¡Hola! Prometo no robarles mas tiempo. Solo quiero decirles sobre "La Conquista", la novela en la que estoy trabajando actualmente y me tiene enamorada.
Les juro que se van a enamorar de Sawyer...
SINOPSIS:
Todos saben que los jugadores de hockey sobre hielo de la universidad son irresistibles. Mackenzie lo sabe también, solo que intenta ignorarlo con todas sus fuerzas. Incluso al dulce pero tentador Sawyer, el hermano de su mejor amiga, quien lleva enamorado de ella desde la primera vez que la vio. Sin embargo, Mackenzie sigue engañándose y pensando que su novio Marcus es el indicado, porque está aterrada de empezar a sentir lo que no debería por Sawyer.
Pero la edad y el hockey hicieron que Sawyer se convierta en uno de esos chicos que roban suspiros y corazones.
Es así como basta con una noche para que Sawyer y Mackenzie se vean envueltos en una situación tentadora que logra crear más mentiras y problemas.¿Cómo decirle que no a un chico como Sawyer? ¿Cómo vivir con los errores de otras personas y con los tuyos? Y peor aún, ¿con los secretos?
Les dejo algunas partes de los primeros capítulos para que tengan una idea de qué se trata:
Mackenzie.
¿En qué había quedado?
En Sawyer. Claro.
Sawyer tiene veinte años, es solo un año mayor que yo, pero siempre sentí que entre los dos, hay un hueco enorme que nos separa. Él es mi tema incómodo de conversación porque secretamente siempre estuvo atraído a mi, y con los años, dejó de ser un secreto. Al principio, era extraño, luego comencé a acostumbrarme. En la escuela, Sawyer siempre estaba rodeado de sus amigos que no pintaban para nada con la clase de chicos que se cuela por una chica por tanto tiempo.
Toda la vida estuvimos intercambiando miradas, toda la vida sentí sus ojos sobre cada cosa que hacía, cada logro, cada fracaso. Hablamos un par de veces, pero nunca me di el tiempo de conocerlo. Era el hermano de mi mejor amiga y prefería que las cosas se mantengan así. Hasta que Sawyer llegó a su último año de secundaria y Jenna comenzó a incitarme para que salga con él. "Dale una oportunidad, lleva colgado de ti desde que somos unos niños" insistía cada vez me veía cruzar accidentalmente miradas con él. A pesar de su insistencia, nunca quise acercarme. Para ese entonces, él ya había reunido su club de fans y yo nunca estuve interesada en tener algo serio o siquiera enrollarme con él. Ese mismo año conocí a Marcus y fue cuando noté la diferencia y entendí porque nunca me di una oportunidad con Sawyer.
Luego él se fue a la universidad, yo me quedé con Marcus ; el resto es historia.
Siendo honesta, Sawyer y yo sabemos que hay una vibra extraña entre nosotros. Es como si el aire se volvería diferente cada vez que mis ojos encuentran los suyos. Es difícil de explicar.
Hace unas semanas, me invitó al partido y yo lo olvidé. A pesar de que entre él y yo apenas hay amistad, me siento mal por no ir. Sé perfectamente cuan importante el hockey es para él.
***
—Así que... Ganaron —murmuro más como una asumpción que una pregunta. No hay fiesta si el equipo no gana, y por como llegó Jenna, fue una grande.
—Sí, clasificamos. Fue duro pero ganamos por dos goles —me dice. Noto el pequeño resplandor que adquieren sus ojos y la ligera sonrisa que tiene cuando habla sobre hockey. Siempre fue así.
—Me alegro, sé que era importante para ustedes, para ti ganar. Iré al próximo, lo prometo. No te veo jugar hace años.
—Sabes que no irás —responde en un bufido burlón.
—No soy tan mala, Sawyer —me defiendo luego de alzar mis cejas.
—¿Hablaremos sobre esto de nuevo? —inquiere.
—Lo hablaremos cuantas veces sean necesarias.
—No empieces a amenazarme, Mackenzie. Eres muy poco intimidante en tu disfraz de patitos.
—No es un disfraz, tonto. Es un pijama.
—No me mientas.
—No te miento, Sawyer. Con esto duermo. Y sí iré al próximo partido.
—Es el domingo que viene.
Lo dice con una sonrisa burlona porque sabe que todos mis domingos son exclusivos para Marcus.
—Quizás no vaya —digo con una mueca.
—Lo sé, esperaba esa respuesta.
Me muerdo el labio con incomodidad. Sawyer tiene el talento de hacerme sentir culpable siempre, incluso si ni siquiera lo está intentando.
—No importa. Nos vemos por ahí, supongo —dice. Se dirige hacia la puerta. Cuando pienso que la va a abrir y se irá, voltea.
—¿Sí? —interrogo con las cejas levemente fruncidas. Las conversaciones entre él y yo nunca van más allá de unas cuantas frases.
—Tu disfraz es adorable, Mackenzie —me dice al estirar una perfecta sonrisa. Sí, vamos a admitirlo. Sawyer es un chico digno de suspiros. Su cuerpo atlético, su altura ideal, la sonrisa conquistadora y sus preciosos ojos verdes hacen el combo perfecto.
Antes de que pueda volver a decirle que no es un disfraz, que de verdad duermo en esto, él abre la puerta y se va. Una pequeña sonrisa se instala en mi rostro. Me despertó a las dos de la mañana, pero por lo menos, me hizo sonreír y al mismo tiempo, hacerme sentir totalmente incomoda. Ese es el "difícil de explicar" que tiene Sawyer Evans.
Llevo mi vista a Jenna.
—Demonios, deberían casarse —murmura con los ojos cerrados. Los abre, me mira y sé que ha estado escuchándonos todo este tiempo.
—Vete a la mierda, borracha. Mañana hablaremos bien. Ahora sácate esos jeans que te cortan la circulación.
—Qué gruñona. ¿Por qué no me tratas como tratas a mi hermano? —farfulla sentándose en la cama y empezando a desabotonar sus pantalones.
—A la mierda dije.
•••
Con esto dicho, me voy. Están invitados a leer:) la pueden encontrar en mi perfil.
¡Nos vemos!Love,
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¡Aléjense, Playboys! (SIN EDITAR)
Teen Fiction[SIN EDITAR] Nada mejor que un verano en la playa para despejar la mente y respirar tranquilidad. O al menos eso es lo que pensaba Indiana Adams al comenzar el verano. ¿Qué iba a saber ella de los planes de su familia? Un verano con los playboys de...