Capitulo 27

                                    

                                          



Daniel
Los cuentos e historias de seres mitológicos, de seres sobrenaturales nunca habían sido mis favoritas, no creía en ellas, no pensaba en ellas y menos me imaginaba dentro de una de esas historias de horror.
Una de piernas resbalo en el fango del bosque haciéndome caer de rodillas, el enorme lobo fijo sus enormes ojos negros en mí, por supuesto el miedo recorrido cada parte de mi ser pero una extraña sensación de calma y seguridad la acompañaban, temía por mi vida pero a menudo el lobo me miraba la sensación de miedo perdía sentido.
—¡Líder sus órdenes! —gire la vista hacia el grupo de sujetos que apuntaban el arma al lobo, el miedo o cualquier sensación desapareció de mi haciendo espacio para la furia y enojo de por fin saber y conocer a esos sujetos que asesinaron a mi padre. 
—Marcare a esa criatura del infierno. —no hablaba hacia mí, su vista estaba fija en el lobo.
—Daniel levántate. —Rosy estaba a mi lado, me había olvidado por completo de ella y sobre todo de Camil quien no tenia idea de donde estaba o si se había encontrado con alguno de esos tipos. —Debemos salir de aquí. —la mire, pero su vista estaba enfocada en el tipo moreno quien la apuntaba con el arma.
—Ni se te ocurra moverte. —amenazo el tipo bajando el gatillo del revolver. La mataría, lo podía ver en sus ojos, yo sabía como era la mirada de un asesino y este lo era, un asesino en potencia.
El gruñido del lobo me alerto nuevamente de su presencia pero no podía quitar la vista de esos tipos, por alguna razón ellos me parecían la amenaza más real y peligrosa. Rosy me miro.
—No dejare que te hagan daño. —sonrió y negó con la cabeza.
—Mi deber es protegerte Daniel. Ella se encargará de los demás. —no entendí a lo que se refería o a quien. —No me da miedo morir, si así preservo el futuro de mi manada. 
—¿De qué hablas? —fruncí el ceño sin entender una sola palabra pero la determinación y veracidad la podía ver en su mirada. 
¿Estaba dispuesta a morir realmente?
—¡Apunten hacia ella!. —entre en pánico cuando ordenaron eso y más cuando los otros dos hicieron lo que su líder dijo, el lobo detrás de nosotros gruño más alto hacia ese grupo y por algún motivo ya no éramos su objetivo o su presa para esa noche.
Eso me dio una idea. Una salida. Correría con el riesgo.
Me levante del suelo con mucho cuidado y me prepare, sentí al lobo detrás de mí y juro que pude sentir su enojo, su furia; sentí la fuerza de su mandíbula listo para destrozarlos y la cada musculo tensarse preparándose para atacar en el minuto que yo actuara, era como si estuviéramos de una manera sincronizados, unidos o vinculados. Era una extraña conexión que no tenía idea si funcionaria pero la vida de Rosy estaba en juego.
—Cuando lo hagan corre hacia el bosque. —dijo ella, esta vez yo negué con la cabeza, las Grey's no me conocían en lo absoluto.
—Yo no dejo a ningún hombre atrás. —aprete con fuerza los puños y mire al moreno con una pequeña sonrisa en el rostro, este leyó lo que haría o simplemente lo dedujo, después de todo era un experto en esto, apretó los puños y la mandíbula irradiando furia de mi futura intromisión.
—¡Fuego a discreción! —fue allí cuando salte hacia Rosy cubriéndola con mi cuerpo y el suelo de la lluvia de las balas, levanté el rostro al escuchar un grito desgarrador por parte de uno de los hombres; el lobo negro se había lanzado hacia ellos y tomado a uno por el brazo en su enorme hocico, este lo llevo de un lado para otro en el aire haciendo que el brazo se desprendiera del cuerpo, en ese momento dejamos de ser el objetivo de esos hombres, las balas ahora iban dirigidos hacia el lobo quien con su velocidad y agilidad las evitaba.