CAPÍTULO 17: NECESITO CONSUELO

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CAPÍTULO 17: NECESITO CONSUELO

Al día siguiente, Finn se reunió con toda la familia Lopez y su madre. Era algo especial y estaba muy nervioso. Estaban en un picnic en el campo, en un lugar de la finca de los Rose.

– Rachel, sé que las cosas ahora son difíciles, que no estás pasando tu mejor momento, que todo no está saliendo como tú quieres. Pero quiero que sepas que no estás sola, que yo estoy a tu lado. Ese bebé será mi hijo, porque es el hijo de la persona a la que amo. Mi corazón me dice que será un Brown, tan bonito como su madre y que lo criaremos nosotros en un hogar lleno de amor. – Finn se arrodilló ante ella, sacando un anillo y la joven tapó su boca con sus manos. El resto de sus familiares miraban la escena ilusionados y felices por la pareja. – Quiero hacer las cosas bien, por eso, Rachel Barbra Lopez, quiero saber si me harías el honor de ser mi esposa.

– Sí, claro que sí. – La joven comenzó a llorar emocionada mientras su prometido le ponía el anillo y la besaba.

Santana llegó a la casa e informó a los Rose de la feliz noticia. Marley fue corriendo a ver a su hermano y a su futura cuñada. Elliot se acercó y puso una mano sobre el hombro de la más baja.

– ¿Es una buena noticia? – Quiso saber el mayor.

– Sí. – Afirmó la Brown.

– Lo digo porque llevan poco tiempo juntos. – Comentó el ojiazul.

– Llevan enamorados más tiempo del que yo pueda recordar y, antes que novios fueron amigos... ¿Qué mejor cosa que casarte con la persona a la que amas, que es tu mejor amigo? – Respondió Lopez.

– En ese caso, debemos preparar una boda. – Intervino la señora Rose.

– No es necesario. Nosotros nos encargaremos de los preparativos. – Exclamó la latina.

– Las bodas son caras. – Dijo la mujer.

– Las bodas de los Blue son caras. Los Brown llevamos años casándonos a pesar de estar muriéndonos de hambre. – Matizó la joven de ojos oscuros.

– Es la boda del hermano de mi hija, yo quiero ayudar a organizarla. – La madre exclamó, guardándose para sí la otra parte de la oración que tenía en su cabeza y le decía que era también la boda de la hermana de su hijo. Una cosa comenzó a pasar por su mente... ¿Debía decirle a Elliot para que fuera él quien llevara a su hermana al altar? Santana por su parte dejó de intentar pelear, en el tiempo que llevaba allí había aprendido que a la señora Rose no se le podía llevar la contraria.

Santana llama al timbre de una lujosa casa. Un hombre alto le abre la puerta y la deja entrar. Una vez en el interior, se quita el abrigo y se lo da al señor que la recibe. Con un gesto la saluda y la deja sola en el recibidor mientras va a buscar a la persona que la morena quiere ver. Unos minutos estuvo allí esperando antes de que apareciera ella. Sus ojos azules brillaban de una manera especial. No era que algo en ella hubiera cambiado, más bien era que la morena la veía por primera vez de esa manera. Brittany sonrió al ver a su amiga.

– Vamos a la biblioteca. Allí nadie nos molestará. – Propuso la rubia. Caminaron a través de un largo pasillo hasta llegar a una puerta. Cuando entraron, la latina se quedó alucinada. Esa sala era más grande que su antigua casa. Era verdad que había salas así en casa de los Rose, pero ella nunca entraba. Por mucho que todos le dijeran que podía moverse con total libertad, ella sentía que ese era el espacio personal de una familia a la que ella no pertenecía. El lugar estaba lleno de estantes con libros. Una chimenea encendida daba un aspecto hogareño al lugar. Había un gran sillón de cuatro plazas en el centro de la sala, dispuesto para que si alguien quisiera leer tuviera suficiente luz natural. Junto a ese sillón, dos grandes sillas individuales con aspecto de ser realmente cómodas.

– ¿Te gusta? – Quiso saber la ojiazul consciente de la expresión que la otra tenía.

– Nunca he visto un sitio así. – Confesó la más baja.

– En casa de Elliot hay una. – Comentó extrañada la Blue.

– Lo sé, pero no exploro la casa. No quiero incomodar a nadie...

– Santana Lopez pensando en los demás... Ver para creer... – Pierce bromeó

– ¿Te burlas de mi? – La Brown fingió estar ofendido.

Las dos se miraron a los ojos. Los juegos entre ellas eran tan fáciles que a veces se asustaban. Ambas habían tenido relaciones, pero ninguna había llegado a un punto de complicidad similar al que compartían. Intentaban disimularlo, pero les era imposible. Aunque habían pasado poco tiempo juntas, aprovechaban cada segundo que estaban al lado de la otra.

– Me he enterado de la boda... ¿Cómo estás? – Dijo Brittany.

– Asustada. – Reconoció la morena.

– ¿Puedo hacer algo por ti? – Ofreció la rubia.

– Abrazame. – Suplicó la latina. La más alta accedió a su petición. En el momento en el que se vio envuelta por los dulces y cariñosos brazos de la Blue comenzó a llorar. La ojiazul se había acostumbrado a ser el paño de lágrimas de la otra. Sabía que con ella se mostraba sin máscaras, sin fingir que estaba bien cuando realmente no lo estaba. Sabía que eso era algo bueno para la joven. Tenía que desahogarse con alguien. Por lo poco que sabía, Quinn nunca había sido ese alguien. Por eso se sentía especial.

– ¿No quieres que se casen?

– El matrimonio de su hermana de dieciséis años es lo que todo el mundo quiere... – Dijo irónica la morena.

– ¿Por qué no se lo dijiste a Finn?

– No tengo ningún derecho y sé que para ella va a ser mejor que criar al niño sola.

– Entiendo que preferirías que nada de eso hubiera pasado, pero no puedes hacer nada. Si no te gusta que se case tan joven, díselo. Elliot me dijo que estabas contento con la boda.

– No me malinterpretes. Me encanta y me hace feliz que se casen, pero preferiría que fuera cuando ella terminara sus estudios y tuviera un trabajo estable adecuado. Preferiría que Finn no trabajase en “la fábrica” y que mi hermana no estuviera embarazada. Sólo digo que dadas las circunstancias es lo mejor, pero no es lo ideal...

– Amas y proteges demasiado a tus hermanos. – Pierce la miró seriamente. – Déjalos cometer sus errores. Simplemente debes estar a su lado para apoyarlos y ayudarlos cuando te necesiten. No tienes que pelear cada batalla por ellos.

– ¿Tú que harías en mi lugar? – La morena la miró con dudas.

– Me pondría mi mejor vestido para la boda y le desearía la mayor felicidad del mundo.

Con Otros Ojos (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora