Abrazó a Reigen por el cuello y se paró en puntas de piés buscando sus labios. El mayor lo detuvo por los hombros.
—No, Mob...
Se encontraban a solas en la oficina. Hacía unos minutos habían dejado el lugar, pero Mob se excusó diciendo que había olvidado un cuaderno y se devolvió. Reigen no pensó en darle las llaves y en lugar de eso, prefirió acompañarlo.
—Entonces, permítame estar así un momento—rodeó el torso de su maestro y recostó la cabeza en su pecho oyendo los latidos del corazón que comenzaban a acelerarse. Cerró los ojos y respiró profundo llenando sus pulmones con la esencia de Reigen. Hacía años que el olor a nicotina no le molestaba.
Reigen lo abrazó también y le acarició el cabello. Había algo extraño en ese abrazo, sintiendo a Mob muy triste y lejano.
—Dime Mob—le susurró—. ¿Por qué este abrazo se siente como una despedida?
El chico abrió los ojos, negándose a responder. Se aferró a él con más fuerza como rogando que no lo dejara ir. Reigen también lo estrechó, apoyando una mano tras la cabeza de Mob, con la sensación de que el chico se marcharía para siempre. Permanecieron así unos minutos hasta que Mob se apartó unos centímetros.
—Ya casi terminan las vacaciones de verano—dijo Mob, de la nada.
—Bueno, sí. Así es—Reigen tardó un poco en entender el comentario—. Vas a continuar trabajando por días, ¿verdad?
Mob vaciló antes de asentir. Luego apoyó la frente en el pecho del mayor.
—¿Sucede algo malo, Mob? ¿Te preocupan los exámenes?
—Sólo quiero estar cerca de usted un poco más. Este verano pude estar a su lado todos los días, como antes. Cuando inicien las clases...
—No hables como si no fuéramos a vernos jamás. Como sea, Mob, tu prioridad ahora deben ser tus estudios, ¿de acuerdo?
Le acarició el cabello y el chico asintió. Salieron de la oficina, despidiéndose en la entrada. No hubo ningún beso y así era desde principios de verano. Anhelaba los labios del mayor, pero aquel mantenía su distancia aun cuando él mismo también extrañara besarlo.
De camino a casa, Mob pensaba en la conversación con sus padres durante la cena del día anterior. El padre y Ritsu hablaban sobre un partido de beisbol mientras la madre y Shigeo sonreían y hacían alguno que otro comentario. La conversación era amena hasta que la madre decidió poner sobre la mesa la pregunta que Shigeo había estado evitando desde abril.
—¿Ya hablaste con Reigen-san sobre tu renuncia?
Hubo un silencio en la mesa. Unas horas antes habían discutido sobre quién haría la pregunta y ni siquiera Ritsu se atrevió a tomar la iniciativa. No sería tarea fácil con el ahora expresivo Shigeo, sin saber cómo reaccionaría. El hijo mayor fijó su vista en el plato, buscando más excusas en su cabeza mientras sentía la presión de su familia que esperaba una respuesta.
—Esto... No pude hablar con el maestro Reigen. Hemos tenido mucho trabajo en la oficina.
—Shigue—intervino el padre—, sé que te gusta tener tu propio dinero, pero realmente no necesitas ese trabajo.
—Tampoco es que ganes mucho, hermano.
—Prometiste que ibas a trabajar por días hasta el final del verano.
—Bueno... El maestro Reigen tiene mucho trabajo... No puedo renunciar así nada más...
Ritsu y su padre miraron a la mujer, que había prometido convencer a su hijo mayor de dejar el empleo. La madre intervino nuevamente.
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El significado de un beso
FanfictionLuego de años de contener sus emociones, Kageyama Shigeo, también conocido como Mob, al fin es libre de sentir lo que lo lleva a descubrir que tiene sentimientos hacia su maestro, Arataka Reigen, quien es mucho mayor que él. Pero también descubrirá...