21

                                    

                                          
Contenido adulto 🔞
                          
Coloco todos los platos en aquella mediana mesa que se encontraba en la cocina. Había preparado un desayuno americano. Huevos revueltos, tocino, hot cakes, tostadas, ensalada de frutas, jugo de naranja y café.
                          
Miro la hora. Siete con doce minutos. 
                          
No había vuelto a dormir así que decidí prepararle el desayuno a mis novios. 
                          
Era buena cocinera y pastelera. Hannah me había enseñado y estar sola la mayoría del tiempo me obligó también hacerlo. Si había otra pasión aparte de la gimnasia eso podría ser la cocina.
                          
Voy hacia el cuarto y cuando entro me encuentro a mis hombres todavía durmiendo. Me dirijo primero a Magnus quien se ve más fácil de despertar y no me equivoco, dos sacudidas y el ya está abriendo sus ojos soñolientos. Voy hacia Malcolm quien después de varios gruñidos abre sus ojos. Aquellos dos pares de ojos me miran interrogantes y me examinan. 
                          
— Preparé el desayuno. Vengan antes de que se enfríe. — Es lo único que digo para después salir de la habitación dejándolos confundidos. 
                          
Vuelvo a la cocina y luego de unos segundos se que ellos me siguen. 
                          
Ellos se ven impresionados al ver la mesa, estaba completamente llena. 
                          
—¿A que hora despertaste? — Es lo único que dice Magnus. 
                          
— A las cuatro de la mañana.
                          
Ellos me observan.
                          
—¿Por que no nos levantaste? — Me encojo de hombros ante la pregunta de Malcolm.
                          
— No era necesario. 
                          
Malcolm suspira y frota su cabello. Se acerca a mí y besa mis labios cortamentente para luego abrazarme con fuerza. 
                          
— Felíz Cumpleaños, muñequita. — Sonrió y lo abrazo de vuelta. 
                          
— Gracias.
                          
El se separa de mi para luego sentir un enorme cuerpo comparado a Malcolm. Siento como me alzan y enrollo mis piernas a su alrededor para luego abrazar con fuerza a mí frío hombre. El acaricia mi espalda suavemente y siento un beso en mi cabello. 
                          
— Felíz Cumpleaños, Abi. 
                          
—Gracias, rey supremo. — Escucho a Malcolm empezar a reír. 
                          
— ¿Rey supremo? — Es lo que pregunta para dejarme en el suelo.
                          
—Malcolm te llama así. — Me encojo de hombros y me dirijo a la mesa. — Hice un auténtico desayuno americano. Espero que les guste. 
                          
Ellos se sientan después de mi y miran todo lo que cocine. 
                          
—¿Por que estabas bajo la lluvia, Abi? — Malcolm es el primero en preguntar sobre ayer.
                          
— Solo tuve un momento de debilidad. Nada importante. — Contesto quitándole importancia.
                          
—¿Nada importante? — Magnus pregunta con una sonrisa sarcástica.— Estabas en un maldito trance, Abigail. No reaccionabas ¿Qué ocurrió? Y quiero una maldita respuesta válida. Haz estado estos días distante y decaída desde el sábado en la mañana. 
                          
— Solo son recuerdos y problemas de los que no quiero hablar. — Bajo mi cabeza. — Por favor, no quiero arruinar mi cumpleaños.
                          
El silencio se abre espacio entre nosotros 
                          
—¿Sabes cocinar? 
                          
Miro a Malcolm incrédula y con alivio. Ellos lo dejarían pasar, por ahora.