A Vegetta le gustaba su trabajo de medio tiempo.
Claro, nunca había planeado ser salvavidas en la playa, ni encargarse de la cabaña de jueves a domingo por la tarde. Pero el horario era flexible y la paga bastante buena. Su mejor amigo, Willy, le había ayudado a conseguir trabajo después de que Vegetta se quejara día y noche por semanas en el whatsapp por que le habían despedido de su antiguo trabajo en una oficina debido a su inflexibilidad de horario. Y por contestarle al jefe, pero esa era otra historia.
(Además había sido la culpa de su ex jefe, ¿cuántas veces le tenía que repetir que estudiaba medicina?)
El caso es que Willy se compadeció de él y lo recomendó a su jefe, Merlon, el dueño de la cabañita. Un señor mayor que solo iba de visita los sábados a checar que la pequeña cabaña se mantuviera en pie, vestido con pantalones largos y suéteres que definitivamente no eran para la playa.
Vegetta no era un prodigio en el nado, pero si sabía hacer RCP bastante bien, además de que conocía otras técnicas de primeros auxilios que le ayudaron a conseguir el trabajo. Así, armaba su horario de manera semanal de acuerdo con sus clases de Enfermería, estudiaba en los ratos en los que se encargaba de la pequeña tienda y practicaba los primeros auxilios en campo y de manera legal.
Era ganar, ganar.
En el trabajo conoció a bastante gente, entre ellas Luzu. Un chaval que parecía que nunca terminó de acostumbrarse al largo de su cuerpo, pero que era muy amable y simpático y no tardaron mucho en congeniar y hacerse amigos. Hablaban de juegos y de series entre los turnos y los momentos en los que ambos no tenían pendientes.
Sobretodo, Luzu era alguien muy trabajador. Daba clases de surf en la pequeña cabañita y era salvavidas a medio tiempo como Vegetta, mientras ahorraba dinero para poder pagar cosas en lo que conseguía un trabajo relacionado a su carrera, Comunicación Audiovisual, y hacía trabajos de freelance por internet. Comprensible, cuando Vegetta escuchó cuánto costaban los equipos, le dolió un poco el codo. Así que se alegraba por él cuando le contaba de uno de sus trabajos o cuando la gente se inscribía a las clases de surf, pero también era un poquitín sobreprotector con sus amigos.
Solo un poquito.
―Buenas tardes, vengo a preguntar sobre las clases de surf. ―El chico frente a él alisó uno de los panfletos del mostrador, claramente tratando de verse menos interesado y nervioso. Lo reconoció cómo el tontito que parecía haber querido asaltar la cabaña la otra vez, solo para terminar avergonzándose y comprar los goggles rosas. Le daba mala espina, con su manga de tatuaje y el piercing en la ceja. Parecía el chico que en las películas conducía una moto y trataba de robarse a la chica. ―Escuché que había una promoción, ¿es cierto?
Vegetta desvió su atención de los ojos del chaval hacía la puerta, dónde pudo reconocer con claridad a Fargan tratando de esconderse detrás del marco. Regresó su mirada, claramente no impresionado. La presencia de Fargan siempre eran malas noticias, era como un amuleto de mala suerte. Pero no podía negar a ningún cliente, en especial uno interesado en una de las clases. La política de la tienda no lo permitía.
―Así es. Si te inscribes ahora tu primera clase es gratis y el mes lo tienes a mitad de precio. ―Aclaró sin hacer un movimiento para sacar la hoja de registro de la clase. El chico se removió un poco frente a él. Después carraspeó. A Vegetta le gustaba un poco que parecía nervioso frente a él.
Bien.
―Ah, bueno, pues me gustaría inscribirme.
Vegetta asintió unos segundos después.
―Tenemos un espacio disponible el sábado, de las 16:00 a las 18:00 pm. Las clases se acomodan de acuerdo con tu disponibilidad y a la del profesor, por lo que después de la primera clase puedes ponerte de acuerdo con él. ―Explicó Vegetta en lo que le entregaba la hoja de registro al chico y una pluma. Seguido, empezó a armar el ticket. ―Serían 17€.
Esperó a que el hombre escribiera sus datos para pasarle el ticket y realizar la transacción. Vegetta chismeó su nombre en lo que juntaba monedas para pagarle.
― ¿Quieres que te digamos Auron?
―Eh, sí. Aquí tiene.
―Bueno, Auron, mañana a las 16 pm aquí podrás conocer a tu profesor. ―Vegetta bajó la mirada para guardar el dinero y cuando la levantó, Auron ya estaba a medio camino hacia la puerta de la cabaña. Parecía que en cualquier momento el diablo le iba a arrancaría el alma. ―Que tengas buen día.
― ¡Hombre, igualmente! ¡Hasta luego!
A Vegetta seguía sin gustarle mucho el asunto.
Pero al menos tenían una nueva fuente de dinero.
~*~***~*~
¡Celebrando el cumpleaños de Luzu!
...con la pov de Vegetta lol no planeé mucho esto.
La verdad tenía otra cosa planeada para el cumple de Luzu, pero no la acabe. Espero poder subirla antes de que se acabe la semana OTL
Also, me robé el precio y el horario de una escuela de surf, idk (?
Posdata: Willy va a ser papá y yo ni pretendiente tengo OTL que cosas la vida (?
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Baywatch
FanfictionAuron tenía un solo objetivo en mente: Conquistar al guapo salvavidas que le había rescatado del muerte. Más fácil decirlo que hacerlo.