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Desde que había llegado a Buenos aires, se me hizo un poco difícil adaptarme a tanto cambio, ninguno de mis días tenía tanta emoción exceptuando cuando lo veía a Ihan y desde que empezamos a vernos seguido con otras intenciones, era lo único que me mantenía al borde de no tomar la decisión de volverme a mi casa. La semana estando oficialmente juntos, fue perfecta, sentía que estaba entre las nubes todo el tiempo, él era muy atento, me enviaba flores, chocolates, escribía mensajitos en papeles que paseaban por toda la empresa antes de llegar a mí y me dedicaba tiempo, su mejor tesoro. La gira se acercaba y a nosotros nos asustaba un poco cómo nos íbamos a manejar, pero mientras tanto nos dedicábamos a disfrutarnos, el hecho que nadie supiera de nuestra relación lo hacía más interesante y manteníamos esa prohibición que nos divertía y aceleraba esa adrenalina que internamente era perfecta. 
                          
El viernes llegué ansiosa como de costumbre por verlo y firmé mi asistencia con un corazón, todo indicaba que estaba con los síntomas a flor de piel y no me importaba, agarré mi lista de tareas y me fui a la oficina, hice todo el procedimiento cotidiano y lo primero que me aparecieron en las pantallas fueron algunos avisos de las revistas y portales de chimentos, entré a revisar y entendí por qué. Habíamos salido por la tarde de ayer con Ihan, Kendal y Yani a una heladería, donde nos siguieron los paparazis pero se fueron rápido, o al menos no me di cuenta por estar conversando y tampoco me importó, ya que nos sacaron fotos pero Ihan y yo estábamos enfrentados, así que no podían especular nada, pero él me había sacado una foto sin que me diera cuenta y su mención era extraña para las personas, era estúpido pero comenzaba a acostumbrarme.
                          
Mi puerta se abrió e Ihan entró rápido cerrándola detrás de él.
                          
—Voy a pedir que te pongan otra puerta, que no sea trasparente. —dijo y se sentó enfrente de mí con una sonrisa que me contagió de inmediato. —Hola linda.
                          
—Hola, ¿qué es eso?—pregunté por la carpeta que tenía con su foto. Miró hacia atrás y se acercó rápido por encima de la mesa para darme un beso en los labios. —las cámaras...
                          
—Ya sé, ahora subo a revisar, pero te quiero decir algo. —se sentó de nuevo y puso la carpeta frente a los dos. Esta decía algo en inglés y por debajo que era la idea del video musical, lo miré sin entender. —quiero que lo leas, lo voy a cambiar todo si es posible pero tiene que ser antes de mañana y tengo que presentar otra idea.
                          
—Pero no entiendo para qué es.
                          
—El video para una canción, leelo y avisame cuando termines.
                          
—Pero ahora tengo cosas qué hacer, después lo leo y te...
                          
—No amor leelo ahora, es importante, por favor. —pidió, y suspiré resignada agarrando la carpeta mientras él se levantaba. — ¿avisame si?
                          
—Sí. —musité y lo vi irse con un guiño de ojo que me dejó motivo para sonreírle.
                          
Las primeras páginas nombraban a la producción, la gente que trabajaría y las cosas que necesitarían, las siguientes relataban la idea y no fue muy grato de imaginar, ellos querían que haya una modelo que pasara por novia de Ihan y se besaran, incluso que hubiera una escena en donde fingirían dormir desnudos y él le estaría cantando en silencio, mientras la acariciaría y veía dormir plácidamente, usaron el término "parecer enamorado" lo cual fue extraño. La canción hablaba del tiempo que una pareja podía permanecer separada, e Ihan cantaba esa necesidad que debería sentirse cuando no estaban juntos, así que no entendía por qué debían estar en una cama desnudos. Profesionalmente era su trabajo y yo no podía intervenir en eso, pero en lo personal, era mi novio y un poquito de celos me daba que tuviera que fingir con otra chica cosas tan íntimas. 
                          
¿Por qué tuviste que escribir una canción así?
                          
Le pregunté en un mensaje y no me contestó enseguida así que me puse a empezar mi trabajo, sin dejarme afectar por lo que maquinaba mi cabeza de él estando con otra chica, no dejaba de repetirme que era trabajo y no podía quejarme de nada.
                          
Lo voy a cambiar no te preocupes, subí en 20 que Renato se va.
                          
Esperé los veinte minutos y salí, pero Kendal me interceptó para hablarme.
                          
—Juli...                                                             
                          
—No puedo Kendal, tengo cosas qué hacer.
                          
—Lo sé, sólo quería decirte que salimos en la revista Teen, eso nada más. —levantó las manos protegiéndose de mi fulminante mirada. Bajé de piso y entré a la casa de Ihan, la puerta de su pieza estaba abierta pero él no estaba ahí, así que me apresuré a ir a su oficina.
                          
Entré y él leía la revista "Teen" Zac Efron salía en la portada y debajo de esa enorme comparación, las fotos de Ihan con nosotros en la heladería.
                          
—Perdón no pude llegar. —se disculpó por las fotos pero no me importó, dejé su libreto en la mesa y él se levantó para cerrar la puerta con llave. —no te preocupes, no lo voy a hacer.
                          
—Desnudos en la cama fingiendo estar enamorados, qué... creativo. —le dije sin saber qué palabras usar, él me agarró de atrás y besó mi hombro enviándome escalofríos por todo el cuerpo.
                          
—Eso no va a pasar, no te preocupes, pero necesito una idea para proponer.
                          
— ¿Por qué salí en la revista?—pregunté cambiando de tema al verla en el escritorio. —pensé que iban restringir la imagen para que no inventen.
                          
—Te dije que no llegamos, pero nadie está inventando nada, acá dice que Ihan salió con amigos y nada más, trae un poster de mí y que me gusta el helado de chocolate blanco, la nota dice qué suelo hacer un día de calor con mis amigos.
                          
—Bueno igual hay que evitar que salgamos en revistas por tus gustos preferidos de helado y por lo que hace Ihan un día de calor. —dije dándome la vuelta y él afianzó su agarre a mi cintura pasando sus brazos por mi alrededor. —Nada diferente a cualquier persona.
                          
—No me cambies de tema, no voy hacer eso y como me puedo negar también tengo que presentar una idea, al menos que quieras ser la chica de vídeo.
                          
— ¿Eh? No. —dije rotundamente, él sonrió y me acercó para besarme, subiendo su mano por mi espalda estremeciéndome en la ternura de su beso.
                          
— ¿Entonces vas a darme una idea?
                          
—No se me ocurre nada. —dije haciendo una mueca y él volvió a besarme. Como si no le importara otra cosa, y a mí tampoco.