Capitulo 1

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Parados en medio de la habitación, él está a unos veinte pasos de mi y desde aquí puedo ver cómo las lágrimas caen cual cascada de sus ojos, su rostro se torna de un pálido rojizo, lo invade la impotencia, lo invade el dolor, sus manos tiemblan, su cuerpo parece desplomarse en cualquier mínimo segundo, sus palabras se disparan en frases tartamudas sin sentido, el nudo en su garganta no lo deja razonar.

Yo sigo parada frente a él observando cómo se destroza ante mí un alma que prometí cuidar siempre, como mis palabras han esparcido balas por toda la habitación, ya no siento mi cuerpo, todo a mi alrededor parece irreal, es como estar en una burbuja, es como pisar otro plano terrenal donde todo a nuestro alrededor se va derrumbando.

-No lo hagas, ¿Por qué nos estás haciendo esto?- su voz se quiebra con cada sílaba que sale de su boca, da un paso adelante para acercarse hacia mi.

Mis lagrimas comienzan a caer, la cabeza me da vueltas, siento que las paredes se están encogiendo en torno a nosotros y las palabras se niegan a salir.

- No lo entiendes, no puedo seguir, no merecemos estar juntos, no mereces estar a mi lado- bajo la mirada porque ya no puedo verle a la ojos.

-Pero si yo te amo, dime que he hecho te pido que me des otra oportunidad, danos otra oportunidad-

-Ya han sido suficientes, ya nos hemos dado mucho y aunque te ame no puedo seguir haciendo esto, te ruego que no me insistas.-

Se sienta en el borde del sofá, parece agotado, está totalmente abatido en medio de esta tormenta, se que esta armando piezas en sus cabeza que lo ayuden a decirme las palabras adecuadas para convencerme pero no será así, no tengo excusas para dejarlo porque no sabe todo lo que guardo por dentro, lo conozco demasiado pero él no tiene idea de la sombra que lo ha estado apuñalando todo este tiempo, soy basura mientras que él es la vida misma.

-Por favor llévame a mi casa ahora mismo o me voy caminando- le digo fuertemente secándome las lagrimas mientras agarro la manija de la puerta.

-No te puedes ir, no hemos terminado de hablar por favor no te puedes ir.- me ruega entre sollozos.

-Okey, entonces me iré sola- Abro la puerta de la habitación.

-Espera - toma las llaves del auto.-yo te llevo-

Esas fueron sus últimas palabras, se secó las lágrimas con el borde de su camisa, su rostro se fue endureciendo de a poco, sus ojos se apagaron, la luz que siempre lo acompaña estaba tenue, su cuerpo era otro. En otras ocasiones habíamos terminado pero esta vez era diferente, esta vez era real y él lo sabía, se sentía en las palabras con sabor amargo. Nunca lo había visto de esa manera así que entendí el poder que tienes para destruir un corazón en cuestión de minutos, el poder que tienes para transformar a una persona en un cuerpo casi inerte. Me vi a su lado pero no me encontré, ya me había ido, sin embargo le había dejado tanto de mi para odiar, lo deje sobre una cuerda floja de dudas e incertidumbre, lo deje despojado y yo me fui con una bala incrustada en el pecho.

Nos subimos al auto, tenía miedo de que manejara, tenía miedo de que no llegáramos a nuestro destino,tenía terror de que ese fuera nuestro último viaje juntos, quería que el tiempo se congelara en esa carretera para poder gritarle que no se como haré para vivir sin él, pero la culpa se niega a doblegarme.

Él va manejando con la vista fija en la carretera, sus manos rodean el volante como sujetando una cuerda a punto de romperse, su respiración casi ni se oye, ya no está, ahora sé que lo perdí. Yo no puedo dejar de observarlo, voy grabando cada centímetro de su rostro, cada línea de expresión, cada comisura de sus labios, no dejo de mirarlo porque se que sera la ultima vez que lo haga, necesito grabarlo en mi mente como jamás lo he hecho porque necesito tatuar ese recuerdo muy dentro. El camino se va acortando y con el se va acortando mi corazón, siento que quiero besarlo desenfrenadamente, sumergirme en sus labios, en su cuerpo y desvanecer todo el dolor, solo quiero que esto sea una pesadilla, levantarme colgada de su mano nuevamente, dejar todo atrás... pero ya es demasiado tarde.

Estaciona en frente de mi casa.

-Por favor avísame cuando llegues, conduce con cuidado, por favor prométemelo-

Silencio...

Me abre la puerta del auto sin siquiera mirarme, me bajo, me subo a la acera y cierro la puerta. El sonido de los neumáticos al arrancar retumba en mi interior, veo como el auto se desvanece entre la oscuridad de las calles, veo como mi mundo se va apagando. 

Mil nochesWhere stories live. Discover now