Kim Seokjin se encuentra confinado en un lugar extraño con 10 de sus compañeros de clase. Ellos se ven obligados a jugar el juego de los hombres lobo, donde deben matarse unos a otros para sobrevivir.
Seokjin deberá ganar el juego para poder sobrev...
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Él aún recuerda ese lugar.
Recuerda el día en que fue abandonado por su madre en ese lúgubre orfanato, no derramó lágrima alguna, pero algo dentro de él se rompió.
Pasaban los días, los meses, los años, pero nadie nunca se interesaba por él, era como si todos vieran un monstruo en él, un monstruo en un niño de tan solo doce años de edad.
Ese día, cuando le dieron la noticia de que tendría un nuevo hogar, de que alguien lo quería, no sintió nada, todo sentimiento positivo en él había desaparecido, ahora solo sentía ira, mucha rabia, al igual que una inmensa sed de venganza.
Conocer a quien sería su hermano mayor no le alegró en absoluto, sobre todo por la gran indiferencia de este, él lo había intentado, en verdad había querido ser un buen hermano, solo quería la aprobación de aquel a quien admiraba, pero nunca recibió ningún tipo de atención, su hermano jamás volteó a verlo.
Y esa solo fue una decepción más, cuya cosa solo lo alentó a hacer lo que ya tenía planeado hacía mucho.
Su primer regalo en el orfanato. Un viejo juego de cartas.
Cuando organizaba las partidas, a la hora de jugarlo, sentía que era libre, sentía que podía ser él, el juego le había ayudado a encontrarse a sí mismo, descubrió que el juego revelaba el verdadero carácter de las personas, su verdadero yo.
Entonces un día se preguntó, ¿y si todo fuera real?
¿Sería más emocionante y liberador llevar el juego a la realidad?
Fue cuando organizó el primer juego en la vida real, pero después no pudo parar, y otro nuevo siguió, pero esa vez no le bastó.
Su situación con su hermano cada vez era peor, antes solo lo ignoraba, pero después solo no existía para él y ese fue el punto de quiebre, junto con más cosas por las que pasaba en ese momento.
Él pronto dejaría de ser invisible, pronto todos hablarían de él, muy pronto obtendría un poco de atención de aquellas personas a quienes consideraba especiales.
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