"¿Pasa algo?" la noto nerviosa, tiembla su labio inferior.

"Mira, la verdad es que Sara me insistió para venir." confiesa.

Mi mundo se desmorona lentamente, y lo peor es que ni siquiera era su culpa. 

Cuando pasó el incidente de Sara, acordé con Tadeo, Tobías y mi familia no decirle a nadie el verdadero motivo de la internación y aquel indeseado suceso. Inventamos excusas e historias lo suficientemente coherentes para que nadie más sospechara nada o pensara algo malo. Por más que me Sara me hiriera de semejante forma, yo no soy quién para devolver la tirada, y mucho menos si es la mejor amiga de Wawa.

"Ajám." asiento con los ojos cerrados y la cabeza gacha.

"¿A vos te molesta?" pregunta con cierto cuidado. "Porque todavía no llegó. Mirá, si te incomoda podés quedarte hasta que llegue y después irte, yo no tengo problema." insiste.

"Sí, mejor hagamos eso." intento sonreír de lado para tranquilizarla y no preocuparla.

La noche pasa con lentitud y pesadez por más que las risas y anécdotas de los presentes intenten meterse en mi cabeza. Miro con cariño el vaso de jugo que pedí hacia instantes y pienso en lo lindo que debe ser sumergirse en algún líquido y no salir de ahí jamás.

"Buenas..." saluda una voz femenina que muy familiar me parecía. Creo que ese era el pie para retirarme.

"Me voy, tengo que estudiar para un parcial." atino a decir con rapidez para levantarme de la silla.

Saludo a todos tratando de que no se note la incomodidad que cargo sobre mis hombros y salgo disparado por la puerta.

"¿A dónde te vas?" pregunta esa misma voz. "¿No te parece medio de mal amigo lo que haces?" oigo venir el sermón.

"Me tengo que ir." reitero firme, cuando en realidad me desmorono por dentro.

"Siempre fuiste un gil, no me sorprende para nada..." ahí comenzaba. "Pensé que ibas a madurar un poco en estos meses que no estuvimos más, pero la verdad es que lo pibito inmaduro y salame no se te va más, eh." dolía, dolía y no sabía cómo detenerlo. "Falta que llores y está todo el combo completo."

No sé cómo hacer para que no me afecte, pero el poder de Sara es tan fuerte sobre mí a día de hoy que me asusta demasiado.

"Wawa no merece tener a semejante gil de amigo." ahora sí, las lágrimas eran reales y se hacían presentes a la vez que trazaban un camino en mi cara. "Replanteate las co..." los gritos que largaba cual dagas fueron cortados de un saque por un abrazo que me atacó y desconcertó por completo.

"Ay, Valen, gracias por esperarme acá." la dulce y melódica voz de Lucero se adueña de la situación y la abraza con ternura. "¿Quién es ella, amor?" pregunta con dulzura mientras deposita un beso en mi cachete y entrelaza nuestras manos.

No podía hablar sin tartamudear, y mucho menos entender la situación que estaba atravesando.

"Soy Sara, la ex." acota con un tono sobrador.

"Soy Lucero, la actual." acota con más prepotencia. "Bueno, 'Sari'..." dice burlona. "Me lo tengo que llevar, un gusto conocerte." guiña el ojo para darme vuelta y caminar conmigo hacia la boca del subte.

Silencio. Llanto desolador interno.

"¿Quién era esa? ¿Por qué te trataba así? Casi le bajo los dientes, una bronca me dió." interrumpe aquel mutismo. "No podes dejar que te traten así, no podes dejar que te menosprecien y que te ninguneen de esa forma, no podes dejar que hagan de vos lo que quieran..." ahora estaba llorando ella. "No podes, no caigas en la misma que yo."

¿Debería abrazarla? No sé. ¿Quiero hacerlo? Definitivamente. Ella se adelanta a cualquier movimiento mío y se deja caer en mi regazo. Abraza mis piernas como con pavor a que la abandone y me baje en la siguiente estación.

Saco con sigilo en mis movimientos el celular y pongo Spotify. Corro con delicadeza el sedoso cabello de su oreja y coloco un auricular ahí. "No More Lonely Nights" comienza a sonar.

No deja de llorar, y ya un poco me reconforta. No malinterpretes, es que me da un poco de calidez saber que confía al menos un poco en mí como para dejarse ver en ese intenso estado de vulnerabilidad.

Angel Gallardo. Se reincorpora.

"Me dejaron hace un rato..." cuenta sorbiendo su nariz. "Era un forro, pero creo que de verdad lo quería." me mira. "No sé, creo que en realidad quería quererlo, es muy delgada esa línea." yo no emito comentario alguno. "Gracias por escucharme y por prestarme el auricular." sonríe limpiando sus últimas lágrimas.

Malabia. 

"Gracias p-por salv-salvarme." apenas dirijo mi mirada a la puerta antes de que baje. 

"De nada." sonríe por última vez.

Dorrego. Bajo.

Ernestina está en el patio interno del edificio y me mira. 

"¿Me acompañas?" pregunta tierna.

Marian, no sé describir este día.

🥀🥀🥀

Pero la repu Sara gorda puta.

Hinchas de lucero o no ke sí mi genteeee.

𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚 𝐛 - 𝐰𝐨𝐬Where stories live. Discover now