Dalila
-por supuesto que tienes que ir- Anna habla- ¿dejarás que su madre interfiera en su relación?
-estamos hablando de su madre- respondo- no quiero que Raffael tenga problemas con ella- finalizo mientras sigo escribiendo en mi cuaderno, estábamos en mi departamento.
-estarías cometiendo un gran error si no vas a esa fiesta- bufo mientras despego la vista de mi tarea y la miro- sobretodo si la perra de Gianna va, ¿sí es ese su nombre?
-lo es- respondo- y claramente estará ahí- continúo- esa debería de ser otra razón para no ir.
-Dalila no seas estúpida- habla mientras come helado envuelta en una cobija, aún estaba en duelo por lo de Adriano- no permitas que esas perras se salgan con la suya, tienes que ir y defender tu lugar, tu lugar es a lado de Raffael y debes dejar eso en claro- me señala con su cuchara- ve con la frente bien en alto y muestrales que ese hombre seguirá siendo tuyo.
Sonrío.
-Dalila Román no se deja doblegar por nadie- continúa- que esta no sea la excepción.
-no tengo ni siquiera un vestido decente que pueda utilizar.
-ese no es problema alguno- habla- utiliza alguno de los que tu abuelo te regalo
-podría quedarme aquí y hacerte compañía- hablo mientras la miro.
-no quiero tu compañía- responde burlona- quiero que vayas y seas una perra. ¿puedes hacer eso por mi?
-está bien- hablo resignada mientras ella sonríe.
♤
Estoy en la Universidad, tenía que entregar algunos trabajos y presentar algunos exámenes.
-Dalila- escucho la voz de Leonardo, lo miro rápidamente para después volver la vista al libro frente a mi- ¿podemos hablar?
-creo que no tenemos nada de que hablar- respondo mientras tomo mis cosas para irme de aquí.
Me toma del brazo impidiendo que me vaya.
-lo siento- habla- no sé que me pasó, solo me dejé llevar, lo siento- habla, lo miro y aún hay evidencia del golpe que Raffael le dio.
-no te preocupes- me suelto de su agarre- lo entiendo y te disculpo- sonríe- pero preferiría que no te acercaras más a mi.
Borra la sonrisa en su rostro.
-si lo prefieres así respetaré tu decisión- habla.
-gracias.
Me alejo de ahí para ir hasta mi última clase.
Después de dos horas más por fin termina mi día, salgo y voy hasta la cafetería de Olga.
Llego a esta y me detengo a mirar los autos que están aparcados afuera del local. Tres lujosos autos estaban aquí y reconocía uno de ellos, el auto de Raffael.
Me apresuro a entrar e inmediatamente lo puedo ver aquí, está en una mesa junto a dos hombres más, un rubio y un castaño, nuestras miradas coinciden, sonrío a su dirección y el corresponde, decido no acercarme él debía de estar ocupado así que sólo camino hasta adentrarme a la sala de descanso en donde dejo mis cosas mientras me coloco mi mandil para salir al mostrador.
-¿qué haces aquí?- pregunto una vez que salgo y veo a Anna aquí.
-no puedo continuar encerrada- habla, a pesar de que se había arreglado y maquillado aún lucía triste- así que vine aquí.
La miro y asiento lentamente mientras tomo un mandil y se lo paso.
-si vas a estar aquí debes de trabajar- respondo- te ayudará a distraerte.
-Olga, Dalila quiere explotarme- habla a la mujer detrás de mi.
-Dalila está en lo correcto- habla mi jefa- a trabajar Anna.
Ella bufa mientras se coloca aquel mandil y comienza a atender mesas.
Estoy atendiendo a quienes vienen aquí hasta que mi vista se enfoca en una pareja que entra, una mujer embarazada en compañía de un hombre. Ambos caminan hasta la mesa de Raffael y toman asiento con ellos después de saludarlos.
Su cumpleaños era mañana y aún no sabía que podía regalarle, tal como lo había dicho Giovanni, ¿que le puedo dar a alguien que ya tiene todo? Algo debía de haber.
Estoy sumergida en mis pensamientos que no veo el momento en que alguien llega frente a mi, un hombre con un enorme ramo de rosas, rosas negras.
-disculpe, busco a Dalila Román- habla aquel hombre, me recompongo en mi lugar.
-soy yo- respondo.
Sonríe y me entrega un papel para firmar de recibido, lo hago y después deja el arreglo floral frente a mi. Agradezco y sale de aquí.
Salgo del mostrador y camino hasta quedar frente a este para después tomar la nota, esta está escrita en ruso lo cual llama mi atención, comienzo a leer lo que dice,
Es triste saber que la persona que amas te miente en tu propia cara.
¿Qué otros secretos esconderá Raffael Morelli? Apuesto a que mueres por saberlo así como yo muero por contartelos.No tenía remitente y no decía nada más pero la persona que había enviado esto aseguraba saber los secretos de Raffael, secretos que al parecer aún no conocía y no podía mentir, el leer esto lo único que había hecho era crear dentro de mi una sensación de inseguridad así como la curiosidad en querer saber a lo que se refería esta persona. Raffael Morelli seguía ocultandome cosas y ahora más que nunca quería saberlo todo.
Capítulo nuevo.
Espero que les guste.
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Nos leemos pronto.
-Neftali.
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Tentación Italiana
Romance¿Puede un mafioso enamorarse? Una mirada y una sonrisa son suficientes para que alguien caiga rendido a sus pies y Raffael Morelli sin duda no es la excepción. Balas, armas, mafia y amor. "-No eres bueno para ella Raffael, entiéndelo. -Eso no...