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10 de Enero 2019
Seúl, Corea del Sur.
                          
El sonido de la alarma retumbaba en la habitación. Tomé mi teléfono y quité la alarma para volver a tirar el teléfono en algún lado de la cama. Restregué mis ojos y di un gran bostezo. Todavía tenía sueño. No había dormido nada, mi rutina de las tres de la mañana también se hizo presente justo en el día que iniciaría la universidad, por algo dicen que las tres de la mañana es la hora del demonio. Estoy fastidiada de esto. Tengo dos semanas sin poder descansar, esas pastillas ya no me funcionaban, ya no me dejan muerta a la hora de dormir, tendría que volver al hospital y tener otra sesión con el psicólogo que Haneul tanto me recomendó. 
                          
Quité las sábanas de mi cuerpo y me levanté de la cama, cuando mis pies tocaron el frío suelo maldecí en voz baja. Me arrastré al baño, cepille mis dientes y me di una ducha fría, lo que terminaría con mi sueño. 
                          
Al terminar me vestí rápido, con algo no muy elegante que digamos. Una sudadera negra, unos jeans ajustados y unos converse negros más sucios que mi alma. Algún día  los lavaré. No hice mucho en mí pelo, lo peine y dejé que fuera libre, busqué mis lentes y me los coloque luego arreglé mi cama, tomé mi teléfono, eran 5:50 am, luego tomé mi mochila y me dispuse a salir de la habitación. 
                          
Pasé por la habitación de Haneul, ella seguía durmiendo. Todavía sus clases universitarias no iniciaban, era una suertuda. Luego fui a la cocina tomé una manzana y cogí mis llaves para luego salir de la casa. Debía tomar un bus para poder llegar a la universidad, por eso decidí despertarme tan temprano, ya que mi clase inicia a las 7:15 am.
                          
Me dirigí a la cocina donde tomé mis llaves y salí de la casa, duré 5 minutos caminando a la parada de autobús, luego 5 minutos más tarde el bus llegó, subí, pagué y me senté en uno de los asientos solos. Saqué mis auriculares y empecé a escuchar música.
                          
Media hora más tarde llegué a la gran universidad central de Seúl, esta es una de las cuales los pagos son menos costosos que otras privadas, aún así esta es muy buena, o eso he escuchado. Me hubiera gustado estar en otra, pero esta es la que puedo costear, hubiera solicitado una beca pero mis calificaciones no fueron suficientes, cuando aquello sucedió mi rendimiento escolar disminuyó, pero ahora no quiero que eso me siga afectando, quiero dar lo mejor de mí y ser una gran estudiante universitaria que ame y se dedique a su profesión: medicina.
                          
—Veamos si todo tu ánimo continua hasta el final —dijo mi subconsciente.
                          
—Oh cállate —me dije a mi misma
                          
Di un gran suspiro antes de adentrarme completamente a la universidad, la entrada era muy bonita, tenía muchos árboles y arbustos con flores por todos lados, lugares donde podías buscar un poco de sombra ante un caluroso día soleado, muchos edificios estaban dispersos y siendo sinceros, se me hacía difícil describir la estructura de la universidad a primera vista, supongo que luego la conoceré más. 
                          
Adentrándome un poco más podía ver como muchos abrazaban a sus amigos dándose una bienvenida unos a otros o como muchos se encargaban de dar bienvenida a los nuevos con carteles y frases motivacionales, había tumultos de personas por todos lados, yo me acerqué al área  "guía para nuevos estudiantes", en ella había un gran grupo de personas  la cual recibía explicaciones de varios jóvenes, yo solo tomé el pequeño mapa que estaban ofreciendo y seguí mi camino, el mapa indicaba cada lugar de la gran universidad, leí detenidamente me ubiqué en el mapa y busqué el salón 512 en cual debía estar según el horario dado vía internet si mi memoria no fallaba.