CAPÍTULO 6: HERMANOS ENFRENTADOS

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CAPÍTULO 6: HERMANOS ENFRENTADOS

Santana llegó a su casa después de su despedida de Quinn. La casa era pequeña y tenía cuatro salas. Tres habitaciones y la cocina. Blaine estaba esperándola despierto en la habitación que compartían la mayor y Rachel, tenían una conversación pendiente y le había pedido a la castaña que estuviera en la cocina ayudando a su madre para que tuvieran privacidad. Al ver la expresión seria del menor, la morena se preocupó.

– ¿Va todo bien? – Preguntó la latina mientras se sentaba junto a su hermano.

– Claro que no. Kurt me ha contado lo que le has dicho. Me lo tomo como una falta de respeto hacia él. – Protestó el ojimiel.

– No quería insultarlo ni nada... Si hubiera querido dañarlo, creeme que realmente lo habría hecho. Es más, no recuerdo haber dicho nada ofensivo...

– ¡Le dijiste que no sería capaz de vivir conmigo! – Gritó enfadado el menor.

– No lo es... Blaine, piensa con la cabeza en vez de hacerle caso al corazón... ¿Crees que está preparado para vivir sin los lujos de su familia? ¿Podrá ser feliz rodeado de pobreza y hambre?

– ¿Por qué te cuesta creer que me ama? ¿No crees que un chico como él pueda enamorarse de alguien como yo? – El joven seguía enfadado.

– Se lo dije a él y te lo digo a ti... Sois muy obvios, estáis enamorados.

– Entonces... ¿Cuál es el problema?

– Pertenecéis a mundos diferentes. El amor no calma el hambre ni alimenta a tus hijos... No voy a entrar en lo ilegal que es vuestra relación, pero debes plantearte si te merece la pena arriesgar todo lo tuyo y lo de él...

– Amo a Kurt y voy a luchar por él. No me importa lo que me digas. ¿No es un poco hipócrita que este discurso venga de tu parte? ¿Vamos a seguir fingiendo que entre tú y Quinn no hay nada?

– No voy a negarte que entre Quinn y yo había algo. Pero eso acabó. – Por mucho que intentó no reflejar sus sentimientos, una lágrima salió de su ojo izquierdo. Rápidamente la limpió.

– Eres idiota. Renuncias al amor por nada. Las normas están para romperlas... No voy a ser un cobarde como tú. Voy a luchar, hasta la muerte si hace falta.

– No sabes de lo que estás hablando.

– Deja de tratarme como un crío. He oído hablar de la Revolución del Árbol. Browns y Greens luchando con sus vidas para abolir leyes absurdas como la separación de clases, el secuestro de niños y las violaciones sin castigo. Esos puede que no sean tus ideales, pero son los míos.

– Te prohíbo que formes parte de la Revolución del Árbol. – Dijo tajantemente la mayor.

– Tú no eres mi madre, no mandas en mi vida.

– Eres muy joven, te queda mucho por saber de la vida.

– Sólo tengo dos años menos que tú.

– Pero eso supone una gran diferencia. Confía en mí... ¿Cuándo te he fallado?

– Nunca.

– Sabes que Rachel y tú lo sois todo para mí. – Abrazó al chico apoyando su cabeza en su hombro. – Me muero sólo de pensar que estéis en peligro. – La latina le besó el pelo a su hermano. – Me gustaría teneros a salvo de todo lo malo del mundo... Pero no puedo... Por favor, no me lo pongas más difícil.

– Amo a Kurt...

– Lo sé, yo amo a Quinn, pero no podemos hacer nada...

– No me rendiré. Tú te rindes muy fácilmente. Lo hiciste con Elliot, lo has hecho con Quinn...

– ¿Lo hice con Vicky?

– No... A veces pienso que sólo luchas por nosotros...

– Sois todo lo que tengo.

– Puede que también tuvieras a Elliot... Puede que si lo encontráramos nos ayudase con todo. No me gusta que trabajes en la Fábrica.

– Necesitamos el dinero...

– Para que Rach y yo estudiemos. – Terminó la frase por su hermana. – Eso ya lo sé... ¿Por qué tienes que renunciar a tus sueños por nosotros? Tú también fuiste una buena estudiante.

– Tú lo has dicho, fui una buena estudiante. Necesitábamos dinero para pagar el préstamo y poder alimentaros, además de intentar ahorrar para que tengáis un futuro.

– Un futuro que tú no tendrás.

– Yo no importo.

– ¿Te has parado a pensar que a nosotros nos duele que renuncies a todo por nosotros?

– Haré cualquier cosa para que seáis felices... Me cueste lo que me cueste.

– ¿Quieres que Rachel y yo seamos felices? – Preguntó el menor. La mayor asintió. – Busca a Elliot. – El silencio se hizo en la habitación, sólo se escuchaba la respiración de los dos.

– No creo que sea una buena idea...

– Voy a buscar a Elliot y tú no me vas a detener. No necesito tu ayuda, sólo necesito a Quinn. Sé donde buscarla. – Gritó Blaine.

En ese momento entró Rachel y se sentó entre los dos.

– ¿Se puede saber que son esos gritos? ¿Por qué peleáis? – Dijo la recién llegada.

– Vaya, creo que ella puede desempatar... – Propuso el chico.

– ¿En qué? – Quiso saber la castaña.

– Blaine quiere encontrar a Elliot y yo le digo que no... – Informó la mayor.

– Argumentos para ambas posiciones. Las damas primero. – Pide más joven.

– Él tiene una familia que lo ama, el que nos encuentre no supone ninguna diferencia en su vida, salvo que se preocupará por nuestros problemas. No podremos estar a su lado en los momentos especiales de su vida, no podemos mezclarnos con él. Su familia seguirá siendo la otra. Pero sabrá que papá y yo trabajamos en la Fábrica. Eso le tendrá preocupado.

– Es nuestro hermano, en lo bueno y en lo malo...

– Nunca fuiste bueno en los discursos... – Dijo la más baja mirando a su hermano.

– Bueno, Rach... ¿Cuál es tu decisión? – Apremió la latina.

– Necesito pensarlo... También quiero hablar con mamá y papá. Esta es una decisión familiar. Nos afecta a todos.

Con Otros Ojos (Brittana girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora