Dahlia:
—Hoy tenemos una nueva estudiante. —Una profesora de edad me presenta y aquí es cuando odio haber tardado tanto en volver del baño.
Hice todo lo que pude y terminé desinfectado más el baño que limpiando el rastro de goma en mi cabello.
—Ella es Dahlia Baker y ha sido transferida desde Minnesota. —No quiero dar ni un paso. —Vamos, no seas tímida.
No soy tímida, este ha sido un día horrendo.
Obligada doy un paso hasta estar frente a toda la clase, aún por muy bajo que sea este lugar, reconozco quienes son los cerebritos que por de costumbre están ocupa do asientos adelante, los que quieren dormir o a quienes les importa un bledo la clase se encuentran al fondo, la comunidad Dark esta reunida en un solo rincón y los problemáticos se encuentran en el medio, al lado de los populares.
A quienes sonrío al reconocer.
Por muy bajo que se esté lugar, no me queda de otra que entrar en un grupo de populares básicos.
—¿Habían Barbies en Minnessota?. —Pregunta una Dark.
—Ciudad de ricos. —Responde uno de los problemáticos.
Mi sonrisa se borra cuando comienzan a reír.
—Pero..¿Que tienes en el cabello?
—¿Es moco?
¿Dije que mi día no podía empeorar?
Es hora de dejar de decirlo.
(***)La hora del almuerzo debe ser la peor de todas, no hay un orden aquí, ni nadie que separe la comida chatarra de la comida nutritiva.
Y el postre.
¿No hay postre?
Ese es un crimen horrendo.
—Siguiente…
Avanzo con mi bandeja y observo a la señora detrás de la vitrina que cubre la comida.
Trago saliva al ver una mosca volar alrededor de la señora.
—¿Qué es eso?. —Pregunto señalando la carne aplastada o no se que sea.
Todo parece una combinación de todo.
Ella pone la mirada sobre el alimento y la regresa a mi. —Mi especialidad, yo lo preparé.—Enseguida me ordena.— Tu plato, ahora.
—¿No tendría algo que se vea más apetitoso?
Ella abre los ojos y los que van detrás de mi en la cola, se sorprenden.
—¿Estas queriendo decir que mi comida no se ve apetitosa?
—No..
¿Qué demonios le ocurre a esta mujer?
—Escúchame, niña… ¿Yo te digo cómo vestirte en la mañana?
Me río. —Claro que no, eso sería un desastre.
A mi lado vuelven a hacer ese ruido en conjunto, sorprendiendose, veo a la señora del almuerzo abrir mucho los ojos.
—Lo que intento decir…
—Si mi comida no te parece apetitosa, entonces ve a la máquina. —Ella me quita la bandeja.
—¿Qué esta haciendo?
ESTÁS LEYENDO
No te enamores de la apuesta (#1 Amores Y Apuestas)
Teen FictionPara Dahlia Baker: El reconocimiento. La popularidad. Y ser el centro de atención no es algo que se obtiene o se gana, sino algo con lo que se nace. Dahlia no necesitó esforzarse en conseguir la posición que la identifica, ella es hermosa e intelige...