39: "No quiero"

                                    

                                          
Y su cita final se acercaba. Le dijo a Peter que en un momento salía, y llamó a Steve. Estaba nervioso ¿Qué le diría?
                          
Steve pasó, y como Peter y Howard, cerró la puerta para luego caminar hacia el escritorio y sentarse frente a él.
                          
- Rogers – dijo en tono de saludo, el problema está en que fue Steve quien lo dijo, ocasionando un fuerte sonrojo.
                          
Ya había echado a perder todo. ¡¿Pero, cómo?! Nada más lo había llamado por su apellido.
                          
- Hola – saludó bajito.
                          
- ¿Quieres decirme algo? – preguntó ladeando un poco su cabeza, no se veía molesto; por eso era que a veces se preguntaba si él no sufría de algún trastorno causado por todos los años que estuvo congelado.
                          
- Sí, quería disculparme – admitió mirándolo fijamente – una disculpa grandota, del fondo de mi corazón, sé que te lo tuve que haber dicho y que entre nosotros no debe de haber secretos. Sólo creí que lo mejor era no huir.
                          
En serio se había sentido mal, y si no fuera porque se iban a mudar, cambiaría a sus hijos a un preescolar más cerca ¿Por qué era diferente a cuando Steve no estaba molesto? Porque al menos se preocupaba por levantarlo a él más temprano y le daba café. En cambio, cuando estaba molesto, despertaba solamente a los niños y él que se despertara por obra y gracia del espíritu santo.
                          
- Yo... te disculpo, pero igual te quería decir lo siento, porque reaccioné mal y te dije egoísta; cuando sé que no eres así desde hace mucho y si no lo querías hacer era por algo.
                          
- ¿Puedo abrazarte? Que me dieras la espalda toda la noche fue algo traumante – dijo mientras se levantaba y caminaba hacia su alfa quien lo abrazó fuertemente – por cierto, nos vamos a mudar.
                          
Sabía que Steve en ese momento se había guardado muchas cosas para decirle, pero no dijo nada, en cambio, lo alejó para besarlo suavemente – Te amo.
                          
- Yo también te amo mucho, amor. ¿Estamos bien?
                          
- Estamos muy bien.
                          
- Por cierto ¿Por qué nunca me cortejaste?
                          
[...]
                          
Ambos caminaron hacia el salón principal donde estaban todos. Ninguno se había preocupado por ir a recoger a sus hijos porque Howard había dicho que pasaría un último día con ellos.
                          
- ¿Ya todo bien? – preguntó Natasha sentada en un poof bajando su celular para mirarlos. Tony sonrió sonrojándose.
                          
- Por supuesto – respondió Steve sentándose en un sofá y haciendo que él se sentara en su regazo.
                          
- Eso está bien, es raro verlos molesto – admitió Peter – además de que dan miedo.
                          
- Más que todo Steve, no sabes cuándo te arrojará su escudo – admitió Bruce mirando su laptop e ignorando la mirada del alfa.
                          
- En fin, estamos aquí para ver que rayos haremos – no le gustaba usar esas palabras, pero lo hacía para que Steve no dijera nada. 
                          
- Lo que tenemos en mente no se puede llevar a cabo, porque tu madre está implicada – Tony miró a Beck, quien lo había dicho, y se encogió de hombros.
                          
- Suéltenlo.
                          
- En caso de atacar, un caso hipotético, tendríamos que asesinar al jefe ¿no? – cuestionó Peter a lo que Tony negó, pero luego asintió – pero ¿Y si es tu madre?
                          
- Tienen razón – dijo Natasha asintiendo varias veces.
                          
- Haremos lo que se tenga que hacer, podrá ser mi madre, pero lo que está haciendo nadie se lo perdonará.