¿tanto me extrañas?

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Dazai se despierta con el aroma del café; lo arrastra de su sueño. El cuello duele; Dormir en un lado de la mesa probablemente no era lo mejor que podía hacer. Todavía está volviendo a sus sentidos cuando escucha la voz de Chuuya.

— Oh, ¿querías dormir más? Sé que todavía estás trabajando en esa maldita investigación que te aleja de mí.

— Estoy bien.– Dazai dice alejándose, bostezando.— Necesitaba despertarme de todos modos. ¿Y qué pasa Chuuchuu? ¿Tanto me extrañas?

Es agradable y cálido en su hogar. Chuuya salta sobre la mesa, incluso después de las muchas veces que Dazai le ha dicho que no lo haga porque puede lastimarse, sigue haciéndolo, sabiendo que nunca lo regañarían.

Se sienta con las rodillas colgando de su costado, ha traído una gran taza de café, el olor de antes, esfumando, junto al pecho de Dazai. Lo envuelve con sus dedos y es lo suficientemente bueno como para tostar sus dedos fríos.

— ¿Cómo has estado? – Chuuya pregunta, ansioso como si no tuvieras más tiempo juntos después de eso.

— No he terminado todavía, pero en cuanto acabe volveré a casa contigo.– murmura Dazai. Él toma un sorbo.— Esto es bueno; Esos días de baristas dieron sus frutos.

— No te salgas del tema, Dazai.– Chuuya reprende.— Realmente, quiero escuchar la verdad. Incluso si nos duele.

—Bueno.– dice Dazai, golpeándolo en la rodilla...— Solo porque te amo.

Dazai comienza hablar, le cuenta tranquilamente su día a día mientras lo abraza con fuerza y Chuuya desliza sus manos por el cuello para abrazarlo y escucharlo atentamente. Dazai se prepara para la parte más triste, pero luego Chuuya solo tiene una mirada agotada en su rostro. Dazai resopla.

— ¿Qué, ya no quieres oír? – Chuuya mira a Dazai, con los ojos abiertos, y luego a sus manos.

— ¿Por qué es una historia triste otra vez, Dazai? – Eso sorprende a Dazai.— ¿Por qué sigues triste? – pregunta Chuuya de nuevo, frunciendo el ceño.— ¿Por qué son todas esas historias tristes? – Dazai no tiene idea de lo que está hablando.— Quiero que la persona que más amo en este mundo sea feliz.– Chuuya dice suavemente, con ojos cálidos, una sonrisa que levanta las comisuras de sus labios.— Prométeme que lo intentaras, si, lo vas a intentar, serás muy feliz con Atsushi.

— ¿De qué estás hablando? Estoy feliz.– Dazai se ríe, confundido.— Estás aquí, Chuu...– Chuuya no se ve feliz por eso, en cambio, parece que podría llorar. La garganta de Dazai se seca, se siente mareado y confundido, y cuando se acerca a Chuuya, la taza de café golpea sus nudillos y se derrama en su mano.

Dazai se despierta cuando siente que alguien sacude su hombro.

Por un momento, Dazai siente que el mundo ha sido sacado de debajo de él. Mira a su alrededor, sin estar seguro de dónde está, mirando el lugar donde Chuuya había estado sentado, un momento antes; Allí estaba, porque si, allí estaba... "¿Por qué es una historia triste?" Dazai piensa que es fácil de responder; ¿Hay de qué alegrarse?

Luego de haber llorado inconsolablemente, lo siente, lo siente mucho, pero la soledad es muy cruda y, aunque quiere mucho a Atsushi, no lo hace en su totalidad, porque todavía ama a Chuuya.

Él camina a su habitación y se sienta en su cama, se inclina donde nunca y mira a su lado, allí donde Chuuya sonríe y lo espera con los brazos abiertos, y el le sonríe de vuelta dando un paso para por fin alcanzarlo y después de tanto tiempo lo tiene entre sus brazos.

En sus manos hay una pequeña nota, donde también se derraman muchas lágrimas; "Te quiero, por eso vive... vive y sé feliz, como nunca hubieras podido serlo conmigo. Fuiste mi pedazo de cielo Atsushi, muchas gracias".

Cuando Atsushi sube a la habitación después de ver a Dazai caminar en silencio hacia ella, llora... llora en silencio y la forma en que más duele, llora con todo su corazón porque Dazai ya no está allí, Dazai se había ido, Dazai había muerto y, como Chuuya tomó su corazón, Dazai rasgó el suyo de una manera hermosa, llevándoselo consigo.

Cuando Akutagawa cruzo la puerta de la habitación con desesperación, Atsushi se detuvo.

— Donde quiera que estén... por favor sean muy feliz.

Ahora, Atsushi llora. Pueden pasar años, pero él todavía llorará. Él nunca puede parar.

corruption; soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora