039 Yūgen

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 "Gracias, pero no se preocupen, Lu estará bien

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 "Gracias, pero no se preocupen, Lu estará bien."

Esas palabras fueron las ultimas que escuchamos de Josephine, quien en tan poco tiempo se había vuelto una gran amiga. Sólo bastaron unos cuantos días para darnos cuenta de la gran persona que es. Y ni hablar de Jayson quien en escasos días ha hecho tanto por nosotros que nunca podríamos agradecerle lo suficiente.

Después de que Jo recibió aquel mensaje salimos lo más rápido que pudimos, nuestra amiga no veía el momento de huir de ahí, la desesperación en su rostro era evidente, necesitaba comunicarse con alguien que le diera noticias sobre Ludmila.

La verdad es que no me atreví a preguntar más de lo que ya sabíamos. Cuando Jo entró a su habitación con celular en mano, con una llamada entrante supe que era un tema del cual no teníamos por que entrometernos. Una hora más tarde nuestros amigos se despidieron de nosotros, debían de ir con su amiga.

Nosotros planeábamos movernos esa misma noche, ya no teníamos nada que hacer en la casa de alguien que no conocíamos pero algo detuvo nuestros planes. Nuevamente, otro desmayo le ocurrió a Lia. Afortunadamente no fue tan grave como el pasado pero aún así no podíamos arriesgarnos, tenía que descansar quisiera o no.

Jayson dio indicaciones a los empleados de la casa que nos quedaríamos lo que fuera necesario. Incluso nos dijo que alguien de aquí podía llevarnos a un hospital pero Lia se negó, dijo que un descanso era lo que le hacia falta a pesar de que los dos sabíamos que eso era justo lo que necesitaba, pero tampoco insistí, algo que teníamos muy claro desde el inicio de este viaje era el pasar desapercibidos, ahora más que nunca ya que el plazo que teníamos había terminado.

En cualquier momento nuestros rostros podrían estar en noticieros o periódicos. O tal vez mi madre nos buscaría ella misma. Pero si alguien nos reconoce, estamos perdidos.

No insistí por más que mi corazón me pedía que lo hiciera, era una gran oportunidad sin embargo terminé mordiéndome la lengua y callé. Encontraremos a la familia de Ophelia, estará bien.

—¿Segura que quieres quedarte aquí? Podemos salir un rato a la playa si quieres.

—Mejor ahorraré esa energía para al rato, me gustaría volver a ver el atardecer en la playa aunque sea una última vez— sus palabras son frías, me dan miedo, escalofríos. Ophelia inmediatamente se da cuenta de mis expresiones por lo que agrega: — No pongas esa cara, lo digo porque nos iremos pronto.

—Ah si si... yo no estaba pensando en otra cosa.

Suspiros son lo único que tengo para dar. Sus ojitos lila se esfuerzan por seguir abiertos, un par de pétalos de jacaranda que se aferran a sus ramas al final de la primavera, no quieren irse pero eventualmente sucederá. Olor a hiervas medicinales invade nuestro entorno. Palabras que no salen de su boca ni la mía. Tenemos miedo pero ninguno lo dice.

—Okay— suelta una pequeña sonrisa, hace su mayor esfuerzo. Estando frente a ella me doy cuenta nuevamente que su estado de salud es similar al de hace unas semanas. Estoy aterrado. —Tu cabello ha crecido mucho.

Agridulces PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora