Capítulo Treinta y Cinco

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Lo sigo sentándome entre él y Andrew que me da una leve sonrisa viéndome con preocupación, creo que mis ojos se ruedan de manera involuntaria.

—El tipo de accidente en el que los autos son remolcados por grúas y quedo con una gran multa —Estiro mi mano hacia él—. Dice que no es fractura, pero debo mantenerla en reposo. Me siento terrible, me duele todo el cuerpo y creo que por momento pierdo el sentido.

— ¿Qué pasa con la bandita en la frente?

—Obtuve una pequeña abertura.

— ¡Oh, mi niña! —Me estrecha contra su pecho—. Te dije que tuvieras cuidado al venir, siento que a veces no sabes escuchar consejos.

—Lo sé —murmuro sabiendo a lo que se refiere, cierro los ojos—. ¿Cómo está mamá?

—Parece que no eres la única en la familia que estaba ocultando secretos —deja caer Dexter, volteo a verlo y sus ojos están entrecerrados. Trago el nudo en la garganta, eso no suena bien.

— ¿Qué tiene? —pregunto a papá, porque Dexter claramente no está atravesando su mejor momento para ser comunicativo.

Papá respira hondo y me abraza con un poco más de fuerza.

—Miocardiopatía restrictiva —dice finalmente y no tengo idea de qué es, no hablo términos médicos después de todo—. Es una enfermedad del corazón.

—No va a morir —murmuro más para mí que para él.

—No, ella va a cuidarse, solo debe tomar sus medicamentos siempre. Hannah es una mujer responsable que lo hará —Nos recuerda—. Estará bien.

— ¿Qué pasa si el medicamento no hace su trabajo? —pregunto nerviosa.

—Entonces, en el caso más grave, ella tendría que obtener un trasplante de corazón.

Doy un respingo, no es como si un corazón compatible se consiguiera en cualquier parte y en cualquier momento del día, además del factor de lo aterrador que suena una cirugía a corazón abierto.

—No —murmuro horrorizada.

—Tranquila, el doctor dijo que ella estará bien con el medicamento. Por suerte es leve, no es la primera persona en padecer de esto cariño. Ella va a estar bien —dice con seguridad y besando mi frente.

Asiento, porque si papá está tranquilo y lo asegura es porque es real. Tiene razón, hay infinitas personas que lidian con algunas fallas en sus corazones pero no por ello mueren, además el doctor ha afirmado que está bien, que solo debe tomar sus medicamentos.

— ¿Es hereditario? —pregunto.

—Eres la más lista de tus hermanos, hasta ahora eres la única de ellos que lo ha preguntado.

—Soy adoptado —Le recuerda Dexter.

—Ignoraré que dijiste algo tan estúpido y ofensivo, alegando que solo estás siendo un niño berrinchudo —Le informa papá alzando la barbilla— y en donde te atrevas a replicarme de nuevo voy a darte un golpe tan fuerte que recordarás por qué razón debes respetar a tus padres aun cuando te sientas enojado y peleado con el mundo, ¿Entendido Dexter Thomas?

Dexter sabiamente no dice nada mientras asiente y murmura una leve disculpa con las mejillas sonrojadas. No puedo creer que he creado tanta hostilidad en mi familia. Llevo mis dedos a la bandita en mi frente sintiendo ardor y siento la humedad antes de ver mis dedos carmesí. Sangre, me siento ligeramente mareada.

—Oh, mi niña, debemos hacer que un doctor vea y cambie eso —dice papá poniéndose de pie, lo imito, pero entonces siento las piernas fallarme y me siento aturdida.

El Deseo Prohibido de Doug (BG.5 libro #2) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora