tuvo que volverse en un hombre por culpa de la guerra.
Pero Wei Wuxian no quería pensar en eso.
Era mejor pensar en lo tierno que era Lan Wangji corriendo por doquier, como un cachorro que podía jugar por primera vez, como un lindo conejo que había escapado de su jaula y descubría las maravillas del mundo exterior.
Y como uno, Lan Wangji se internó entre los árboles a una parte escondida del palacio.
Aquel lugar estaba lleno de arbustos, árboles y flores que brillaban puras y blancas ante el casto toque de la luz de la luna, como un jardín escondido entre la nada las flores brillaron con la presencia de Lan Wangji, quién se escondió tras un árbol y miró expectante a su cansado marido.
—Aiya, Lan Zhan, cariño, ¿Qué tienes con los árboles el día de hoy? —.
Lan Wangji no contestó.
—Lan Zhan, ¿Aun quieres conseguir un faisán? —.
Lan Wangji negó, pero tampoco se acercó.
—Lan Zhan, ven aquí—.
El omega no lo hizo.
—¿Hice algo malo?, ¿es por qué te llamé cariño? —.
Lan Wangji negó.
—¿Entonces por qué no quieres venir?, dijiste que serías un buen chico, ¿Por qué no vienes con gege? —.
Lan Wangji siguió escondido, como un niño que no quería escuchar, como cuando A-Yuan se enojaba con él y no quería ni mirarlo, Wei Wuxian no pudo más que suspirar.
Ah, Lan Zhan, Lan Zhan, ¿Qué debía hacer con ese niño?
Entonces decidió recurrir a algo que siempre funcionaba con A-Yuan.
Hacerse la víctima.
Con ojos llorosos como un cachorro herido por su ser más querido y una cara lamentable, Wei Wuxian hizo su mejor representación y se tomó en serio su papel dejando que la voz lastimera hiciera su trabajo.
—Eres tan cruel, Lan Zhan, gege se siente triste porque no quieres venir con él, ¿tanto odias a gege para escapar de él? —.
Con un rostro atrapado por la falsa pena, Wei Wuxian se dio la vuelta, fingió lágrimas y sollozos y esperó deseoso que su plan funcionará.
Como si los cielos estuvieran por primera vez de su lado, Lan Wangji dejo el árbol y se acercó preocupado, buscando rodear a la persona que cada que estaba a nada de mirar su rostro se giraba nuevamente aún metido en su papel.
Cuando el aroma de Lan Wangji presentó verdadera preocupación, Wei Wuxian dejo que Lan Wangji llegará a él, bajara sus manos y se encontrara con sus ojos que gracias al mal sueño se veían rojos.
—Wei Ying no tiene por qué llorar—.
—Lan Zhan no quiere verme—.
—Estoy aquí—.
—Lan Zhan me está ignorando—.
—Nunca lo he hecho—.
—¿Qué significa eso, Lan Zhan? —.
—Te he mirado desde que te conocí, siempre, aun cuando no lo sabías—.
El corazón de Wei Wuxian se detuvo por un momento, Wei Wuxian no pudo evitar exclamar.
—Ah, Lan Zhan, ¡Este emperador no puede lidiar con tus palabras!, ¡Por favor, dame una advertencia primero! —.
—Hmn—.
Ah, Lan Zhan, Lan Zhan, este hombre en verdad sería su muerte.
—Lan Zhan, ¿Ya no ignoras a gege? —.
Lan Wangji negó.
—¿Escucharás todo lo que gege te pida? —.
—Hmn—.
—¿De verdad? —.
—Hmn—.
Entonces, Wei Wuxian decidió probarlo.
―Bien, veamos, entonces, dame tu cinta de la frente—.
No planeaba que lo hiciera en realidad, solo quería saber que tanto realmente le había afectado el alcohol y si con eso podía volver a ser el mismo, después de todo, se trataba de algo muy importante para Lan Wangji, era natural que volviera en si ante tal petición desvergonzada.
Pero...
Los ojos de Lan Wangji bajaron avergonzados, sus oídos brillaron en carmín, como si hubiera recibido una propuesta desvergonzada, aun así, sus manos se elevaron, los dedos trabajaron en el nudo quitando la cinta con gracia y elegancia.
Y con una mirada tímida el omega ofreció la misma al emperador, quien la tomó impresionado ante tal acción.
—De verdad me la diste—.
Quién lo diría, Lan Wangji, el puro y correcto omega de Gusu que le había dicho que no podía tocar su cinta ahora se la daba como si fuera algo tan común, esto era tan lindo.
El rojo en las mejillas en Wei Wuxian creció cuando recordó la frase del libro que Suibian le dio.
"La cinta de la frente es sagrada, solo las personas de la familia pueden tocarla, el padre, el hijo y su pareja destinada"
Técnicamente Wei Wuxian entraba dentro de aquella norma, sin embargo, no podía evitar sentir que había hecho algo estúpido contra Lan Wangji.
Wei Wuxian miró la tela, los hermosos patrones que la bordaban al igual que esa bonita joya que colgaba al frente, dándole siempre a Lan Wangji un toque encantador.
Y Wei Wuxian la analizó cuidadosamente.
Wei Wuxian sabía que las cintas variaban en detalles y terminados tanto entre castas, generaciones y jerarquización, sin embargo, era sorprendente como la cinta de la frente de Lan Wangji no se parecía a la cinta de Lan Qiren.
Mientras la cinta de Lan Wangji tenía esa extraña formación en punta, que conectaba a la misma con la joya de jade, la cinta de Lan Qiren era recta, dejando que la joya colgara de una pieza de plata que era colocada en el centro.
Ambas cintas eran bonitas, pero a Wei Wuxian le gustaba más la cinta de Lan Wangji.
Entonces, de un momento a otro, aquella cinta que tanto estaba admirando, pasó de estar en calma entre sus dedos a amarrar sus muñecas con firmeza, mientras Lan Wangji mantenía una expresión serena como si no estuviera haciendo nada malo.
—¡¿Eeh?!, Lan Zhan, ¿Por qué estas atando mis manos? —Lan Wangji no se detuvo—Aunque ese nudo puedo romperlo fácilmente, pero es tu cinta—.
—¿En serio? —.
Y como si hubiera sido un reto, Lan Wangji comenzó a formar un conjunto de nudos.
—¡No, espera!, no era para que hicieras más nudos, Lan Wangji, detente, además, estas apretando mucho, esto es para tu frente, no para esclavizar a este pobre emperador—.
Sin escuchar a Wei Wuxian, Lan Wangji continuó con su tarea, atrapando las manos de Wei Wuxian en una extraña cadena de nudos que no permitían que el emperador pudiera soltarse fácilmente.
—Hecho—.
—¿Qué está hecho?, Lan Zhan, suéltame, este juego ya no es divertido, vamos, quítamelo—.
Los ojos del omega bajaron como si estuviera avergonzado, el rojo en sus oídos era mayor y aunque dudo un poco, sus manos se alejaron de las muñecas de Wei Wuxian.
—Está bien—.
Tan solo para levantarse y dirigirse al cuello del emperador rozando sus túnicas con intención de quitarlas.
Justo donde se encontraban sus glándulas aromáticas.
Wei Wuxian se alejó de inmediato, cubriendo su cuello con sus muñecas atadas.
—¡¿Eh?!, Lan Zhan, no hablaba de eso, me refiero a la cinta, tu cinta, quítamela, por favor—.
Wei Wuxian exclamó asustado, mientras las palabras de Suibian volvían a su cabeza como un recuerdo del pasado.
"—Nunca dejes que nadie toque tus glándulas aromáticas, estas tienen una función importante, únicamente para el apareamiento, si no es tu pareja y ya se han apareado no está permitido—"
Wei Wuxian y Lan Wangji estaban casados, pero aun así no podían considerarse una pareja lista para eso.
Ellos no estaban apareados y no hace más de tres horas habían tenido su primer beso, era algo prohibido.
Porque las glándulas aromáticas de una pareja solo podían frotarse en el apareamiento.
Por todos los dioses, él ni siquiera había pensado en eso.
El hecho de que supiera cómo funcionaba el sexo, lo que tenía que hacerse y demás, no significaba que fuera su prioridad.
Ni ocupaba su cabeza.
Lan Wangji lo mataría, lo haría pedazos si él se aprovechaba de esta situación.
Peor, el señor Bichen lo castraría, lo torturaría y luego lo mataría.
—Lan Zhan, no puedes hacer eso—.
Lan Wangji le miró como si no comprendiera nada.
Y Wei Wuxian lo pensó.
Lan Wangji si sabía para que eran las glándulas aromáticas y sus funciones secundarias... ¿verdad?
Él si sabía cómo funcionaba el apareamiento... ¿verdad?
—¿Por qué no? —.
Oh no.
Tranquilo, Wei Wuxian, tranquilo.
Tenía que sacar a Lan Wangji de ahí.
—Lan Zhan, tienes que quitarme tu cinta—.
Silencio.
—Vamos, dijiste que serias un buen chico, vamos, quita tu cinta de las muñecas de gege—.
Más silencio.
Wei Wuxian intentó zafarse, solo para no lograr ningún resultado.
—Lan Zhan, escuchas cuando hablo de más nudos, pero no cuando te pido que me quites esto, que niño más tramposo—.
Más silencio, y otro intento fallido.
—Lan Zhan, quítame esto, por favor—.
Sin resultados, incluso el aroma de Lan Wangji era muy feliz, rodeado de orquídeas, jazmines y flores de sándalos orgullosas y brillantes, como si estuviera ante su hazaña más importante.
Lan Wangji parecía que se estaba burlando de él.
—Hanguang-Jun, ¿Cómo puede alguien tan noble como tu hacer algo así?, eres un niño tan travieso, ¿Qué pasara si alguien nos ve así? —.
Pensarían que el maligno Patriarca Yiling ya había corrompido a Hanguang-Jun, enseñándole malvados trucos que ensuciaron su casta esencia.
Entonces, Lan Wangji soltó un suave suspiro y habló.
—Está bien—.
—¿Eh? —.
—Aún están despiertos—.
Y sosteniendo los extremos de la cinta, Lan Wangji tiró de las muñecas de su aterrado marido, caminando directamente a un lugar desconocido para Wei Wuxian.
—¡Espera, no me refería a eso!, quise decir que sería muy malo que alguien nos viera así, Lan Zhan, piensa en tu reputación—.
Él ya la había perdido hacía mucho, pero Lan Wangji no, y Wei Wuxian no podía permitir que alguien los viera así.
—Lan Zhan, ¡Lan Wangji! —.
Su esposo no lo escuchó.
En el palacio, los omegas adultos del sequito Feng tomaban algunos tragos, vino servido en la mesa tan solo era la decoración del ambiente adornado con los lamentos de Nie Huaisang.
—Estúpido Jiang Cheng, ¿Qué se supone que siente por mí?, a veces es amable, caballeroso, el mejor de todos, y luego me dice que sea feliz y me ignora, ¿Qué es lo que quiere de mí? —.
Xiao Xingchen solo sabía dar suaves golpes en su espalda apoyando a su amigo.
Qin Su se sentía igual que él.
—¿Por qué es tan difícil confesarse?, el joven maestro Wen es tan lindo, no importa cuantas veces lo intente, siempre que veo su sonrisa todos mis intentos se vuelven fracasos—.
Luo Qingyang tomó un trago pesado, la botella golpeó con molestia sobre la mesa.
—Si no fuera por Wu Meihua podría estar todo el tiempo con Wen Qing, ¿Por qué ese tipo no deja en paz a su alteza?, ese mocoso—.
Xiao Xingchen ya no sabía que decirles a sus amigos.
Entonces un ruido llegó a sus oídos.
—Lan Zhan, quítame esto, si alguien nos ve así no tendrás cara mañana para enfrentar al palacio—.
Entonces, ante sus ojos Lan Wangji apareció vestido con una capa de emperatriz aguamarina y un Wei Wuxian tras el suplicándole por algo que Xiao Xingchen no entendía, cuando Nie Huaisang y Luo Qingyang lo miraron así, escupieron su licor y se levantaron en una posición correcta.
—¡Su alteza imperial!—.
Wei Wuxian soltó una risa nerviosa, por alguna razón se mantenía tras Lan Wangji.
—Lan Wangji despertó y quiso ir a tomar aire limpio, pero no imaginó que tan pronto se le decía a su séquito que podía descansar, lo primero que estos harían seria tomar, ¿Qué se supone que hacen?, ¿Acaso no les importa trabajar mañana con resaca?, que séquito tan travieso, ja, ja, ja, ja, ja—.
Después de un extraño regaño, Wei Wuxian se acercó al oído de Lan Wangji y susurró.
—Lan Wangji, vámonos a nuestra habitación—.
—Hmn—.
¿Por qué ese "Hmn" sonó como una negación?
Entonces los cultivadores lo notaron.
Nie Huaisang fue quien preguntó.
—Su alteza imperial, la cinta de su frente no está—.
Luo Qingyang también lo notó.
—Ah, ¿su alteza imperial perdió su cinta?, Wei Ying, ¿no se supone que debías cuidarlo?—.
—Wei Ying?, ¿tú se la quitaste?, esa cinta no debe tocarse, A-Qing y los niños lo saben muy bien, está prohibido—Xiao Xingchen preguntó preocupado.
Entonces, Lan Wangji respondió.
—No la perdí—.
Y como si fuera su más grande orgullo, tiró de los extremos de la cinta y presentó las muñecas del emperador perfectamente atadas con esta.
La botella de Nie Huaisang cayó al suelo y las exclamaciones de confusión no dudaron en llegar, ante un Wei Wuxian que solo pudo suspirar.
Lan Zhan lo haría pedazos, Lan Zhan en verdad lo mataría.
—¿Qué se supone que están haciendo? —.
—Ah, esto, es... Lan Wangji les quería mostrar una de las maneras para usar la cinta de Gusu Lan, es para capturar cadáveres difíciles de exterminar—.
Ninguno le creía.
Luo Qingyang se quejó.
—No creo que eso sirva para...—solo para ser interrumpida por Xiao Xingchen.
—Es impresionante, no sabía eso—.
—Si, ya saben, los Lan son bastante ingeniosos, bueno, nosotros nos vamos—se acercó a Lan Wangji—Lan Zhan, vamos a otro lugar, ¿está bien? —.
—Hmn—.
Sin embargo, Lan Wangji tiró caminando al lado opuesto del camino a su habitación.
—¡Lan Zhan!—.
Y así, el matrimonio imperial desapareció de su vista, siendo solo el lamento del emperador la prueba de su presencia en ese lugar.
El sequito Feng intentó entender lo que había pasado.
Nie Huaisang fue quien mencionó.
—Sabía que los Lan obsequiaban su cinta de la frente a la persona que amaban, pero no que atarla era parte del proceso de apareamiento—.
Xiao Xingchen habló.
—Finjamos que no vimos nada, eso no es de nuestra incumbencia—.
Todos estuvieron de acuerdo con él.
Por los pasillos del palacio se escucharon los veloces pasos de dos personas corriendo, como un par de niños que habían dejado atrás las máscaras, títulos y coronas, y decidieron jugar a la luz de la luna y las linternas sin importarles nada más.
En algunos momentos el omega se detenía, escondiéndose en un arbusto, muro o pilar, hasta que el alfa aparecía, saltaba y gritaba que lo atraparía y el juego continuaba, como un baile de apareamiento entre dos aves, de brillantes plumas y corazones puros, que habían sido encerradas bajo sus propias jaulas en este mundo tan cruel.
Wei Wuxian no recordaba en qué momento de su vida dejo de sentir aquella libertad que el perseguir a ese travieso Lan Wangji había despertado en su corazón, Wei Wuxian había olvidado los días y los años que la guerra le quitaron, el tiempo en que tuvo que crecer y cargar sobre sus hombros la responsabilidad de un dragón desvergonzado, sin embargo, el sabía algo.
Deseaba más.
Quería volver a sentir esto por más tiempo.
Deseaba volver a ser libre.
Como cuando era un niño.
Cuando mamá aún vivía en ese mundo.
Cuando no sabía nada.
Los buenos tiempos solían destilarse entre inocencia y diversión, memorias azucaradas de días soleados y sonrisas radiantes en tiempos de verano, como la época en que la vida podía serlo todo y a la vez nada, cuando sus alas podían extenderse y llevarle hasta el firmamento sin que pensara en el ayer o el mañana.
Las memorias en su cabeza eran como el alcohol.
De sabores agridulces y sentimientos pesados, de culpas y responsabilidades, de mentiras y verdades.
Sin embargo, Wei Wuxian no podía negar que embriagarse de la presencia de Lan Wangji, de su aroma, su voz, su mirada y pureza, de su gentileza y serenidad, del hipnotizante abrazo de sus flores y la inexacta descripción de las emociones que fluían en su corazón, con el simple hecho de decir su nombre...
Eso... eso era mil veces mejor que millones de botellas de Sonrisa del Emperador.
—Lan Zhan, voy a atraparte—.
El omega corrió tan pronto le vio, las hebras oscuras danzaron con el viento y las orquídeas se extendían, como un camino de flores bañadas entre sándalo y jazmines por el rocío de la inocencia que brillaba en su corazón.
Y como alguien que no le temía a la muerte, Wei Wuxian lo persiguió.
Corrió hacia el cómo lo había hecho toda la vida, le persiguió como a los preciosos sueños de la infancia, aquellos que en verdad Wei Wuxian había deseado cumplir a lado de aquella maravillosa persona, lleno de la alegría de la juventud y la pureza que solo podría encontrarse en el corazón de un niño.
Porque, aunque Wei Wuxian había tenido tantos sueños, poder hacer feliz a Lan Wangji era uno de los primeros.
De los más importantes de su vida.
Con una sonrisa brillante de la mano con su voz cantarina, Wei Wuxian persiguió a su esposo aun cuando este dio la vuelta en el pasillo e incluso se detuvo, sin prestar atención a lo que lo había detenido Wei Wuxian corrió hacia él, pasando sus brazos atados por la cabeza de Lan Wangji a la altura de sus hombros.
—¡Te atrape, Lan Zhan!, ¡ahora no podrás escapar de gege! —.
—Em-emperador—.
Y toda la miel de la escena simplemente se volvió amarga ante dicha voz.
Cuando la sonrisa de Wei Wuxian se borró y sus ojos se abrieron enfocando la figura de aquella persona su buen humor salió por la ventana y la molestia se apoderó de su corazón sin poder evitarlo.
Como si estuviera viendo algo antinatural, Wu Meihua prestó atención a la apariencia de ambos, su rostro se decoró con una expresión llena de confusión e incomodidad, mientras el avellana intentaba ver las muñecas que tan pronto pudo, el emperador ya había escondido tras la espalda de Lan Wangji.
Ese niño, ¿Es que acaso nunca había visto a una pareja jugar?
—Joven maestro Wu—.
Wu Meihua no entendía frente a que estaba.
Cuando había tomado ese rumbo para ir a su habitación jamás espero encontrarse con Lan Wangji, menos que le vería correr en su dirección hasta detenerse, mientras el emperador de la nada había llegado y abrazado a ese tipo con el mayor cariño y apego que había podido notar en un amante.
Sin embargo, algo lo hizo paralizarse.
Ese objeto que ataba las manos del emperador... ¿era la cinta de esa perra Lan?
¿Por qué demonios un dominante, un gran señor, un semental como Wei Wuxian dejaría que esa perra atara sus muñecas con ese feo trozo de tela?
Que desagradable hechizo.
No podía haber otra razón por la que su Wuxian haría eso más que por la culpa de un hechizo atroz.
Pero lo más desagradable era esa fría y pesada mirada que aquel omega dirigía a su persona, tan helada como un glaciar y filosa como la espada de la Belleza Fría, era como mirar a un depredador que había encontrado un obstáculo en su camino y que haría lo que fuera necesario para deshacerse de él.
Por un momento, los escalofríos se apoderaron de Wu Meihua.
Buscando mantener su papel de un pobre e inocente joven, Wu Meihua inclinó con preocupación sus cejas, elevó su labio superior y preguntó con voz suave.
—Sus majestades imperiales, ¿se encuentran bien? —.
En peor momento esa persona se había atravesado en su camino.
Con voz relajada y educada, Wei Wuxian le respondió con la frente en alto y una sonrisa falsa.
—Claro, mi esposo y yo solo estábamos pasando un tiempo juntos—.
¿Acaso no podía verlo por sí mismo?
—¿Su alteza imperial ya se encuentra bien? —.
Wei Wuxian miró frívolo a aquella persona, le molestaba tanto tener que tratar con él al igual que su hipócrita preocupación por el bienestar de Lan Zhan.
—Lo está, ¿verdad, Lan Zhan? —.
—Hmn—.
—Solo fue un pequeño desmayo, nada de qué preocuparse—.
Aun consiente de que no era requerido, Wu Meihua habló.
—¿Sus majestades necesitan ayuda?, su alteza imperial se ve un poco molesto y cansado, Hua-er podría ayudar—.
Para sorpresa del emperador y el omega, Lan Wangji fue quien contestó.
—No es necesario—.
La mirada de Lan Wangji se volvió aún más fría, las orquídeas se pudrieron lentamente en furia decoradas por jazmines que se movían inquietos ante la presencia indeseable, mientras las hojas de sándalo se levantaron rígidas en molestia y apuntaron como lanzas listas para ser pelear contra su objetivo.
Aun así, Wu Meihua busco ignorarlo, dirigiéndose al emperador.
—Su majestad imperial, si quiere puedo pedirle a uno de mis sirvientes que acompañe a su alteza imperial a la habitación, ya es bastante tarde y no podemos confiarnos, los desmayos deben tomarse enserio, Hua-er incluso puede preparar su té especial para su alteza imperial, es bastante bueno para dormir, y para el cutis también—.
—Justo como dijo mi esposo, no es necesario, así que no se preocupe, ahora mismo volveremos a nuestra habitación—.
—Pero...—.
Entonces, Lan Wangji se puso en medio de los dos, sus ojos se encontraron con los de Wu Meihua, el dorado se volvió mucho más frio y pesado, cortante y Wu Meihua pudo verlo, pudo notar la molestia en sus ojos, la misma que brilló en la cena, en medio de la gente, el bullicio y conversaciones frívolas.
Era la mirada de un lobo que estaba cansado de él, de un lobo que ya estaba fastidiado de que mirara a su pareja, su alfa, como si pudiera pertenecerle.
Y uno que no dudo en mostrar esa molestia dejando escapar cada uno de sus sentimientos.
Como un jardín que había sido poseído, las orquídeas se extendieron como enredaderas buscando rodear por completo al emperador, las flores decoraron a su marido en protección, como algo sagrado que no debía ser mirado ni tocado por la persona ante él.
De la misma manera el sándalo creció en árboles que rodearon a Wei Wuxian, las lanzas creadas por sus hojas aumentaron de tamaño y el aroma de cada flor, tocada por la elegancia del incienso que Lan Wangji usaba, se concentró lo suficiente ahogando a Wu Meihua en su esencia de forma territorial.
Y sin que Wei Wuxian entendiera nada de lo que pasaba, Lan Wangji ordenó firme y seguro de sus palabras.
—No lo mires—.
—Ah, Hua-er no entiende a que se refiere su alteza imperial—.
Y justo como había hecho ante el séquito Feng, Lan Wangji tomó los extremos de su cinta, tiró de ella elevando las muñecas atadas de Wei Wuxian y sin más, presentó estas con orgullo aclarando.
—Mío—.
Y el silencio se hizo en el pasillo.
Wei Wuxian quedo petrificado en su lugar, con la confusión curveando sus cejas y una mueca dramática decorando su apuesto rostro ante la acción de su esposo, quien no dudo en explicar ante cualquier duda.
—Mi alfa—.
Y en sus ojos, aquellas palabras que no dijo, fueron arrojadas contra Wu Meihua, sorprendiendo al omega al descubrir que logró comprenderlas.
"Él es mi marido, mi alfa y no lo compartiré contigo"
Como un leopardo de las nieves que había bajado de la gran montaña, el lobo de Gusu Lan miró a su enemigo, la ira radiante en su mirada, el espesor de sus feromonas le encarcelaron y esas palabras se mantuvieron impresas en el claro de sus ojos, como una verdad que debía ser entendida.
Y que si no lo hacía por las buenas, el mismo se lo haría entender por las malas.
—Su alteza imperial—la voz de Wu Meihua se escuchó tan falsa y frígida, como un trozo de cristal que aparentaba ser una joya, lista para romperse en cualquier segundo.
Y eso fue suficiente para que el omega de Lan Wangji enfureciera.
Sin medir ni un minuto más sus acciones, con el simple poder de sus feromonas, las orquídeas se enredaron entre sí, como una gran raíz que superaba el tamaño de un ser humano y golpearon al omega con la intensidad de su molestia, haciendo que el chico simplemente no pudiera con ello, dando cinco pasos hacia atrás completamente asustado y cayendo ante el segundo golpe.
—¡Aaah! —.
Como un lobo con las orejas bajas y humillado, Wu Meihua se abrazó a si mismo buscando calmar el miedo en su corazón, el omega de Lan Wangji no desistió, golpeando una y otra vez con su aroma buscando alejarlo por completo de Wei Wuxian, quien de inmediato buscó que Lan Wangji se detuviera.
—¡Lan Zhan, cariño!, tranquilo—.
Con sus muñecas atadas, Wei Wuxian intentó tirar de las túnicas de Lan Wangji, buscando que su atención se dirigiera a él y no a ese niño que comenzaba a hacerle pensar que tal vez, la razón por la que Lan Wangji se había asustado tanto en ese momento, era su culpa.
—No—.
El omega no quiso escuchar, concentrado en desquitar su furia contra Wu Meihua, atacando y golpeando con sus feromonas sin importarle más, el ceño fruncido posado sobre su hermoso rostro no hizo más que aumentar.
Wei Wuxian buscó tirar de su brazo, deseando que se detuviera.
—Lan Zhan, no vale la pena, vuelve conmigo, vamos, mírame—.
Las raíces de orquídeas se redujeron, las flores apuntaron al emperador y el rocío de la molestia, ligeramente tocado por dolor, decoraron a Lan Wangji cuando este se atrevió a preguntar al emperador.
—¿Wei Ying lo defiende? —.
Había indignación en su voz, la clara molestia ante la preocupación de su marido por un omega codicioso, Wei Wuxian decidió aclarar.
—Claro que no, no me interesa—la vida de esa persona jamás podría interesarle, pero si la seguridad de Lan Wangji—Solo quiero que vayamos a la habitación, tu hora de dormir será pronto—.
—No importa—.
—Claro que si, Lan Zhan, mírame—.
Lan Wangji no quiso escuchar.
Entonces Wei Wuxian decidió actuar.
Rodeando al omega, Wei Wuxian se puso frente a frente ante su esposo, sus brazos pasaron por el cuello de Lan Wangji, descansando sobre sus hombros y buscando acercarlo a él, las flores de lotos adornaron a Lan Wangji en protección, perfumándolo en adoración, consiguiendo que el ceño fruncido del omega desapareciera y sus ojos se encontraran.
Entonces el muelle de lotos se levantó como una muralla a su alrededor, evitando que cualquiera pudiera saber lo que pasaba entre ambos, las especies suaves abrazaron al omega, amándolo como la deidad que era y el emperador, con una hermosa sonrisa y una voz aterciopelada, le habló a su amado.
—Lan Zhan, este marido es únicamente tuyo—.
Los ojos claros se abrieron con asombro, el rosado vistió de vergüenza los oídos de Lan Wangji y el emperador prosiguió.
—Lo que otros quieran de mí siempre será para ti, no me importa cuánto lo quieran o deseen, yo jamás se los daría, porque todo lo que soy siempre ha sido tuyo y siempre será así—.
—¿Mío? —.
—Tuyo—.
—¿Siempre? —.
—Por siempre—.
Las raíces bajaron lentamente, reduciéndose a un campo de flores que abrazó gustoso el muelle de lotos, la vainilla rozó contra la nariz del omega y como un premio por detenerse, el alfa de Wei Wuxian lo perfumó, haciendo que Lan Wangji buscara su calor ronroneando al momento de ser abrazado.
Posando un suave beso sobre la cabeza de Lan Wangji, los ojos del emperador buscaron la figura de Wu Meihua, quien aun estaba en el suelo asustado, el mirar el poder de las feromonas de Lan Wangji era impresionante, el aroma a flores de cerezo se perdía completamente entre las flores del Fénix de Jade.
Simplemente admirable.
Lan Wangji era un verdadero lobo de Gusu Lan.
—Lan Zhan, ¿puedes soltar las muñecas de este marido? —preguntó como un niño pequeño.
—No—.
—¿Por qué no? —.
—Mío—.
Wei Wuxian soltó una risa divertida.
—Pero, cariño, yo ya soy tuyo, no tienes por qué atarme, jamás escaparía de tu lado, siempre querré ir contigo a donde vayas y haremos lo que quieras, pero atado no podre abrazarte como quiero, eso es muy cruel—.
—No—.
—¿Por qué no? —.
—Wei Ying no quiere estar atado, es malo—.
—¿Crees que soy un chico malo, Lan Zhan? —.
—Hmn—.
Una sonrisa traviesa decoró el apuesto rostro del emperador, la picardía brilló sobre su mirada e inclinando su cabeza enfrentó el hermoso rostro de su esposo, que estaba a escasos centímetros del suyo.
—¿Tan malo para ser castigado? —.
—Hmn—.
—¿Cómo me castigarías?, ¿Qué harías con este pobre gege? —.
—¿Wei Ying quiere saber? —.
—Estoy ansioso por saber, ¿Castigarás a gege?, ¿Jugaremos a torturar al pobre Patriarca Yiling? —.
¿Lo golpearía?, ¿lo dejaría dormir en el suelo?, ¿lo sacaría de la habitación?, ¿le rompería un par de huesos?, ¿ya no lo dejaría tocarlo, abrazarlo?, peor, ¿ya no lo dejaría besarlo?
No, no, eso era exagerado.
Tal vez podría prohibirle comer carne o volver a tomar, aunque, frente a la situación actual y el conocer las causas de la misma, el emperador de la cultivación ya estaba considerando definitivamente alejarse del alcohol.
Y sobre todo alejar a Lan Zhan del mismo.
Si, ya no más alcohol para Lan Zhan.
Desde su lugar, Wu Meihua se paralizó ante semejante escena.
¡¿Qué demonios estaba pasando?!
¿Castigos?, ¿juegos?, ¿gege?, ¿bondage?, ¿sadomasoquismo?, ¿esa perra Lan sabia jugar esa clase de juegos?, ¿tenia sexo con sadomasoquismo, cuerdas, juguetes sexuales y tortura con el emperador?, ¿Wei Wuxian de verdad dejaba que ese tipo tuviera el control, siendo el un semental de primera categoría?
El que debía bajar la cabeza en la cama era Lan Wangji, no Wei Wuxian, el que debía suplicar por ser follado y torturado sexualmente era Lan Wangji, no Wei Wuxian.
¡¿Qué demonios estaba pasando?!
—Desvergonzado—.
Wei Wuxian soltó otra risa divertida, Lan Zhan borracho era lo mejor del mundo, pero Lan Zhan siendo Lan Zhan era adorable.
Cuando el avellana se encontró con el gris de Wei Wuxian, el emperador le dio una mirada fría que congeló su corazón.
Lan Wangji no había tocado uno solo de sus cabellos, pero con el simple acto de imponer su posición y reclamar sus derechos, le había dado evidencias claras a Wei Wuxian, de que mucho de lo que había hecho en ese momento, era culpa de este omega desvergonzado.
Y Wei Wuxian le odió más de lo que ya hacía.
—Empera-—.
—¡Meihua! —.
Y para sorpresa de ambos, Wu ChangLi llegó al lugar.
Vistiendo con las túnicas que había usado en la cena el heredero de Luzhou Wu se detuvo ante la pareja imperial, su cabello negro se ondeo junto a la seda y el aroma a leche de su cría impregnado demostró que no hacia mucho que la había acostado.
Manteniendo el respeto que siempre había presentado ante Wei Wuxian, Wu ChangLi elevó sus brazos, unió sus manos y dio una reverencia ante el matrimonio imperial.
—Este presenta sus saludos ante sus majestades imperiales—.
—Buenas noches, joven maestro Wu—.
—DaGe—.
Y sin levantarse el hombre habló.
—Este se disculpa por el comportamiento incorrecto de mi hermano, nosotros aceptaremos el castigo que desee darle por sus acciones—.
—¿DaGe? —.
—Levántese, las acciones de su hermano es algo que trataremos mañana, ahora este emperador y su esposo quieren volver a su habitación—.
—¿Su alteza imperial ya se encuentra bien? —.
—Lo está, solo fue un pequeño desmayo, pero él ya está bien, gracias por su preocupación—.
Los brazos del emperador se levantaron, haciendo que Lan Wangji se apegara más a el y como un cachorro gustoso, Lan Wangji recargó su cabeza sobre su hombro frotando su mejilla contra sus túnicas, mientras sus ronroneos aumentaron haciendo que Wei Wuxian tragara duro, pero sus ojos no se apartaron del hombre ante él.
Por alguna extraña razón no le gustaba como Wu ChangLi miraba curioso y preocupado a Lan Wangji.
Algo dentro de él no quería que ese hombre lo mirara, no quería que pudiera ser testigo de un momento vulnerable de Lan Wangji.
Un momento que solo debía pertenecerle a Wei Wuxian.
El emperador sintió la contradicción navegando por su cabeza, entre lo que su alfa no deseaba y lo que su razón consideraba ilógico, aun así, Wei Wuxian no desistió y escondió a Lan Wangji con el largo de sus mangas, que se mezclaron con la oscuridad de las hebras tan brillantes y negras de su alteza imperial.
—Me alegro que sea así, todos nos asustamos cuando se desmayó, incluso tuve miedo que algo malo hubiera pasado—los ojos de Wu ChangLi se dirigieron a Wu Meihua, la ira brilló en sus ojos y Wei Wuxian comprendió que ese chico ya había notado lo que estaba pasando.
—No tiene que preocuparse, tan solo fue un desmayo—.
—Aun así, me disculpo por las molestias que Wu Meihua le ha causado, si los emperadores buscan corregir su comportamiento o castigarlo, como el heredero de la familia puedo asegurarle que ni mi hermano ni mi padre se opondrán—.
—¡DaGe! —.
—Nosotros sabemos y confiamos en el juicio del emperador, por lo tanto, sabemos que aquello que usted decida hacer si lo hace será algo que Wu Meihua merecerá—.
Entonces Wei Wuxian sintió un tirón, era Lan Wangji, quien, aunque no le miraba buscaba su atención—.
—¿Querido? —.
—Quiero irme—.
Sin cuestionar Wei Wuxian asintió, paso sus ojos a Wu ChangLi y declaró.
—El día de mañana hablaremos de ello, ahora este emperador y su esposo se marchan—.
Con una reverencia, Wu ChangLi les despidió.
—Que sus majestades imperiales tengan una buena noche—.
Haciendo todo lo posible para caminar con Lan Wangji aun en sus brazos, mientras el omega seguía ronroneando seguro, el Demonio Cuervo sacó a la emperatriz de aquel lugar.
Tras haber perdido al emperador de su vista, Wu ChangLi devolvió su mirada al omega que continuaba en el suelo, abrazándose a sí mismo y buscando causar lástima.
Wu ChangLi, quien ya lo conocía bien, no caería en su juego.
—Levántate—.
Wu Meihua soltó algunos sollozos.
—Te dije que te levantes, no voy a ayudarte—.
Al ver que sus palabras no funcionaron, Wu ChangLi tomó del brazo a su hermano, tiró de el como un trozo de tela abandonado y lo llevó sin delicadeza a una habitación ignorando sus gritos, abrió las puertas, entro con el omega y cerró estas colocando una matriz de silencio.
Al voltear, sus ojos miraron con frialdad al chico, quien no dudó en quejarse indignado por aquel trato.
—DaGe es demasiado cruel con Hua-er—.
—Tan solo hago lo que es correcto para el clan—.
—¡¿Y decirle esas cosas es correcto para el clan?!, ¡¿ofrecerle elegir mi destino es por el bien del clan?!—.
—¡¿Y ofrecerte a él como un simple objeto aun cuando no te quiere es algo bueno?!, ¡¿para quién es bueno?!, ¿para ti?, ¿para el emperador?, ¿para el clan?; deja de ver cosas donde no las hay y acepta la realidad—.
—DaGe—.
—El día de mañana todo se decidirá y padre también ha tomado su decisión—.
—¿Qué quieres decir con eso? —.
La seriedad decoró su mirada, nada le había costado tanto en la vida como decir aquellas terribles palabras.
—Quieres un matrimonio arreglado, tendrás uno—.
El miedo brilló en los ojos de Wu Meihua.
—No—.
—Quieres casarte con un alfa rico que no le importan los omegas, lo harás—.
—¡No, DaGe!, ¡no pueden hacerme eso!, Wei... Wei Wuxian y yo...—reclamo aterrorizado.
Eso no era lo que quería, eso no era lo que planeó para su vida.
Si no era con Wei Wuxian el no quería ser entregado a nadie más.
—¡Wu Meihua!, aquí nadie va a pedir tu opinión, no importa lo que digas ahora, tus acciones están poniendo en riesgo el futuro de nuestro clan—.
—¡Pero, DaGe! —.
—¡Padre ya no va a tolerar tus estupideces! —.
—Tú... tú aun amas a Lan Wangji, ¡todo esto es culpa de Lan Wangji! —.
—¡¿Y que si lo hago?!, al menos yo entendí las cosas, su alteza imperial y yo jamás fuimos compatibles, yo entendí eso, aunque me dolió, aunque me costó pensar mirarme con alguien más comprendí que él y yo no estábamos destinados a ser, pero tú, tú no entiendes absolutamente nada y ahora tu destino dependerá de sus majestades imperiales—.
Porque la vida que su hermano pudo aprovechar de la mejor manera se estaba desperdiciando por un capricho.
Y si solo de esa manera podían hacerle entender las cosas, si le mostraban como era la vida de un omega que vivía de esa manera, algo dentro de ellos, aquella estúpida esperanza les decía que si Wu Meihua veía las cosas desde otro punto, tal vez comprendería que esta vida no era un cuento de hadas.
Aun si tenían que usar un truco barato para asustarlo.
Wu ChangLi solo esperaba que de verdad su hermano por fin madurara y aprendiera algo muy importante de ello.
Dejar ir era también una forma de amar.
Y si dentro de sus retorcidas ilusiones, lo que sentía por Wei Wuxian de verdad era amor, hacer eso era la mejor manera de demostrarlo.
Por el bien del clan, por el bien de la familia imperial y sobre todo por sí mismo.
Wu ChangLi solo podía pedir a los cielos que de verdad funcionara.
O su propio hermano cavaria su propia tumba.
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¡Hola de nuevo?
¿Qué tal ese capítulo?
Sentimientos, pasado, juegos, inocencia y esperanzas se distribuyeron entre los personajes, aquello de lo que no se quiere hablar ha sido colocado sobre la mesa así como las suposiciones, los planes y la esperanza.
Ahora corregido este capítulo espero que Wattpad ya no afecte en los comentarios, dentro de unas horas, posiblemente entre la tarde o la noche de hoy, la segunda parte será subida, de antemano me disculpo por la tardanza.
Sin más que decir, me despido, agradeciendo su apoyo, votos y comentarios, nos vemos en la tarde.
¡Gracias por leer!