7:10 am
                          


                          
Todos yacían atónitos ante el cuerpo sin vida de Woohyun, no podían creer lo que veían, era una imagen brutal, muy difícil de digerir.
                          
No lloraban, sin embargo eso no significaba que no se sintieran terrible.
                          


                          
—Todos prometimos seguir el plan, no entiendo —comentó Jimin con asombro, muy consternado.
                          
—Es un mensaje de los lobos —dijo Seokjin mirando el cuerpo de Woohyun—. "Al diablo con su plan" —citó.
                          
—No me explico por qué nos han traicionado —habló Jisoo—. Pero han acabado con esta tregua, ahora todos jugaremos y haremos que los lobos paguen, no habrá plan alguno.
                          
—No creo que esa sea la mejor opción. —Se interpuso Taehyung—. Debemos trabajar juntos para salir de aquí, todos —enfatizó—. Cuando la policía nos encuentre, entonces haremos pagar a los lobos.
                          
—Sí, y mientras lo hacemos, más moriremos —replicó Jinsung con enojo.
                          
—¡No podemos matarnos! —exclamó con desesperación—. Si jugamos tenemos una gran probabilidad de equivocarnos y asesinar a los aldeanos, de cualquier manera los lobos ganarían.
                          
—Tú mismo lo has dicho —respondió Jisoo—. De cualquier manera van a ganar, pero es mejor pelear.
                          
—Yo no voy a asesinar a nadie —dijo Taehyung.
                          
—No te lo pedí —respondió ella—. Haremos esto con o sin ti, tú solo dedicate a no estorbar, estúpido.
                          
—No le hables así —advirtió Seokjin.
                          
—Ustedes dos están muy unidos —comentó—. Sospecharía de ustedes si no fuera porque Taehyung es un cobarde.
                          
—El profeta y el chamán deberían salir —propuso Jinsung, cambiando de conversación, la cual comenzaba a ponerse incómoda—. Solo para asegurarnos de no votar por ellos.
                          
—Mi carta es de profeta —confesó Yechan.
                          
—Mientes, yo soy el profeta —respondió Jisoo—. ¿Qué es lo que ocultas? —cuestionó.
                          
—¿Qué ocultas tú? —preguntó—. Yo soy el verdadero profeta.
                          
—Yo no estoy mintiendo.
                          
—Yo tampoco.
                          
—Yo tengo la carta de chamán —interrumpió Seokjin.
                          
—Vaya, otro mentiroso —dijo Hyunjin mientras reía—. Mi carta es de chamán, ¿por qué mientes?
                          
—Tú eres el que miente, si lo fueras lo hubieras dicho antes.
                          
—Dejen de discutir. —Se interpuso Taehyung—. Solo hay que procurar no votar por los que aseguran tener un rol especial.
                          
—Entonces, supuesto chamán, ¿cuál fue el resultado? —preguntó Hyunjin.
                          
—Micaela era el loco —dijo con simpleza.
                          


                          
Hyunjin lo miró, dudoso.
                          


                          
—Sí, lo era —concordó este.
                          
—¿Profetas? —preguntó Seokjin.
                          
—Investigué a Jimin —dijo Jisoo—. Es un aldeano.
                          
—¿Por qué lo hiciste?