CAPÍTULO 22: TE AMO
– Brittany... ¿Qué somos? – Interrogó la morena.
– Amigas...
– Las amigos no tienen sexo y nosotros ya lo hemos tenido dos veces.
– No lo sé...
– Brittany, yo...
– No digas nada.
– Necesito decirlo.
– Yo no sé si estoy preparada para oírlo.
No lo sabían, pero no hablaban de lo mismo. La rubia estaba pensando que la latina le pediría que fueran sólo amantes o que se alejaran para que pudiera ser feliz con otra, como por ejemplo Quinn. Sin embargo, la otra pensaba que la ojiazul le suplicaba que no le dijera que la amaba para no tener que rechazarla.
– Brittany, yo...
– Santana...
– Te amo. – La rubia se volvió para mirar a la otra, pero la morena seguía mirando al techo. Parecía nerviosa. – Sé que no me correspondes, pero es lo que siento. Eres alguien muy especial en mi vida. Me apoyas y soy capaz de ser yo misma a tu lado. No tengo que fingir fortaleza, no es necesario. Nunca pensé que sentiría algo parecido. No tiene nada que ver a lo que sentí por Quinn. Eres un amor, dulce, alegre, divertida, generosa... Eres perfecta y yo sé que te mereces algo mejor que yo pero...
El discurso de la latina fue interrumpido por los labios de la mayor, que se presionaban con fuerza contra los suyos mientras se acomodaba sobre ella. La más baja tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo puso sus manos en la parte baja de la espalda de la ojiazul y la acercó aun más. El beso era tierno, pero ansioso. La más alta se separó por la falta de aire y apoyó su frente en la de la menor, mirándola con mucho amor.
– Yo también te amo y ni se te ocurra volver a insinuar que me merezco algo mejor. – Las lágrimas de felicidad caían por las mejillas de la rubia. La morena las besó una a una.
– Entonces... ¿Puedo decir que soy la novia de Brittany Pierce?
– Claro. ¿Y yo puedo presumir de ser la novia de Santana Lopez?
– Por supuesto.
Estuvieron tumbadas, acariciándose, besándose, sonriéndose y mirándose durante mucho tiempo, aunque nunca sabrían cuanto exactamente. Fue Santana la que rompió su momento de intimidad, estirándose hasta alcanzar su móvil.
– En vez de que vayas a dormir en casa de los Rose hoy ¿Podemos quedarnos aquí a solas tú y yo? – Quiso saber la latina.
– Claro. Tenemos tres días para nosotras hasta que vengan mis padres de su “segunda” luna de miel... – Dijo Brittany haciendo comillas con sus dedos cuando decía “segunda” porque realmente sus padres siempre buscaban excusas para sus escapadas románticas. Tras recibir esta respuesta, la menor comenzó a escribir algo en su teléfono. – ¿Qué haces?
– Aviso de que no me esperen esta noche, tal vez tú deberías hacer lo mismo.
La rubia asintió e hizo lo mismo que estaba haciendo la otra.
Quince minutos habían pasado y las dos seguían en la misma postura demostrándose su amor. En ese momento, el móvil de la ojiazul sonó. Vio que la llamada era de Marley.
– Responde, no quiero que se preocupen. – Dijo la morena. La rubia se sentó en el borde de la cama y respondió a la llamada.
– ¿Qué pasa, Marley? – Dijo Pierce.
– ¿Está contigo? – Preguntó la voz al otro lado del teléfono.
– Sí, está aquí. – Brittany se volvió y miró a su novia con dulzura y ésta le sujetó la mano libre y le dio un beso en ella sacándole una sonrisa a la más alta.
– ¿Cómo está? Después de la discusión...
– Bien, no os preocupéis.
– ¿Y tú como estás?
– ¿A qué viene esa pregunta?
– Sé que te gusta Santana y pasar tanto tiempo con ella a solas... Más después de lo que pasó en el bosque...
– Bueno... Podría decirse que se ha vuelto a repetir eso. – Pierce dijo coqueta mientras se tumbaba sobre Santana porque sentía que había estado alejada de ella demasiado tiempo.
– ¡¿Qué?!
La ojiazul tapó el micrófono del teléfono y le preguntó a Lopez si podía decir lo que había pasado y la más baja asintió con su cabeza.
– Nos hemos acostado juntas y se me ha declarado.
– ¡¿Qué?!
– Somos novias.
El silencio se hizo al otro lado de la línea, haciendo que la rubia pensara que había colgado.
– Eso es... No me lo esperaba... Pensaba que sus prejuicios retrasarían más todo... – Se notaba que Rose no estaba segura de sus palabras.
– Una cosa, no se lo digáis a la familia de Santana, quiero que sea ella quien los informe.
– Claro... Supongo que no os veremos en tres días...
– Eso puedes darlo por seguro.
Ambas se despidieron y Brittany dejó su teléfono sobre la mesilla que estaba al lado de la cama.
– Gracias por pensar en mi familia. La verdad es que prefiero decírselo yo. – Dijo la morena.
– Me lo imaginé. – Acordó la Blue.
– Blaine me va a matar... – Susurró la latina.
– ¿Por qué? – Quiso saber la más alta.
– Porque puse muchas pegas a su relación con Kurt.
– Pero al final la aceptaste.
La ojiazul juntó sus labios con los de su novia y se perdió en un beso pasional. La menor bajó sus manos por la espalda de la otra hasta llegar al trasero. La rubia comenzó a masajear los pechos de su novia con mucha pasión. Después de todo lo sucedido horas antes no podían creer que aun tuvieran ganas de más. Sin embargo, tenían la sensación de que nunca tendrían suficiente de la otra. El beso aumentó de intensidad aunque parecía imposible hasta que Santana la frenó para hablar.
– No quiero tener sexo contigo otra vez. – Brittany se sorprendió mientras sentía como el aliento de su novia chocaba con sus labios y las manos de ésta seguían acariciando su trasero. – Quiero hacer el amor, quiero que notes la diferencia.
– Santana, creo que ya hemos hecho el amor dos veces. Aunque nos empeñáramos en negarlo, sentíamos más que amistad.
– Eres especial. Te mereces algo especial.
– Tú eres ese algo especial.
La rubia volvió a besarla y bajó por el cuello de su amante a la vez que retiraba el sujetador. Mientras se desplazaba por su pecho iba moviendo las bragas de la otra, ansiosa por dejarla completamente desnuda. Cuando consiguió su objetivo, acarició el clítoris de la Brown con su lengua. Los gemidos no se hicieron esperar, hasta que finalmente la latina llegó al orgasmo. La más alta se quitó la ropa interior y, sin previo aviso, metió tres dedos en el interior de su pareja. La latina gimió por la sorpresa. Pierce se dio la vuelta para facilitarle a la otra el que también pudiera estimularla. Pronto las dos estimulaban a la otra con su lengua y sus dedos. Ambas llegaron al orgasmo a la vez, en un momento mágico y muy difícil de repetir. No volvieron a ducharse ni a vestirse, ya no había necesidad. No les importaba que estuvieran sucias y sudadas, no les importaba que la habitación oliera a sexo, no les importaba nada porque ese era su momento, esa era su vida y eso era lo que deseaban. Nadie podría estropearlo... ¿O si?
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Con Otros Ojos (Brittana girlxgirl)
FanfictionUn mundo en el que el estatus social de las personas se define por el color de ojos. Brittany y Santana tendrán que luchar por su amor para poder estar juntas... ¿Conseguirán su "felices para siempre"?