Jimin estaba totalmente asombrado, con la boca abierta, un dolor en el pecho y unas tremendas ganas de hacer un berrinche y llorar cuando bajó del auto frente a un enorme y alto edificio.
Sí, sobre malditamente todo, alto...
—¿Está seguro de que es aquí? —preguntó Jimin, tragando grueso.
—Totalmente. Es aquí donde vive el joven Jeon —le aseguró el chofer.
¡No, no, mierda, no!
Jimin quería llorar, de verdad.
Él no iba a poder hacer esto. ¿Por qué ese bastardo presumido tenía que vivir en un edificio tan alto? El pelirrojo estaba seguro de que el muy maldito no vivía en el primer piso.
Y, como si lo hubiera llamado con sus pensamientos, un elegante Mercedes se estacionó justo al lado de la camioneta, y se bajó el rey de los idiotas. Llevaba un ajustado pantalón negro, una elegante e impecable camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados y un precioso Rolex adornando su muñeca.
Miró a Jimin con arrogancia de pies a cabeza. Los ojos oscuros de Jungkook se quedaron pegados en las letras de la camiseta de Jimin, arqueando una ceja.
“I ❤ Cat”, tenía escrito.
—Así que estás aquí —murmuró en tono de burla—. Tres semanas... no, creo que serán dos.
Jimin se cruzó de brazos, mirándolo de manera desafiante.
—¿A qué te refieres con eso?—Estoy calculando el tiempo que trabajarás para mí —Jungkook se encogió de hombros.
—Tengo un contrato firmado por seis meses, por si no lo sabías —le respondió Jimin.
—No lo terminarás. De mi cuenta corre que renuncies en menos de tres semanas —le aseguró Jungkook con desdén.
¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios! Jimin quería estrangularlo ahora mismo.
—Solo te diré una cosa —Jimin se acercó a Jungkook—: Yo jamás renuncio —pronunció fuerte y claro.
—Eso lo veremos. Y deja de tutearme, soy tu jefe —ordenó Jungkook.
—Tú eres simplemente el hijo de mi jefe —musitó Jimin—. ¿Ahora me indicas el camino?
Jungkook le dio una mirada mortal y empezó a caminar.
Jimin recibió su maleta del chofer y comenzó a cargarla. No había empacado todas sus cosas, solo lo indispensable, y se dio cuenta de que no traer de inmediato a sus gatos consigo había sido la mejor decisión. Traería a Hermione y Ron hasta que se instalara completamente.
El living del edificio era elegante y refinado. Jimin ni siquiera quería saber cuánto costaría vivir en un lugar como ese. Mucho dinero que sale del bolsillo del señor Jeon, pensó.
Porque Jimin estaba seguro de que Jungkook era el típico niño rico mantenido que solo vive para malgastar el dinero de la familia.
Jeon lo estaba esperando parado frente al ascensor, y los miedos de Jimin llegaron de repente, haciendo que sus piernas temblaran.
—¿Por qué tienes esa cara? ¿Viste un fantasma, enano? —preguntó Jungkook, mirándolo de pies a cabeza.
Jimin quería contestarle. Por Zac y su precioso rostro tallado por los mismísimos ángeles, Jimin juraba que quería contestarle y mandarlo a freír espárragos por llamarlo enano, pero estaba demasiado nervioso por el ascensor.
Entonces tragó grueso.
—No puedo subir en eso —murmuró entre dientes.—¿Qué?
Jimin apretó la mandíbula y sostuvo con más fuerza su maleta. De repente, sus manos estaban demasiado resbaladizas por el sudor —No puedo subir al ascensor. Sufro de claustrofobia —respondió.
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Mr. Arrogante ⁶ ♡KookMin♡
FanfictionNO COPIAS, NO ADAPTACIONES, NO TRADUCCIONES, NO AL PLAGIO, se original puedes crear un universo maravilloso con tus propias ideas. Park Jimin debe armarse de paciencia ahora que ha aceptado ser el asistente de Jeon Jungkook un millonario arrogante e...