CAPÍTULO 4

                                    

                                          


                          
Pasaban los días en la universidad, al principio me costó solo un poco acomodarme a clases pero después estuvo todo bien. En las horas de descanso solo había una cosa que se había vuelto una de mis rutinas favoritas, era mirar como Alex tomaba una soda mientras sacaba un cuaderno y empezaba a escribir mientras tenia los audífonos puestos, lo veía todas las mañanas sentado en la mesa del frente.
                          
Con el tiempo me daba cuenta de que las chicas se sentían atraídas por Alex, él siempre estaba sentado con sus amigos y a veces una que otra chica se acercaba a su mesa, él sonreía con una sonrisa más falsas que una réplica de zapatilla, pero para las chicas eso les bastaba. Alex no saludaba y en un par de segundos se iba de la mesa sin nada que decir, mientras la pobre chica se quedaba un poco avergonzada y solo le quedaba sonreír e irse de la mesa, esta claro que este chico no tiene ni un poco de modales.
                          
Un par de veces mientras miraba a Alex en las horas de descanso, él se dio cuenta, aunque hice como si estuviera pensando y me ponía a hacer cualquier cosa para evitar mirarlo, él parecía estar tan acostumbrado que lo miren que ni se inmutaba cuando me pillaba viéndolo, el también hacia como si no me hubiera visto.
                          
Siempre él estaba vestido de la misma manera solo cambiaba sus camisetas, pero siempre llevaba una de color negro, plomo, blanco o azul, aunque la negra era mi favorita no tenía ningún estampado pero se le veía tan bien en su cuerpo, era una combinación perfecta con la tinta de sus tatuajes, era alguien tan hermoso... <<Espera, que estás pensando Sophie no puedes estar pensando en otro chico que no sea Pete 😊, recuerda que Pete 😊 es el único a quien amas y por el cual estas enamorada>>.
                          
Desde ese momento me di cuenta de que pensaba mucho en Alex, me había interesado mucho por él, aunque no se notaba porque todo estaba en mi mente, pero igual no me podía permitir pensar en él de esa forma. Tomé la decisión de no sentarme en la mesa de siempre si no estaba con mis amigas de esa forma seria más fácil dejar de pensar en él. 
                          
En la mitad del almuerzo Hannah nos empezó a decir que había una fiesta el fin de semana en casa de Meghan y que podríamos ir.
                          
—Anímense chicos sería una oportunidad de conocer a nueva gente, y a escuchar a Alex este fin de semana va a tocar en casa de Meghan- dice Hannah con tono convencedor
                          
—Yo voy si va Sofi- dice Michael mirándome con una sonrisa, como siempre tan amigable
                          
—Pero no creo que vaya conmigo eso y además no tengo como regresar- digo como escusa 
                          
—De eso ni se preocupen... Meghan nos puede dar algunas de sus habitaciones su casa es enorme y sus padres siempre andan de viaje, anímate la pasaras super eso te lo aseguro
                          
—Bueno, pero tienen que ir todos sino no iré- lo digo mirándolos, casi con tono obligatorio.
                          
—Entonces no se diga más todos iremos- dice Kriss con una sonrisa. Emma dice que a la próxima irá- Tú también iras, ¿no Michael? Ya que Sofi también ira- dice mirándolo medio raro.
                          
—Yo también me apunto-dice Cassie
                          
Al terminar la conversación quedamos a qué hora y donde nos veríamos para ir a la fiesta. Mientras transcurrían los días, cuestionaba más el hecho de ir a la fiesta pues nunca me ha llamado la atención ir a ese tipo de lugares, aunque no le veo nada malo en que los demás jóvenes vayan a divertirse, y ni siquiera se bailar, jamás lo he intentado, creo que al menos iré por un rato y diré cualquier excusa para irme. 
                          
El sábado a medio día me di cuenta de que no había avisado que iba a salir, me había concentrado tanto en los estudios que deje de lado la fiesta, pero eso al fin al cabo sería mejor capaz si le pedía permiso a mi padre en ese momento, horas antes de la fiesta, no me darían ni permiso. Me dirijo a la sala a hablar con mi padre y al bajar las escaleras me doy cuentas que anda con ropa de trabajo y bien peinado.