Capítulo 21

                                    

                                          
Miré el pastel frente a mi, empecé a decorar haciendo pequeños espirales en los bordes, una y otra vez, mientras mi mente viajaba a la cena. Todo había salido... bien.
                          
Pero había algo respecto a Chris que me tenía angustiado. 
                          
Había sido breve, pero el rubio había lucido muy incómodo, y hasta asustado cuando les comenté a mi padre y a Grecia sobre la idea de acompañarlo al bautizo de su sobrino. 
                          
Creí que había sido una buena idea el comentarles, ya que Chris me lo había pedido, pero ahora parecía que había cometido un error. 
                          
¿Qué había salido mal?
                          
—Ed... ¡Ed!
                          
Levanté la mirada de inmediato al escuchar el grito de Carla.
                          
—¿Qué? 
                          
—Estás triturando la manga pastelera
                          
Bajé la mirada y vi el desastre en mis manos. La crema había impregnado mis dedos y además había arruinado uno de los bordes.
                          
Solté un gemido, frustrado. Debía concentrarme en mi trabajo.
                          
—¿Estás bien Edgar? Has estado distraído —miré a Estefan y sonreí, apreciando su preocupación. 
                          
—Todo bien, lo lamento. Volveré a hacerlo
                          
El chico asintió y continuó su trabajo, se había adaptado bastante bien en poco tiempo, su presencia era de mucha ayuda, igual que la de Tobías. 
                          
A eso de las dos de la tarde, recibí a Grecia, quien había traído un par de carpetas consigo, ambos entramos en la sala de descanso.
                          
—¿Y esto? —pregunté tomando los documentos, algunos con direcciones, otros con noticias, un montón de nombres y hasta un árbol genealógico.
                          
—Es toda la información que pude recolectar sobre los Blanchet
                          
La miré sorprendido y bajé la vista a los papeles en mis manos, observándolos con más detenimiento esta vez.
                          
—Esto es... increíble —comenté detallando el que sería mi árbol genealógico materno —. ¿Por qué...? Sé que te dije que tal vez quería conocerlos, pero no esperé esto tan... pronto
                          
—Si, bueno. Ha pasado mucho tiempo desde que supimos de ellos, están casi aislados, se alojan en fincas en la parte rural del país. Tienen su propio pueblo allí. Conseguí información de un tío y un primo tuyo que viven en la ciudad, están construyendo su propia empresa con la ayuda de una organización bastante famosa allá, se dedican a ayudar a otras empresas en crecimiento. Sus nombres son... Zephyr y Zacarias Blanchet —culminó Grecia pasándome un par de papeles más y una foto.
                          
—Wow' pareces detective —comenté impresionado —. Aunque ya sabia más o menos un poco de su historia —añadí con una tímida sonrisa.
                          
—¿Ah si? ¿Cómo? —interrogó cruzándose de brazos.
                          
—Tengo una cliente de la pastelería que es de allá, actualmente vive aquí, pero... ella me informó un poco.  Aún así, has rellenado los espacios en blanco y todo esto es... increíble —respondí tomando su mano con cariño y sonriendo abiertamente.
                          
—Gracias, cuando eres abogado debes aprender de todo un poco, nunca sabes la importancia de saber un dato o acontecimiento
                          
—Me imagino
                          
—¿Qué harás ahora?
                          
—No tengo idea
                          
Grecia soltó un par de carcajadas. 
                          
—Llevaré esto a casa para que puedas leerlo con más calma y ahí veremos que hacer
                          
—Me parece bien, gracias Grecia