Conocer a esa mujer me había emocionado y asustado a partes iguales.

Aunque esperaba que los recuerdos de Lauren volvieran, también tenía miedo de las consecuencias.

En algún lugar profundo, me pregunté si realmente quería despertar a la vieja Lauren.

¿Y si era como Donovan?

- Tienes que recordarlo tú misma, Lauren. No te diré nada -

- Camz, tengo algo para ti - dijo mientras se inclinaba frente a mí hacia la mesita de noche y sacaba su billetera del cajón. Desde adentro, sacó una tarjeta American Express y me la entregó.

- ¿Para qué es esto? - yo pregunté.

La tarjeta negra tenía su nombre inscrito encima.

Lauren Jauregui.

Pasé mis dedos por su nombre.

- Recuerdo que me dijiste que... - hizo una pausa. -... me dijiste una vez que nunca compraste nada para ti porque tu tío solía tomar la mayor parte del dinero. Yo... quiero darte todo, Camz. Todo. Te lo mereces. Te daré esta tarjeta que rara vez uso... puedes comprar las cosas que quieras -

Mis ojos estaban llenos de lágrimas no derramadas y eso la hizo preocuparse.

- ¿Por qué lloras? ¿Dije algo mal? -

Me sequé la cara con el dorso de la mano.

- Tengo lo que necesito. Tengo lo que quería - Le aseguré, volviendo a poner la tarjeta en su mano.

- ¿ Y qué es eso? -

- A ti -

A Lauren le gustó esa respuesta porque fui recompensada con una sonrisa desgarradora.

- Yo ya era tuya... desde el día que entraste en la casa. Cómprate algo, Camz -

Suspiré. - No puedo salir de la casa sin permiso, Lauren, y ya lo sabes. Donovan no lo permitiría -

- ¡Pero yo soy tu esposa! -

Me reí. - Eso es lo que eres, pero incluso si estamos casadas, no sé si puedo salir, y mira... - señalé la tobillera. - Si me alejo de la propiedad, el sensor parpadeará y Donovan sabrá dónde encontrarme -

Lauren me miró fijamente. - Te diré un secreto. La tobillera notifica por sólo unos treinta minutos cuando estás en la ciudad... y... cuando sales de la ciudad, no puede rastrear la ubicación -

¡Wow!

- ¿Entonces estás diciendo que tenemos que escabullirnos y esperar que Donovan no se dé cuenta hasta que estemos lo suficientemente lejos? -

Ella asintió.

Sonreí.

- Sé cómo te sientes, Lauren, pero no quiero arriesgarme. Además, puedo dejarle saber a Winston lo que necesite y él me lo traerá -

Cogió mi mano y besó cada nudillo.

- Uno de estos días... Camz... te voy a sacar -


* * *

Lauren no podía recordar lo que había dicho anoche y eso me hizo preguntarme si se deslizaba en su antiguo yo de vez en cuando.

Necesitaba vigilarla.

La mayoría de los miembros de la casa me ignoraban, lo que me parecía perfecto.

La única persona con la que me gustaba interactuar era Chris. Era diferente al resto de sus malvados hermanos.

Jugaba juegos de mesa con Taylor y tuvimos buenos momentos, ella se estaba comportando un poco conmigo ya que yo era su cuñada, pero para ser honesta, no confiaría en Taylor ni a mi perro.

Me encontré con Isabelle en las escaleras mientras me dirigía hacia la habitación de Lauren y ella me dijo que había horneado unos muffins de arándanos que podía recoger del área de la cocina de la planta baja.

Los muffins de arándanos eran los favoritos de Lauren,

Comencé a bajar las escaleras cuando escuché los sonidos de una conversación suave que se derivaba del pasillo.

Del estudio de Donovan.

Me quité los zapatos y caminé hacia la habitación.

La puerta no estaba cerrada por completo, pero supuse que estaban bajo la ilusión de que estaba cerrada. Intenté escuchar fragmentos de la conversación.

- La estúpida perra cree que es inteligente y tira sus medicamentos -

Escuché decir a Donovan.

Mi corazón tronó cuando me di cuenta de quién estaban hablando.

¡Ellos sabían!

- Ella está haciendo todo el trabajo por nosotros y ni siquiera lo sabe - Dayana intervino.

Donovan se rió.

- ¿Viste la expresión de satisfacción en su rostro? Piensa que nos superó -

- ¿Estás seguro de que deberíamos dejarla seguir con Lauren? -

- Sí. Quiero a Lauren bien despierta cuando vaya a matarla. Soy un montón de cosas, Dayana, pero cobarde no es una de ellas. ¡Lauren pagará! - Donovan dijo enojado, su voz subiendo un poco.

¡Planeaban matar a Lauren!

- Donovan, ¿oyes eso? ¡Alguien está en la puerta! -

Miré hacia el pasillo, no había forma de que pudiera correr sin que me vieran.

Rápidamente entré de puntillas en la habitación junto al estudio de Donovan, me colé en el viejo armario y cerré la puerta detrás de mí.

Blind MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora