seixanta-sis°

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Desperté boca abajo, con Tyler prácticamente sobre mí. Me aparté como pude, tratando de no despertarlo, sentí que tardé años, pero lo logré. Me coloqué unos pantalones de chándal y la primera camiseta que encontré, hacía mucho frío, así que cogí también uno de los abrigos que estaban a la vista sobre el puff frente a la ventana. Salí de la habitación y cerré la puerta con cuidado, eran las siete de la mañana y a las nueve tenía que estar reunido con Manson, Jacob y el agente inmobiliario del primero. Aproveché queriendo hacer el desayuno ya que pronto Abigail también se levantaría para ir a clases, pero como se hacía costumbre cuando Ash estaba aquí, la chica estaba parada en el marco de la puerta con una taza y un cigarro, mirando al patio trasero, embobada, con el desayuno ya hecho. Me acerque lentamente a ella y le susurré un "buenos días" que la espantó un poco, le quité la taza de las manos y le di un sorbo a su café.

-Buenos días, Jish... - murmuró, dando una calada a su cigarro.

-¿Qué pasó?

-No puedo dormir desde hace horas.

-¿Pesadillas?

-No, no. Nada de eso... Es solo... Muchas cosas en las que he estado pensando estas últimas semanas. ¿Crees que debería de tomarme un descanso más largo para grabar mi próximo álbum? - se volteó mirándome, yo detrás de la isla de la cocina sirviéndome una taza de café con una tostada y mermelada.

-No lo sé, Ash. Como tú lo veas y creas que sea mejor. ¿Está todo bien?

Ella solo asintió sorbiendo de su taza.

La miré fijamente y ella rió por lo bajo.

-Sí, Josh, estoy bien, no te preocupes.

-Claro que me preocupo, cuando vienes a descansar prácticamente no lo haces, casi no duermes, te la pasas entonando cosas veinticuatro siete, ya ni vas a la ciudad con tus hermanos, ¿Hace cuanto no los ves?

-Desde el show en Cansas City el año pasado.

-¡Ves!

-Pero vendrán para navidad, no pasa nada, aparte siempre hablo con ellos por teléfono.

-No es lo mismo Ash. Es más, sí: necesitas un descanso más largo. Tomate un año. Escribe con paciencia, inspírate en las más mínimas cosas, desconecta de las redes, intenta dejar de fumar, tomate las cosas con calma, vive lejos de la industria, vuelve a ser mi mejor amiga por un año - fui junto a ella y ambos salimos al patio, nos sentamos en la hierba y contemplamos la montaña a lo lejos.

-No es fácil, Josh.

-Yo haré todo lo posible porque así sea. No quiero que acabes como ya sabes quienes. Te quiero sana, en casa, a salvo. Sé que es tu sueño, y que ahora se convirtió en una responsabilidad muy grande... - la miré pero ella me ignoraba -, pero si no hay nada bueno aquí - coloqué mi índice en su sien -, no puede haber nada bueno en todo lo demás. Cuando te sientas preparada, vuelves.

Se volteó a mirarme y sonrió vago, con dejadez, entonces me di cuenta de que estaba a punto de echarse a llorar. Me moví de forma que quedamos casi frente a frente e hice un amague con la mano, haciendo que ella reposara su cabeza en mi hombro aún con la taza entre sus manos. Sinceramente tenía miedo de que el cigarro me quemara la ropa y con ello de paso un trozo de carne, pero lo último que necesitaba ahora era que le recriminara por fumar, así que solo me dediqué a acariciar su cabellera un poco despeinada, brindándole un poco de tranquilidad.

Sus sollozos apenas audibles cesaron y luego la miré a los ojos, pasando mi pulgar por sus mejillas y secando sus lágrimas.

-Piénsalo - fue lo último que le dije antes de volver a entrar a casa.

el chico del blog {Jøshler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora