Terminamos de cenar y la botella de vino está vacía, JungKook no me da tiempo de recoger los trastes cuando me levanta de mi asiento y me toma posesivamente de la cintura.
—Es hora del postre, amor.
Me besa exquisitamente los labios, haciéndome volver a sentir el dulce del vino. Doy un brinquito y enredo mis piernas alrededor de su cintura para ser llevado, sin romper el beso, hacia nuestra habitación, la misma que ha sido testigo de nuestras incontables muestras de amor.
Evitando separar nuestros labios, nos deshacemos de nuestra ropa y el calor de su cuerpo me cubre completamente. Se aparta unos segundos para apreciar mi desnudes, haciéndome sentir bonito.
La forma en la que me mira me hace sentir amado.
—Jungkookie, ah~ —si sentir su lengua en mi boca me lleva al cielo, no se imaginan lo que me provoca cuando la siento recorrer mi cuerpo.— Mi amor... —me arqueo sobre el colchón y mis dedos se enredan en su cabello cuando comienza a besar la parte baja de mi abdomen y asciende por mi pecho.
Aún estando con los ojos entrecerrados y la respiración agitada, noto cómo saca un pequeño envase del cajón del velador. El contenido espeso cubriendo sus dedos mientras me quedo embobado por la caliente vista frente a mí.
—Te amo, te amo, TaeHyung —susurra contra mis labios. Aprieto las sábanas al sentir uno de sus dedos penetrarme lentamente y un gemido de dolor escapa de mí.
JungKook vuelve a besarme en un intento de distracción mientras ingresa otro dígito, pero no puedo evitar seguir gimiendo contra sus labios. Mis manos abandonan las sábanas y van hacia su firme pecho, comenzando a acariciar su piel y delineando aquellos abdominales que tanto me gustan.
Aunque no hay ninguna parte de este hombre que no me guste.
—Estás... tardando mucho, cariño —me quejo entre jadeos, sonando más ansioso de lo que me gustaría, pero en estos momentos estoy a punto de derretirme por las caricias de mi esposo.
Y el desgraciado no hace más que reírse.
Voy a vengarme por eso.
—¿Qué es lo que quieres, amor? —gruñe cerca a mi oído, mordiendo el lóbulo y aumentando la velocidad en la que van sus dedos.— Dile a Kookie qué es lo que quieres —vuelve a ordenar, su voz sonando tan jodidamente ronca.
—Quiero que lo metas, Kookie, quiero sentirte. —Pido entre gemidos, sonando como gata en celo, cosa que no me importa en absoluto. Con JungKook soy capaz de convertirme en lo que sea o en lo que él quiera.
Tiro mi cabeza hacia atrás al sentir una corriente recorrer mi cuerpo cuando retira sus dígitos de mi interior para reemplazarlo por algo más grande, mucho más grande. Mi esposo me tortura un poco más mientras roza la punta en mi entrada; meneo mis caderas y llevo una mano hacia mi miembro que también exige atención.
—No puedes tocarte, precioso.
Ah, en verdad voy a vengarme por esto.
—K-kookie... te necesito dentro.
Rodeo su cuello con mis brazos, atrayendo su rostro al mío y deleitándome con sus masculinas facciones. Me besa una vez más y no dudo en corresponder con la misma intensidad, haciendo uso de nuestras lenguas. Muerdo su labio inferior y JungKook suelta un gruñido.
Se incorpora con ayuda de sus brazos y una corriente de excitación recorre todo mi cuerpo al verlo tomar su erección mientras me sonríe de lado; sus ojos más oscuros de lo usual, devorándome.
Un agudo gemido escapa de mí debido a la gran intromisión, sintiendo un dolor punzante en mi zona baja. Hasta que ese dolor es reemplazado por una completa sensación de placer cuando JungKook comienza a moverse.
Meneo mis caderas al ritmo de las embestidas, cada una tocando deliciosamente mi próstata y haciendo que gima aún más fuerte, al son de los jadeos de JungKook, que ha comenzado a masajear mi casi olvidado miembro.
Mis uñas se clavan en la piel de su espalda y de mi boca comienza a salir su nombre, haciéndole sonreír con dulzura.
—Kookie... Te amo, JungKookie —digo como puedo, con la cabeza hacia atrás debido a las fuertes y jodidamente excitantes estocadas.
—Te amo, TaeTae —en un hábil movimiento, me coloca a horcajadas sobre él y no dudo en comenzar a montarlo, sosteniéndome de su cuello y él tomando mis caderas con posesión.
El sonido de nuestras pieles chocando y los innumerables gemidos inundan la enorme habitación. Siento que estoy por llegar a mi límite y sé que JungKook también al verlo cerrar los ojos con fuerza.
Unos segundos después, nos corremos al mismo tiempo. Nuestras respiraciones están agitadas y me dejo caer sobre su pecho cuando se recuesta en la cama, al mismo tiempo que entrelaza nuestras manos adornadas con los dorados anillos de boda.
Abro los ojos con algo de pereza y la tenue luz que se cola a través de la cortina, me hace saber que está amaneciendo. El reloj digital del velador indica que aún es muy temprano, por lo que me doy la libertad de girarme en dirección a un dormido JungKook, que me sostiene de la cintura.
Sus facciones se ven tan relajadas que no puedo evitar sonreír y comenzar a delinear suavemente cada parte de su rostro con la punta de mis dedos.
—Me encanta cuando me tocas así —dice aún con los ojos cerrados y mis mejillas se calientan un poco por haber sido descubierto.
—Perdón por despertarte.
Me deja ver sus hermosos ojos oscuros y su sonrisa adormilada.
—Desperté hace unos minutos, bonito, cuando comenzaste a removerte.
Abro la boca para protestar pero me atrae más a su firme pecho y besa repetidamente mi rostro con amor, haciéndome reír.
Una bella manera de comenzar el día.
—Deberíamos levantarnos ya o se nos hará tarde —digo en contra de mi voluntad luego de mantenernos un buen rato abrazados mientras acariciaba su cabello.
—No quiero ir a trabajar. Quiero quedarme contigo, cariño —se queja, aferrándose más a mi cuerpo.
Sin duda, JungKook nunca dejará de ser un niño, al menos no conmigo.
—Anda, levántate ya, perezoso —trato de apartarlo sin éxito alguno, hasta que me toma entre sus brazos y en un parpadeo ambos estamos fuera de la cama.— Si no me bajas ahora, te cortaré las manos, Jeon JungKook —¿A quién engaño? Adoro que haga eso, pero si no nos damos prisa, se nos hará tarde y yo quiero desayunar con él.
—Duchémonos juntos —se digna a bajarme, pero a cambio me abraza por la espalda, demostrando claramente que no quiere apartarse de mí.
Entonces recuerdo la pequeña venganza que tengo pendiente y aprovechando que ha bajado la guardia; logro liberarme de su agarre y correr al baño de nuestra habitación.
—¡Tú prepara el desayuno mientras me ducho! —digo divertido luego de ponerle seguro a la puerta y sé que he conseguido mi objetivo al escucharlo quejarse mientras sale de la pieza.
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Ya no eres mi JungKookie -ˋˏKookTae.꒱
Fanfiction❝Había dejado ir a su verdadera felicidad por alguien que le ofrecía tocar el infierno sin riesgo a quemarse, pero que luego no le dejaría escapar ahí.❞ •◦ JungKook ; Top •◦ TaeHyung ; Bottom •◦ Fanfic BL •◦ Contenido explícito •◦ Angst! - Bad Endin...