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Dedicado a lmsqueen

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Había cruzado la puerta del hospital, había muchas personas caminando de aquí para allá con papeles en sus manos, personas en sillas de ruedas, otros con batas blancas y personas esperando a ser atendidas.
Me acerqué a la recepción y una señora mayor me atendió.

- ¿En qué la puedo ayudar señorita?

- Vengo a pagar parte de una operación.

- Claro, espere un segundo. - Dijo para luego teclear unas cosas en su computadora. - ¿A nombre de quién?

- Lee Minho, por favor.

- Aguarde. - Volvió a escribir. - Aquí está, tiene programada una operación de tímpanos, ¿Es correcto?

- Si, es correcto.

Luego mee preguntó el monto a abonar y le di un sobre con el dinero dentro, ella lo contó todo y luego anotó el monto en la cuenta de Minho, también me preguntó mi nombre, número de contacto y documento ya que debía dejar registrado de dónde provenía el dinero.

- Por favor, no le diga que he pagado esto, solo dígale que fue una equivocación. - La señora sonrió y asintió.

- Claro niña, será un secreto.

Me despedí amablemente de ella y salí por la puerta principal.
Había dejado el dinero de mi boleto y una cantidad pequeña también. Esperaba que eso pudiera ayudar en algo.

Me dirigí a mi casa, pues ya había ido a trabajar y ahora tocaba estudiar un poco. Ya era hora de exámenes, y aunque no tuviera dudas con nada, quería estudiar un poco todos los días para no dejar todo a último momento.

Al subir al autobús me puse a pensar que debía avisarle a mi madre que no iría a casa en la fecha prevista y que debía tomar doble turno en el trabajo o incluso tener dos empleos para poder recuperar el dinero de forma más rápida.

No había pensado en eso antes, pero aún así no me arrepentía, el necesitaba ese dinero más que yo. Podía volver a casa en cualquier momento, pero saber que seguirás sin escuchar durante mucho tiempo más debe ser molesto y muy frustrante.

Al llegar a mi casa llame a mi madre y le dije que no había vuelos a Japón y que aún me faltaba algo dinero, por lo cual iba a tardar un poco más en volver. Claro que era mentira que no había vuelos a Japón en las fechas previstas, pero que no tenía dinero era cierto.
Ella se ofreció a enviarme dinero pero me negué, podía reunirlo con facilidad ya que no tenía que gastar en la universidad, ya que estaba por terminar.

Al cortar con ella, me tiré en mi cama.
Estaba ansiosa por recibir un mensaje de Minho diciéndome que si podrían operarlo pronto y que había sido una equivocación.
Quería ver su expresión de felicidad, quería verlo alegre como siempre.

- ¿Dejaste el dinero? - Me preguntó Félix del otro lado de la línea.

- Así es, ya estoy en casa.

- Puedo ayudarte a reunir el dinero si quieres.

- Félix... Está bien, puedo hacerlo.

- Se que puedes hacerlo, pero aún así quiero ayudar.

- ¿Ya quieres que me vaya? - Le pregunté riendo.

- ¡Claro que no! No quiero que te vayas, pero sé que extrañas a tu familia.

- Si, los extraño mucho. Pero aún así me encanta Corea.

- A mi también, quiero quedarme aquí aunque extraño Australia.

- ¿Ya lo has decidido?

- Si, me quedaré aquí, mi familia me ha dicho que vendrán a visitarme en un mes

- ¡Me alegra oír eso!

- A mi también me alegra. Cambiando de tema, ¿No le dirás qué has puesto tu el dinero?

- No, no quiero que lo sepa.

- Entiendo, espero que las personas del hospital no digan nada sobre eso.

- Les pedí que dijeron que fue un error y aceptaron.

- Entonces no va a enterarse.

- Espero que no.

Seguí hablando con Félix durante unos minutos más, y luego nos despedimos ya que ambos debíamos estudiar.

Había estudiado por una hora y media, dejé los libros de lado cuando mi estómago comenzó a pedirme comida

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Había estudiado por una hora y media, dejé los libros de lado cuando mi estómago comenzó a pedirme comida.
Mire mi celular, no tenía mensajes además de los de Félix.
Me sorprendía el hecho de que aún Minho no me haya dicho nada al respecto, o Jisung.
Quizás aún no les había llegado la noticia.
Así que decidí enviarle un mensaje a Minho para preguntarle cómo estaba, pero no me respondía.

Por lo que deje el teléfono y me dispuse a cocinar.

Media hora.

Había pasado media hora ya desde que le envié aquel mensaje y aún no recibía nada.

Y así fue hasta completar la hora completa.

Debe estar ocupado, quizás está leyendo o haciendo algo.
Además quizás es muy pronto para que la noticia llegue a su casa.

Solo debía esperar hasta que su familia sea notificada.

I'm Deaf // Lee Minho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora