Kral para su andar al escuchar el sonido de un disparo a la distancia, recordó que Ariki había salido a buscar a otro cazador y sin pensar dio media vuelta corriendo de regreso hacía donde había dejado a Lupus.


                          
-¡Lupus!- gritó cuando lo miró.
Lupus levantó sus orejas al reconocer la voz, estaba sorprendido, cuando este llego y se paró frente de él, se miraron unos segundos antes de que Kral hablara.

                          
-Cambié de opinión te vienés conmigo- tomó la mano del otro y empezó a caminar tirando de el sin esperar una respuesta.


                          
Estaba caminando muy de prisa atentó a su alrededor para evitar un encuentro con los cazadores o monstruos hostiles, caminaron por varias horas sin detener el ritmó de su andar hasta el anochecer.


                          
-Bueno, creo que deberíamos dormir- hablo Kral soltando la mano del otro.


                          
Kral tomó asiento y se recargo en un árbol, miro a Lupus que se mantenía de pie mirándole así que le hizo una seña a Lupus para que tomará asiento a su lado a lo cual Lupus obedeció, hablaron hasta quedarse dormidos.


                          
Lupus fue el primero en despertar y miró a Kral quién aún dormida tranquilo y relajado, decidió ver si podía cazar algún animal para que su nuevo amo comiera, sin más se levantó y fue en busca de alguna presa.


                          
Término cazando tres liebres, cuando regreso con Kral este seguía dormido sin más que hacer volvió a sentarse a lado de Kral y esperar que despierte, estaba mirando a su nuevo amo se veía joven, era más alegré incluso es amable con él, le gustaba mucho saber que estaría con él y se preguntaba cómo sería su nueva vida a lado de Kral, pocos minutos después volvió a dormir.
                          
Llegaron a la ciudad Z antes del anochecer, Kral podía escuchar murmullos capto la mirada de las personas atentos a la pequeña figura que caminaba detrás del guerrero.
Le molestaba ver que lo miraban con despreció sólo por ser un monstruo miró a Lupus quien miraba con curiosidad las tiendas sin prestar atención a los susurros.
Llegaron a el hotel para poder descansar antes de partir de regreso a Zeu, al entrar la recepcionista miró con desagradó a Lupus.


                          
-Disculpe señor pero en este establecimiento está prohibido la entrada para esas cosas.
Kral miró a la recepcionista después a Lupus y de nuevo a la recepcionista.


                          
-Si me permite, le recomiendo que lo lleve...


                          
-¡No me interesa!- hablo fuerte y con un tono molestó.
Tomo la muñeca de Lupus salieron del lugar, Kral caminaba molesto y susurraba maldiciones sin notar que apretaba con fuerzas la muñeca de su compañero.


                          
Kral paró al escuchar un leve quejido al recordar lo que estaba sujetando lo soltó y sin atreverse a mirarlo se disculpó, estuvo quieto unos segundos antes de sentir que le daban unas palmadas en la espalda.


                          
Volteó para mirar no esperaba que Lupus estuviera sonriendo y se había sorprendido al ver que no estaba molesto o asustado, lo abrazó unos segundos y al separarse le devolvió la sonría


                          
-Vamos tenemos que curarte ante de marcharnos.
Lupus sólo asintió y camino detrás de Kral, caminaron hasta otra tienda donde vendían y fabricaban medicina, se detuvo en la entrada de una gran tienda color rojo arriba de ella había un dibujó de una grande cruz alado derecho estaba una botella y vendas en el lado izquierdo algunas plantas.


                          
Kral miró a Lupus y aun que se odió a el mismo por lo que le pediría sabía que era lo mejor ya que no sabía si podría contener su desagrado hacía la actitud y la forma de referirse hacía Lupus.


                          
-Podría esperar aquí.
Lupus sólo ladeó la cabeza un poco curiosa.


                          
-No te muevas prometo que no tardare.
Lupus asintió y miró al otro entrar, Kral le había ordenado no moverse así que solo se sentó en ese lugar su cola se movía suavemente mientras miraba fijamente la puerta con sus orejas inclinadas hacía delante para poder captar la voz de Kral y los sonidos dentro del lugar al que entró su amó.