El hecho de que Minho, el demonio, el sujeto real del otro lado de la línea, estuviera en la puerta de su casa fue razón suficiente para que las piernas de Jisung temblaran como hojitas al viento. No es tanta la sorpresa de ver a un ser sobrenatural (Jisung se había acostumbrado a Hyunjin, o al diablito de las entregas), sino el saber seguro de que... era Minho. Que estaba ahí y existía.
No avisó la hora de su llegada. Jisung acababa de despertar cuando su mamá gritó desde la planta baja que su amigo ya estaba ahí, y él ni siquiera reparó en su pelo desordenado, el pantalón sin elástico que usaba de pijama y las pantuflas de dinosaurio cuando bajó las escaleras entre tropezones y lo tuvo justo enfrente. Fue un choque de realidad tan brusco que todo en lo que creía pareció desintegrarse a paso lento en su cabeza.
Minho era un chico bastante común. Hermoso, sin dudas, pero muy faltante de cuernos, colas y colmillos para gusto de la imagen previa que Jisung se había armado. Minho era poco más alto que él, con el cabello negro muy lacio y unos rasgados ojos oscuros que se le asemejaron a los de un gato. Todo era bastante normal, usaba una de esas sudaderas que le envió (la azul, con diseño de flores en una manga), jeans azules y zapatillas simples. Jisung casi que se sintió decepcionado: Hyunjin, como espíritu del bosque, tenía ojos morados bajo lentillas color chocolate y orejas en punta, como un elfo; el diablito de las entregas (Seungmin, un chico muy apático) tenía garras en los dedos y decenas de tatuajes pequeñitos repartidos por sus pómulos, cuello y manos que parecían estar por todo su cuerpo. Y Minho nada, ¡era una estafa! Jisung buscó en los rasgos de su cara algo medianamente anormal, y estaba por rendirse cuando volvió a sus ojos, encontró su mirada y Minho sonrió. Jisung casi resbala ese último escalón de la escalera que le quedaba por bajar ante aquello, porque su sonrisa era hermosa y Minho realmente le encantó, pero sí existía ese algo que evidenciaba su posición como ser del infierno que a Jisung tanto le comía la cabeza. Minho pasó su lengua por uno de sus colmillos afilados sin dejar de verlo, como si estuviera compartiendo un secreto con él, y Jisung sintió el aire atorarse a medio camino de volver a salir.
— ¿M-minho?
Su mamá rio, dejando caer pesada una de sus manos sobre el hombro del muchacho al lado suyo.
— Jisung, ¿así recibes a las visitas?— ella hizo notar, y sólo así él vio cómo había dejado el cuarto—. Minho viajó mucho para que esa sea la primera imagen que vea nada más llegar.
— ¡Ma!
— Está bien— la visita habló, y definitivamente era la voz de Minho (sólo que, uh, menos telefónica)—. Se despertó, es lo que cuenta.
— Siempre me despierto temprano...— murmuró Jisung, sin atreverse a verlo a los ojos.
Jiseo le dio a Minho un corto y no correspondido abrazo antes de dejarlos solos. Subió las escaleras y murmuró un "es muy guapo" a oídos de Jisung que puso su cara roja. Claro que lo era, ¡tenía que serlo! Jisung casi que se sintió enojado cuando volvió a verlo; no le bastaba con generarle cosas raras en el pecho a través de llamadas cortas y notas absurdas que también tenía el atrevimiento de mostrarse en su casa y ser mortalmente atractivo. Oyó el sonido de una puerta cerrarse arriba y suspiró; estaban solos.
— La Tierra es la cosa más colorida que he visto en mi vida— soltó Minho, causó en Jisung una sonrisa.
— ¿Por qué? ¿Allá no tienen colores?
— Ah— Minho negó con rostro compungido—, ¿preguntas tan rápido? Fue un viaje agotador...
Jisung no sabía muy bien qué hacer con el embrollo de sentimientos en el pecho, si llorar o reír o tirarse a rodar en el suelo hasta que deje de sentirlo. Minho era tan lindo y tan real... ¡venía del infierno! ¿Podía ser más perfecto?
— Si estás en mi casa tendrás que soportar mis preguntas— le dijo, casi que no podía controlar su emoción— Ahora ven, voy a mostrarte mi cuarto. Déjame llevar tus cosas.
Minho no opuso quejas, extendiendo la correa de la maleta en su dirección cuando bajó la escalera del todo. No parecía llevar muchas cosas, al menos no para más de una semana. Jisung ni siquiera sabía cuánto tiempo él pensaba quedarse.
— ¿Dormiré contigo?— preguntó Minho. Jisung se encogió de hombros, aunque por dentro el nerviosismo le quemaba entre los huesos.
— Supongo. No tenemos habitación de huéspedes.
No obtuvo respuesta. La maleta de Minho no pesaba nada. Jisung se ofreció a llevarla por cortesía y no le supuso ningún esfuerzo. Subían la escalera, el silencio bastante cómodo, y entonces Minho habló:
— Yo tenía razón, Sung.
Jisung volteó.
— ¿Eh?
— Ya sabes— Minho dijo, estirando sus labios en una sonrisa muy peculiar que enseñaba las puntas filosas de sus dientes—, realmente tienes un buen culo.
actualizo porque es mi cumpleeeeee (sí, yo soy la prima de jisung)
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DEMON LINE ❍
Fanfiction❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞ ❥ fantasía au ❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué ❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen AVISO, GENTE este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...