1: Un jefe malhumorado.

95.5K 3.7K 419
                                    

El timbre del teléfono sonó, pero ella no lo escucho al primer timbrazo. Aquel día estaba más ausente que presente, en los últimos meses habia sido así, desde que ella había tenido que hacerse cargo de los niños ella sola. Pero el problema no era cuidar de sus hermanos.

El teléfono dejó de sonar justo cuando lo iba a levantar.

Vio a Marian sonriente y pensó que algo malo iba a suceder aquella víbora sólo sonreía cuando algo malo estaba a punto de sucederle a otra persona, y especialmente si esa persona era ella. Marian era la secretaria del señor Marcus y odiaba a Olivia por ser ella la seleccionada para ser la secretaria del jefe de jefe. El señor Alessandro Schaeffler. Ser la secretaria del jefe le ponía en un nivel superior que la demás secretarias.

Apenas llevaba un año trabajando allí, al principio todo había ido bien con su jefe no era precisamente muy amigable, pero siempre le trataba con respeto, durante meses habían trabajo de maravillas, él le habia expresó su gratitud por el buen trabajo realizado, pero aquello había quedado atrás, al igual que la paz en su vida. Desde entonces todo había empezado a ir mal.

En los últimos meses la trataba como si fuera una carga, y no le culpaba habia tenido problemas para concentrarse, siempre estaba paranoica y nerviosa.
Pero la actitud de su jefe con ella habia empeorado el poco equilibrio que le quedaba a la pobre chica habia empezando a decaer.

Sintió una presencia delante de ella y cuando subió la vista se topó con aquellos ojos azules tan frío como el hielo. El hombre la miraba con una frialdad que le dejó helada. Su jefe últimamente estaba de un humor insoportable y lamentablemente ella era quien siempre estaba a su vista.

-¿Dónde ha estado?- pregunto con calma , pero justo aquella calma era lo que temía. Aquel hombre podía hacer trizas a cualquiera sólo con palabras.

-Aquí señor.

-Y si ha estado aquí ¿Porque demonios no tomo el teléfono?

-Yo...

-Estaba soñando despierta - dijo Marian sin que nadie le preguntara.

-Atienda a sus asuntos señorita Marian - le reprochó Alessandro sin apenas mirarle. Luego fijo toda su atención en Olivia.

-Le pago un sueldo para que realice un trabajo para mi, no tengo tiempo de estar saliendo de mi oficina a buscarla cada vez que la necesito- le reprochó en un tono cortante y sin dejar de mirarla.

-Lo siento.

-Eso no me basta, no quiero más sus excusas. ¿Dónde están los documentos que solicité?

-Aun no han llegado.

Él la miró con el ceño fruncido.

-En cuanto lleguen lo lleva a mi oficina y espero no tener que volver a salir en busca de usted, ya van muchas veces- le advirtió, a la vez que caminaba a su oficina.

-Solo fueron tres - se atrevió a decir.

Él se detuvo a medio camino y la miró con una ceja arqueada.

-No debió ser ni siquiera una- gruño.

-Lo sé, me disculpo.

-Su trabajo está en riesgo, sólo eso diré.

Hecho un vistazo a la joven antes de entrar a su oficina y maldijo por lo bajo al ver el semblante de la joven. ¿Qué iba hacer con aquella chica? Era una pérdida de tiempo y dinero tenerla allí , en un principio había sido la eficiencia en persona, pero desde meses atrás habia empezado a equivocarse en todo y él no siempre estaba de humor para pasar por alto sus errores.

De jefe a esposo. (3- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora