Apapacho

                                    

                                          
Tony abrió la puerta molesto. 

                          
-	¡Eres candela! – exclamó Chris extendiendo sus brazos al cielo y sonriendo como nunca 
                          
-	¿Qué? – al castaño se le fue el enojo de golpe para mostrar una sonrisa abochornada. 
                          
-	Ransom me dijo que te dijera que eres candela. – Ladeó un poco la cabeza borrando de a poco su sonrisa 

                          
Tony no pudo más y soltó una carcajada ante la mirada confundida que mostraba el rubio 

                          
-	¿Lo dije mal?
                          
-	No, no, es sólo que… nah no importa pasa – el castaño se hizo a un lado y Steve pasó.
                          
-	Tengo sueño – dijo frotándose los ojos – ¿puedo dormir contigo? – inclinó un poco su cabeza y miró a Tony con ojitos de cachorrito
                          
-	¿Chris, verdad? – lo señaló con duda 

                          
Steve empezó a abrir la boca hasta que se formó una expresión mezclada entre alegría y sorpresa


                          
-	¡Me llamaste por mi nombre! – Steve empezó a saltar feliz - ¡sí, lo hiciste! – su emoción era grande en ese instante. 
                          
-	Señor los neurotransmisores del señor Rogers están elevados – interrumpió la IA
                          
-	Chris – el rubio seguía saltando –… Chris, a la cama o tendré que castigarte 

                          
La sonrisa de Steve se esfumó convirtiéndose en un puchero triste 

                          
-	Sí, Tony. Lo siento – dijo agarrándose el antebrazo – no lo vuelvo… 


                          
Tony lo abrazó 


                          
-	Hey, eres el mejor niño del mundo, pero es tarde y debes dormir – se separó poco a poco – vamos, ya cantó topo Gigio, a la cama. 
                          
-	Sí, Tony – le regaló la sonrisa más tierna que Tony haya podido ver


                          
Subieron y ambos en bóxer y camisetas grandes se durmieron, Tony abrazando por la espalda a Steve. Y es que ver esa faceta del ojiazul calentaba el corazón de Tony y deseaba solo quedarse así, abrazándolo y protegiéndolo de todo lo malo. 

                          
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Tony se despertó y a su lado ni había nadie. 

                          
-	Jarvis, ¿dónde está Steve?
                          
-	Jugando a las escondidas, aunque le recomiendo que salga a los jardines de la mansión 

                          
Tony fue a donde dijo Jarvis y se puso a buscar 

                          
-	¡Es mejor que salgas de donde estés! – habló fuerte y escuchó una risilla lejana – te voy a encontrar. Fee, Fie, Fo, Fu… aaaahhhh ¡Steve baja de ahí! 


                          
Tony se agarró los cabellos mientras veía como el rubio se carcajeaba desde el techo


                          
-	¡Mira, Tony! – dijo poniéndose de pie y extendiendo sus manos al cielo – ¡soy muy alto! ¡Y también grande! 
                          
-	Grande va a ser la paliza en las nalgas que te vas a ganar por hacerme semejante travesura


                          
El rubio empezó a buscar algo, pero al no hallarlo se sentó abrazando sus piernas


                          
-	No quiero bajar… 
                          
-	¡Steve Chris Rogers baja de ahí inmediatamente! 
                          
-	No – soltó un bufido 
                          
-	Baja ahora mismo – lo miró molesto 
                          
-	Fue fácil subir, pero no sé cómo bajar, tengo miedo – susurró lo último