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Dedicado a pav0latx1a

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Jisung se había sentado a mi lado en la sala de espera, ambos estábamos en silencio tomando el café que vendían en la planta baja. No era un café como los que veníamos en la cafetería, pero aún así, me gustaba.
Había pedido dos días libres en la cafetería, los cuales me habían dado sin problemas, ya que, en estos años, es la segunda vez que pido unos días, y ademas Seungmin me ayudó.

- ¿Crees que tardarán mucho? - Jisung rompió el silencio.

- No lo sé, ya pasaron más dos horas. - Dije mirando la hora en mi teléfono.

- Escuché a los médicos decir que la anestesia tardará en irse, por lo que quizás duerma un día completo. Pero eso es bueno, también dijeron que de esa forma sus oídos se acostumbraran más al sonido sin que le moleste.

- Es cierto, será bueno que además descanse, estar nervioso y tenso a veces es agotador. - Le di un sorbo a mi café. - Aún que será raro no tener a Minho cerca, ¿No lo crees?

- Si, también pienso eso. Pero es por su bien. - Suspiró. - Oye, so-sobre lo de anoche, yo...

- ¡Hatt! - Gritaron a lo lejos, pero esa voz fue silenciada enseguida por una enfermera. - Lo siento lo siento. - Dijo Félix mientras casi corría hacia nosotros. - ¿Entonces? ¿Cómo va todo? - Preguntó mientras respiraba rápido.

- Aún está en la sala de operaciones, no tenemos noticias. - Contestó el castaño.

- No sabemos cuánto va a llevar. - Agregué.

- Ya veo. - Suspiró Félix. - Solo vine a saludarlos, debo acompañar a mi madre a la casa de mi abuela.

- Está bien, te avisaré si nos dicen algo. - Le dije.

- Está bien. - Sonrió satisfecho. - Adiós chicos. - Dijo finalmente para irse rápido por la puerta.

- Es agradable. - Dijo a mi lado Jisung.

- Lo es, me ha ayudado mucho en estos años. - Sonreí al recordarlo. - Oye ¿Que ibas a decirme?

- ¿Q-que?

- Ibas a decirme algo antes de que Félix llegara, ¿Que era?

- Pues verás, es que yo...

- ¿No han pasado doctores por aquí verdad? - Dijo la madre de Minho angustiada.

- No. - Jisung respiró pesadamente. - ¿A usted no le han dicho nada?

- No, nadie nos dijo nada aún. - Contestó nerviosa. - Algo debe estar mal. - Sus ojos se cristalizaron.

- Señora Lee, todo va a estar bien. - Dije mientras me acercaba a ella y tomaba sus manos, las cuales estaban temblando. - Su hijo es muy fuerte, todo va a salir bien, puede estar tranquila. - Le sonreí con confianza.

- ¿Lo crees?

- Claro que si, estoy muy segura. - Pude sentir como sus manos estaban congeladas. - Por favor déjeme ir por un café para usted, debe mantenerse fuerte para ver a su hijo luego. - Ella me sonrió aún con sus ojos brillantes y asintió. - Enseguida vuelvo.

- Voy contigo. - Habló el castaño.

- Olvidé preguntarle qué café quería. - Dije mientras pensaba en que comprarle.

- Por lo que ví en su casa, un Capuccino está bien.

- Está bien, un Capuccino será.

- Hatt

- Dime. - Lo mire a los ojos luego de pararme en la fila de la cafetería.

- ¿Cómo lograste que ella pudiera calmarse de esa forma?

- No lo sé, no esperaba que funcionara, solo trate de darle ánimo. - Suspiré y seguí hablando.- Debe muy duro tener a un hijo en una sala de operación, incluso en la más sencilla. Así que solo...

Algo me impidió seguir hablando.

Sus manos estaban en mis mejillas y su cabello acariciaba levemente mi me frente. Sus párpados estaban cerrados, por lo que sus pestañas resaltaban más que antes. Su nariz estaba junto a la mía y sus labios estaban acariciando los mios.

Parpadee varias veces seguidas al sentir que sus labios volvían a besarme. No tuve tiempo de reaccionar, me di cuenta de lo que había pasado cuando pegó su frente a la mía, aún con sus ojos cerrados.

- Me gustas Hatt. - Dijo en un susurro. - Yo... Estoy jodido. Estoy enamorado de ti. - Su vista se clavó en la mía, nunca había visto esa mirada en el. Sonrió apenado y acaricio mi piel con sus pulgares. - Solo quería poder hacer esto aunque sea una vez. - Su vista bajo hacía mis labios y una vez más se acercó y dejó un beso tierno. - En este preciso momento, creo que Minho es el chico más afortunado de todos.

Luego de eso dió unos pasos hacia atrás, alejándose de mi. Y después de sonreírme, giro sobre sus talones y desapareció por el pasillo por el cual habíamos venido antes.

- ¿Señorita? - Escuché que decían a mis espaldas. - Señorita ¿Se encuentra bien? - Preguntó la señora que atendía, pero solo pude asentir ante la pregunta.

- ¿Puede darme un Capuccino por favor? -

- Si, espere un segundo. - Asentí nuevamente y saqué dinero de mi bolsillo para pagar. - Muchas gracias. - Dije cuando recibí la bebida.

Caminé por los pasillos del hospital con las palabras de Jisung retumbando en mi cabeza.

Yo... Estoy jodido.
Estoy enamorado de ti.

Himura Hatsu... ¿En qué lío te haz metido?










I'm Deaf // Lee Minho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora