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Hoseok miraba con una mueca incomoda la escena que protagonizaba Jimin y Jungkook en el parque donde estában. Hobi pensaba que en cualquier momento iba a vomitar por la forma en que la se tocaban y besaban. El castaño sabía que mañana Jimin morira de verguenza al recordarle lo que estaba haciendo a su niño ojitos de bambi, a su bello "Jungkookie".
Hoseok suspiró antes de levantarse de su asiento improvisado antes de caminar no tan lejos del lugar por que le prometió a ese tal Tae que los iba a cuidar. Además que amaba a su mejor amigo.
Jimin sintió como las grandes manos traviesas de Jungkook se colaban por su camisa mientras le daba unas ligeras caricias que quemaban. Jimin jadeo antes de dirigir sus labios al cuello del castaño quien gruño. Jimin saboreo el olor y la textura tan calida, tan tierna de aquel chico quien con una mano manoseaba el trasero de Jimin.
—Jungkook— Gimió al sentir como el antes mencionada lo alzo para ponerlo en su regazo.
—Jimin, me encantas— El mencionado sonrió de medio lado antes de mover sus caderas en un vaiven lento que enloquecio a Jungkook. Las manos del castaño se dirigieron hacia las caderas de Park para marcar movimientos más fuertes y acertados para su pene.
Gemidos y jadeos salían de Jimin pidiendo más contacto que quemaba.
Hoseok llegó nuevamente donde estaban el par de niños con las hormonas subidas. Encontrandose una escena que sus ojos nunca quería ver. Jimin se deshacía en gemidos mientras desesperado trataba de quitarle el pantalón a Jungkook quien besaba y lamía el cuello de Jimin.
—¡Maldición!— Exclamó por debajo antea de dirigirse donde estaban para separarlos.
No sabía si Jimin lo iba a odiar o amar por arruinar ese momento. Pero para Hoseok aseguraba que no era el momento ni el lugar para follar.
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