48.

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Me desperté sintiendo pequeños besos por toda mi cara, sonreí sabiendo que era él y respondí de manera perezosa los picos sobre mi boca, era la mejor forma de despertarse y aunque tenía mucho sueño, abrir los ojos para encontrarme con su celeste fugaz y su reluciente sonrisa sincera.

—Hola hermosa.

—Hola. —suspiré estirándome en la cama y él besó mi cuello, para abrazarme tanto yo podía. — ¿Ya te vas?

— Sí, en un ratito salimos.

— ¿Pudiste dormir algo?

—Es la segunda vez que mejor duermo en mi vida. —dijo haciéndome sonreír, me puse de frente a él y lo besé acariciando su pelo, aferrándome a su cuerpo para evitar que saliera de la cama. —Ya me tengo que ir, en un rato van a empezar a llamarnos... pero bueno las mejores cosas duran poco tiempo ¿no?

—Así parece, nos merecíamos un tiempo para los dos, así sea un ratito.

—Sí fuese seguido todo sería más fácil. —suspiró y besó mi mejilla mientras acariciaba mi mano. —no creo que lleguemos juntos y enseguida llego empiezo a concentrar, pero nos vamos a ver ¿no?

—Ojalá amor, ya empieza todo, el viernes te vas de gira así que ni te voy a ver estos días, y el lunes yo empiezo la universidad y mucho menos vamos a poder hablar. —sonreí amargamente, me alegraba por un lado pero por el otro era tan doloroso que no quería pensarlo. —voy a estar en tu primer show y tengo reunión con el equipo así que estos días voy a ir, pero vos no vas poder.

—Si ya sé, si puedo escaparme unos tres minutos te busco, ¿dale?—asentí, pero los dos sabíamos que eso no iba a ser posible, me dio un beso dulce, melancólico y todos los pros y contras que se podrían encontrar para nuestra situación, nos abrazamos volviendo a encontrar esos sentimientos y eran horribles, no se lo deseaba a nadie. —Te veo allá mi amor, suerte en tu viaje.

—Vos también, suerte. —le dije y se levantó de la cama obligado, se puso las zapatillas y salió tirándome un beso para escabullirse nuevamente por los pasillos a su habitación.


Volvimos a Argentina y en todo lo que fue el viaje y mi llegada, no pude saber absolutamente nada de él, era injusto ni siquiera tener el mínimo alivio de saber cómo había llegado su vuelo o cómo estaba un día normal, me tenía que conformar y ocuparme de mi trabajo ya que al llegar, me esperaba una reunión con mis jefes y mi futuro en la empresa mientras ellos estaban de gira.

—Juli ya te estamos esperando. —me dijo Tom desde la puerta y yo me puse nerviosa apurando a mi computadora pasar todo mi trabajo al pendrive.

— ¿Puede ser en cinco minutos? estoy esperando a que termine de pasar todo.

—Dale, dale. —me sonrió y me alivié que fuera él quien me buscara, era el único que me caía bien y si tenía que confiar en alguien para mi relación con Ihan, definitivamente era Tom. Me apresuré a salir por detrás cuando terminó de copiar la información y entró primero a la oficina por unos pasos, sin embargo me quedé del otro lado cuando lo escuché hablar. —En cinco viene. —le dijo a Renato pero no contestó y él vaciló para hablar, pero lo hizo antes que me decidiera a entrar. — ¿no te parece que..., no pensas que entre Ihan y Julieta puede pasar algo?

Me tensé y bajé mi mano para no empujar la puerta, al contrario me acerqué más para escuchar con mucho cuidado.

—See. —arrastró las palabras Renato y mi corazón latió con más fuerza. —pero no les doy mucho tiempo, por algo Ihan no me lo está diciendo.

— ¿No te preocupa?

—No, ella no va a venir con nosotros y no debe ser más que sacarse las ganas, esa imagen de mejores amigos que me vendieron se la voy a comprar hasta que pase lo contrario.

—Es raro que Ihan no haya dicho nada.

—Por eso mismo no me preocupo, significa que no es tan importante.

—Quizá, ella es buena persona.

—Es una empleada Tomás, y se acuesta con tu jefe. —se burló Renato, yo no interpreté su tono ya que Tom no lo dijo con otra intención que no fuera la correcta.

—No lo digo por eso estúpido, digo que es buena la amistad que tienen, aparte nos sirve, hace un montón que Ihan no trae a nadie acá...creí que se había hecho gay.

—Justo Ihan. —se rió sarcástico. —está con esta chiquita, pero ya se le va a pasar.

Tomé valor y toqué la puerta con las manos temblorosas, sintiendo una tensión enorme en todo mi cuerpo, esperé a que me abrieran y Tom me dio el pase.

— ¿Tenés todo Julieta?

—Sí. —le respondí a Renato y me senté frente a él.

— ¿No vas a venir con nosotros Juli?

—No, no voy a poder Tom, empiezo la universidad.

—Más te vale que estés cuando se te necesite, te voy a probar un mes Julieta, si no funcionas a la distancia te voy a remplazar, entiendo lo de tu universidad y me parece perfecto porque necesito un título de tu parte, pero aunque hayas rendido todo bien no tenés nada comprado, esto es un trabajo. —me dijo Renato, era tan insensible que no creí que un nudo se me iba a formar en la garganta a pesar que yo, estaba vulnerable ante todo. Tom se aclaró la voz.

—De todas formas Juli, se te va a disminuir el horario porque sabemos que estás con la universidad y no es nada fácil, después vamos a arreglar tus horarios depende de los que te den y vas a trabajar en ese tiempo libre.

—Ah, está bien gracias.

—La grilla de producción te va a llegar el lunes así que te vas a dar cuenta cuando termine el primer show, vas a poder estar me dijiste así que cuento con tu presencia. —me miró Renato, yo asentí. —te lo vuelvo a repetir, si en este mes no me funcionas como debes con la distancia y todo, a mí no me va a importar el caprichito de Ihan, hasta el año que viene... no volvés.

—Aprovechalo Juli porque realmente sos buena y te necesitamos. —intentó aclarar Tom.

—Voy a hacer lo mejor que pueda, gracias por la oportunidad. 

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